Documentos desclasificados por EEUU ratifican que dueño de El Mercurio planificó el Golpe de Estado contra Allende

Posted by Correo Semanal on domingo, diciembre 14, 2014

Por Mario López M

Los documentos desclasificados por Estados Unidos han dejado al desnudo una realidad que el dueño de El Mercurio había negado judicialmente hasta hoy. Agustín Edwards fue informante de la CIA, en tal condición promovió el golpe de Estado en Chile, atentó en contra de la economía del país y supo con antelación del asesinato del general Schneider. Además recibió dinero de la CIA para continuar amparando las atrocidades de la dictadura.

Agustín Edwards Eastman, periodista de la universidad de Princeton y dueño de la cadena de diarios de la empresa El Mercurio, uno de los grupos económicos más poderosos y antiguos de Chile, es además presidente de la Fundación Paz Ciudadana. Dicho medio recibió una millonaria ayuda económica de la CIA para trabajar por el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende.


Edwards fue un gran promotor y colaborador de la dictadura militar, poniendo a disposición del régimen de Pinochet todo su poder y medios a su alcance, para sustentar la dictadura y ocultar las acciones de trasgresiones a los Derechos Humanos ocurridas en el país. Tanto El Mercurio como La Segunda y otros periódicos de su propiedad, deformaron la realidad de hechos que, sabiendo o debiendo saber Edwards, eran burdos montajes de la DINA o la CNI que ocultaban crueles asesinatos de personas.


La conjura desclasificada


"La información que dan los documentos recientemente desclasificados por el Departamento de Estado de Estados Unidos, no hace sino que confirmar los antecedentes previos que habían sido dados a conocer por el Senado norteamericano, acerca de la intervención de la CIA en los asuntos internos de Chile y en concreto en la conspiración para derrocar a Salvador Allende y provocar el golpe de Estado", señala a Cambio21 la abogada de Derechos Humanos Carmen Hertz.


Los documentos dados a conocer la semana pasada por EE.UU, que ya habían sido desclasificados con anterioridad de manera parcial, dan cuenta de una trascendental reunión de Agustín Edwards y el ex director de la CIA Richard Helms. Lo nuevo lo representa el trabajo intenso que efectuó el dueño de El Mercurio para provocar el Golpe de Estado en Chile en 1973, con apoyo de la CIA.


Edwards ¡Miente!


De paso, los documentos dejan al descubierto las mentiras de Agustín Edwards en sus declaraciones prestadas judicialmente ante el juez Mario Carroza, acerca de dicha reunión. Señala el expediente: "Reitero que tuve una reunión en Washington con (Richard) Helms el director de la CIA)" (...) "Además, esta reunión se efectuó días después de la elección de Salvador Allende, oportunidad donde se comentó la circunstancia de haber sido electo un presidente comunista en un país democrático, pero en ningún caso se pensaba en un Golpe de Estado o algo parecido".


Los últimos antecedentes que el departamento de Estado desclasificó dieron cuenta de algo distinto a lo declarado judicialmente por Edwards. En la reunión sostenida el 14 de septiembre de 1970 entre el dueño de El Mercurio y el jefe de la CIA, se discutió en detalle la necesidad de dar un Golpe de Estado en Chile. Agustín Edwards entregó valiosa información acerca quienes podrían ser los conspiradores para un Golpe de Estado y que eran parte de las Fuerzas Armadas chilenas.



Pero no se quedó allí, también entregó información para relacionar a políticos de derecha, como Onofre Jarpa, presidente del Partido Nacional, quien según Edwards, mantenía estrechos vínculos con los militares potencialmente golpistas. El dueño de El Mercurio complotó de manera directa para derrocar al gobierno de Allende. En esa y en posteriores reuniones se estableció el procedimiento y los tiempos para dar el golpe de Estado.



Los documentos "dan cuenta asimismo y en lo central, con quienes la CIA actuaba y se entendía. Dejan claro los documentos que la CIA tenía como informante y consejero interno en Chile a Agustín Edwards, el dueño de El Mercurio, lo que le añade más gravedad a toda la situación, en el sentido que el dueño del diario más influyente y poderoso del país, haya estado en la conspiración con una potencia extranjera, con un servicio secreto extranjero, para derrocar a un gobierno constitucional", señala categórica Carmen Hertz.



"Edwards está aquí"



Con esa frase extraída de una conversación telefónica sostenida entre Henry Kissinger y Richard Helms el 14 de septiembre de 1970, dada a conocer por el National Security Archive, comenzaba a ponerse en movimiento una confabulación que traería más de 3000 personas asesinadas y decenas de miles de víctimas de derechos humanos en nuestro país, como consecuencia de la dictadura de Pinochet, la misma que ayudó a instaurar y posteriormente protegió Agustín Edwards.



Señala la abogada Hertz que "El Mercurio ocupó un papel en el terrorismo de Estado, fue parte del engranaje de ese terrorismo, que no habría sido posible en la magnitud que lo fue, de no haber existido la complicidad del diario El Mercurio y de Edwards en particular". Y tan importante fue el rol que se asigna a Edwards en el golpe, que de acuerdo a todos los antecedentes que constan del proceso judicial como de los documentos desclasificados, fue el único civil que aparece confabulando con la CIA para intervenir en Chile.


Como se recordará, al día siguiente de la reunión el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, ordenó al jefe de la CIA, Richard Helms iniciar un conjunto de acciones encubiertas para "hacer que la economía chilena chille" y así provocar las condiciones para llevar adelante un golpe de Estado para evitar que el presidente electo Salvador Allende asumiera la presidencia del país.


Carmen Hertz resalta que "Lo anterior no es menor en términos de impacto social e impacto político. Es el mismo personaje y el mismo diario que persiste en la desinformación, el que junto a un servicio secreto extranjero conspiró para hacer "chillar" la economía chilena, en palabras de Kissinger, provocándole un golpe brutal al corazón de la sociedad chilena, destruyendo el tejido social en el país y terminar hasta hoy impune, como ha sido por décadas", afirma.


La intención siempre fue el golpe de Estado


Si bien a esa fecha aún no se resolvía por el Congreso de Chile la elección entre las dos más altas mayorías que habían resultado en las presidenciales de 1970, en que cabía una mínima posibilidad que resultara electo Alessandri, que había resultado segundo, era claro que esa salida constitucional no era la buscada por Edwards. Así queda de manifiesto en una pregunta llena de intencionalidad efectuada por el dueño de El Mercurio al jefe de la CIA: "podría no funcionar (la salida democrática). ¿Entonces qué?".


En la reunión que fuera desclasificada, Edwards analizó los nombres de los eventuales partícipes de una asonada en contra del gobierno chileno. Incluso llega a opinar acerca de la mayor o menor inteligencia de algunos proclives, en sus dichos, al eventual golpe militar, como el entonces Comandante en jefe de la Fuerza Aérea Carlos Guerraty, de quien opina que "Él quiere actuar contra Allende, pero Guerraty no es muy inteligente".


El dueño de El Mercurio amparó la represión


Su actuación como informante de la CIA no sólo quedó en la entrega de datos que fueron relevantes a la hora de asesinar al Comandante en jefe del Ejército y de ejecutar el golpe en Chile, fue además claramente un promotor del que terminaría en genocidio en nuestra patria. No bastó con confabularse para derrocar a Allende, pues El Mercurio fue claramente en Chile un sostén fundamental de que el aparataje represivo actuara con total impunidad, pues calló aquello que sabía o deformó la realidad de crímenes para hacerlos aparecer como enfrentamientos inexistentes.


Para Carmen Hertz, "Los antecedentes son de una tremenda gravedad, atendido a que este diario continúa siendo uno de los medios más influyentes que monopolizan la información en el país, que continúa ejerciendo una suerte de poder fáctico, representando los intereses de una minoría y de alguna manera prosigue impulsando operaciones políticas a través de sus titulares y desinformando a la población chilena".


Resulta lamentable ver que a pesar del tremendo daño que ha ocasionado en Chile, aún existan personas que le rinden pleitesía, sobre todo tomando en cuenta que El Mercurio durante el periodo de la dictadura fue parte del engranaje que sostiene la política de exterminio de Pinochet. Los montajes que la DINA hace a través de éste medio y de los demás de propiedad de la cadena de Edwards, como La segunda, resultan no solo escandalosos sino que además parte de una siniestra política represiva.


Colegio de Periodistas toma la iniciativa


La directiva del Colegio de Periodistas por decisión unánime, y ante diversas peticiones hechas llegar a los directivos, acordó este viernes enviar todos los nuevos antecedentes sobre el Caso Edwards a la Comisión de Ética de la Región Metropolitana de la orden, a objeto de que esa instancia se pronuncie acerca de si procede iniciar un proceso de falta a la ética del colegiado Agustín Edwards Eastman.


Así lo informó en exclusiva a Cambio21 el Secretario General del Consejo Nacional Patricio Martínez, quien indicó que "si el Tribunal de Ética del Consejo Metropolitano, que es integrado por 7 miembros y es independiente en sus decisiones, estimara que frente a esta solicitud de oficio para que se pronuncie, hay mérito para proceder en contra del denunciado, procederá a designar por sorteo un fiscal que instruirá la investigación de los hechos. Además un miembro Consejo es designado como ministro de fe".



Sanción moral


Agustín Edwards, que pertenece justamente al Metropolitano del Colegio de Periodistas, donde cotiza como colegiado (y que paga un monto que excede en varios ceros al pago regular por los demás asociados), tiene derecho a defensa y además a recurrir de cualquier medida que se le aplique, ante Tribunal Nacional de Ética del Colegio de Periodistas. Y aún más, puede recurrir en contra de esta última instancia, ante la Corte de Apelaciones.


A diferencia de los miles que nunca tuvieron acceso a defensa cuando se le violaron sus derechos humanos e incluso asesinaron, Agustín Edwards gozará de todas las garantías de un debido proceso en el Colegio de Periodistas.
Las sanciones van desde una simple amonestación por escrito, hasta la expulsión del gremio. Ésta máxima medida ha sido adoptada por el Colegio de Periodistas en circunstancias muy especiales, algunas de ellas asociadas a materias de Derechos Humanos, como se recordará.



Edwards supo del complot para asesinar a Schneider


Edwards en la reunión con el jefe de la CIA, da detallados antecedentes acerca de comentarios presuntamente hechos por militares chilenos contrarios a que asumiera Allende, como el caso del general Camilo Valenzuela, quien habría comprometido su acción en tal sentido. Incluso, de acuerdo a lo consignado en el documento norteamericano, se habría ofrecido para neutralizar al entonces Comandante en jefe del Ejército de Chile, René Schneider.


Según señaló el dueño de El Mercurio, el general Valenzuela habría asegurado que "lo haría por su cuenta" si ello era necesario para evitar que Allende se transformara en Presidente de Chile. Como se recordará, el general Schneider fue asesinado por un comando derechista el 22 de octubre de 1970, actuando entre los complotados el mismo Valenzuela, el general Roberto Viaux y miembros del grupo paramilitar derechista Patria y Libertad.


Edwards supo de ese crimen con anticipación, de acuerdo a los documentos, pues de ninguna otra manera se puede interpretar los dichos del general Valenzuela ofreciendo "neutralizar por su cuenta" al general Schneider. Menos si provienen de alguien que dispone de poder de fuego a su servicio. Menos aún si se intentaban generar condiciones de desestabilización en el país para evitar que Allende asumiera.


Estados Unidos entregó los medios para que tal crimen se ejecutara, según se estableció en la causa seguida por la muerte de Schneider. Tales hechos resultan consecuencia directa e inmediata de las "recomendaciones" y nombres entregados por Agustín Edwards a un servicio secreto de otro país para actuar en contra de Chile. "Es lamentable la impunidad de que ha gozado Edwards, no sólo penal, sino que además moral, política y social", se lamenta Carmen Hertz.