Hong-Kong - La "revolución de los paraguas"
Charles-André Udry
A l´encontre-La Breche
Traducción de Viento Sur
La movilización democrática en las
calles De Hong Kong en la que participan estudiantes universitarios y de
secundaria junto a una parte del profesorado y de sindicalistas comenzó el 28
de setiembre de 2014; ¿alguien podía pensar en esas fechas que duraría tanto
tiempo? Que en la misma se expresen diversas sensibilidades va de suyo, como
ocurriría en no importa que país del planeta.
La mañana del 29 de octubre, la
prensa de Hong Kong recoge la siguiente declaración de un "oficial de
rango superior en Pekín : "Los miembros de la CPPCC -Conferencia Política
consultiva del pueblo chino" [en la que se encuentran políticos de Hong
Kong]- pueden decir lo que piensan con total libertad, pero no pueden exigir la
dimisión del Jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Leung Chung-yiny ni criticar de
forma no constructiva al gobierno local [de Hong Kong] ". El resultado
práctico de ese criterio no se hizo esperar: James Tien Pei-Chun del dirigente
del Partido Liberal fue destituido como miembro del CPPCC tras manifestarse
contra el jefe del Ejecutivo.
Al mismo tiempo, la última encuesta
de opinión sobre la popularidad de Leung C.Y. muestra que está en su nivel más
bajo: el 43,3% de la gente encuestada declara que no tiene confianza en el
gobierno. En setiembre era el 39,6%.
Mientras tanto, la sociedad
hongkonesa se polariza. Miembros el Banco Central de Hong-Kong vinculados al
Partido Comunista Chino (PCC) declaran que las movilizaciones convocadas por
Occupy van a perjudicar a la Región Administrativa Especial. En el mismo tono se
han expresado Josep Yam Chi-Kwong, jefe del Banco Central de 1993 a 2003 (es
decir, durante el período de transición) y Norman Chan Tak-lam, su actual
responsable, que ha puesto el acento en el cierre de 44 bancos minoristas (los
que operan sólo con particulares y pequeña y mediana empresa. Ndt). Su objetivo
es tratar de arrastras a los pequeños comerciantes del lado de los grandes
capitalistas que hacen de puente con el continente. En el mismo sentido, el 29
de octubre, durante una reunión del Consejo legislativo de Hong-Kong (Legco),
el secretario para la Educación Eddie Ng Hak-kim afirmó que los comercios de
Mong Kok, de laBaisa de Causewat y de Tsin Sha Tsui, las principales zonas en
las que está presente el movimiento Occupy, se vieron obligar a cerrar durante
la "semana de oro", es decir durante la fiesta nacional del 1 y 2 de
octubre, en la que los turistas del continente acuden a Hong-Kong. Por otra
parte, la actividad de las bandas anti-Occupy (grupos de choque contra los
manifestantes) se refuerza entre en Mong Kok y en otras zonas y el gobierno
acapara cantidad de material antidisturbios ¡occidental!. Síntoma de que las
fuerzas de policía, históricamente entrenadas por los británicos y por el nuevo
gobierno, podrían incrementar la represión. Todo ello con el telón de fondo de
los contingentes del Ejército Popular de Liberación acuartelados muy cerca de
los edificios gubernamentales.
El impacto político provocado por el
movimiento Occupy ha empujado a Jasper Tsang Yok-sing -diputado presidente de
Legco y muy del orden- a contradecir, durante una entrevista en Cabel TV,
numerosas declaraciones de los dirigentes del PCC según las cuales la amplia
movilización democrática sería fruto de manipulaciones extranjeras. El 29 de
octubre ha declarado: "No puedo constatar esto [una intervención
extranjera]. A no ser que pensemos que las declaraciones de los diplomáticos
extranjeros que dicen estar preocupados por la situación puedan ser
consideradas como una intervención de fuerzas extranjeras. Creo que su preocupación,
expresada objetivamente, no tiene el objetivo de influenciar, dominar o forzar
a una de las dos partes [el gobierno y Occupy]". Los neo-estalinistas que
denuncian el complot imperialista podrían inspirarse en este punto de vista.
El movimiento, con sus diversos
componentes, ha definido objetivos claros: derecho a elegir democráticamente a
los futuros gobernantes; dimisión de Leung C.Y y denuncia de las escandalosas
desigualdades sociales. A éstas se le suma la reivindicación de reformar la
actual Constitución, fruto del acuerdo entre el PCC y el mundo empresarial de
Hong-Kong y de China continental (John P. Bruns, profesor de ciencias sociales
en la universidad de Hong-Kong, en SCMP, 28 de octubre). Desde que se
intensificó la represión, las denuncias presentadas contra la policía se han
concretizado. La policía exige a los canales de TV y a los periódicos que les
entreguen extractos de los vídeos y fotos de las movilizaciones para poder
"juzgar colectivamente" a los siete oficiales de policía acusados de
haber apaleado brutalmente a los manifestantes. Evidentemente, a través de
estos extractos la policía busca, sobre todo, identificar a los activistas. En
cualquier caso, se trata de una táctica diferente de la utilizada en Pekín ya
que se ha puesto en pie un proceso administrativo: los siete oficiales han sido
suspendidos y al mismo tiempo se negocia con los medios de comunicación.
I-Cabel News dice no haber recibido jamás una petición por escrito.
Algunos media dicen que ellos están
dispuestos a responder a la petición pero exigen que sea la justicia quien les
trasmita la solicitud y no la policía. Esto ha servido para abrir un debate
sobre la dimensión de los derechos democráticos.
En fin, durante las negociaciones,
retransmitidas por las radios y cadenas de TV, los representantes de las y los
estudiantes y del movimiento Occupy no han modificado sus posiciones; no han
retrocedido en sus reivindicaciones. Se ha abierto un debate en torno a la
forma y el contenido de la votación de los activistas para decidir la
continuidad del movimiento. Esta votación, que se debería haber realizado el 26
y 27 de octubre, se ha pospuesto. Lo que expresa tanto las divergencias como la
reflexión sobre el compromiso-enfrentamiento, o más exactamente sobre cómo
salir del impasse al cabo de un mes. Una reflexión compleja de táctica y
estrategia frente a la cual una parte de la izquierda europea manifiesta una
arrogancia e ignorancia impresionante.
1 - La "revolución de los
paraguas" frente a la "burocarcia celeste"
La movilización estudiantil y de una
parte de la población de Hong Kong no sólo ha suscitado preocupación en Pekin.
También los relojeros helvéticos se han echado a temblar. Así, el director de
ventas y marketing en Asia de la casa relojera ginebrina Frédérique Constant,
Sébastien Cretegny, se sincera con Frédéric Leliévre: "Después de un mes
de septiembre muy tranquilo, todo el mundo esperaba la Golden Week1 con
impaciencia. Algunos pueden quedar defraudados. Todavía hay gente en los puntos
de venta especializados en turistas chinos, pero en las boutiques de calle como
en Causeway Bay o en Mong Konk, el movimiento Occupy Central tendrá un
impacto". F.Lelièvre añade: "Sin olvidar que, como reacción a las
manifestaciones, Pekin acaba de suspender los visados para los grupos de
turistas que se dirigían a Hong Kong, una medida que se hará sentir de aquí a
una semana" (Le Temps, 4/10/2014). Y podría añadirse, no todos los
telespectadores han visto obligatoriamente las publicidades gigantes de Piaget
y del grupo Richemont cuando las televisiones daban prioridad a las y los
manifestantes que bloqueaban las calles del barrio gubernamental hongkonés:
Admiralty.
Es cierto que el olfato de los
relojeros de alta gama de Ginebra les orienta sobre todo hacia el continente,
en dirección a Shanghái, Cantón y Pekín. La elección de los organizadores del
Watches&Wonder (W&W) -el equivalente asiático del SIHH de Giebra (Salón
internacional de alta relojería)- que tuvo lugar del 30 de setiembre al 2 de
octubre en Hong Kong se ha visto confirmada: acudieron los clientes de alta
gama de China continental, de Singapur y de Taiwán. No para ir a las
manifestaciones en favor de los derechos democráticos. La burocracia del
Partido Comunista Chino (PCC) está sometida a una "dictadura video":
no puede adornar sus muñecas con Piaget, Audemars Piguet, Vacheron Constantin,
Chopard, Ulysse Nardin. La campaña anti-corrupción del presidente Xi Jinping
amenaza con cortarles el brazalete, ya que no la muñeca. Esto no impide a los
amables animadores del W&W asegurar que volverán el próximo año, ya que los
16.000 visitantes de 2014 estaban a la misma altura, en términos de poder de
compra y de encargos, que los de 2013, aunque el reposicionamiento en un
segmento menos lujoso, por debajo de los 6.000 dólares, parece responder a la
sentencia del presidente Mao: "El porvenir es radiante pero el camino es
sinuoso".
Una degradación geográfica
Este 7 de octubre de 2014, las tres
principales componentes del movimiento de masas por el sufragio universal, el
derecho a elecciones libres de las autoridades de Hong Kong en 2017 -después,
en el curso de la movilización, ha surgido la reivindicación de dimisión del
jefe ejecutivo de la Región Administrativa Especial, Leung Chung-ying-, parecen
tener dificultades para definir una estrategia común. Lo cual resulta
efectivamente difícil frente a un poder fuerte y experimentado. Volveremos a
ello en la conclusión de esta primera parte.
La Universidad de Hong Kong tiene un
programa de investigación titulado "Research on Mass Gatherings and
Rallies". En este proyecto, lleva a cabo encuestas de opinión sobre las
evaluaciones positivas o negativas de los habitantes de Hong Kong sobre el
gobierno de la región, en relación con la evolución de la sociedad, y lo hace
desde 1992. Los dos índices son sintetizados bajo la denominación "índice
de sentimiento público", establecidos cada mes en una evolución semestral.
Edward Chit-Fai Tai, el director de análisis del Public Opinion Programme,
subraya, en un comunicado de prensa del 3 de octubre, que los índices de
evaluación del gobierno y de la sociedad son los más bajos dede hace veinte
años. Estos índices no toman en cuenta las manifestaciones entre el 28 de
setiembre y el 6 de octubre. Ahora bien, antes de "la explosión" de
setiembre-octubre se constata un declive neto del sentimiento público desde
finales de 2007, para alcanzar a finales de 2013 un nivel inferior al índice de
finales de 2003. La degradación de las relaciones entre un sector significativo
de la población (establecida en valor neto a partir de las evaluaciones
positivas y negativas) y el gobierno así como de sus relaciones con la
sociedad, es manifiesto. La misma universidad ha creado un gráfico sobre la
relación entre la población y el régimen de "un país, dos sistemas".
Las cifras son análogas (ver cuadro adjunto).
El movimiento de desobediencia civil,
que viene madurando desde hace algunos años, tiene una de sus explicaciones en
esta alteración de la credibilidad del gobierno regional y del poder de Pekín,
tanto en el crecimiento de las desigualdades sociales (alzas del precio de las
viviendas, gentrificación, precio de los alimentos) como en la corrupción
ambiente, aspectos que están intrincados entre sí y se expresan en un sistema
de poder donde se mezclan hombres de negocios, políticos, individuos vasallos
del aparato de Pekín y mafiosos. Aunque sorprende la amplitud y la velocidad de
la movilización, no puede decirse, en términos estrictos, que haya sido
espontánea. Se ha generado una acumulación de fuerzas. Las organizaciones
estudiantes, sobre todo la Federación de Estudiantes de Hong Kong, la
organización de bachilleres Scholarism, creada en mayo de 2011 bajo el impulso
de Joshua Wong (que entonces tenía 15 años), y el movimiento Occupy Central
with peace and love han podido alimentar esta movilización democrática,
pluralista por definición, tanto desde el punto de vista de las expresiones
como de las modalidades de acción y de los objetivos, definidos en parte
durante la lucha o/y ya elaborados.
"Mao dijo que la historia la
hace el pueblo"
El filósofo americano Ralph Waldo
Emerson (1803-1882) -autor de La autoconfianza (Self-Reliance, publicado en
francés por Payot-Rivages en 2000)- tiene una formulación que recoge el rechazo
a un poder conformista: "Su dos no es el verdadero dos, su cuatro no es el
verdadero cuatro". Más allá de la filosofía identitaria de conjunto de
Emerson, el rechazo democrático de universitarios, bachilleres y de todos los
que se han adherido al movimiento, puede reconocerse en este enunciado. Desde
finales de agosto, han considerado que "su decisión" -es decir, la
decisión de la Asamblea Popular Nacional de Pekín- no era la verdadera decisión
prometida, la posibilidad de elegir por sufragio universal al gobierno
escogiendo a los candidatos y no teniendo que designar al jefe ejecutivo entre
una lista cerrada de tres o cuatro candidatos seleccionados por un comité de
1200 personas aceptadas por la dirección del Partido-Estado. Un portavoz
estudiantil ha dirigido contra el títere Leung Chung-yin -quien ha definido la
movilización como ilegal y provocando el caos- y Xi Jinping, más silencioso al
ser más soberano, la máxima del Gran Timonel: "¡Mao dijo que la historia
la hace el pueblo!"
Joseph Cheng, uno de los animadores
de Occupy Central y profesor de relaciones internacionales en la City
University of Hong Kong, respondió el 3 de octubre de 2014, en Al-Jazira, a
Victor Gao, de la China National Association of International Studies y
presidente de China Energy Security Institute: "Ciertamente, nosotros no
teníamos sufragio universal antes de 1991, bajo el estatuto de colonia
británica atribuida a Hong Kong, pero eso no implica que los derechos
democráticos deban ser restringidos hoy día, tal como decidió Pekín a finales
de agosto de 2014". Citando la fecha de 1991, Joseph Cheng alude a una
"elección" de 18 representantes en un órgano legislativo. En 1985 se
puso en marcha un sistema de elección indirecta para el Consejo Legislativo de
Hong Kong, tras la primera etapa formalizada de negociaciones sobre Hong Kong
entre Gran Bretaña y la República Popular de China (Para consultar la compleja
evolución de estas negociaciones, hasta 1997, la obra de Gao Wanglai en la web
de Jairo, titulada Sino-British negociations on democratic reforms in Hong
Kong, que data de 2009). Sobre la cuestión de un verdadero sufragio universal,
Jean-Philippe Béja citaba en la revista Perspectives chinoises, 2007, nº 2, la
posición de Ma Lik, presidente de la Democratic Alliance for the Betterment and
Progress of Hong Kong (DAB), principal partido favorable a Pekin: "Hong
Kong no estará preparado para el sufragio universal antes de 2022, porque sus
habitantes todavía no han comprendido bien lo que es la identidad
nacional".
Después de 1997 ha habido muchos
cambios. Los habitantes de Hong Kong reconocen, en las encuestas de opinión, el
"retorno a la madre patria" -un hecho económico, político,
institucional-, pero muchos de ellos afirman, al mismo tiempo, su apego a
distintos derechos democráticos. A finales de junio de 2014, un referéndum civil,
en el que participaron más de 700 000 personas (de un total de 3,5 millones de
electores), exigió que el Consejo Legislativo pudiera vetar todas las reformas
electorales que no respondiesen a las normas internacionales (Le Monde,
29/06/2014). El 1 de julio, aniversario de la retrocesión, centenares de miles
de honkoneses salieron a la calle para exigir elecciones transparentes y
"honestas".
1989 como punto de referencia pero no
como analogía
La conmemoración de la movilización
de Tiananmen, aplastada el 4 de julio de 1989, no ha cesado, con fluctuaciones
en cuanto a participación. Tiananmen es considerada como una lucha por los
derechos democráticos que hay que llevar en Hong Kong y que debe extenderse a
la madre patria. Cuando circuló el rumor de que se iban a iniciar trabajos en
Victoria Park que impedirían la conmemoración, se reunieron 50.000
manifestantes. En 2004, en el 15º aniversario de Tiananmen, se reunieron 82.000
personas (South China Morning Post, 5/06/2004). El 4 de junio de 2014, la manifestación
de conmemoración ha reunido según los organizadores a 180 000 personas. Una
gran parte llevaba lamparillas encendidas. La Federación de estudiantes de Hong
Kong fue un protagonista de esta conmemoración. Su secretario general, Alex
Chow Yong-kang, se dirigió a los participantes. El abogado Teng Biao, que
participaba por primera vez en esta "celebración" pro-democracia,
declaró: "Espero que un día los ciudadanos de China dispongan de la
libertad de manifestarse, que es un derecho protegido por la Constitución china
tanto como un derecho humano fundamental. Sin embargo, muchos activistas por
los derechos humanos en China han sacrificado su libertad para intentar
conquistar este derecho. Algunos incluso han perdido la vida por ello"
(South China Morning Post, 5/06/2014). El 4 de junio de 2014 se inauguró
también un museo de Tiananmen y se levantó la estatua de la "Diosa de la
Democracia" que recuerda a la Estatua de la Libertad alzada en 1989 en
Tiananmen.
No por casualidad el 3 de octubre de
2014, durante el debate televisado, el antes citado Victor Gao propuso a la muy
moderada Emily Lau, presidenta del Partido Demócrata de Hong Kong y miembro del
Parlamento de la Región administrativa, concentrar las movilizaciones en
Victoria Park y no en el centro financiero, gubernamental o comercial de Hong
Kong. Su respuesta fue clara. En efecto, la presión de decenas de miles de
estudiantes y asalariados que se habían unido a las ocupaciones los días 1 y 2
de octubre se hacía sentir en esta impasible dama: "Es inútil, ya lo hemos
hecho durante años [4 de junio]. En cambio, el poder no debe enviar
provocadores a Mong Kok contra los manifestantes pacíficos". Se refería a
los choques que habían tenido lugar el 3 de octubre en la región de Mong Kok.
Esbirros de los servicios de seguridad habían atacado a los manifestantes. La
policía oficial se mostró en esta ocasión extrañamente neutra. Los actores de
la "revolución de los paraguas" sintetizaron pronto en un Instagram
hashtag el sentido de sus reivindicaciones: #hk689. En primer lugar, 689 es el
número de votos que habría tenido que reunir, según el actual sistema
electoral, al candidato al puesto de jefe ejecutivo. Efectivamente, C Y Leung
fue nombrado en el puesto de jefe ejecutivo con 689 votos. Por tanto, 689 sufragios
son suficientes para pretender representar a 7,2 o 7,8 millones de habitantes
(según los censos). Un hombre tan aislado -pero cuyo palacio está próximo al
cuartel donde residen los soldados del "Ejército popular de
liberación", bajo buena protección por tanto- es la correa de transmisión
de Xi Jinping, mientras su dimisión es abiertamente reclamada desde el 2 de
octubre. No es imposible que Pekin se deshaga de él dentro de algunas semanas.
A su vez, las dos últimas cifras, 89, son un eco de 1989.
La dimensión social
El 28 de setiembre, la Hong Kong
Confederation of Trade Unions (HKCTU) condenó los ataques de la policía a
"estudiantes y personas desarmadas" y "al gobierno por el hecho
de suprimir la libertad de expresión y la libertad de reunión en Hong Kong".
Además, reclamó la dimisión de Leung Chung-ying, la supresión del
"sufragio universal trucado" y la liberación de los manifestantes. La
HKCTU lanzó la consigna: "Trabajadores y estudiantes deben unirse para
forzar al gobierno totalitario a devolver el poder al pueblo" (China
Labour Net, 28/09/2014). Recordemos que este boletín ha sido creado por Han
Dongfan, un veterano de Tiananmen detenido y torturado en 1989, prisionero
durante casi dos años. Encontró refugio en Hong Kong donde fue el principal
animador de China Labour Net, una publicación de referencia. Independientemente
de las diversas opciones que puedan existir en el seno de la HKCTU, esta
declaración muestra la dimensión social y no estrictamente democrática -en el
sentido político muy restringido de algunas interpretaciones- de la
movilización. Además, no hay que confundir, como lo han hecho muchos
observadores, a la HKCTU y al aparato burocrático de la HKFTU (Hong Kong
Federation of Trade Unions). Sophia y Francine Chan, que trabajan con la red
Left21 -una red cuyo objetivo es "unir y consolidar a las fuerzas de
izquierda en Hong Kong" (ver su página http://left21.hk/wp/en/16-2/ ), declaran que los organizadores del movimiento estudiantil
"tienen el sentimiento de que necesitamos luchar no sólo por la democracia
política, sino también por una democracia económica, ya que actualmente la vida
de la población de Hong Kong está muy influida por los principales
mil-millonarios de Hong Kong".
Los días 1 y 2 de octubre, festivos,
hubo asalariados que se unieron a los ocupantes de los cruces estratégicos. Se
sumaban así de hecho al movimiento de desobediencia civil, indignados por la
brutalidad de la represión inicial. Phoebe Kwak, de 30 años, vino a Harcourt
Road con su marido Jimmy Lam Chi-wang y su hijo de 7 años. Ella cuenta al
periodista de Libération (1/10/2014, 17:20 horas): "nunca he visto nada
similar a lo que pasa hoy". Estaba convencida de que esta generación de
honkoneses estaba compuesta de chavales mimados, dedicados al shopping y
enganchados a Internet. Ha cambiado de opinión: "He visto de lo que son
capaces, o sea de casi todo: recoger las basuras de una enorme multitud, organizar
los desplazamientos, los refuerzos, traer agua, organizar los apoyos, las
comunicaciones... Saben que lo que hacen es justo... Yo soy una honkonesa en
China, que es mi país". Cyrus Chang Wing-hei, informático de 28 años,
trabajador en una agencia publicitaria, dice: "Siempre había creído que la
gente, sobre todo los jóvenes, eran bastante egoístas aquí en Hong Kong, donde
a veces lo único que importa es ganar dinero". Sobre la
"identidad" -tema de numerosos estudios de Jean-Philippe Béja-, Cyrus
responde así a la pregunta sobre la relación entre Hong Kong y China: "Yo
no estoy de acuerdo con su política [la del PCC], pero amo a mi país. Yo soy
chino y Hong Kong no es más que una parte de mi país".
Como habíamos subrayado en una
introducción a un artículo de fecha 23/09/2014, los estudiantes y
"protestadores" lamentan, con diversas ambigüedades, el estatuto
anterior a la retrocesión, con una impresión -sesgada y anacrónica- de que las
condiciones anteriores a la retrocesión habrían permitido un avance en términos
de derechos políticos.
Un futuro menos asegurado, una sorda
inquietud
Sin embargo, todas las encuestas
recientes destacan la degradación del "rango social" de una parte de
los estudiantes que deben afrontar el dominio social y económico de los
"grandes capitales" venidos de China continental o de la diáspora de
Singapur y de los inmigrantes cualificados que se han puesto a competir con
ellos. Quienes se refieren a Tiananmen no lo hacen porque las dos situaciones
sean idénticas, como han querido ver los "expertos". Los estudiantes
de Tiananmen -y los sectores populares que se les unieron en la última fase-
hacían frente directamente a la dirección del Partido Comunista chino, dividido
en cuanto a la táctica a seguir. Esta fue decidida por Deng Xiaoping, a la
cabeza de la Comisión Militar Central. Fueron por tanto masacrados (2.600
muertos) por las fuerzas del Ejército Popular de Liberación. En Hong Kong, la
policía -formada en una mezcla de tradiciones británicas coloniales y de
"modernidad occidental"- no ha ejercido su represión de manera más
brutal que las decididas actuaciones de las policías francesa, alemana, griega,
italiana (Génova en 2001), del Estado español frente al 15M o a los sindicalistas
andaluces, o de los Estados Unidos (Ferguson ). Intervenciones durante una
huelga, una ocupación de fábrica o de vías de ferrocarril, etc. La amenaza de
disparar balas de goma fue tomada en serio por los estudiantes de Hong Kong. Lo
que resulta comprensible. Además, el 3 de octubre, la policía entró en plan de
exhibición en su cuartel general con cajas de granadas lacrimógenas y balas de
goma. Era un aviso.
Pero la verdadera amenaza ha sido
expresada por el Secretario de Finanzas de Hong Kong, John Tsang Chun-wah. El 3
de octubre, indicó claramente que si "persistía la situación, asistiríamos
a grandes daños a nuestro sistema y en particular, lo que más nos concierne, a
nuestra reputación en términos de riesgos como de confianza en el sistema de
mercado de Hong Kong. Sería un desgaste que no podemos permitirnos" (South
China Morning Post, 7/10/2014). La interpretación de esta declaración por esta
auténtico dirigente de Hong Kong fue inmediata: "o cesa el caos, o habrá
que llamar a la policía y a las fuerzas armadas". Un chantaje y una
amenaza efectiva que toma forma en los actos de provocadores y de mafiosos,
cuyas redes son también operativas en el sector inmobiliario y financiero -y no
sólo en la prostitución-, sectores económicos donde la acumulación rápida y
masiva de capitales no admite comparación.
Frente a la "burocracia
celeste"
La "revolución de los
paraguas" se enfrenta a poderosos enemigos: el poder del PCC y de su
aparato de Estado que dirige un país de 1 400 millones de habitantes y no sufre
los procesos de autonomización regionales; un aparato militar y policial
-orientado este último a los servicios secretos y la infiltración- presente en
Hong Kong; una "burocracia celeste" experimentada en la represión, la
cooptación, la división de los oponentes, la habilidad para ganar tiempo, el
control de las redes sociales con la complicidad de los gigantes
internacionales del Net, que optan por la censura para no perder un prometedor
mercado. Durante esta lucha que no ha terminado se ha mostrado audacia y
realismo político -con estrategias y tácticas diferentes entre Occupy Central,
Scholarism y la Federación de estudiantes de Hong Kong-. Además, el poder de
las élites de Hong Kong, como de Pekín, puede apelar no sólo a sus aliados
económicos internacionales -todas las industrias y empresas financieras que por
razones jurídicas, asegurando la propiedad privada, tienen la sede de su
holding en Kong Kong, o son activas en Hong Kong (el mercado del reloj suizo
que utiliza esta base de reexportación, por poner un ejemplo)-, sino también a
sectores sociales tales como los pequeños comerciantes, muy numerosos, y a
quienes no gusta que les molesten, así como todos los que viven en los espacios
intersticiales de semejante isla urbanizada, ligada físicamente a la China
continental.
Notas
1/ Este nombre se refiere a la
afluencia de clientes chinos que aprovechan la Fiesta Nacional del 1 y 2 de
octubre para ir a hacer sus compras a Hong Kong.
2- El 10 de octubre: el movimiento
frente a Lam y a Tan Benhong
El miércoles 8 de octubre debía
haberse celebrado un Simposio internacional sobre el medio ambiente, reuniendo
a once Premios Nobel. El lunes 6 de octubre los organizadores anunciaron que
había sido suprimido por causas climático-políticas. La fórmula oficial: la supresión
fue "debida a perturbaciones duraderas en la ciudad" (Al Jazira,
7/10/2014).
Es cierto que este tipo de
"desórdenes" locales son difíciles de prever para los climatólogos
honkoneses, porque su duración depende sobre todo de las decisiones de la dirección
del partido único y adivinador instalado en Pekín, a 2.470 kilómetros -y 3:45
horas de vuelo- de Hong Kong. (Remitimos a los lectores y lectoras a la primera
parte de este artículo).
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