Hong-Kong - La "revolución de los paraguas"

Posted by Correo Semanal on jueves, octubre 30, 2014



Charles-André Udry
A l´encontre-La Breche
Traducción de Viento Sur

La movilización democrática en las calles De Hong Kong en la que participan estudiantes universitarios y de secundaria junto a una parte del profesorado y de sindicalistas comenzó el 28 de setiembre de 2014; ¿alguien podía pensar en esas fechas que duraría tanto tiempo? Que en la misma se expresen diversas sensibilidades va de suyo, como ocurriría en no importa que país del planeta.
La mañana del 29 de octubre, la prensa de Hong Kong recoge la siguiente declaración de un "oficial de rango superior en Pekín : "Los miembros de la CPPCC -Conferencia Política consultiva del pueblo chino" [en la que se encuentran políticos de Hong Kong]- pueden decir lo que piensan con total libertad, pero no pueden exigir la dimisión del Jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Leung Chung-yiny ni criticar de forma no constructiva al gobierno local [de Hong Kong] ". El resultado práctico de ese criterio no se hizo esperar: James Tien Pei-Chun del dirigente del Partido Liberal fue destituido como miembro del CPPCC tras manifestarse contra el jefe del Ejecutivo.
Al mismo tiempo, la última encuesta de opinión sobre la popularidad de Leung C.Y. muestra que está en su nivel más bajo: el 43,3% de la gente encuestada declara que no tiene confianza en el gobierno. En setiembre era el 39,6%.
Mientras tanto, la sociedad hongkonesa se polariza. Miembros el Banco Central de Hong-Kong vinculados al Partido Comunista Chino (PCC) declaran que las movilizaciones convocadas por Occupy van a perjudicar a la Región Administrativa Especial. En el mismo tono se han expresado Josep Yam Chi-Kwong, jefe del Banco Central de 1993 a 2003 (es decir, durante el período de transición) y Norman Chan Tak-lam, su actual responsable, que ha puesto el acento en el cierre de 44 bancos minoristas (los que operan sólo con particulares y pequeña y mediana empresa. Ndt). Su objetivo es tratar de arrastras a los pequeños comerciantes del lado de los grandes capitalistas que hacen de puente con el continente. En el mismo sentido, el 29 de octubre, durante una reunión del Consejo legislativo de Hong-Kong (Legco), el secretario para la Educación Eddie Ng Hak-kim afirmó que los comercios de Mong Kok, de laBaisa de Causewat y de Tsin Sha Tsui, las principales zonas en las que está presente el movimiento Occupy, se vieron obligar a cerrar durante la "semana de oro", es decir durante la fiesta nacional del 1 y 2 de octubre, en la que los turistas del continente acuden a Hong-Kong. Por otra parte, la actividad de las bandas anti-Occupy (grupos de choque contra los manifestantes) se refuerza entre en Mong Kok y en otras zonas y el gobierno acapara cantidad de material antidisturbios ¡occidental!. Síntoma de que las fuerzas de policía, históricamente entrenadas por los británicos y por el nuevo gobierno, podrían incrementar la represión. Todo ello con el telón de fondo de los contingentes del Ejército Popular de Liberación acuartelados muy cerca de los edificios gubernamentales.
El impacto político provocado por el movimiento Occupy ha empujado a Jasper Tsang Yok-sing -diputado presidente de Legco y muy del orden- a contradecir, durante una entrevista en Cabel TV, numerosas declaraciones de los dirigentes del PCC según las cuales la amplia movilización democrática sería fruto de manipulaciones extranjeras. El 29 de octubre ha declarado: "No puedo constatar esto [una intervención extranjera]. A no ser que pensemos que las declaraciones de los diplomáticos extranjeros que dicen estar preocupados por la situación puedan ser consideradas como una intervención de fuerzas extranjeras. Creo que su preocupación, expresada objetivamente, no tiene el objetivo de influenciar, dominar o forzar a una de las dos partes [el gobierno y Occupy]". Los neo-estalinistas que denuncian el complot imperialista podrían inspirarse en este punto de vista.
El movimiento, con sus diversos componentes, ha definido objetivos claros: derecho a elegir democráticamente a los futuros gobernantes; dimisión de Leung C.Y y denuncia de las escandalosas desigualdades sociales. A éstas se le suma la reivindicación de reformar la actual Constitución, fruto del acuerdo entre el PCC y el mundo empresarial de Hong-Kong y de China continental (John P. Bruns, profesor de ciencias sociales en la universidad de Hong-Kong, en SCMP, 28 de octubre). Desde que se intensificó la represión, las denuncias presentadas contra la policía se han concretizado. La policía exige a los canales de TV y a los periódicos que les entreguen extractos de los vídeos y fotos de las movilizaciones para poder "juzgar colectivamente" a los siete oficiales de policía acusados de haber apaleado brutalmente a los manifestantes. Evidentemente, a través de estos extractos la policía busca, sobre todo, identificar a los activistas. En cualquier caso, se trata de una táctica diferente de la utilizada en Pekín ya que se ha puesto en pie un proceso administrativo: los siete oficiales han sido suspendidos y al mismo tiempo se negocia con los medios de comunicación. I-Cabel News dice no haber recibido jamás una petición por escrito.
Algunos media dicen que ellos están dispuestos a responder a la petición pero exigen que sea la justicia quien les trasmita la solicitud y no la policía. Esto ha servido para abrir un debate sobre la dimensión de los derechos democráticos.
En fin, durante las negociaciones, retransmitidas por las radios y cadenas de TV, los representantes de las y los estudiantes y del movimiento Occupy no han modificado sus posiciones; no han retrocedido en sus reivindicaciones. Se ha abierto un debate en torno a la forma y el contenido de la votación de los activistas para decidir la continuidad del movimiento. Esta votación, que se debería haber realizado el 26 y 27 de octubre, se ha pospuesto. Lo que expresa tanto las divergencias como la reflexión sobre el compromiso-enfrentamiento, o más exactamente sobre cómo salir del impasse al cabo de un mes. Una reflexión compleja de táctica y estrategia frente a la cual una parte de la izquierda europea manifiesta una arrogancia e ignorancia impresionante.

1 - La "revolución de los paraguas" frente a la "burocarcia celeste"
La movilización estudiantil y de una parte de la población de Hong Kong no sólo ha suscitado preocupación en Pekin. También los relojeros helvéticos se han echado a temblar. Así, el director de ventas y marketing en Asia de la casa relojera ginebrina Frédérique Constant, Sébastien Cretegny, se sincera con Frédéric Leliévre: "Después de un mes de septiembre muy tranquilo, todo el mundo esperaba la Golden Week1 con impaciencia. Algunos pueden quedar defraudados. Todavía hay gente en los puntos de venta especializados en turistas chinos, pero en las boutiques de calle como en Causeway Bay o en Mong Konk, el movimiento Occupy Central tendrá un impacto". F.Lelièvre añade: "Sin olvidar que, como reacción a las manifestaciones, Pekin acaba de suspender los visados para los grupos de turistas que se dirigían a Hong Kong, una medida que se hará sentir de aquí a una semana" (Le Temps, 4/10/2014). Y podría añadirse, no todos los telespectadores han visto obligatoriamente las publicidades gigantes de Piaget y del grupo Richemont cuando las televisiones daban prioridad a las y los manifestantes que bloqueaban las calles del barrio gubernamental hongkonés: Admiralty.
Es cierto que el olfato de los relojeros de alta gama de Ginebra les orienta sobre todo hacia el continente, en dirección a Shanghái, Cantón y Pekín. La elección de los organizadores del Watches&Wonder (W&W) -el equivalente asiático del SIHH de Giebra (Salón internacional de alta relojería)- que tuvo lugar del 30 de setiembre al 2 de octubre en Hong Kong se ha visto confirmada: acudieron los clientes de alta gama de China continental, de Singapur y de Taiwán. No para ir a las manifestaciones en favor de los derechos democráticos. La burocracia del Partido Comunista Chino (PCC) está sometida a una "dictadura video": no puede adornar sus muñecas con Piaget, Audemars Piguet, Vacheron Constantin, Chopard, Ulysse Nardin. La campaña anti-corrupción del presidente Xi Jinping amenaza con cortarles el brazalete, ya que no la muñeca. Esto no impide a los amables animadores del W&W asegurar que volverán el próximo año, ya que los 16.000 visitantes de 2014 estaban a la misma altura, en términos de poder de compra y de encargos, que los de 2013, aunque el reposicionamiento en un segmento menos lujoso, por debajo de los 6.000 dólares, parece responder a la sentencia del presidente Mao: "El porvenir es radiante pero el camino es sinuoso".

Una degradación geográfica
Este 7 de octubre de 2014, las tres principales componentes del movimiento de masas por el sufragio universal, el derecho a elecciones libres de las autoridades de Hong Kong en 2017 -después, en el curso de la movilización, ha surgido la reivindicación de dimisión del jefe ejecutivo de la Región Administrativa Especial, Leung Chung-ying-, parecen tener dificultades para definir una estrategia común. Lo cual resulta efectivamente difícil frente a un poder fuerte y experimentado. Volveremos a ello en la conclusión de esta primera parte.
La Universidad de Hong Kong tiene un programa de investigación titulado "Research on Mass Gatherings and Rallies". En este proyecto, lleva a cabo encuestas de opinión sobre las evaluaciones positivas o negativas de los habitantes de Hong Kong sobre el gobierno de la región, en relación con la evolución de la sociedad, y lo hace desde 1992. Los dos índices son sintetizados bajo la denominación "índice de sentimiento público", establecidos cada mes en una evolución semestral. Edward Chit-Fai Tai, el director de análisis del Public Opinion Programme, subraya, en un comunicado de prensa del 3 de octubre, que los índices de evaluación del gobierno y de la sociedad son los más bajos dede hace veinte años. Estos índices no toman en cuenta las manifestaciones entre el 28 de setiembre y el 6 de octubre. Ahora bien, antes de "la explosión" de setiembre-octubre se constata un declive neto del sentimiento público desde finales de 2007, para alcanzar a finales de 2013 un nivel inferior al índice de finales de 2003. La degradación de las relaciones entre un sector significativo de la población (establecida en valor neto a partir de las evaluaciones positivas y negativas) y el gobierno así como de sus relaciones con la sociedad, es manifiesto. La misma universidad ha creado un gráfico sobre la relación entre la población y el régimen de "un país, dos sistemas". Las cifras son análogas (ver cuadro adjunto).
El movimiento de desobediencia civil, que viene madurando desde hace algunos años, tiene una de sus explicaciones en esta alteración de la credibilidad del gobierno regional y del poder de Pekín, tanto en el crecimiento de las desigualdades sociales (alzas del precio de las viviendas, gentrificación, precio de los alimentos) como en la corrupción ambiente, aspectos que están intrincados entre sí y se expresan en un sistema de poder donde se mezclan hombres de negocios, políticos, individuos vasallos del aparato de Pekín y mafiosos. Aunque sorprende la amplitud y la velocidad de la movilización, no puede decirse, en términos estrictos, que haya sido espontánea. Se ha generado una acumulación de fuerzas. Las organizaciones estudiantes, sobre todo la Federación de Estudiantes de Hong Kong, la organización de bachilleres Scholarism, creada en mayo de 2011 bajo el impulso de Joshua Wong (que entonces tenía 15 años), y el movimiento Occupy Central with peace and love han podido alimentar esta movilización democrática, pluralista por definición, tanto desde el punto de vista de las expresiones como de las modalidades de acción y de los objetivos, definidos en parte durante la lucha o/y ya elaborados.

"Mao dijo que la historia la hace el pueblo"
El filósofo americano Ralph Waldo Emerson (1803-1882) -autor de La autoconfianza (Self-Reliance, publicado en francés por Payot-Rivages en 2000)- tiene una formulación que recoge el rechazo a un poder conformista: "Su dos no es el verdadero dos, su cuatro no es el verdadero cuatro". Más allá de la filosofía identitaria de conjunto de Emerson, el rechazo democrático de universitarios, bachilleres y de todos los que se han adherido al movimiento, puede reconocerse en este enunciado. Desde finales de agosto, han considerado que "su decisión" -es decir, la decisión de la Asamblea Popular Nacional de Pekín- no era la verdadera decisión prometida, la posibilidad de elegir por sufragio universal al gobierno escogiendo a los candidatos y no teniendo que designar al jefe ejecutivo entre una lista cerrada de tres o cuatro candidatos seleccionados por un comité de 1200 personas aceptadas por la dirección del Partido-Estado. Un portavoz estudiantil ha dirigido contra el títere Leung Chung-yin -quien ha definido la movilización como ilegal y provocando el caos- y Xi Jinping, más silencioso al ser más soberano, la máxima del Gran Timonel: "¡Mao dijo que la historia la hace el pueblo!"
Joseph Cheng, uno de los animadores de Occupy Central y profesor de relaciones internacionales en la City University of Hong Kong, respondió el 3 de octubre de 2014, en Al-Jazira, a Victor Gao, de la China National Association of International Studies y presidente de China Energy Security Institute: "Ciertamente, nosotros no teníamos sufragio universal antes de 1991, bajo el estatuto de colonia británica atribuida a Hong Kong, pero eso no implica que los derechos democráticos deban ser restringidos hoy día, tal como decidió Pekín a finales de agosto de 2014". Citando la fecha de 1991, Joseph Cheng alude a una "elección" de 18 representantes en un órgano legislativo. En 1985 se puso en marcha un sistema de elección indirecta para el Consejo Legislativo de Hong Kong, tras la primera etapa formalizada de negociaciones sobre Hong Kong entre Gran Bretaña y la República Popular de China (Para consultar la compleja evolución de estas negociaciones, hasta 1997, la obra de Gao Wanglai en la web de Jairo, titulada Sino-British negociations on democratic reforms in Hong Kong, que data de 2009). Sobre la cuestión de un verdadero sufragio universal, Jean-Philippe Béja citaba en la revista Perspectives chinoises, 2007, nº 2, la posición de Ma Lik, presidente de la Democratic Alliance for the Betterment and Progress of Hong Kong (DAB), principal partido favorable a Pekin: "Hong Kong no estará preparado para el sufragio universal antes de 2022, porque sus habitantes todavía no han comprendido bien lo que es la identidad nacional".
Después de 1997 ha habido muchos cambios. Los habitantes de Hong Kong reconocen, en las encuestas de opinión, el "retorno a la madre patria" -un hecho económico, político, institucional-, pero muchos de ellos afirman, al mismo tiempo, su apego a distintos derechos democráticos. A finales de junio de 2014, un referéndum civil, en el que participaron más de 700 000 personas (de un total de 3,5 millones de electores), exigió que el Consejo Legislativo pudiera vetar todas las reformas electorales que no respondiesen a las normas internacionales (Le Monde, 29/06/2014). El 1 de julio, aniversario de la retrocesión, centenares de miles de honkoneses salieron a la calle para exigir elecciones transparentes y "honestas".

1989 como punto de referencia pero no como analogía
La conmemoración de la movilización de Tiananmen, aplastada el 4 de julio de 1989, no ha cesado, con fluctuaciones en cuanto a participación. Tiananmen es considerada como una lucha por los derechos democráticos que hay que llevar en Hong Kong y que debe extenderse a la madre patria. Cuando circuló el rumor de que se iban a iniciar trabajos en Victoria Park que impedirían la conmemoración, se reunieron 50.000 manifestantes. En 2004, en el 15º aniversario de Tiananmen, se reunieron 82.000 personas (South China Morning Post, 5/06/2004). El 4 de junio de 2014, la manifestación de conmemoración ha reunido según los organizadores a 180 000 personas. Una gran parte llevaba lamparillas encendidas. La Federación de estudiantes de Hong Kong fue un protagonista de esta conmemoración. Su secretario general, Alex Chow Yong-kang, se dirigió a los participantes. El abogado Teng Biao, que participaba por primera vez en esta "celebración" pro-democracia, declaró: "Espero que un día los ciudadanos de China dispongan de la libertad de manifestarse, que es un derecho protegido por la Constitución china tanto como un derecho humano fundamental. Sin embargo, muchos activistas por los derechos humanos en China han sacrificado su libertad para intentar conquistar este derecho. Algunos incluso han perdido la vida por ello" (South China Morning Post, 5/06/2014). El 4 de junio de 2014 se inauguró también un museo de Tiananmen y se levantó la estatua de la "Diosa de la Democracia" que recuerda a la Estatua de la Libertad alzada en 1989 en Tiananmen.
No por casualidad el 3 de octubre de 2014, durante el debate televisado, el antes citado Victor Gao propuso a la muy moderada Emily Lau, presidenta del Partido Demócrata de Hong Kong y miembro del Parlamento de la Región administrativa, concentrar las movilizaciones en Victoria Park y no en el centro financiero, gubernamental o comercial de Hong Kong. Su respuesta fue clara. En efecto, la presión de decenas de miles de estudiantes y asalariados que se habían unido a las ocupaciones los días 1 y 2 de octubre se hacía sentir en esta impasible dama: "Es inútil, ya lo hemos hecho durante años [4 de junio]. En cambio, el poder no debe enviar provocadores a Mong Kok contra los manifestantes pacíficos". Se refería a los choques que habían tenido lugar el 3 de octubre en la región de Mong Kok. Esbirros de los servicios de seguridad habían atacado a los manifestantes. La policía oficial se mostró en esta ocasión extrañamente neutra. Los actores de la "revolución de los paraguas" sintetizaron pronto en un Instagram hashtag el sentido de sus reivindicaciones: #hk689. En primer lugar, 689 es el número de votos que habría tenido que reunir, según el actual sistema electoral, al candidato al puesto de jefe ejecutivo. Efectivamente, C Y Leung fue nombrado en el puesto de jefe ejecutivo con 689 votos. Por tanto, 689 sufragios son suficientes para pretender representar a 7,2 o 7,8 millones de habitantes (según los censos). Un hombre tan aislado -pero cuyo palacio está próximo al cuartel donde residen los soldados del "Ejército popular de liberación", bajo buena protección por tanto- es la correa de transmisión de Xi Jinping, mientras su dimisión es abiertamente reclamada desde el 2 de octubre. No es imposible que Pekin se deshaga de él dentro de algunas semanas. A su vez, las dos últimas cifras, 89, son un eco de 1989.



La dimensión social
El 28 de setiembre, la Hong Kong Confederation of Trade Unions (HKCTU) condenó los ataques de la policía a "estudiantes y personas desarmadas" y "al gobierno por el hecho de suprimir la libertad de expresión y la libertad de reunión en Hong Kong". Además, reclamó la dimisión de Leung Chung-ying, la supresión del "sufragio universal trucado" y la liberación de los manifestantes. La HKCTU lanzó la consigna: "Trabajadores y estudiantes deben unirse para forzar al gobierno totalitario a devolver el poder al pueblo" (China Labour Net, 28/09/2014). Recordemos que este boletín ha sido creado por Han Dongfan, un veterano de Tiananmen detenido y torturado en 1989, prisionero durante casi dos años. Encontró refugio en Hong Kong donde fue el principal animador de China Labour Net, una publicación de referencia. Independientemente de las diversas opciones que puedan existir en el seno de la HKCTU, esta declaración muestra la dimensión social y no estrictamente democrática -en el sentido político muy restringido de algunas interpretaciones- de la movilización. Además, no hay que confundir, como lo han hecho muchos observadores, a la HKCTU y al aparato burocrático de la HKFTU (Hong Kong Federation of Trade Unions). Sophia y Francine Chan, que trabajan con la red Left21 -una red cuyo objetivo es "unir y consolidar a las fuerzas de izquierda en Hong Kong" (ver su página http://left21.hk/wp/en/16-2/ ), declaran que los organizadores del movimiento estudiantil "tienen el sentimiento de que necesitamos luchar no sólo por la democracia política, sino también por una democracia económica, ya que actualmente la vida de la población de Hong Kong está muy influida por los principales mil-millonarios de Hong Kong".

Los días 1 y 2 de octubre, festivos, hubo asalariados que se unieron a los ocupantes de los cruces estratégicos. Se sumaban así de hecho al movimiento de desobediencia civil, indignados por la brutalidad de la represión inicial. Phoebe Kwak, de 30 años, vino a Harcourt Road con su marido Jimmy Lam Chi-wang y su hijo de 7 años. Ella cuenta al periodista de Libération (1/10/2014, 17:20 horas): "nunca he visto nada similar a lo que pasa hoy". Estaba convencida de que esta generación de honkoneses estaba compuesta de chavales mimados, dedicados al shopping y enganchados a Internet. Ha cambiado de opinión: "He visto de lo que son capaces, o sea de casi todo: recoger las basuras de una enorme multitud, organizar los desplazamientos, los refuerzos, traer agua, organizar los apoyos, las comunicaciones... Saben que lo que hacen es justo... Yo soy una honkonesa en China, que es mi país". Cyrus Chang Wing-hei, informático de 28 años, trabajador en una agencia publicitaria, dice: "Siempre había creído que la gente, sobre todo los jóvenes, eran bastante egoístas aquí en Hong Kong, donde a veces lo único que importa es ganar dinero". Sobre la "identidad" -tema de numerosos estudios de Jean-Philippe Béja-, Cyrus responde así a la pregunta sobre la relación entre Hong Kong y China: "Yo no estoy de acuerdo con su política [la del PCC], pero amo a mi país. Yo soy chino y Hong Kong no es más que una parte de mi país".
Como habíamos subrayado en una introducción a un artículo de fecha 23/09/2014, los estudiantes y "protestadores" lamentan, con diversas ambigüedades, el estatuto anterior a la retrocesión, con una impresión -sesgada y anacrónica- de que las condiciones anteriores a la retrocesión habrían permitido un avance en términos de derechos políticos.

Un futuro menos asegurado, una sorda inquietud
Sin embargo, todas las encuestas recientes destacan la degradación del "rango social" de una parte de los estudiantes que deben afrontar el dominio social y económico de los "grandes capitales" venidos de China continental o de la diáspora de Singapur y de los inmigrantes cualificados que se han puesto a competir con ellos. Quienes se refieren a Tiananmen no lo hacen porque las dos situaciones sean idénticas, como han querido ver los "expertos". Los estudiantes de Tiananmen -y los sectores populares que se les unieron en la última fase- hacían frente directamente a la dirección del Partido Comunista chino, dividido en cuanto a la táctica a seguir. Esta fue decidida por Deng Xiaoping, a la cabeza de la Comisión Militar Central. Fueron por tanto masacrados (2.600 muertos) por las fuerzas del Ejército Popular de Liberación. En Hong Kong, la policía -formada en una mezcla de tradiciones británicas coloniales y de "modernidad occidental"- no ha ejercido su represión de manera más brutal que las decididas actuaciones de las policías francesa, alemana, griega, italiana (Génova en 2001), del Estado español frente al 15M o a los sindicalistas andaluces, o de los Estados Unidos (Ferguson ). Intervenciones durante una huelga, una ocupación de fábrica o de vías de ferrocarril, etc. La amenaza de disparar balas de goma fue tomada en serio por los estudiantes de Hong Kong. Lo que resulta comprensible. Además, el 3 de octubre, la policía entró en plan de exhibición en su cuartel general con cajas de granadas lacrimógenas y balas de goma. Era un aviso.
Pero la verdadera amenaza ha sido expresada por el Secretario de Finanzas de Hong Kong, John Tsang Chun-wah. El 3 de octubre, indicó claramente que si "persistía la situación, asistiríamos a grandes daños a nuestro sistema y en particular, lo que más nos concierne, a nuestra reputación en términos de riesgos como de confianza en el sistema de mercado de Hong Kong. Sería un desgaste que no podemos permitirnos" (South China Morning Post, 7/10/2014). La interpretación de esta declaración por esta auténtico dirigente de Hong Kong fue inmediata: "o cesa el caos, o habrá que llamar a la policía y a las fuerzas armadas". Un chantaje y una amenaza efectiva que toma forma en los actos de provocadores y de mafiosos, cuyas redes son también operativas en el sector inmobiliario y financiero -y no sólo en la prostitución-, sectores económicos donde la acumulación rápida y masiva de capitales no admite comparación.

Frente a la "burocracia celeste"
La "revolución de los paraguas" se enfrenta a poderosos enemigos: el poder del PCC y de su aparato de Estado que dirige un país de 1 400 millones de habitantes y no sufre los procesos de autonomización regionales; un aparato militar y policial -orientado este último a los servicios secretos y la infiltración- presente en Hong Kong; una "burocracia celeste" experimentada en la represión, la cooptación, la división de los oponentes, la habilidad para ganar tiempo, el control de las redes sociales con la complicidad de los gigantes internacionales del Net, que optan por la censura para no perder un prometedor mercado. Durante esta lucha que no ha terminado se ha mostrado audacia y realismo político -con estrategias y tácticas diferentes entre Occupy Central, Scholarism y la Federación de estudiantes de Hong Kong-. Además, el poder de las élites de Hong Kong, como de Pekín, puede apelar no sólo a sus aliados económicos internacionales -todas las industrias y empresas financieras que por razones jurídicas, asegurando la propiedad privada, tienen la sede de su holding en Kong Kong, o son activas en Hong Kong (el mercado del reloj suizo que utiliza esta base de reexportación, por poner un ejemplo)-, sino también a sectores sociales tales como los pequeños comerciantes, muy numerosos, y a quienes no gusta que les molesten, así como todos los que viven en los espacios intersticiales de semejante isla urbanizada, ligada físicamente a la China continental.

Notas
1/ Este nombre se refiere a la afluencia de clientes chinos que aprovechan la Fiesta Nacional del 1 y 2 de octubre para ir a hacer sus compras a Hong Kong.
2- El 10 de octubre: el movimiento frente a Lam y a Tan Benhong
El miércoles 8 de octubre debía haberse celebrado un Simposio internacional sobre el medio ambiente, reuniendo a once Premios Nobel. El lunes 6 de octubre los organizadores anunciaron que había sido suprimido por causas climático-políticas. La fórmula oficial: la supresión fue "debida a perturbaciones duraderas en la ciudad" (Al Jazira, 7/10/2014).
Es cierto que este tipo de "desórdenes" locales son difíciles de prever para los climatólogos honkoneses, porque su duración depende sobre todo de las decisiones de la dirección del partido único y adivinador instalado en Pekín, a 2.470 kilómetros -y 3:45 horas de vuelo- de Hong Kong. (Remitimos a los lectores y lectoras a la primera parte de este artículo).