Brasil - Exportar Gaza
El armamento de seguridad del Mundial de Brasil
Dave Zirin *
Traducción de Lucas Antón – Sin Permiso
Durante mi estancia en Brasil para los primeros días de la Copa del
Mundo de Fútbol, a mí —como a muchos otros periodistas — me lanzó gases
lacrimógenos la policía militar. En las calles vi los brillantes tanques
adaptados para ciudad y sentí las granadas de aturdimiento que lanzaban
metralla subsónica a los tímpanos. No vi los “drones” que volaban sobre
nuestras cabezas, pero, por otro lado, se supone que nadie que no tenga un
telescopio Hubble puede llegar a verlos.
Vi también un militarismo que era menos de alta tecnología y más de la
variedad tradicional consistente en desplegar tropas. Varias de las favelas
—esas precarias comunidades de los pobres que fueron antaño santuarios tanto de
los fuera de la ley como de los revolucionarios— sufren una ocupación a gran
escala, lo que ha desatado protestas de los habitantes de las favelas en contra
de la violencia de tener que vivir bajo un constante sometimiento policial.
El nivel de los instrumentos de alta tecnología que hemos visto
desplegados apenas sí resulta diferente del de anteriores Mundiales y Juegos
Olímpicos. Cañoneras y lanzamisiles se han convertido en el último decenio en
parte del paisaje del mismo modo que el Fan Park de la FIFA y la Villa
Olímpica. El problema, sin embargo, no estriba en realidad en que los medios de
comunicación hayan ignorado este tipo de imperativos de seguridad posteriores
al 11 de septiembre [de 2001] (aunque sea esto un problema). Es la forma en
que, en demasiados países anfitriones, la militarización no termina cuando terminan
los macro-acontecimientos. Por el contrario, se convierte en la nueva realidad.
Si compras un “drone”, como me dijo en 2012 un funcionario de seguridad de
Londres, “no vas a meterlo otra vez en la caja”. Se normaliza la cultura de la
vigilancia y, mediante el caballo de Troya de los deportes, nace una nueva
realidad orwelliana.
Los dirigentes brasileños no se avergüenzan de esta abrumadora
exhibición de fuerza. El Estado ha expresado en diferentes momentos su
preocupación por los manifestantes, la delincuencia y el terrorismo. Trágica,
si no previsiblemente, prefieren considerar la protesta como un hecho delictivo
y hasta como un acto terrorista en sí mismo. He sido testigo de ello
repetidamente, con el efecto de convertir al anfitrión del Mundial, como me
dijo un activista, en “un facsímil de la vieja dictadura”.
La preocupación respecto a los manifestantes, la delincuencia y el
terrorismo ha tenido sin duda su parte en el desarrollo de la seguridad, pero
es que Brasil también ha incrementado sus fuerzas armadas de modo espectacular
en los últimos años para mostrar al mundo que su nueva potencia económica
tendría una equivalencia militar. Pero la presencia de tan abrumador armamento
—por no hablar de la alta tecnología—suscita una pregunta crucial: ¿Quién está
armando a Brasil? ¿Quién se lo suministra —y se lucra— a partir de esa nueva
normalidad?
La respuesta la encontramos en Haifa, Israel, en dos fabricantes
multimillonarios distintos de armas y electrónica: Rafael Advanced Defense
Systems y Elbit Systems. Rafael es una empresa con ánimo de lucro propiedad del
Estado de Israel, mientras que Elbit es una empresa privada. Las ganancias de
Elbit están aumentando de manera espectacular, y sus aviones no tripulados
proporcionan vigilancia de masas durante la celebración del Mundial. Como
ejecutivo jefe, Bezhalel Machlis afirmó en una entrevista con Bloomberg: “Las
tecnologías de recogida de inteligencia electrónica y óptica de Elbit y
nuestros socios brasileños se ajustan perfectamente a los desafíos de seguridad
interior propios de estos acontecimientos”. El suministro de militarismo de
alta tecnología hizo que los ingresos netos aumentaran en su segundo
cuatrimestre “en un 30% hasta llegar a 50 millones de dólares”. Bloomberg News
escribió asépticamente que el deseo de Brasil de aumentar la adquisición de
armamento fabricado por Elbit experimentó “un nuevo impulso después de que el
torneo de fútbol de la Copa Confederaciones de junio [2013] moviera a un número
sin parangón de gente a salir la calle a protestar por una serie de cuestiones,
entre las que figuraba el gasto en estadios de ultimísima tecnología”.
Por lo que respecta a Rafael, la fundó en 1948 el Estado de Israel
recién creado para armar al país contra quienes hasta entonces habían vivido en
su territorio. Rafael tiene una posición aun más fuerte en Brasil que Elbit.
Tal como informaba Flavie Halais, escribiendo en Open Democracy el año pasado,
“Rafael Advanced Defense Systems ha adquirido una participación del 40% en
Brazilian GESPI Aeronautics. En 2010, Brasil e Israel firmaron un acuerdo de
cooperación y las informaciones de prensa afirmaban que el acuerdo concernía
concretamente al Mundial y las Olimpiadas. Desde entonces, funcionarios de
ambos países se han reunido para desarrollar formas de colaboración para
macro-acontecimientos y expertos israelíes de seguridad han impartido varias
conferencias y talleres a funcionarios brasileños y miembros de la Guardia
Muncipal”.
Este flujo de armas entre Israel y Brasil ha desencadenado en Brasil un
movimiento dirigido por el Frente em Defesa do Povo Palestino–SP (São Paulo),
que se compone de docenas de organizaciones y sindicatos de la sociedad civil,
y forma parte del movimiento a favor del Boicot, Desinversión y Sanciones. El
año pasado organizó una protesta en la Feria Aeroespacial y de Defensa
Latinoamericana, a la que asistieron fabricantes de armas de todo el mundo,
compitiendo todos —con la ayuda de modelos ligeros de ropa —por armar a Brasil
con ocasión de la Copa del Mundo y las Olimpiadas. El acontecimiento se
consideró un triunfo de los fabricantes israelíes de armamento a los que se
concedió, de acuerdo con un enterado, acceso especial al vicepresidente
brasileño, Michel Temer, y al Secretario de Defensa, Celso Amorim.
“Lo que están haciendo Rafael, Elbit y Global Shield es exportar las
mismas tácticas que se utilizan en la Franja de Gaza”, me dijo en Rio un
activista. “Toman los barrios de la pobreza y la ira y crean Gaza en las
favelas de Brasil. La meta de cualquiera que se considere parte de la sociedad
civil debería ser que no hubiera más Gazas”. Hasta desde la perspectiva
humanitaria más básica resulta esto irrefutable, sobre todo considerando los
acontecimientos de esta semana [en los Territorios Ocupados], como el castigo
colectivo, los bombardeos y demoliciones que han sido la respuesta al
descubrimiento de los cadáveres de los tres adolescentes muertos en
Cisjordania. Deberíamos tratar de imaginar cómo desmilitarizar Gaza para que
los 1,8 millones de personas que tienen por hogar esta franja de tierra
dispongan de libertad de movimiento y de oportunidades sin el constante
espectro de las incursiones militares.
Exportar el “modelo de seguridad de Gaza” a las ciudades del futuro es
una receta de distopía. Utilizar el Mundial —y nuestro amor colectivo por el
fútbol — para crear una nueva normalidad es algo a la vez aterrador e
indignante. Este deporte, creado y alimentado por los pobres de todo el mundo,
se juega ahora en zonas de exclusión bajo los ojos vigilantes de los “drones”
en los cielos y la bota militar en el suelo. Podemos gozar ahora mismo de tan
hermoso juego, pero también nos hace falta luchar por reivindicarlo.
* Dave Zirin, corresponsal deportivo del semanario progresista
norteamericano The Nation, es uno de los periodistas más activos y completos
sobre política y deportes. Colaborador de las emisoras MSNBC, ESPN y Democracy
Now! es autor de numerosos libros como Game Over: How Politics Has Turned
the Sports World Upside Down. (The New
Press, 2013), A People's History of Sports in the United States (The New Press,
2008) o Bad Sports: How Owners Are Ruining the Games We Love (Scribner, 2010).
Le ha dedicado sendos volúmenes a distinguidos deportistas como Muhammad Ali y
John Wesley Carlos y su publicación más reciente versa precisamente sobre
Brasil: Brazil's Dance with the Devil: The World Cup, the Olympics, and the
Fight for Democracy (Haymarket Books. 2014). Su trabajo periodístico se
puede leer en www.edgeofsports.com.
0 Responses to "Brasil - Exportar Gaza"
Publicar un comentario