Chile y Argentina: Llene los espacios en blanco
Andrés Figueroa Cornejo
1. Chile nos anda doliendo desde que tengo memoria. Y Argentina también,
de oídas y desde hace tres años, en vivo. ¿Será porque somos economías
dependientes de los Estados capitalistas centrales, que la geografía, el clima
bipolar, uno seco, el otro húmedo, uno lleno de poetas, el otro de narradores,
uno andino de pocas palabras y largadas al-tiro, otro de conversadores
impenitentes y qué-sé-yo, y ambos diciendo de soslayo, sobreviviendo espalda
con espalda, vértebra común, pero sin vernos?
2. En Chile, su puerto de Valparaíso recientemente incendiado, colmado
de re-pobres pendiendo de los cerros, las viviendas desequilibradas pintadas
para turistas y universitarios de paso, retorcido e improvisado comparado con
la cuadratura militarmente organizada de Santiago. Las casas de emergencia de
Bachelet haciendo agua a la primera lluvia y un bono de consuelo, no faltaba
más. Un dirigente de conductores de la locomoción colectiva quemándose a lo
bonzo, impotente frente a los poderes de la minoría, uno más en el país de los
suicidas por la injusticia y el espanto, una razón más para desbaratar a la
burguesía desde abajo y colectivamente. Marco Cuadra ardiendo solo, antorcha
desesperada, condensa la relación capital / trabajo en Chile.
Las demandas y movimientos desde las regiones por la falta de tanto, los
estudiantes secundarios más despiertos del mundo, los Mapuche toda la vida en
disposición de combate. Héctor Llaitul o Lautaro del siglo XXI, prisionero
político Mapuche que sabe y enseña que la guerra de los originarios es
anticapitalista. La mayoría trabajadora sobreendeudada, sobrevigilada,
sobrealienada, subempleada, subordinada, de autoestima convaleciente. El miedo
de agonía larga debido al trastorno por estrés postraumático a más de 40 años
del golpe de Estado. La unidad granítica de las fracciones de la clase que
domina contra el parto tan doloroso de la fundición de las luchas de los
oprimidos que hasta el gobierno de Salvador Allende se tuvo que llamar Unidad
Popular para significar lo que costó sintonizar las diferencias, más ficticias
que reales, de los contingentes partidistas de entonces.
Territorio donde se nombra lo que no existe. Como la clase media o la
nación emergente y legalista y ordenada y las calles limpias.
¿Qué será y por qué será? El cinismo disfrazado de moderación, la
autocensura de neutralidad, el deseo insatisfecho de café con piernas y moteles
con Wi-Fi. Los diminutivos repetidos para amar y para excluir, la búsqueda
histórica del padre ausente, la estrella solitaria. El Opus Dei y la zona gris
de los jesuitas. Los editoriales premonitorios de El Mercurio, esa mano que
mece la cuna por el momento y el chiste barato del Festival de Viña. La
alcoholización disciplinada para fugarse de la vida sin arriesgar el trabajo,
el circuito de multitiendas en vez de espacios públicos para darle sentido a
las pocas horas libres.
Chile, plataforma financiera, servicios, comercio, cobre y asociados. La
ruina ambiental, la desertifiación, el cambio climático, los pinos asesinos.
Tantísima costa, pero se come mierda y se bebe gaseosa como si fuera la última
cena todos los días. Cuando el mar no estaba concesionado tampoco existía una
dieta de pescados y mariscos. Depresión y síndromes ansiosos. Mentiras piadosas
y machismo en tensión. Patriarcado apaleado y respirando. Homofobia que mata y
que muere. Mujeres brillantes y viejos-cabros-chicos. Lucha de clases,
desigualdad en Guinness World Records y ausencia de libertad casi en todos sus
formatos. Mis herman@s en la pelea o muert@s o acomodad@s o domesticad@s o
enferm@s de melancolía. La hora de la once-comida. Lagunas mentales. Lagunas
artificiales para el relave de metales.
La caída de los precios minerales en la bolsa londinense y la
subsecuente desaceleración económica en curso. De la crisis de representatividad
del sistema político a una eventual crisis de gobernabilidad. El mito prometido
de la educación gratuita y de excelencia por medio de una reforma tributaria de
macetero sin tocar los intereses cardinales del capital y sin participación
protagónica de la sociedad. El triunfo provisorio del egoísmo.
3. Argentina quebrada y un Buenos Aires laberíntico. Pasillos paralelos
e inútiles que conducen al mismo sitio, leal reflejo de la burocracia y de las
mediaciones multiplicadas. Las ruinas circulares. Dólar oficial y dólar blue.
Discurso doble y librerías y psicoanálisis. La historia relatada capa tras capa
de pintura sobre un mismo muro. Hubo industria, pero jamás reforma agraria. De
las vacas a la soja. De la planificación a en el camino se arregla la carga y
mañana vemos. El abuso discursivo de las formas imperativas y el pasado simple.
Centenaria migración de pobres de Europa y actual migración de pobres
fronterizos y del interior. Cambio de piel, en consecuencia.
La avenida Rivadavia como parteaguas social. Actores y músicos de no
creer. Cine y documental de estatura planetaria y zapatos con taco sorteando
profesionalmente las callecitas de Buenos Aires. Calvos sin sombrero. Peronismo
como forma y con el contenido que a usted le plazca, convenza y convenga (en
todo caso, la juventud no lleva remeras de Perón). El archipiélago trotskista
que no existe en Chile.
La tradición argentina de refugio político en peligro y decadencia, tal
cual las marchas rituales entre el Obelisco y la Casa Rosada. Cítricos de toda
clase y tamaño. En la calle, más gritos que piñazos. Fiesta de los 15 años o
tetas postizas, elegí nena. Machismo criminal y matrimonio igualitario. Cultura
de andenes y de tragedias ferroviarias. El fútbol como opio, excusa para el
recurso inconsistente de la unidad nacional y el momento preciso para que los
de arriba les pasen goles a un pueblo sin defensa. Catolicismo de rito flojo y
evangélicos para regodearse y judaísmo militante y santeros y quiromancia y
gimnasios. Radios comunitarias y comedores infantiles por todo sitio. Confusión
entre asistencialismo y poder popular. Dios es un mago a quien pedir
imposibles. Guevara de la Serna y rockeros insuperables. El qom Félix Díaz y el
Perro Santillán y María del Carmen Verdú y Carlos Aznárez y Claudia Korol y
María Laura Frecha y Darío Amador. Y otros/as maravillosos/as que aquí no
caben.
Los boliches de barrio resistiendo el cerco irreversible de las cadenas
supermercadistas. Inflación, desinversión, decrecimiento, reestructuración de
deuda externa tomando deuda interna para obtener más deuda. De la parrilla a
las pizzas económicas. Todos los quesos, todos los dulces de leche. Humor
negro, expresiones hiperbólicas, y si llueve en Brasil se abren los paraguas en
el Banco Central. Mitos urbanos hasta debajo las piedras. Cardiología de punta.
Fuga de capitales y de cerebros. Dólares bajo la cama y cupones de descuento,
especulación de arriba hacia abajo y a lo largo y ancho.
Borges, Ocampo, Cortázar, Artl, Bioy Casares, Piglia, Viñas, Storni,
Walsh, Bayer.
Subsidio al capital. Como en todas partes, corrupción, pero en vidriera,
como expresión de poder. Mafia, corporativismo, Cordobazo y varios genocidas
tras las rejas y muertos tras las rejas. Metalenguaje de especialistas para
intimidar. Centros universitarios para presos dentro de los penales. Tolerancia
verdadera y tolerancia que enmascara a la indolencia y cada uno para sí.
4. Ni Chile ni Argentina se convertirán en sociedades del norte ni del
sur de Europa. La forma del capitalismo en las economías dependientes es la que
existe. Sufrimos su especificidad y frontera. No avanza hacia el primer mundo.
Por el contrario, el primer mundo ha sido y es posible en virtud de la división
internacional del trabajo donde a Chile y a la Argentina se les impuso el
saqueo de recursos naturales, el trabajo barato, el liberalismo llevado al
dogma. Sólo existe una salida.
Rellene usted la respuesta a gusto.
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