Chile - Nunca quedas mal con nadie: el diseño comunicacional de la campaña de Bachelet

Posted by Correo Semanal on lunes, octubre 07, 2013

4 DE OCTUBRE DE 2013
La abanderada de la Nueva Mayoría aprovecha su ventaja en las encuestas para comprometerse sólo a “evaluar” y “estudiar” las más variadas demandas y para permitirse restarse de debates presidenciales, como el que organizó la ANP el día 9 de octubre. Y también, como lo indica un artículo publicado por Qué Pasa, para ganarse el apoyo de sectores diametralmente opuestos. Mientras tanto, su comando aparece como el peor evaluado en términos de transparencia y acceso a la información.

A nadie sorprendió que el comando de candidata de la NuevaMayoría, Michelle Bachelet, apareciera como el peor evaluado en el barómetro anual de acceso a la información elaborado por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) y Admimark, que analiza la transparencia y las respuestas de distintas instituciones frente a distintos requerimientos.
Y es que, a un mes y medio de las elecciones presidenciales del 17 de noviembre, la reticencia de la ex mandataria a hablar con la prensa y la tensión que existe entre su equipo con los representantes de los medios, se convirtió en una cómoda estrategia, considerando su buen posicionamiento en todas las encuestas, misma que la llevó a ser la única abanderada que se restó del debate televisivo organizado por la ANP y que se realizará el próximo miércoles 9 de octubre.
Se trata de una fórmula que se asemeja a la que utilizó cuando estuvo en el poder, y que consiste en controlar los contenidos de sus intervenciones públicas, tras un acuerdo entre la periodistade su comando Paula Walker con los reporteros para aceptar una o dos preguntas en sus actividades. Lo anterior, para evitar los bombardeos de preguntas sin respuesta que se vieron cuando inició su campaña. Sin embargo, en sus últimas apariciones no las ha contestado, ni siquiera para referirse a la actividad en la que participa.
Un artículo publicado en el último número de la Revista Qué Pasa  atribuye este diseño de control comunicacional y secretismo a Robinson Pérez, un cientista político de bajo perfil mediático, pero de gran influencia al interior del comando, ya que es el jefe directo de los voceros Javiera Blanco y Álvaro Elizalde.
Pérez, de 66 años de edad, es el más veterano dentro del equipo de la campaña de Bachelet y comparte con ella el haber vivido el exilio en Alemania Oriental en la década de 1970. Expulsado de las filas del PS en 1984, se reencontró con la ex presidenta en los ’90, convirtiéndose en uno de los colaboradores de su gobierno.

NO DIVIDIR Y MODERAR LAS EXPECTATIVAS

En su recorrido por distintas comunas del país y en sus reuniones con los más diversos sectores —señala la nota— Bachelet no ha sellado compromisos concretos; por el contrario, ha insistido en sus distintos discursos en que “estudiaremos”, “evaluaremos” y “revisaremos” las distintas demandas.
Ejemplo de ello son los estudios que comprometió para que el Metro se extienda a Quilicura como a San Bernardo, en el extremo norte y sur del área metropolitana, que pese a que se trataría sólo de evaluaciones sobre la factibilidad técnica de la iniciativa, fue interpretado por los alcaldes de las comunas que podrían beneficiarse, y por los mismos medios, como una promesa de campaña. También dijo en el Círculo Español que estudiaría un sistema “mejor” al de las AFP, o los “estudios” que comprometió en Los Andes para que Aconcagua se convierta en región, o los que aseguró, realizaría para satisfacer las demandas de los habitantes de Aysén.
El artículo cita asimismo a un integrante del comando que explica por qué la Nueva Mayoría no tiene todavía un programa de gobierno consolidado y es simplemente porque, como señala un antiguo y conocido teorema de campaña, el candidato que va ganando hace menos propuestas que los que van perdiendo, y porque dada esta realidad, todo compromiso debe tener la capacidad de poder cumplirse.
El comando bacheletista ha optado en cambio por ir haciendo anuncios por área, sobre todo en aquellas donde hay acuerdo. Y cuando no los hay, las propuestas simplemente quedarán postergadas hasta que se analicen a fondo. Lo importante, indican, es “no dividir”.
Prueba de esto último es que ha conseguido en pocos días el apoyo de sectores diametralmente opuestos, como la comunidad evangélica y las organizaciones que conforman Acción Gay, que trabaja por lograr el matrimonio homosexual.