40 años de la derecha chilena y el desfonde de Matthei

Posted by Correo Semanal on lunes, septiembre 09, 2013

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Radio del Mar
El desfonde, que los “electores propios”, es decir, el voto duro de la derecha, la traicionen, no es nuevo en la ultra derecha. El desfonde, ya le ocurrió a la derecha chilena, cuando en el año 1964, debieron aceptar que su candidato a presidente de la república, el senador Julio Durán, el llamado “paquetón” Durán, resultara último en las elecciones presidenciales del año 1964, con apenas un 4,9%. El “paquetón Durán” no tenía gracia política y su candidatura se desfondó completamente.


Por: Omar Perez Santiago
03 de septiembre de 2013 
Héctor Soto afirma en La Tercera del domingo pasado que los movimientos sociales no lograron cambiar los ejes de la política.
Yo creo que eso parece más bien un deseo que una realidad.
Primero, Héctor Soto basa sus ideas erróneas en una encuesta. Y lo que hoy más ha sido afectado por los movimientos sociales son, precisamente, la validez de la encuestas y la crisis de las empresas que las realizan.
El mayor cambio de la estructura política estaría por ocurrir el 17 de noviembre por la noche, cuando se entreguen los resultados de las elecciones nacionales.
Allí quedará consignado el hecho más real, y es el posible desfonde de la derecha pinochetista o la derrota profunda de Mathei: que apenas llegue al 30%.
El desfonde de la derecha empezó con la bajada de Golborne y la depresión de Longuiera y la imposición a rajatabla por la UDI de Evlyn Mathei como candidata única.
Hoy hay indicios muy claros, que la candidatura de Mathei, por más esfuerzos y recursos que le inyectan, está en peligro de desfondarse. Lo peor para ellos, sería que Mathei no pase a segunda vuelta.
Segundo, otro gran error de la derecha de Mathei: la señora menosprecia los eventos políticos simbólicos. Esa abstracción intelectual que valoriza cualquier ser humano, la señora Mathei ni siquiera la tuvo en su mente. Cumplir años con 0, los 20, los 30 o los 40 años –los llamados cambios de folio- son importantes en la vida de las personas. Pero aún más en las instituciones.
Mathei cometió un error básico.
Parece que no tomó el curso de política y simbología. Despreció como sólo ella sabe hacerlo, la efeméride de los 40 años del golpe militar. Ninguno de sus asesores, ni siquiera los más jóvenes, pudieron ponerse en la situación actual: una avalancha de información y documentales sobre los militares y los derechos humanos, y los asuntos asociados, tales como la caída del ex general Cheyre del Servel y la mención del mismo presidente Piñera a “los culpables pasivos” con la violación a los derechos humanos durante la dictadura.
El resultado es muy claro, Mathei tiene en estos momentos un absoluto descontrol, de lo que los analistas llaman, la agenda política.
Mathei confirma que asistirá a la ceremonia que Piñera organiza en La Moneda el lunes 9 de septiembre. Pero, a estas alturas, se vista con los colores que se vista, la señora Mathei no ganará ningún punto con estar sentada o parada allí en La Moneda, en el lugar donde murió Salvador Allende.
Tendrá ella, sin duda, una cara de réquiem.
El desfonde, que los “electores propios”, es decir, el voto duro de la derecha, la traicionen, no es nuevo en la ultra derecha. El desfonde, ya le ocurrió a la derecha chilena, cuando en el año 1964, debieron aceptar que su candidato a presidente de la república, el senador Julio Durán, el llamado “paquetón” Durán, resultara último en las elecciones presidenciales del año 1964, con apenas un 4,9%. El “paquetón Durán” no tenía gracia política y su candidatura se desfondó completamente.
Que Mathei se convierta en fiambre político, no está lejos de ocurrir. Y todo eso se nota a lo lejos en el nerviosismo de su partido, la UDI.
Ocurrido cualquiera de las dos cosas, (que se desfonde o que apenas alcance el 30 % de los votos) la derecha pinochetista ingresará a un verdadero período de peregrinación por el desierto.
Las elecciones hay que jugarlas, como dicen los políticos con una l metáfora futbolística. Es cierto, en “la cancha se ven los gallos” y todos los lugares comunes.
También es cierto que faltan exactamente 3 meses y eso –otro lugar común- es mucho tiempo.
Sí. Podría mejorar.
Pero, para la candidatura de Mathei, esos 3 meses pueden ser peores, mucho peores.
Faltan aún 3 meses para que se den cuenta que cometieron el peor error de todos: pensar que todo estaba olvidado, qué a 40 del golpe militar y de la dictadura, todo estaría enterrado.