Bangladesh - Sin límites para explotar el trabajo ajeno

Posted by Correo Semanal on jueves, mayo 16, 2013

Sin límites para explotar el trabajo ajeno
Más de 400 obreras y obreros muertos por la voracidad capitalista
Por Carlos Amaya
Revista Tinta Roja,
Honduras, 2º trimestre 2013

El pasado 24 de abril un derrumbe en el edificio de Plaza Rana en Dacca, la capital de Bangladesh causó la muerte de casi 400 personas, en su mayoría obreras textiles.
Alrededor de 2.500 personas fueron rescatadas. Un millar resultaron gravemente heridas y decenas se encuentran desaparecidas.
El desastre ocurrió en un edificio de ocho plantas que tenía la estructura colapsada, en cinco plantas se encontraban talleres de manufactura de ropa que empleaban en total a tres mil 122 trabajadores y que fueron obligados a trabajar pese al peligro de derrumbe. Hace solo cinco meses, un incendio en un taller bangladeshí, mató a un centenar de empleados.
Se trata de una de las mayores catástrofes de una precaria industria que llena las tiendas de occidente de ropa baratísima y es clave en la economía de Bangladesh.
Tragedia y represión
La policía de Bangladesh reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma a miles de manifestantes enfurecidos que protestaron por la negligencia en torno a la tragedia.
Al menos 70 personas, entre funcionarios de los servicios de bomberos y policías, resultaron heridos cuando los trabajadores se enfrentaron con la policía.
¿Quiénes son los culpables?
¿Acaso se suicidan los obreros?
Cada año 2,3 millones de personas mueren por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo. El cuadro es patético. La fuente: OIT
La muerte en el trabajo en el mundo:
 6.300 muertes cada día.
 262 muertos cada hora.
 4 muertes cada segundo.
Además, la OIT calcula que cada año se producen 160 millones de enfermedades no mortales relacionadas con el trabajo.
Además, la crisis económica ha provocado en los países que la padecen, un incremento de enfermedades cardiorrespiratorias, ansiedad, depresión, estrés y otros trastornos mentales, incremento de suicidios… que provocan otro incremento del consumo de psicofármacos del 27,5% en los últimos 5 años.
¿Quiénes son los culpables? ¿Acaso se suicidan los obreros?
(De “28 de abril: Día Mundial de las víctimas del trabajo en tiempos de crisis”, Ángel Cárcoba, Bhhs Laboral,  22/04/2013)
En la masiva protesta, registrada en las afueras de la capital, en Gazipur, donde participaron trabajadores del sector de la confección de ropa, los manifestantes quemaron neumáticos destrozaron vehículos e incendiaron varias fábricas y tiendas. En su protesta, por segundo día consecutivo, también exigieron que se detenga a los dueños de las fábricas textiles que operaban en el edificio Plaza Rana.
Las protestas de los trabajadores también se extendieron a varios distritos de la capital, incluyendo Mirpur, donde se ubican decenas de fábricas del vestido, que laboran prendas para prestigiosas marcas extranjeras, la principal industrial bangladesí.
Marcas transnacionales
La presión sobre la peor tragedia industrial en Bangladesh también apunta hacia las empresas occidentales que habían prometido después del incendio mortal en noviembre pasado adoptar medidas para garantizar la seguridad de las fábricas. Varias empresas han admitido que cosían para ellos en el edificio Rana Plaza: la española El Corte Inglés, la británica Primark, la canadiense Loblaw y la danesa Group PWT. Pero los compromisos de estas marcas no cubren la subcontratación que es la forma mediante la cual se burlan de las leyes y controles que dicen respetar.
La fábricas de la muerte de Bangladesh
En los últimos siete años más de 700 trabajadores han muerto confeccionando las camisetas, pantalones y cazadoras que vestimos en Occidente, según la Organización Internacional Foro de Derechos, un grupo estadounidense que defiende los derechos humanos.
La activista Kreisler, de Ropa Limpia, recalca que los empleados textiles de Bangladesh (el 90% de los cuales son mujeres) están entre los peor pagados del mundo: cobran unos 32 euros al mes (L 808,13). Y son, por eso, de los más competitivos junto a los chinos. Incluso China deslocaliza parte de su producción a Bangladesh.
El peso del sector textil en la economía del país asiático es inmenso: supone el 70% de las exportaciones (cuyos destinos suelen estar en Europa y Estados Unidos) y el 17% del PIB, según la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Ropa de Bangladesh. Es el segundo exportador mundial de ropa –solo por detrás de China–.
“Un día de ausencia se castiga con la reducción del salario correspondiente a dos jornadas, el retraso de unos minutos se paga con el sueldo de todo el día, y las ausencias también se penan con el pago tardío de la nómina”, señala Zigor Aldama en un reportaje en El País en el que recogía los abusos sufridos por varios trabajadores. Las jornadas semanales son de 54 horas, pero son forzados a realizar horas extras no remuneradas casi todos los días. Quien se queja es reprimido. Solo el 1% de los empleados de Bangladesh están sindicados.
El gobierno no vela por los derechos de los obreros y un 10% de los miembros del Parlamento posee fábricas textiles.
“Las autoridades conceden privilegios a los dueños de las fábricas”, señala a ese diario el presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Textil, Amirul Haque Amin.
En los dos últimos años se han sucedido las manifestaciones y protestas de los trabajadores pero el Gobierno las ha reprimido. En 2012 el conocido activista Aminul Islam apareció torturado y asesinado. El crimen no se ha resuelto.
La corrupción y la ganancia fácil están detrás de los funcionarios del estado que confabulados con las marcas internacionales son los responsables de esta tragedia.
Bangladesh
Es un país ubicado en el sur de Asia. Su territorio se encuentra rodeado casi por completo por la India, a excepción de una pequeña franja al sureste donde limita con Birmania. Con una extensión territorial de 147,570 km2 y una población de 167 millones de habitantes es el país con mayor densidad de población del mundo. Su PIB per cápita es de u$ 590.96.
Independizado de Pakistán en 1971, sufrió hambrunas, desastres naturales y pobreza generalizada, así como agitación política y golpes de estado. En 1991 se restableció la democracia logrando una relativa calma y un lento progreso económico.
Desde 1975 su PIB per cápita se ha duplicado y la tasa de pobreza ha caído en un 20% desde comienzos de la década de 1990. El país figura entre las economías de los “próximos once” como se denomina a las economías de crecimiento acelerado.
A pesar de que dos tercios de la población se dedica a la agricultura, más de las tres cuartas partes de los ingresos de exportación proceden de la industria textil, la cual comenzó a atraer a los inversores extranjeros en la década de 1980, debido en gran parte a la mano de obra barata y a los bajos impuestos.
En 2002, esta industria exportó más de cinco mil millones de dólares en productos y actualmente emplea a más de tres millones de trabajadores, de los cuales el 90% son mujeres. Una gran parte de los ingresos de divisas del país provienen de las remesas enviadas por los bangladesíes que viven en el extranjero.
Con el fin de mejorar el crecimiento económico, el gobierno creó varias zonas francas para atraer la inversión extranjera, garantizando salarios de hambre, pésimas condiciones laborales y represión a los intentos de organización sindical.

La clase obrera mundial está de luto.
¡Solidaridad con los y las obreras de Bangladesh!