Chile - El Sistema Binominal. Editorial por Marcel Claude

Posted by Correo Semanal on jueves, abril 04, 2013

Fuente: El Rastro
Marcel Claude

La discusión sobre la reforma del llamado sistema binominal ha estado en el centro del debate político durante los últimos tiempos. Siempre, claro está, con la poca altura de nuestra clase política y marcado por una notable hipocresía.  Todos saben que el sistema no es democrático, pero, cuando se trata de hablar de la institucionalidad política chilena, nadie de esa clase política -incluso los comunistas- deja dudas sobre el carácter democrático de ésta.
sist binominalEs curioso que un sistema electoral se defina como democrático, cuando permite que una minoría con el 30% de los votos pueda ocupar el 50% de los cargos de representación, al mismo tiempo que posibilita que una proporción del 29% pueda quedar sin la más mínima expresión en el sistema político. Esto es sólo comparable al sistema de representación de la Francia pre revolucionaria -estamos hablando del siglo XVIII- cuando el Clero y la Nobleza, cada uno acaparaba un tercio de la representación, cuando no eran más -y con suerte- del 5% de la población, mientras el Tercer Estado -el resto de los franceses que superaban el 95%- también tenía un tercio de los representantes. Para nobles y curas era de toda justicia y, como sus poderes y relaciones estaban entrelazados, en conjunto, representaban más del 65%, por lo que debería quedar claro cómo se daban las cosas en ese entonces.
La historia nos dice después que ese Tercer Estado se molestó he hizo una revolución en la que rodaron muchas cabezas, entre ellas, la del Rey la Reina y toda la Nobleza. Pero la humanidad no aprende y vuelve por los mismos errores, así como también, vuelve por las mismas revoluciones.
Lo cierto es que cualquier progreso político hacia una real democratización de la sociedad chilena, requiere con urgencia una modificación sustantiva, más bien dicho, la eliminación del sistema binominal de elección parlamentaria. Este sistema impide que se hagan los cambios constitucionales necesarios, dado que, hace imposible la representación eficaz la soberanía popular y es uno de los mecanismos más poderosos para contener el sistema institucional existente en Chile, el que favorece la posición de control y dominio de una oligarquía pequeña pero muy poderosa.
Sin embargo, nada se puede esperar de esta clase política que se reproduce de manera autónoma e independiente de la voluntad ciudadana. El cambio que requiere el país ocurrirá cuando los propios ciudadanos asuman la tarea de erradicar a esta casta de seudo representantes, que por años han impedido el progreso material y moral del país.