Venezuela - Chávez fue democráticamente elegido el campeón de los pobres

Posted by Correo Semanal on lunes, marzo 11, 2013


Owen Jones 
The Independent, Londres, 6-3-2013
http://www.independent.co.uk/
Traducción de Manuel Alonso
Viento Sur
http://www.vientosur.info/


Si quieres saber sobre los derechos humanos en Venezuela antes de Hugo Chávez, escribe "Caracazo" en Google, pero hazlo con el estómago preparado. Volviendo a 1989, el entonces Presidente Carlos Andrés Pérez ganó las elecciones con una feroz campaña contra la doctrina del libre mercado: el FMI era "una bomba de neutrones que mataba a la gente, pero dejaba en pie a los edificios", decía. Pero una vez que se hubo asegurado el palacio presidencial, viró dramáticamente y desató un programa de privatización y terapia del shock neoliberal. Con la supresión de los subsidios al gas los precios del petróleo se dispararon, y los venezolanos pobres salieron a las calles. Los soldados intentaron acabar con las protestas abriendo fuego. Más de 3.000 personas perecieron, una horrenda cifra de muertos a la altura de la Masacre de la Plaza de Tienanmen, pero en un país con una población 43 veces menor.

Fue el abortado intento de golpe contra el asesino Pérez y su gobierno de rampante corrupción en 1992 el que lanzó a Chávez a la fama. Aunque encerrado, Chávez se convirtió en un icono para los sufridos pobres de Venezuela. Cuando obtuvo una aplastante victoria en 1998 con la promesa de utilizar la riqueza del petróleo para ayudar a los pobres, Venezuela era un desastre. La renta per cápita había colapsado hasta los niveles de principios de los años 60. Uno de cada tres venezolanos vivía con menos de 2 dólares al día. Los ingresos por el petróleo habían sido dilapidados.

En los próximos días escucharemos repetidas veces que Hugo Chávez era un dictador. Un tipo de dictador divertido: había ganado 17 elecciones y referendos desde 1998. Quizá pensarás que los procesos estaban manipulados. Cuando ganó por un enorme margen en 2006, el antiguo presidente de los EEUU Jimmy Carter estuvo entre los muchos que declararon que Chávez había ganado "de forma justa y recta". En las últimas elecciones en octubre de 2012, Carter declaró que "de las 92 elecciones que hemos monitorizado, diría que el proceso electoral en Venezuela es el mejor del mundo". Yo estuve allí: quizás pienses que soy de esos izquierdistas occidentales irremediablemente ingenuos que visitaron las aldeas Potemkin en la rusia estalinista. Estuve con una comisión electoral independiente, que contaba tanto con pro Chávez cono con anti Chávez, quienes habían sido previamente invitados por la oposición para dirigir sus elecciones internas. Nos reunimos con destacadas figuras de la oposición que arremetían contra Chávez, pero que sabían que vivían en una democracia. Cuando perdieron las elecciones, lo aceptaron.

Justicia social

De hecho, el propio Chávez ha tenido que aceptar la derrota con anterioridad: en 2007 perdió un referendo, y no se quejó de los resultados. Hasta que él llegó al poder, millones de venezolanos pobres ni siquiera estaban registrados para poder votar. Ahora, las campañas para el registro de votantes casi han duplicado el electorado. Hay 6.000 centros más de votación que en la época anterior a Chávez.

Por otro lado, las credenciales democráticas de muchos de sus oponentes son más que cuestionables. En 2002, un golpe al estilo Pinochet fue lanzado contra Chávez, y solo fue revertido por un levantamiento popular. Gran parte de los medios de comunicación privados incitaron o apoyaron abiertamente el golpe: imagina que Cameron fuera expulsado del Nº10 por generales británicos, con el apoyo y la incitación de los noticieros. Pero los medios de comunicación venezolanos están dominados por las cadenas privadas, algunos de los cuales hacen parece a la Fox News como amables izquierdistas. La televisión estatal podría ser acusada de parcialidad hacia el gobierno, y tal vez por ello tienen una mísera cuota de audiencia del 5,4%. De los siete mayores periódicos nacionales, cinco apoyan a la oposición, y tan solo uno simpatiza con el gobierno.

La verdad es que Chávez ganó elección democrática tras elección democrática a pesar de la hostilidad, a veces enfermiza, de los medios, porque sus políticas transformaron las vidas de millones de venezolanos que antes habían sido ignorados. La pobreza cayó desde cerca de la mitad de la población hasta el 27,8%, mientras que la pobreza absoluta se redujo más de la mitad. Seis millones de niños reciben comidas gratis al día; prácticamente se ha establecido la sanidad universal gratuita; y el gasto en educación se ha duplicado en relación al PIB. El programa de la vivienda lanzado en 2011 construyó más de 350.000 viviendas, permitiendo a cientos de miles de familias salir de las infraviviendas de los Barrios. Algunos de los petulantes críticos extranjeros sugieren que Chávez efectivamente compró los votos de los pobres (como si ganar elecciones mediante la entrega de justicia social fuera una suerte de soborno).

Alianzas

Esto no quiere decir que Chávez esté más allá de toda crítica. Venezuela era ya un país con el crimen rampante antes de que llegase al poder, pero la situación se ha deteriorado. Alrededor de 20.000 venezolanos murieron a manos de la violencia criminal en 2011: es un número de víctimas inaceptable. Además de las drogas, la casi universal tenencia de armas, el impacto desestabilizador de la vecina Colombia y una débil (y a menudo corrupta) fuerza policial tienen la culpa. Aunque el gobierno ha comenzado a desplegar una fuerza policial nacional, el crimen endémico es una crisis genuina. Hablé con venezolanos en Caracas, la aterradora falta de ley y orden fue denunciado tanto por chavistas como por anti chavistas.

Y luego está el tema de algunas desagradables asociaciones extranjeras por parte de Chávez. Aunque sus más cercanos aliados eran sus compañeros de izquierda o centro-izquierda de América Latina democráticamente electos (casi todos ellos defendieron a Chávez de las críticas extranjeras), también apoyó brutales dictaduras en Irán, Libia y Siria. Esto, ciertamente, ha manchado su reputación. Por supuesto, en Occidente no podemos señalar a Chávez por sus indeseables alianzas. Nosotros apoyamos y armamos a dictaduras como Arabia Saudí; al antiguo Primer Ministro Tony Blair se le paga 13 millones de dólares al año por trabajar con la dictadura de Kazakhstán. Pero nuestra propia hipocresía no absuelve a Chávez de las críticas.

La llamada Revolución Bolivariana era demasiado dependiente de la propia reputación de Chávez, e inevitablemente su muerte plantea interrogantes sobre su futura dirección. Pero no cabe duda: Chávez fue democráticamente elegido el campeón de los pobres. Sus políticas sacaron a millones de personas de la extrema pobreza y la miseria. Representó una ruptura con años de regímenes corruptos con continuos y terribles historiales de lesiones a los derechos humanos. Sus logros fueron ganados haciendo frente a un golpe de estado, la agresividad de los medios de comunicación hostiles y amargas críticas extranjeras. Demostró que es posible resistir contra el dogma neoliberal que impera sobre la mayor parte de la humanidad. Será llorado por millones de venezolanos - y es comprensible.

* Owen Jones es el autor de Chavs, la demonización de la clase obrera, Capitán Swing, Madrid, 2013. El libro ha sido reseñado por Íñigo Errejón en el nº 126 de Viento Sur.