Chile - Presidenciales 2013: compás de espera
Economista
Todo parece estar en estado de hibernación y las cosas no se clarifican muy bien todavía. Probablemente sean los coletazos del 60% de abstención que tiene a todos con la cabeza y el trasero a dos manos. La cabeza porque no saben cómo leer su futuro político o porque si se dan cuenta del problema, no saben cómo hacerle frente: aunque acostumbrados a las volteretas en el aire no siempre caen bien, y este es un escenario propicio para estrellarse en el pavimento de la política. Corren el riesgo de que ya nadie les crea, y también de que sus financistas -los poderosos dueños de esta gran salitrera que es Chile- no les pongan un peso para sus campañas.
Para hacerse cargo de la que han armado, políticos y grandes empresarios deberían ponerse izquierdosos, díscolos, radicales. El trasero, a su vez, porque algunos ya imaginan lo que sería una pateadura colectiva por parte de la ciudadanía por barzas, chantas y descarados.
El futuro ya no es tan promisorio y hay un gran temor a equivocarse. Este temor dice relación con lo que está en juego. Hay quienes tienen mucho que perder si se levanta una alternativa política que realice las transformaciones que Chile necesita: nacionalización del cobre, Asamblea Constituyente, fin de las AFP, educación pública gratuita, reforma laboral, etcétera. Los señores del dolor -los grupos económicos que tienen sumido al país en una orgía de gemidos y lamentaciones- arriesgan más que nadie, ya que tienen el control total del país: la prensa, la educación, la banca, el Parlamento, La Moneda, el Poder Judicial, etcétera. Obviamente harán todo lo que estimen necesario -propio e impropio, recto o inmoral, sucio o inmundo- para impedir cualquier cambio que disminuya su posición de poder. Sus sirvientes -la clase
política concertacionista- perderán sus cómodas posiciones de honorables que, para quienes son y de donde
vienen, es casi tanto como lo que perderían los Matte, Luksic, Angelini, Paulmann y otros.
Esto explica algunos hechos que debiésemos leer con mayor detención pues nos dan claves para pensar más
acertadamente el presente: el tercerista de derecha Franco Parisi ya abandonó la carrera. Allamand le convocó a su casa para proponerle participar en las primarias de la derecha: una forma elegante de sacarlo del camino. A Joselyn-Holt le quitó el piso el partido que lo postuló -Chile Primero- acusándole de no ser capaz de encarnar un proyecto colectivo, de estar en un proyecto personal y sin capacidad de convocar a otros. La dama ausente sigue suspendida y sonriente como un ícono mariano. La virgen de todos los milagros (?), cuya estampita desplazan esparciendo incienso por todo Chile monaguillos como Escalona y Andrade. O el inenarrable Lagos Weber que se refiere a ella como la “mami”: ¿quién le pierde el respeto a quién? Ella aún no ha dado el paso y eso alimenta la especulación. Unos dicen que viene, otros que espera la sinecura de José Miguel Insulza en la OEA, o que esperará hasta los últimos días para evitar el desgaste. Lo cierto es que la decisión no es fácil:si Sebastián Piñera la tiene difícil, quien le remplace la tendrá más compleja. El descontento social crece y se multiplica, y si las nuevas autoridades siguen haciendo
lo mismo de siempre la indignación se volverá tsunami.
Muy probablemente nuestra señora de Washington no ha estado esperando el fin del mundo anunciado por los mayas, sino que se lo está pensando muy seriamente. No solo por lo difícil que será gobernar un país más descontento y aguerrido, sino también porque la Concertación está desmembrada, atravesada por fuertes conflictos, desgastada y políticamente muerta. Es verdad que le queda la admiración de los empresarios Como quiera que sea, nadie quiere dejar nada al azar:con un 60% de abstención los grados de libertad casi no existen. Hay quien intenta seducir a MEO -que no sabe si es Ominami o Enríquez-para que se incorpore a las primarias concertacionistas. Misión no imposible,visto que MEO no logró levantar la alternativa política que esperaba y siempre es mejor ser cola de león que cabeza de ratón. Como reza el proverbio: peor es mascar la hucha.
Así las cosas, muchos esperan que se construya -en el tiempo que resta de aquí a las elecciones-, una alternativa política que responda a las esperanzas de todo un pueblo. Chile, que ha sido laboratorio del neoliberalismo más exacerbado, ¿pudiese transformarse en un ejemplo de retorno a la cordura, a la justicia, a la libertad y a la democracia? No es fácil pero tampoco es imposible, y de hecho es una tarea ineludible, una obligación ética que nadie puede soslayar.
Fuente: Politika
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