Ley de Medios en Argentina: ¿Y qué fue de las radios comunitarias, alternativas y populares?
Andrés Figueroa Cornejo
Cuando las leyes de hierro de la
lucha de clases hacen temblar el precario equilibrio del capitalismo argentino
en más de 40 ciudades a través del estallido social de los
des-integrados y la juventud pobre, los que mandan intentan explicar con
demagogia y teorías conspirativas lo más obvio.
Joven, moreno, provinciano y repobre;
muchacha y muchacho sin porvenir. Desempleado, desertor escolar. La cólera de
no tener lo que surten las vitrinas y supermercados. La mercancía esquiva
o imposible. Excluido, fuera del mercado, descontado por contexto,
gente sobrante, y desde la periferia al centro. Los discursos y los recursos
derrumbados y una alternativa política transformadora que nadie sabe por qué
aún no cuaja.
Primero está el movimiento real, la
disconformidad puesta en acción colectiva desordenadamente, la confusión.
¿Cuántos muertos, cuántos malheridos, cuántos presos? ¿Qué castigo merece la
miseria rebelada? ¿Cómo se recompone el relato deshecho, la sintonía nada fina
y obscena de la represión contra los nadie, la crisis de representatividad del
sistema de partidos políticos, las instituciones corruptas, la especulación y
el despojo, la administración del hambre, la expoliación donde existe el
trabajo, el trabajo en negro y precarizado, los efectos de la crisis ofreciendo
sus dentelladas predecibles y predichas (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=159828&titular=argentina:-%BFy-qu%E9-se-yo?-)? Un
Cristo rodeado de pastores indignados y sin Reyes Magos nace en Argentina. Un
Cristo de pueblada. Demasiado parecido al original.
Pero no hay lucha ni despertar sin
ideas ni representación simbólica. Aunque los grandes medios criminalicen a los
mal comidos, las radios comunitarias (o el holding de los que no tienen nada
que perder), juegan su carrera, hablan desde abajo, dicen con dientes faltantes
y gramática con piso de tierra. Como cuando apura la verdad.
La siguiente entrevista a Inés Farina
y Mariano Randazzo, miembros del Colectivo Radio Sur (www.radiosur.org.ar),
se realizó antes de los acontecimientos que sacuden a Argentina en fechas
navideñas. Tiene que ver con el rol de las emisoras populares y su sentido. Con
una ley de medios que no se aplica. Con el combate político de acuerdo a los
intereses de clases en pugna, pero ahora a escala de visión de mundo, de
práctica discursiva. Vigencia pura y dura.
-¿Cuál es el derrotero de la ley de medios?
Inés Farina: “La ley de medios tiene
una historia mucho más larga que el cumplimiento de tres años que
lleva su sanción, o los cuatro que se está debatiendo. Muchas radios
comunitarias nacieron a comienzos de los 80’, cuando comenzaron los
gobiernos civiles, en condiciones totalmente clandestinas y en medio de una
legislación que no permitía su existencia o no las consideraba. Entonces fueron
perseguidas e imposibilitadas de salir al aire.”
-¿Y hoy?
IF: “No es la realidad exacta de
ahora, incluso más allá de la ley de medios nueva que todavía no se aplica. En
todo caso, en la actualidad hay algunas emisoras que si tocan intereses muy
poderosos, como los de la megaminería en Andalgalá, son interferidas por las
corporaciones, amenazadas, amedrentadas o clausuradas. El Estado lo permite,
eso sí. Ahora bien, en general, las radios comunitarias sobrevivimos como
podemos en un manto de ilegalidad mansa. Carecemos de licencia y ocupamos el
éter. Si hubiera una persecución concreta, no podríamos emitir.”
21 PUNTOS: “POR AHORA NO PASA NADA”
-En Chile hay muchas emisoras que
sufren una permanente persecución y, me imagino, que en otros países de
Nuestramérica debe ocurrir lo mismo…
IF: “Las radios mapuche son un
ejemplo de ello. En Argentina, a mediados de los 90’ se originó la
Coalición por los 21 puntos, formada por radios comunitarias y académicos
universitarios ligados a los medios de comunicación.”
-¿Qué hace la Coalición?
IF: “Conviene 21 puntos sobre los
cuales, supuestamente, descansa la nueva ley de medios o Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual.”
-¿Y qué plantean?
IF: “Lo más sustantivo es el tema de
los tres tercios que proponía la Coalición por la Difusión Democrática. En
sencillo: de 99 licencias radiales –para no entrar en el ámbito televisivo-, 33
emisoras serían para las emisoras sin fines de lucro (que los 21 puntos llamaba
literalmente “comunitarias”), 33 para privadas, y 33 para el Estado. Hoy la ley
dice que hay un 33 % reservado para los medios sin fines de lucro, donde las comunitarias
entramos, pero no hasta completar ese porcentaje.”
-¿Y cuál es la diferencia?
IF: “Que todas las radios
comunitarias son sin fines de lucro, pero no todas las emisoras sin fines de
lucro son comunitarias. Por ejemplo, las emisoras de ONG’s, sindicatos, etc.
Ellas no son comunitarias.”
-¿Qué define a una emisora
comunitaria o popular?
IF: “El proyecto político en general
que está sustantivado en querer organizar a un sector de la sociedad, potenciar
su desarrollo y formas propias. Una ONG o un sindicato pueden no tener fines de
lucro, pero se estructuran con las jerarquías de una radio tipo pyme o
comercial. Nosotros decimos que no es que tengan que dejar de existir, pero no
tienen que ver con las comunitarias, alternativas y populares.”
-¿Qué otro aspecto no cumple la nueva
ley en relación a los 21 puntos originales?
IF: “Lo que compete a la
distribución de la pauta de publicidad oficial no se legisla ni se menciona.
Ahora bien, la ley del gobierno mete al Estado, los gobiernos provinciales, las
universidades, etc., y todo el espectro restante queda para las comerciales con
fines de lucro.”
-¿Cómo evalúas la ley?
IF: “Eleva el piso del debate al
reconocer a las radios comunitarias alternativas y populares en el caso de que
sea implementada, claro. Por ahora no pasa nada. De hecho, ese 33 % que debería
garantizar, no lo está haciendo en ninguna parte del país. Si se llega a
aplicar, nos permitiría estar en otras condiciones. Nos encontramos en una
situación ‘de tránsito’.”
LOS AMIGOS QUE PERDÍ
-¿Cuáles son los núcleos de la ley
real y no de la ideal?
IF: “Uno es la mentada ‘desmonopolización’,
que en verdad es la desinversión de los multimedios, porque no existen
monopolios sino multimedios muy concentrados. Ese era el publicitado 7D, casi
fin de mundo, que terminó siendo un vulgar 7 de diciembre como cualquier otro.
Sin embargo nosotros valoramos la discusión sobre la concentración de la
propiedad. Porque uno siempre lo hace respecto de la soja, de la industria de
la comida, de la explotación minera, de la riqueza, cuando en materia mediática
esa concentración es aún más compleja.”
-¿Por qué?
IF: “Porque los medios construyen
consenso, sentido común e ideas de acuerdo a sus respectivos intereses y a lo
que más vende.”
-En un momento la ley de medios se
redujo a la lucha maniquea del gobierno contra el grupo Clarín…
IF: “Tanto así que cuando quisimos
incorporar la problemática de los medios comunitarios a la discusión pública,
nos dijeron que lo primero antes de todo era que los multimedios se adecuaran a
la ley, ‘que después vemos lo otro’. Y ya han pasado tres años desde la promulgación
de la ley. Además, la ley actual existe no sólo por la convención de los 21
puntos y la lucha de los medios comunitarios, sino también por el llamado
‘conflicto del campo’.”
-¿Cómo?
IF: “Durante el gobierno de Néstor
Kirchner, Clarín fue su aliado, se colaboraron mutuamente. El conflicto del
campo (medidas impositivas al gran capital agrario por parte del gobierno donde
Clarín tomó partido por el campo) significó una ruptura del amorío de Clarín
con los Kirchner. Entonces Cristina Fernández tomó los 21 puntos con el fin de
provocar la desinversión de Clarín y de parte de sus licencias. Porque no es
que el gobierno nacional ahora, inocentemente, descubriera qué intereses
representa ese multimedio y que cuenta con 250 licencias de más. Clarín ya estaba
infringiendo la ley mediática anterior a la actual. La pasada permitía hasta 24
licencias, y la en curso, hasta 10. Esta fue una de las causas, sino la más
relevante, del debate de la nueva ley. En fin, la puja gobierno-Clarín se
judicializó con final incierto.”
-¿Cuál es el procedimiento en orden a
la propiedad que fija la ley nueva?
IF: “El artículo 45 pone un tope a la
cantidad de licencias multimediáticas. Es decir, obliga a vender las licencias
de más. En el famoso 7D los grandes grupos tenían que ajustarse a la
legislación, presentándose ante la Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual (AFSCA), señalando la cantidad de licencias excedentes
y la lista de los posibles compradores, cambios de nombre y de testaferros
–todo vale-. Esto es, un trámite prácticamente formal nada más.”
MARIANO RANDAZZO: “VOCACIÓN DE UNIDAD
POPULAR”
-¿Qué hay sobre el debate de los
conceptos que giran en torno a las radios comunitaria, libres, alternativas y
populares?
Mariano Randazzo: “Nosotros definimos
la comunicación y la libertad de expresión como un derecho humano más. Por
tanto, entendemos que la comunicación no es una mercancía. Y del lado opuesto
se encuentran los que conciben a la comunicación como una empresa lucrativa y
que ven los monopolios o industrias periodísticas del sistema como parte de un
holding donde se concesiona un aeropuerto o un canal de televisión, sin
distinción.”
-Existen radios comunitarias cuyo su
nacimiento es expresión de una fuerza social popular…
MR: “En el caso de Radio Sur, el
Movimiento Territorial de Liberación (MTL) tiene una responsabilidad enorme en
propiciar que esta emisora exista. Sin embargo, aquí estamos frente a una
concepción política donde la radio no es un instrumento u ‘órgano oficial’ de
tal o cual organización. Funcionamos bajo la dinámica de propulsar la
experiencia unitaria del campo popular.”
-La crítica es clara…
MR: “De nada sirve que cada una de
las agrupaciones fragmentadas del pueblo cuenten con una emisora en particular
para poner allí sólo a sus dirigentes y sus enfoques exclusivos. Nos interesa
que el medio popular y alternativo manifieste el debate de todo el campo
popular y en síntesis construya una vocación de unidad, en nuestro caso, ligada
a un proyecto de comunicación. Radio Sur está vinculada al MTL desde su
fundación, pero no por ello expresa todo lo que el MTL opina. Es más amplia y
aporta a través de una pluralidad de voces una perspectiva de clase.”
-La unidad ausente en el movimiento
real…
MR: “La unidad es lo más importante.
Incluso aquellos acuerdos unitarios temporarios del campo popular.”
365D
-¿De qué se trata la Campaña 365D que
están impulsando?
MR: “El nombre nació a propósito de
bullado 7D que terminó judicializado y donde el gobierno había apostado a la
desinversión de los grandes grupos mediales, y en particular de Clarín. Desde
los medios alternativos y populares, sobre todo de FM La Tribu y Radio
Sur, se nos ocurrió la idea de establecer una campaña donde exigimos
que se cumpla la ley de medios no sólo en la desinversión de los multimedios
–que compartimos-, sino que también se cumplan los derechos consagrados en esa
ley a los medios comunitarios. 365D nace porque no sólo luchamos por un día,
sino por todos los días del año.”
-¿Qué elementos reivindican
básicamente?
MR: “El cumplimiento del plan técnico
sobre el 33 % del espectro para las emisoras sin fines de lucro, para que luego
se pueda llamar a concurso y se otorguen las licencias.”
-¿Cuál es la dimensión de las radios
comunitarias en Argentina?
MR: “Hay alrededor de 500 de nuestro
tipo y el 90 % son ilegales. Eran ilegales antes porque no existía una ley de
radiodifusión salvo la de la dictadura, y se mantienen ilegales hasta hoy, ya a
tres años de la ley de medios de la democracia.
365D es ni más ni menos que un grito
de alerta y posicionamiento de nuestros medios que, tanto luchan contra los
grandes monopolios, como por el buen porvenir de nuestros medios.”
-Si llega a cumplirse la ley, ¿cuál
es el procedimiento para que se legalice una emisora comunitaria?
MR: “Lo primero es la importancia de
legalizar una situación que existe de hecho. Por otro lado, la legislación
propone una serie de financiamientos para equipos donde interviene el Estado.
Por ejemplo, en esta campaña está la Red Nacional de Medios que integran
nuestros compañeros aliados en el campo popular. Ellos han hecho una
experiencia en la creación de transmisores. Para nuestras radios resulta muy
oneroso acceder a determinado nivel de tecnología y estos compañeros con su
conocimiento ya han diseñado caseramente más de cien transmisores. Entonces
pedimos mesas de diálogo entre el organismo estatal que tiene que ver con las
tecnologías y las experiencias de la Red para homologar los equipos y
profesionalizarlos.”
-¿Y la pauta oficial?
MR: “Ese es uno de los temas más
esquivos y negados por arriba. La pauta oficial es un derecho constitucional
que tenemos aquellos que ejercemos la comunicación, donde parte de la
publicidad estatal tiene que ir a nuestros medios. En la realidad, esa pauta se
otorga con discrecionalidad. La mayoría de las radios del sistema tienen su
cuota garantizada, incluso aquellas que pertenecen al grupo Clarín, mientras
que para nosotros está negada absolutamente. No le estamos pidiendo al Estado
que nos dé lo que ya hemos construido hace tiempo. Lo que ocurre es
que toda ley y su aplicación al interior de la democracia burguesa dependen de
la vocación política del gobierno de turno. Entonces, en concreto, la ley no
deja de ser más que una legislación de gobierno y no de Estado. Es decir, si tú
estás cerca de las políticas del gobierno puedes acceder a determinados
beneficios, y de lo contrario, no. Este es uno de los déficit centrales de la
ley. Como ocurre en todos los ámbitos del quehacer nacional.”
-Tú tienes la cualidad de haberte
desempeñado en emisoras del Estado, comerciales y comunitarias, ¿cuáles son las
diferencias sustantivas más allá de las obvias?
MR: “Como profesional de la
comunicación, estar en una radio alternativa y comunitaria me ofrece la
posibilidad de ser libre en la elección de contenidos y su tratamiento. Cuando
trabajo en un medio del Estado o privado, en general trabajo para ideas de
otros y de acuerdo a una estructura piramidal donde estás al servicio de una
conductora o conductor que cobra 20, 30 o 40 veces tu salario y es quien decide
los contenidos. Los medios libres operan bajo otra concepción comunicacional.
Ahora bien, en los medios hegemónicos existe la tendencia a contar a nuestro
pueblo qué pasa y por qué pasa. En los comunitarios le agregamos el cómo se
soluciona eso que pasa, porque estamos convincentemente involucrados en
proyectos de cambio. Es decir, consideramos que es preciso derrotar el actual
sistema y crear una sociedad nueva. El pueblo conoce mejor que nadie sus
problemas y nosotros tenemos la responsabilidad periodística de construir
colectivamente la solución.”
-¿Qué futuro adviertes para la
materialización de la ley de medios en las condiciones que la has planteado?
MR: “La situación está muy
empantanada. Yo quisiera ser más optimista, pero me cuesta. Hay muchas cosas
que se están cumpliendo, como la entrega de licencias a algunas comunidades
indígenas, y se ha avanzado estatalmente en espacios educativos. Sin embargo,
los medios comunitarios debemos unirnos firmemente para hacer oír nuestra voz.
La aplicación de la ley no puede depender de tal o cual gobierno, de tal o cual
funcionario a cargo, sino de nuestras propias fuerzas desplegadas en la
calle.”
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