10 mil obreros textiles se enfrentan a la policía en Bangladesh en medio de protestas por mejoras laborales
Radio Universidad de Chile
Nuevos enfrentamientos entre la policía y unos 10.000 obreros textiles se produjeron este lunes en Bangladesh, durante manifestaciones por mejores condiciones de trabajo después de un incendio que costó la vida a 110 trabajadores el 24 de noviembre pasado en una fábrica cerca de la capital, Dacca.
Según la policía, un rumor falso dando cuenta de un nuevo incendio en una fábrica textil provocó nuevas manifestaciones en Ashulia, zona industrial donde se sitúan más de 500 plantas de confección en la periferia de Dacca.
“Había unos 10.000 obreros. Bloquearon una ruta en Ashulia y atacaron vehículos y fábricas”, según el jefe de la policía en ese sector industrial Montar Ali.
La policía disparó balas de caucho y gases lacrimógenos para tratar de dispersar a los manifestantes que replicaron con piedras, agrego, precisando que unas cincuenta plantas de confección había cerrado.
Un incendio el 24 de noviembre en la fábrica Tazreen Fashion, en Ashulia, provocó 110 muertos, entre los cuales numerosas mujeres que trabajaban para marcas occidentales y por lo cual son pagadas unos 36 dólares al mes.
Después de esta tragedia, militantes por la defensa del derecho laboral y obreros manifiestan casi todos los días en Ashulia y Dacca.
Bangladesh es uno de los principales centros en Asia de producción textil, debido a los bajos salarios y a una abundante mano de obra. El país se ha convertido en el segundo exportador mundial de prendas textiles, por 19.000 millones de dólares en 2011, un sector que representa el 80% de sus exportaciones.
La Clean Clothes Campaign, una asociación de defensa de los trabajadores textiles con sede en Amsterdam, afirma que unos 700 obreros de la confección han muerto desde 2006 en Bangladesh.
¿Ha Acabado la esclavitud? Casi todo el mundo quisiera pensar que sí. La sola palabra evoca imágenes de brutalidad y opresión. No obstante, muchos opinan que dichas imágenes pertenecen al pasado, a los barcos negreros de antaño, aquellas embarcaciones de madera crujiente con las bodegas repletas de seres humanos asustados que viajaban apiñados en condiciones de miseria casi inimaginables.
Es cierto que tales barcos ya no surcan los mares y que los acuerdos internacionales de hoy proscriben ese tipo de esclavitud. Pero la plaga en sí no ha desaparecido. La organización pro derechos humanos Anti-Slavery International calcula que 200 millones de personas todavía experimentan algún tipo de esclavitud. Trabajan en condiciones probablemente peores que las que soportaban los esclavos de siglos pasados. De hecho, algunos analistas concluyen que “en nuestros días hay más seres en esclavitud que en cualquier otra época de la historia”.
ver:http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/102000160