Chile - VENGO A CONTAR DE MI HERMANO RODRIGO CASANOVA
Andrés Figueroa Cornejo
Les voy a decir algo de mi hermano Rodrigo
Casanova. No tanto lo que se sabe: que es académico, fotógrafo profesional; que
el pasado 9 de octubre un carro lanzaaguas de la policía militar de Chile le
despedazó el origen de una de sus extremidades mientras retrataba la represión
contra los estudiantes en lucha; que será intervenido quirúrgicamente de manera
urgente
Rodrigo viene de antes. Es más grande que yo y le
tocó poner el mismo hombro arriesgado que le quebraron cuando todavía no era la
UP, durante la UP y después de la UP. Que anda viendo a su hermano Ignacio
Valenzuela en la mirilla de su cámara y lo confunde entre los jóvenes de hoy
cada vez que está solo en el cuarto secreto donde revela sus fotografías. Que
ama el cascarón antiguo de Santiago y lo conmueve el paso del tiempo a través
de los árboles, las estaciones solares, los rostros mudos del pueblo y sus
hojas renovadas, las luces que centellean en la noche de Santiago.
Hombro con hombro, en la temporada más dura de la
tiranía. Entonces eran pocos y la vida palpitaba bordeando el peligro, con
miedo y voluntad aplicada. Que no salió de Chile. Se quedó. Con la convicción
severa y el temple sereno, una reserva militante para crear las condiciones del
alzamiento popular de inicios de los 80. Cuando apenas un puñado se atrevía y
como pájaros, caía la humanidad en resistencia.
Que, como escasea de olvido, Rodrigo redobló sus
decisiones cuando lo del pacto inter-burgués y el comienzo de los gobiernos
civiles que completaron la tarea antipopular del imperialismo en Chile, esta
vez, de traje sin charreteras visibles que cuestionaran desde abajo la
gobernabilidad de la versión más ultra del liberalismo en el planeta.
Rodrigo no se derrotó. No colaboró con los servicios de Inteligencia de la Concertación, no traicionó sus opciones históricas, no se durmió en los laureles, no compró con falsa conciencia la democracia de opereta y cartulina, verdadera dictadura del capital con derecho a votar cada tanto a los administradores que organizan la miseria. No buscó ni busca reconocimientos ni prebendas.
Su hombro brillante espejea la coherencia de muchos
y salpica ejemplarmente las luchas nuevas, su compromiso profundo con la causa
mapuche, la mujer, el eco-comunismo, la pelea estudiantil, los derechos
humanos, la huelga, la necesidad de la unidad política de los explotados y
oprimidos.
Rodrigo es todo un hombro. Hueso amoroso que blinda
al hermano y al pueblo, hermano mayor, colectivo fraterno, bandera única,
sensibilidad silenciosa que estalla como flash en mitad de los desesperanzados.
Como la sombra resuelta de la memoria viva.
Saldrás bien parado, como de tantas, Rodrigo. Tu
hombro volverá a su sitio para sostener la cámara, para capturar y entonar los
combates en curso y los que vienen. Para continuar enseñando en la universidad
y en la adolorida barriga del pueblo. Ese por el cual te has jugada la vida más
de una vez.
Mi hermano de quien aprendí y aprendo que la pasión
personal, la libertad creativa, la discreción, y empeñar y empuñar el pellejo
para la emancipación social son una misma cosa y sin derecho a jubilación. Como
le cabe a los hombres y mujeres que vienen del futuro.
0 Responses to "Chile - VENGO A CONTAR DE MI HERMANO RODRIGO CASANOVA"
Publicar un comentario