En el colapso del capitalismo su cúpula global prepara el ecofascismo
Rómulo Pardo Silva
Ni neoliberalismo, ni siquiera capitalismo. La meta que
persiguen ahora los ‘bilderberg’ es un fascismo acorde con los recursos finitos
de la Tierra.
Ellos saben que los
límites de la naturaleza son infranqueables.
La cúpula de facto gobernante
persigue una estrategia nunca antes considerada, el control directo, nazi, de
todas las materias primas.
Para ello conspiran por ‘un nuevo orden mundial de gobierno, ejército, economía
e ideología única’, ‘guste o no guste’, ‘por concesión
o por imposición’.
El capitalismo en cualesquiera
de sus formas necesita el crecimiento económico ininterrumpido y el uso de
recursos naturales a voluntad de cada empresario.
Esas dos condiciones serán
materialmente imposibles de cumplir en algún momento y para siempre. El Club de
Roma, una ONG del sistema preocupada del futuro, encargó un estudio al
norteamericano Instituto Tecnológico de
Massachusetts. El informe fue publicado en 1972 con el nombre de Los límites
al crecimiento y concluyó que “si el actual
incremento de la población mundial, la industrialización, la contaminación, la
producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantiene sin variación, alcanzará
los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien
años”.
Su propuesta fue un crecimiento cero. Eso ya no es
capitalismo.
La realidad objetiva es que habrá una disminución de la producción
de bienes y un futuro enteramente nuevo.
Los especialistas destacados, think tanks, que asesoran a la
élite de millonarios mundiales saben que disminuirá la cantidad de energía
disponible, la población crece, no hay tierras de cultivo nuevas por explotar
sino las selvas, el clima cambia, escasea el agua, hay minerales agotándose…
que el mundo es finito. No pueden por tanto sino aconsejarles un cambio de
civilización, la conformación de un poscapitalismo.
La estrategia a favor de los millonarios es la apropiación
del planeta para realizar una economía decrecida pero sostenible.
Las herramientas para lograrlo son las armas y en
consecuencia hacen gigantescas inversiones en fuerza militar.
Siempre ha habido guerras de conquista, pero las últimas han
sido en esta situación inédita. Irak, Afganistán, Libia, Siria son etapas
previamente planificadas que deben terminar en China y Rusia. Es la llamada supremacía
de Estados Unidos, la guerra o el sometimiento.
F. William Engdahl afirma: “Las apuestas en
este juego de ajedrez geopolítico son nada menos que la supervivencia primero
de Siria como una nación soberana, a pesar de sus fallas y defectos. Más, en
última instancia, implica la supervivencia de Irán, Rusia y China como naciones
soberanas, junto con los otros países BRIC Brasil, India y Sudáfrica. A largo
plazo, se trata de la cuestión de la supervivencia de la civilización tal como
la conocemos y la evitación de una guerra mundial que podría diezmar la
población mundial no por decenas de millones, como hace setenta años, pero
probablemente esta vez por miles de millones”. [Red Voltaire]
La única alternativa opuesta sostenible es el ecosocialismo,
solidario con todos los seres humanos, medio ambientes y vidas. Aún no se
manifiesta.
Muchos socialistas siguen denunciando al neoliberalismo y capitalismo
sin ver que la dirección fundamental ya es otra.
Contacto romulo.pardo@gmail.com
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