Como puede funcionar una economía socialista.
Una alternativa viable al "libre mercado"
Como puede funcionar una economía socialista
Comentando sobre una reunión de activistas
anti-globalización en el Foro Social Europeo en París, George Monbiot,
columnista del diario británico The Guardian, daba las gracias al movimiento
anticapitalista oficial, pero no trato
de hacer frente a la gran pregunta: ¿Qué se debe hacer con el capitalismo …y
con que esperamos reemplazarlo?
La caída del Muro de Berlín y el posterior
colapso del bloque comunista fue aclamada triunfalmente por los líderes
políticos, de negocios y académicos capitalistas. Más famoso, un académico
estadounidense, Frances Fukuyama, declaró que era "el fin de la
historia."
Como muchos otros Fukuyama creía que la
búsqueda de la forma más eficiente de organizar la sociedad se había
establecido para siempre. El libre mercado liberal demostró su superioridad
sobre la planificación socialista. Nunca más el gobierno del capital sería desafiado.
Sin embargo, el crecimiento del movimiento
anti-globalización demuestra lo contrario. Entrando en el siglo 21, la mitad de
la población mundial vive con menos de 2 dólares al día. Las empresas
multinacionales dictan las políticas gubernamentales y dominan los mercados
locales. Nunca desde los años 70, quizás, tantos trabajadores, estudiantes y
jóvenes de todo el mundo buscan una alternativa al capitalismo. La pregunta es:
¿Qué alternativa?
Economía planificada
Karl Marx propuso la alternativa de una
economía planificada. Los principales servicios industriales y financieros serian
de propiedad pública y controlada por estructuras democráticas que representen
a los trabajadores en esas industrias, comunidades locales y regionales, y el
gobierno electo.
Marx dijo que solo la propiedad pública
puede facilitar el control democrático de la producción porque las empresas que
operan en un mercado capitalista se ven limitados por las leyes de ese sistema.
Esto significa que con el fin de atraer inversión (capital), una empresa
necesita maximizar sus ganancias. Si los inversores creen que pueden obtener un
rendimiento mejor en otro lugar, negará los fondos, y la empresa no puede
sobrevivir.
Marx también señaló que a medida que las
empresas poderosas crecen, son capaces de reducir los costos mediante la
producción a gran escala y usando sus ingresos para invertir en nuevas
tecnologías. Esto le da a las grandes empresas una ventaja competitiva y les
permite convertirse en monopolios. Sacando a sus competidores del camino, estos
gigantes son capaces de fijar precios y salarios para industrias enteras.
Marx creía que los impuestos o la
regulación de estas industrias, inevitablemente, sería un fracaso. Las empresas
privadas usaran sus recursos para crear o encontrar una salida legal a los
impuestos y los regímenes regulatorios. Si eso resulta muy difícil, los
inversionistas se retiran de una industria y van a otra parte, un proceso
conocido como "fuga de capitales."
Si los inversionistas perciben que una
industria o incluso la economía de un país entero no son rentables, retiran sus
fondos, dando lugar a una enorme recesión. En los últimos años, esta ha sido la
experiencia de muchos países menos desarrollados que han sido aconsejados por
el FMI para reducir los impuestos y privatizar los servicios públicos para
atraer inversiones de capital. El hecho es que en una economía de mercado un
puñado de súper ricos siempre deciden lo que se produce, dónde y en qué
cantidades, indiferente de las mayores necesidades de la sociedad.
Para poner esto en perspectiva, considere
esto: las mayores empresas multinacionales controlan cerca del 70% del comercio
mundial. Estas empresas están controladas por directorios, un puñado de
personas que deciden los salarios que serán pagados, los precios que serán
fijados. Y si tenemos trabajo o no.
La idea de Marx de una economía socialista
planificada puede resolver estos problemas. Si las mayores industrias y bancos fueran
de propiedad pública, entonces nosotros, como sociedad podemos democráticamente
planificar de qué forma usar nuestros recursos. La propiedad pública y la
planificación democrática podrían permitir a cualquier persona tener alguna
participación en estas decisiones. Lejos de considerar los márgenes de lucro y acciones
de mercado, un sistema de planeación democrática consideraría la forma de utilizar
los recursos de manera más eficiente para satisfacer las necesidades y deseos
de todos.
Maximizar la producción, no el lucro
La teoría económica capitalista se basa en un
modelo de un "mercado perfecto". Este mercado permite a cualquiera
producir cualquier cosa, permite a cualquiera comprar a cualquier productor, y a
cualquiera tener una fuente igual de conocimientos. Las empresas maximizan sus
beneficios produciendo y vendiendo tanto como sea posible. Este modelo es un
cuento de hadas. En el mundo real, la mayoría de la producción es llevada a
cabo por monopolios y oligopolios (Un oligopolio es un grupo de unas pocas
grandes empresas que se unen para monopolizar un mercado). Para maximizar los
beneficios, los productores monopolistas suelen restringir la produccion para
jugar con los precios hacia arriba.
La planificación también puede eliminar una
gran cantidad de desperdicios, una forma de producción no utilizada. Más de la
mitad del precio pagado por muchos productos son para pagar la publicidad. Los
productos al por menor también pueden ser ridículamente caros. El precio de la
ropa suele ser aumentado en varias centenas porcentuales del costo de fábrica.
Después de haber pagado precios inflados, casi siempre se tienen que comprar
repuestos para los productos que están diseñados para desecharse después de una
corta vida (obsolescencia planificada).
Una economía planificada no permitiría a
las empresas individuales limitar la producción o construir productos programados
para ser obsoletos del modo en que hacen hoy los monopolios. La información objetiva sobre los productos
debe ser siempre ofrecida, pero los recursos desperdiciados en publicidad
tratando de vender una aspiración o una imagen se debe utilizar de manera más
productiva. Usando la capacidad disponible y aumentando la inversión en nueva
producción, el crecimiento económico puede dispararse como consecuencia de la
planificación.
¿Oferta y demanda?
Según la "teoría de la utilidad
marginal", que se ha incorporado a la teoría económica ortodoxa, el valor
de una mercancía se determina por el precio que un consumidor está dispuesto a
pagar por una unidad o más de ese
producto.
Esto rompe con las ideas clásicas
económicas de David Ricardo y Adam Smith, que dice que el valor de una
mercancía es creada por el trabajo de aquellos que la producirían. Esta
"teoría del valor trabajo", es también central en la obra de Marx, El
Capital. Hay problemas si esta teoría es la correcta? Sí. Si es cierto que el
valor es determinado por la oferta disponible de bienes y la correspondiente
demanda para ello, entonces es imposible de producir eficientemente sin un libre
mercado.
¿Cómo podemos saber cuánto cobrar por algo?
¿Cómo puede saber los planificadores si un par de zapatos de $ 60.000 es caro o
barato? Las tiendas del estado se
quedarán con los bienes no vendidos o enfrentaran la escasez y las largas colas
de compradores frustrados? Los precios serán suficientes para cubrir los costos
fijos de producción?
El marxismo sostiene que el valor
intrínseco de toda mercancía está determinado por la cantidad de tiempo de
trabajo socialmente necesario empleado en su producción. Por supuesto, en un
mercado capitalista las mercancías pueden ser comercializadas, de acuerdo con
las circunstancias, a un precio por encima o por debajo de su valor de trabajo,
pero tienden a fluctuar en torno a este nivel.
Es por esta razón que si una mercancía se
vende a un precio muy por debajo de su valor durante un período prolongado de
tiempo, la empresa irá a la quiebra, ya que no será capaz de cubrir los costos
de pago de salarios para obtener el
trabajo necesario para su producción.
De acuerdo con la teoría del valor del trabajo,
entonces, podemos calcular el valor o precio de las mercancías de acuerdo a los
costos de producción. Esto se puede medir como algo que las empresas
capitalistas ya lo hacen. Las decisiones de planificación pueden hacerse
democráticamente a la luz de una información precisa sobre los costos de
producción de diferentes bienes.
La planificación democrática
Para planificar democráticamente la
producción, los trabajadores necesitan primero controlar sus lugares de
trabajo. Comités electos de representantes de los trabajadores, un gobierno
socialista y el movimiento sindical dirigirían los locales de trabajo a gran escala.
Estos comités tomarían decisiones sobre el día
a día del local de trabajo. Un sistema
de gobierno local, regional, y nacional representarían a las comunidades, además
de tener delegados de los lugares de trabajo.
Ahí seria donde las generales necesidades de la economía serian
decididas, incluida la distribución de los recursos escasos entre diferentes
sectores y decidir los recursos para la inversión y salarios.
Aunque los líderes empresariales
(falsamente) acusan a los socialistas de querer controlar todas las decisiones
económicas centralizadamente, un gran elemento de esto ya está teniendo lugar
dentro de las corporaciones multinacionales. Por supuesto, no todas las decisiones
son tomadas por las grandes empresas multinacionales, pero si las decisiones
que realmente importan.
Según el filósofo económico capitalista del
siglo 18, Adam Smith, "la mano invisible del mercado" puede organizar
la producción y el intercambio. A largo plazo, en una economía de mercado
capitalista las condiciones irán a determinar los niveles globales de
inversión, precios y empleo.
Sin embargo, las decisiones del día a día son
organizadas, planificadas incluso, por
equipos de economistas y contadores que tratan de anticiparse al mercado. Ellos
giran la producción por el mundo en busca de mano de obra barata, esconden sus
ganancias y las aumentan en un paraíso fiscal, estiman la demanda futura y
contratan o despiden de acuerdo a estas.
Estas son las decisiones que deben ser
tomadas democráticamente en una economía planificada. Se trata de un número
relativamente pequeño de decisiones, pero tienen un enorme impacto en la
sociedad. Por otra parte, hay millones de pequeñas decisiones que se hacen y
que sólo tienen un impacto local o incluso individual. Si comer afuera o cómo
dirigir una pequeña tienda o un restaurante son decisiones que pueden seguir
siendo hechas por particulares o pequeñas empresas en la economía planificada.
La diferencia crucial es que las empresas
deberán operar bajo nuevas reglas. Nivel salarial, condiciones de trabajo y los
precios ya no serán fijados por las empresas multinacionales, sino por
gobiernos democráticos. Cuando la economía no es capaz de producir bienes
suficientes para satisfacer la demanda, entonces un mecanismo de precios y
mercado puede seguir funcionando. Sin embargo, con el afán lucro eliminado,
muchas necesidades tales como alimentación básica, vivienda y combustible,
pueden ser ofrecidas libremente.
Vladimir Lenin y León Trotsky, los
dirigentes de la Revolución Rusa ,
explicaron como un aparato administrativo, un Estado, será necesario durante la transición del
capitalismo al comunismo. Pero a medida que la economía planificada se
desarrolla, será capaz de satisfacer más y más los deseos de las personas,
hasta que no haya la necesidad de racionar y limitar la distribución. Entonces
el Estado puede ser descartado.
Hoy en día, la distribución de estos bienes
se puede obtener de manera más eficiente que en los tiempos de la revolución de
1917, debido especialmente a los recientes avances y desarrollos en tecnología
de la información. ¿Qué puede ser más simple que los pedidos libres y bienes públicamente proporcionados por
Internet? Inventores, demanda y las necesidades futuras de producción pueden
ser monitoreadas continuamente y ofrecidos en el proceso de planificación.
Socialismo y Democracia
Trotsky escribió que el socialismo necesita
la democracia como el cuerpo necesita el oxígeno. Trágicamente, en las condiciones
de desintegración económica extrema que existía en Rusia después de las intervenciones
militares de las fuerzas capitalistas occidentales contra la revolución, Trotsky
y sus seguidores fueron derrotados por las fuerzas del estalinismo en el
aislado estado soviético.
Stalin representaba el ala totalitaria del
aparato administrativo que se opuso a cualquier forma de democracia obrera y en
su lugar gobernó para sus propios intereses. Con la derrota se fue la posibilidad de crear
una verdadera democracia socialista para controlar la economía planificada de la URSS. Una nueva revolución para derrocar la dictadura estalinista sería
necesaria.
En ausencia de un control democrático
eficaz, la economía soviética fue sobrecargada por la ineficiencia y falta de
coordinación. Sin embargo, la Unión Soviética aún
era capaz de hacer grandes avances,
especialmente en el desarrollo de la industria pesada e infraestructura.
La planificación estatal, incluso sin
dirección democrática, ha demostrado su eficiencia en la dirección de grandes
proyectos nacionales en que un producto uniforme era exigido en cualquier
lugar. Los proyectos de infraestructura tales como electrificación y transporte
público fueron desarrollados a una velocidad inimaginable en los países
capitalistas, mientras se encontraban aún recursos para la prestación de
educación y salud, al menos en las grandes ciudades.
Pero, como Trotsky previo en su libro La Revolución Traicionada , a medida que la economía estaba creciendo el control burocrático
de las decisiones entró en agudo conflicto con las necesidades de una sociedad
moderna. La incapacidad de la economía soviética para reaccionar a lo que el
pueblo quería en forma de bienes de consumo redujo el apoyo hacia el sistema de
planificación. La naturaleza de la planificación burocrática fallo en dar
cuenta sobre la calidad de los bienes producidos. Los planificadores centrales
se fijaban metas cuantitativas de producción, pero el intento de alcanzar a
todas las fábricas se producían productos de calidad inferior. Sin una
contribución democrática, la economía simplemente fallo en proporcionar el tipo
y calidad de los productos requeridos.
Industrias Nacionalizadas
Históricamente, muchas empresas, y a veces
industrias enteras, han sido tomadas (nacionalizadas) por los gobiernos
capitalistas. Esto ocurrió, por ejemplo, en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se percibió que industrias vitales para la economía
nacional estaban en peligro de colapsar si se dejaban en manos privadas. Pero
en los últimos 20 años, bajo el reino de la "globalización" los
gobiernos neoliberales han estado ocupados en privatizar todo lo que pueden.
Sin embargo, las viejas industrias
nacionalizadas eran un modelo para la economía planificada. Principalmente, el
problema con ellas estaba en la estructura de estas empresas nacionalizadas como
propiedades de negocios de gobiernos capitalistas.
Las decisiones sobre la producción,
salarios y empleos eran hechas por una junta directiva en un intento por
competir con un mucho mayor sector privado en los mercados nacionales y
mundiales. Los socialistas exigían que las industrias nacionalizadas fueran dirigidas
por órganos elegidos representados igualmente por delegados de los lugares de
trabajo, del movimiento sindical en conjunto y el gobierno. Esto permitiría un verdadero control operado
sobre las industrias de propiedad pública.
Aun así, las empresas nacionalizadas y
otras formas de emprendimiento que no buscan el lucro, como cooperativas, nunca
serán capaces de prosperar si se les obliga a jugar con las reglas del mercado
capitalista. A menos que la empresa maximice la competitividad lucrativa,
perderá su cuota en el mercado y los fondos de inversión. Sólo una
planificación democrática y la propiedad pública permiten que las decisiones sean
hechas sobre una base coordinada para maximizar la producción de lo que es
necesario para todos.
Federico Engels escribió en “Del Socialismo
Utópico al Socialismo Científico” que el gran logro del capitalismo fue tomar
la producción de su base casera y socializarla a una forma mas productiva de
producción mecanizada y especializada.
La tarea del socialismo, dijo, es
socializar la distribución. Es decir, tomar las decisiones sobre cómo
distribuir la producción y las ganancias de las manos de las empresas privadas.
Es con este paso histórico hacia adelante que una economía democrática socialista
planificada puede comenzar a liberar a la humanidad de la pobreza y
proporcionar la oportunidad para que millones de personas desarrollen sus
talentos y habilidades y no solo la habilidad de trabajar duro y sobrevivir.
Jarol Wood
Socialismo Revolucionario
0 Responses to "Como puede funcionar una economía socialista."
Publicar un comentario