Perú - Entrevista a Ricardo Napurí, militante histórico de la izquierda revolucionaria
Entrevista a Ricardo Napurí, militante histórico de la
izquierda revolucionaria, ex diputado Constituyente y ex senador *
"El giro la derecha de Ollanta Humala es evidente pero
con un matiz: la tendencia a la militarización de la sociedad"
"En Perú hay un peligro grave para América Latina"
Mario Hernandez
Rebeliónhttp://www.rebelion.org/
Mario Hernandez (MH): En Cajamarca se ha generado una
movilización popular muy importante contra el proyecto minero Conga seguida de
inquietantes respuestas del gobierno de Ollanta Humala (OH).
Ricardo Napurí (RN): Perú se ha convertido en el 4º país
productor de minerales del mundo. Tiene reservas de oro, plata, cobre, vanadio,
tungsteno, es decir, un boom extraordinario a tal extremo que el 92% de las
exportaciones del país son de minerales. Esto estadísticamente; en cuanto a la
realidad, las inversiones mineras forman parte de un liberalismo salvaje. No
han venido con la previsión del cuidado ecológico, para preservar la tierra,
las aguas, sino que vienen en condiciones privilegiadas, incluso
impositivamente. Esto viene ocurriendo con los 3 gobiernos liberales
anteriores, de Fujimori, Toledo y Alan García, desde hace 20 años.
Ese es el cuadro real del país, entonces, los campesinos,
los indígenas, la gente que vive en la zona, defiende su derecho a la tierra,
como ocurre en Argentina, también en Bolivia donde se vivió un conflicto
reciente (Tipnis). En Ecuador este conflicto es permanente. Defienden su
territorio, la ecología. Personalmente fui parte en mi época de militante
político de un hecho inusitado en Perú, en el sur, en la zona de Moquegua,
donde una compañía minera arrasó con todo el valle de Ilo, donde se producía
vid. Secaron las aguas y los ríos convirtiéndolo en un valle muerto.
Conga avasalla el derecho a la vida
MH: Es lo que quieren hacer ahora en Cajamarca secando 4
lagunas.
RN: En Conga, según los estudios de las mineras, hay oro y
necesitan secar las lagunas para extraerlo. Pero esas 4 lagunas proveen de agua
a decenas de miles de campesinos. Además, la explotación de oro, como toda la
minería, corrompe la naturaleza y las aguas. Representa un avasallamiento al
derecho a la vida, más allá del derecho a la defensa de la tierra. Pero es una
inversión de U$S 5.000 millones.
MH: La más importante que ha recibido Perú.
RN: La compañía Yanacocha está asociada a Buenaventura, una
vieja empresa nacional, pero por detrás está el capital extranjero. Pero no
solo es Yanacocha. Durante el gobierno de Alan García, en Bagua, hubo una
matanza por el mismo problema. Ultimamente en Huancavelica el propio gobierno
de Ollanta reprimió dejando 40 heridos graves frente a una reacción popular por
las mismas razones.
MH: Estaba leyendo que en junio, en un acto de campaña en
Cajamarca, Ollanta Humala se había pronunciado en contra del proyecto Conga.
RN: Efectivamente. Pero el gobierno va y viene en sus
promesas. No puede cumplir casi nada de lo que prometió. A diferencia de Alan
García, quien no respetaba los derechos de las comunidades indígenas, Ollanta
Humala prometió que no habría concesiones sin consultar a la población. Incluso
hizo aprobar una ley que luego dejó en suspenso. Dijo que no podía llevar
adelante su gobierno sino cumplía con los contratos establecidos, manteniendo
al país como minero, puesto que es el único ingreso de divisas posible.
Por eso es que entregó el manejo de la economía a los
representantes del liberalismo económico con la idea de seguir con el proyecto
minero de Alan García. En ese sentido entró en colisión con sus promesas
electorales.
Perú está despertando
Hasta 2006, cuando perdió con García, Ollanta Humala era
acusado de chavista porque tenía un programa de centroizquierda, populista. Ahí
desarrolló las promesas de inclusión social, de beneficios a los jubilados y a
los trabajadores. Cuando pierde cambió a un proyecto llamado "Hoja de
ruta". Llegan asesores de Brasil, entre ellos, Luis Favre, hermano del
argentino Jorge Altamira. Derechiza sus posiciones en base a la idea que había
que ganar los votos de los indecisos y de la clase media. Adelgazó su programa,
dejando de lado la defensa de la ecología y los intereses de las comunidades
indígenas y campesinas, pasando a una posición a la derecha de su primer
programa de gobierno.
Finalmente, este año ganó las elecciones con un 5% de
ventaja apoyado por Vargas Llosa, Toledo y sectores de la derecha y ahí vino el
gran conflicto porque sus votantes le piden el cumplimiento de sus promesas.
Perú no es un país cualquiera, está despertando. Recordemos
que en las décadas del 70/80 fue un país muy radicalizado, con asambleas
populares, frentes de defensa, en los cuales actuamos y así llegamos al
Parlamento con el apoyo del voto popular.
En la actualidad la gente no reacciona por un problema
ideológico sino que defiende lo suyo porque se vienen las compañías mineras y
arrasan con sus tierras y los arrinconan como antes lo hicieron con los
indígenas tirándolos a 3000 metros de altura. Ahora los quieren mandar a la
selva.
Por eso te digo que es la defensa de la vida mientras
Ollanta Humala está metido en el mismo compromiso que Alan García. Ha dicho que
va a respetar los acuerdos bilaterales con EE. UU., no solo los contratos
anteriores que eran salvajes sino que fomentará nuevos. La economía seguirá con
el mismo registro neoliberal. La única promesa que mantuvo fue un impuesto a
las ganancias excesivas de la minería a los efectos de recaudar U$S 1000/2000
millones para hacer asistencialismo.
No hay que olvidar que Perú es un país de 60% de pobres
aunque haya crecido a las mismas tasas que Argentina en los últimos años. Así
como se elogiaba a la economía de Pinochet en los 70/80, también Perú ha sido
presentado como un modelo porque estadísticamente su economía crece al 8/9 %
anual, pero desde el punto de vista social no hay derrame.
la trampa de estos gobiernos siempre es la misma: hacen
concesiones porque va a haber derrame. Pero no dicen que a lo sumo puede
favorecer a un 15 % de la población. La torta se la llevan 20 compañías y sus
empresarios. Para la gente no hay nada.
La jubilación está congelada hace 20 años. El salario es de
150 pesos, o sea, un básico de U$S 50. Ahora Ollanta Humala lo aumentó en 75
soles pero para los trabajadores que están registrados.
MH: Sin embargo, hay un cuestionamiento a este aumento por
parte del nuevo Ministro de Trabajo.
RN: Eso es así porque Ollanta Humala tiene el problema que
las mineras no quieren ceder. Les arrancó un poquito, el 10% de lo que
pretendía. Por supuesto, dijeron que fue el primero que se atrevió a negociar
con los emporios económicos, pero lo cierto es que no tiene la masa de dinero
que necesita para hacer populismo.
Ollanta Humala no es un representante orgánico de la
burguesía, es un militar de clase media y la mayoría de sus votantes son los
miserables, los marginados del país.
Tiene la misma contradicción que los dirigentes sindicales
que pueden ser burócratas pero como representan distorsionadamente a los de
abajo de alguna forma tienen que pelear para ganar algo de lo que usurpan, así
también ocurre con este tipo de candidatos. Sus votantes son de abajo pero
aunque quisieran no pueden cumplir con sus promesas. Ahora los analistas
políticos sostienen que Ollanta Humala está girando del centro a la derecha.
MH: Para mí hay 2 hechos muy significativos. Uno, la
declaración del estado de emergencia en la zona de Cajamarca que podemos
asimilar a un estado de sitio. Otro, 5 días después, el 10 de diciembre, el
cambio de gabinete.Giro a la derecha y militarización
RN: El giro la derecha de Ollanta Humala es evidente pero
con un matiz: la tendencia a la militarización de la sociedad. Oscar Valdez, su
ex ministro del Interior, ahora Jefe de Gobierno, es un comandante y también lo
es su nuevo Ministro de Defensa.
Los 3 coinciden en que hay que disciplinar al país como si
fuera un cuartel. Estamos ante militares autoritarios. No te olvides que
Ollanta Humala está acusado de genocidio. La acusación quedó suspendida por su
triunfo electoral. Habrá que ver qué pasará cuando finalice su mandato. Un caso
parecido al de Alan García acusado de la matanza en los penales.
La dinámica de la situación lleva más a una derechización
del gobierno que a su contrario. La polarización social, el combate de los de
abajo, la presión de la derecha, de EE. UU. para que siga alineado en el Frente
del Pacífico. Roncagliolo, su Ministro de Relaciones Exteriores y el mismo OH
sostienen que son equidistantes tanto de ese Frente como de Unasur. Por eso
Ollanta Humala no participa de las reuniones. Le quiere demostrar a EE. UU. que
se porta tan bien como su antecesor, Alan García.
En 2009 Vargas Llosa dijo frente a las candidaturas de Keiko
Fujimori y Ollanta que era escoger entre el cáncer terminal y el sida. Triunfó
el cáncer terminal, es decir, Ollanta Humala con el apoyo de Vargas Llosa, el
de Toledo y la derecha económica. Entonces, él tiene la obligación de responder
a sus mandantes porque es un hombre sin ideología que llegó al poder casi de
casualidad.Hace poco sostuve en una entrevista periodística en Lima que en el peor de los casos podía devenir en un Lucio Gutiérrez, en la medida que la dinámica que lo llevaba hacia la derecha pudiera convertirlo, como al coronel ecuatoriano, que aunque llegó al poder en Ecuador de la mano de los movimientos sociales, terminó haciéndose agente de Bush y de la derecha a pesar del apoyo popular y de la izquierda.
Es difícil mantener un equilibrio de centro. ¿Qué cosa es el centro? No hay centro político. Por un lado están EE. UU., el bloque del Pacífico, la derecha salvaje en Perú y por otro la acción inorgánica de las masas, espontánea y con matices de rebeldía. En esa posición de sándwich tiene que hacer su opción. OH no es un hombre de izquierda ni orgánico ni por su formación. Entonces es razonable que se desplace hacia la derecha pero con el matiz de la militarización porque quiere orden. Por eso se apoya en estos militares autoritarios.
En Perú hay un peligro grave para América Latina porque esta opción sería revalidar lo que EE. UU. viene intentando en el Pacífico. No te olvides de Venezuela. Aunque Chávez va a ganar en el 2012 puede perder gobernaciones. Podría perder la mayoría parlamentaria y se abriría una situación nueva en Venezuela.
Esos peligros existen en toda América Latina porque este reformismo progresista queda en manos de la democracia representativa. Así como Ortega en el pasado perdió las elecciones con Violeta Chamorro también las puede perder Chávez. Tampoco en Uruguay hay garantías que el Frente Amplio no pueda ser sustituido por una coalición de derecha, es decir, al usurparle el poder a las masas mediante las mediaciones que respetan la institucionalidad se puede perder lo conquistado por la vía de elecciones democráticas.
* Autor de "Pensar América Latina. Crónicas
autobiográficas de un militante revolucionario". Ediciones Herramienta,
Buenos Aires 2011
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