Petición de refugio negada: Sitting Bull en Canadá

Posted by Correo Semanal on viernes, octubre 07, 2011

Mario R. Fernández

"¿Que tratado que los blancos hayan mantenido hemos quebrado? Ninguno.¿Que tratado que los blancos hayan hecho con nosotros han mantenido? Ninguno.
Cuando era un niño los Sioux eran dueños del mundo; el sol nacia y se ponia en su tierra; ellos enviaron diez mil hombres a la batalla. ¿Donde están los guerreros ahora? ¿Quien los mato? ¿ Donde están nuestras tierras? ¿Quien las tiene? ¿Que hombre blanco puede decir que le robé su tierra o un centavo de su dinero? Y si embargo me llaman ladrón. ¿Que mujer blanca, no importa cuanto de solitaria, fue tomada cautiva o insultada por mi? Y sin embargo soy un mal indio.
¿Que hombre blanco me ha visto alguna vez borracho? ¿Quien ha venido a mi hambriento y sin ser alimentado? ¿Quien me ha visto golpear a mis esposas o abusar a mis hijos? ¿Que leyes he quebrado? ¿Es malo que ame a los mios? ¿Es malo que tenga la piel roja? Porque yo soy Sioux;
porque he nacido donde mi padre vivia; ¿Porqué moriria por mi pueblo y por mi nación? Quiero que todos sepan que yo no propongo vender ninguna parte de mi nación, tampoco aceptaria que los blancos corten nuestra madera en las orillas de nuestros rios, especialmente el roble. Yo amo particularmente los montecitos de robles. Yo amo mirarlos porque ellos sobreviven las tempestades ventosas y el calor del verano, y --como nosotros-- florecer gracias a ellos."
Tatanka-Iyotanka (Sitting Bull)



Al caer la tarde sobre el valle de Greasy Grass, junto al rio Little Bighorn, quedaron en el campo de batalla el Teniente –CoronelGeorge Custer y su Séptimo de Caballería, con doscientos veinticinco
soldados, y treinta aborígenes que cayeron peleando por sus tierras.
Había terminado la batalla de Little Bighorn; el gran guerrero Sioux, Sitting Bull hacía un recuento. En alianza con Crazy Horse y su pueblo los Oglalas Lakotas y con Two Moons jefe de los Cheyenne, habían
derrotado al ejército norteamericano. Para la prensa de 1876 setrataba de una “masacre” pero había sido una victoria justa. Custer y su Séptimo de Caballería sí habían hecho masacres, atacando en la noche y asesinando mujeres, niños y ancianos, la historia se encargaría de aclarar esto. Sitting Bull sospechaba con razón, sin embargo que esta sería una victoria cara; la venganza no se haría esperar. El había tenido una visión que vaticinaba que esta victoria no marcaba sino el principio del final para los suyos.