Chile - De capuchas y otras máscaras.

Posted by Correo Semanal on lunes, octubre 17, 2011

Desde hace mucho tiempo que se viene articulando un discurso con claro tufillo represivo, relacionado con el uso de las capuchas por parte de miles de jóvenes que han refrescado la historia de este país fracturado por la desigualdad. Los poderosos han ocupado toda su artillería: sus medios de comunicación, su gobierno, su policía, sus títeres como Labbe, en fin, todo lo que poseen para defender lo que han robado desde hace siglos… Y pregonan que hay violencia en esos rostros cubiertos por capuchas, que si se me permite la metáfora, es lo más cercano al rostro de la dignidad que he visto en los últimos años.
Ahora reclaman por esos rostros que no se dejan ver después que los han ignorado desde hace tanto y tanto tiempo. Por eso se asustan, pues no saben quienes son esos detrás de los paños. Los ignoraron a la hora de construir el futuro. Los ignoraron cuando no reconocieron el rol de la rebeldía en el fin de la dictadura. Los olvidaron cuando nos despojaron de todas nuestras riquezas. Nos olvidaron cuando, coludidos en la casa de la infamia que ofende a Valparaíso, construyeron la impunidad que tiene a combatientes por la democracia impedidos aún de volver a su patria, y por otro lado, tienen a asesinos como alcaldes, diputados y senadores.
Nos olvidaron cuando pactaron la repartija del poder en los albores de la “concertraición”.
Por eso hoy usamos la capucha, y la seguiremos usando mientras quede una lucha por dar, hoy desenmascaramos a los pacos que actúan amparados en su anonimato… Que se saquen sus mascaras las S.A., que especulan con el destino de miles de trabajadores.
Hoy desenmascaramos a un gobierno de derecha que ha tomado lo peor de la dictadura de pinochet para responder a un pueblo que se moviliza. Desenmascaramos a los sofistas de la Concertación y acomodaticios de izquierdas tranzadoras.
Hoy solo nos queda asumir que es posible cambiar este estado de infame injusticia y en razón de ello declarar que nuestros rostros son demasiado bellos para mostrárselos a los chacales del poder. 

Marco Díaz S.
MPMR