Por una economía mundial sostenible y por mucho más que un asiento en la ONU

Posted by Mal publicados on domingo, septiembre 25, 2011

Rómulo Pardo Silva

Una izquierda guarda silencio sobre la prioridad de crear una economía sostenible, que hasta Ban ki-moon proclama, y se enfrasca en cambio en una campaña insustancial para el pueblo palestino.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo hoy que la comunidad internacional tiene "cinco imperativos" para modelar el mundo futuro, y "el primer y mayor de ellos es el desarrollo sostenible". (Xinhua)

El fiel colaborador de Estados Unidos y las potencias occidentales en la Memoria Anual de la Organización se atrevió a plantear en términos categóricos lo que demasiados políticos de izquierda no se atreven, que el primer reto para el futuro es lograr un mundo sostenible equitativo.

Por sobre los graves problemas políticos, financieros, bélicos, laborales, energéticos, alimentarios, climáticos, Ban Ki-moon plantea que el imperativo del siglo XXI debe ser salvar el planeta reinventando lo que se entiende por desarrollo pues el crecimiento actual está agotando los recursos naturales. Expresó desde su cargo lo que los thinks tanks de los millonarios globales tienen claro hace tiempo.

Ni los medios dominantes ni los alternativos parecen haber oído esa advertencia; su tema en estos días es un asiento en la ONU para Palestina.

El Presidente boliviano, Evo Morales, atacó con dureza ante la Asamblea General de la ONU al Consejo de Seguridad de la organización, asegurando que está dominado por "un grupo de países que deciden intervenciones y matanzas"… La ONU "está subordinada al Consejo de Seguridad", denunció… (El Mercurio)

Los palestinos necesitan la restitución de sus territorios y el regreso de los expulsados, no formalidades. Una encuesta en Gaza y Cisjordania del Centro Palestino para la Política y las Investigaciones halló que solo el 65% de la población está a favor del reconocimiento en la ONU.

Si Palestina obtuviera un asiento no tendría más seguridad que la que recibieron Irak o Libia que son miembros plenos. Si lo hiciera con el apoyo del 90% de los países sería el mismo que recibió Cuba por el cese del bloqueo norteamericano, que continúa. Si Washington recurre al veto no se desenmascara políticamente, ya se le conoce, y tampoco se le crea una preocupación porque su interés no es ser querido sino temido.

La batalla por el ingreso palestino es parte de una cultura política que se entusiasma olvidando los hechos. La ONU nunca ha querido enfrentarse a Israel para que cumpla sus Resoluciones, opta maquiavélicamente por decir que es un asunto a resolver entre ambos. La propia Autoridad Nacional Palestina no es fiable cuando se ha asociado con los militares israelíes para destruir al gobierno de Gaza. El movimiento Hamas calificó de insustancial el discurso de Abbas por omitir lo principal, el cómo enfrentar la ocupación israelí.
Sabiéndose que la Organización de las Naciones Unidas es un feudo de las potencias occidentales que cuentan con los votos de gobiernos serviles no se entiende que confundan a los pueblos presentándola como un órgano honestamente preocupado de la legalidad y la justicia internacional.

Lo que afirmó Ban Ki-moon es vital para toda la humanidad. Las generaciones futuras necesitan de una economía que preserve los recursos naturales en lugar de destruirlos. Si bien su análisis no se atrevió a develar las consecuencias más profundas, su dependencia no le permite decir que es el capitalismo el insostenible, al menos colocó el tema que otros no se han atrevido. Es lo que se debe reflexionar políticamente considerando que se trata de un límite estructural insalvable y no de un deseo subjetivo.

La izquierda debe hablar de los verdaderos problemas afrontando las dificultades de ir a las raíces. En este caso la restitución de todos sus derechos y bienes a los palestinos y la creación de una economía socialista sustentable.

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