Chile - Ex alumnos apoyan lucha de los estudiantes del Instituto Nacional
¡Que vibre compañeros…!
MANIFIESTO DE INSTITUTANOS POR SIEMPRE
Fuimos, somos y seremos por siempre institutanos. Aunque pase el tiempo siempre seremos institutanos. Porque el Instituto Nacional quedó grabado en nuestra mente y en nuestros corazones. En sus aulas, patios y pasillos aprendimos no solo los contenidos de las materias de los planes de estudio, sino, por sobre todo, valores republicanos, laicos y democráticos que han guiado nuestro camino a lo largo de nuestras vidas. No podemos ser ex institutanos. Esa categoría no existe para nosotros. Quien ha sido institutano lo es para toda la vida.
Por ello nos toca profundamente todo lo que atañe al Instituto Nacional: nos sentimos orgullosos de su pasado, pero por sobre todo nos conmueve su presente y nos preocupa su futuro.
El presente del Instituto Nacional es de lucha y su futuro es incierto. Frente a la crítica situación generada por el modelo de “educación de mercado” imperante en Chile, queremos hacer llegar nuestro respaldo, saludo y cariño a las nuevas generaciones de institutanos que no desfallecen tras más de tres meses de lucha por la educación pública gratuita, laica, democrática, igualitaria y de calidad para todos.
La educación como la cultura ha sido desde la antigüedad considerada un bien público, es decir, un derecho de acceso público al que todos deben tener acceso. ¿Por qué? Porque la cultura y la educación no son patrimonio de unos pocos, son fruto del desarrollo de la ciencia, del pensamiento, de las letras y las artes, en síntesis del trabajo y de la inteligencia humana que no surge individualmente, sino colectivamente. Privatizar el acceso a este “bien público” es negar y desconocer un derecho inherente a las personas y a la civilización.
La educación no es un “bien de consumo” como dijo el Presidente Piñera y con ello sintetizó lo que piensa toda la Derecha y también la mayoría de los ex ministros de Educación de la Concertación, en especial, Brunner y Bitar. Esa es la piedra angular del “conflicto educacional” que vive Chile.
Desde la dictadura de Pinochet se instaló en nuestro país la lógica de someter todo a las reglas del mercado: quien tiene compra, quien no, no consume.
La Municipalización de la educación básica y media fracasó rotundamente.
La educación fiscal municipalizada, con la honrosa excepción de muy pocos colegios como el Instituto Nacional, es de muy mala calidad. Esta es la crónica de una “muerte anunciada”. El resultado no solamente es un fracaso desde el punto de vista académico, como ha quedado demostrado en las mediciones comparativas internacionales en que ha participado nuestro país, una segunda consecuencia es que el sistema de educación de mercado que tenemos reproduce y profundiza la desigualdad social en Chile.
Frente a la pobreza de millones de personas, tenemos la concentración desproporcionada de la riqueza. En un reciente artículo publicado en El Mostrador, “Desigualdad y Riqueza Extrema en Chile”, el investigador Julio Berdegué, señala que: “En Chile tenemos cuatro multi-billonarios en dólares, según el ranking de la revista Forbes. Tres de ellos dentro de los top 100. De menor a mayor: el Presidente de la República (U$2,4 billones de dólares), los hermanos Matte (U$10,4 billones), Horst Paulmann y su familia (U$10, 5 billones) y la familia Luksic (U$19,2 billones). Cuatro familias tienen una fortuna personal de $ 42,5 billones de dólares. La fortuna de estas cuatro distinguidas familias chilenas equivale al ingreso anual del 80% de la población de Chile. Sí, 80%. ¿Difícil de creer? Saque usted las cuentas, los datos están en Forbes.com, y en los resultados del ingreso por decíles de la encuesta CASEN en la página web de MIDEPLAN”.
La educación ha dejado de ser un vehículo de promoción social y cultural para el grueso de los chilenos y chilenas.
La Educación Superior chilena es la más cara del mundo
La prensa chilena se ha hecho eco de un informe de la OCDE, la organización de países desarrollados de la que desde hace poco tiempo Chile es miembro, Así en su edición del 04/07/2011, el diario de negocios Estrategia señaló que:
“Con un valor anual promedio de US$3.400, el arancel cobrado por las universidades domésticas se ha disparado sistemáticamente en los últimos 20 años. En el caso de las públicas, sólo entre 1995 y 2005 el alza fue de casi el 100%”.
Exiguo aporte estatal, focalización de los subsidios, alta demanda y valoración excesiva de la tasa de retorno, serían elementos clave en este fenómeno.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) consignan que, a precios relativos, la Educación Superior en Chile es la más cara del orbe. Con un valor promedio de US$3.400 anual, el arancel doméstico equivale al 22,7% del PIB per cápita, superior al de naciones como Estados Unidos, Inglaterra, Australia y Japón.
El fenómeno ha sido advertido por diversas entidades foráneas, como el Banco Mundial, entidad que en un informe conjunto con el citado organismo multilateral constató que “una causa relevante de desigualdad (en nuestro país) incluye el alto costo de estudiar”.
En opinión de diversos agentes, no ha sido posible detectar el punto exacto de inflexión en este rally, pero a la luz de los antecedentes disponibles en el Ministerio de Educación (MINEDUC), se traslucen lapsos en que el valor se disparó con vigor durante los últimos 20 años; sin ir más lejos, entre 1995 y 2005 el aumento arancelario promedio llegó al 92,8%”.
Sin embargo, desde el punto de vista de la calidad Según el ‘Ranking Web of WorldUniversities’, entre las 1.000 mejores universidades del mundo aparecen solamente cuatro chilenas, todas ellas universidades tradicionales. Ninguna de la Universidades privadas creadas después de 1981 aparece en el listado de las mil mejores del mundo. Entre las universidades latinoamericanas, las únicas que figuran entre las doscientas mejores son la Autónoma de México y Sao Paulo, las dos son Universidades públicas y gratuitas.
Chile no tiene ninguna Universidad calificada entre las 200 mejores, la mejor situada es la Universidad de Chile, en el lugar 296 del ranking mundial.
El Crédito con Aval del Estado, es un mecanismo perverso.
La política del crédito con aval del estado, se ha revelado como un mecanismo perverso, que estimula el alza de aranceles, y condena a las familias y estudiantes al sobre endeudamiento. Como señalamos arriba en la década entre 1995 y 2005 el aumento arancelario promedio llegó casi al doble; al 92,8%.
Un alto porcentaje de los estudiantes se ve obligado a abandonar sus carreras, por diversas razones, especialmente por sus dificultades económicas y mala formación anterior, estos jóvenes terminan sin título pero con deudas millonarias. De acuerdo con los estudios publicados, las universidades privadas presentan una mayor deserción con un 30%, las estatales 22% y las particulares con aporte del Estado un 16%. En cuanto a carreras técnicas y profesionales, las primeras presentan altos niveles de abandono con un 41% y un 27% las segundas.
Para cambiar este negro panorama se han alzado centenares de miles de estudiantes, profesores, funcionarios de la educación, padres y apoderados, ciudadanos en general. Entre ellos, los institutanos ocupan un lugar destacado. El Instituto Nacional, junto la Casa Central de la Universidad de Chile, constituyen sólidos bastiones efectivos y simbólicos en pleno centro de la capital del país, recordando día a día a los ciudadanos que transitan por allí que los valores laicos, democráticos y republicanos están siendo defendidos por los estudiantes, profesores y trabajadores de estas dos instituciones señeras, parte inseparable del alma nacional.
Nuestro colegio, nació en los albores de la República para traer la luz de la ilustración y formar ciudadanos de bien, que hicieran un aporte al desarrollo de la nación. Como dice el himno del Instituto Nacional, que todo institutano lleva siempre en el recuerdo más intimo: “Que vibre compañeros el himno institutano…, nuestro colegio es cuna de todo cuanto llaman chilena ilustración…”.
En virtud de los valores que el Instituto Nacional contribuyó a formar en nosotros, declaramos nuestro apoyo público y nos ponemos a disposición de las nuevas generaciones de institutanos para respaldar su lucha por la Educación pública, gratuita, laica, democrática, igualitaria y de excelencia de la que el Instituto Nacional fue el primer faro de luz.
Firman, ex alumnos del Instituto Nacional, institutanos por siempre:
Sergio Grez Toso, sergiogreztoso@gmail.com , 4° H 1971.
(Indicar nombre completo, correo electrónico y último curso y año cursado en el Instituto Nacional)
Enviar adhesiones a: pguzmansk2@gmail.com
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