Chile - La derecha en el Colegio de Profesores
Por Darío Vásquez Salazar
Secretario General
Colegio de Profesores de Chile
El sistema de elección que se ha dado el gremio de los profesores ha permitido que desde su democratización se expresen todas las corrientes políticas que tiene alguna expresión en el país. De esa manera, Jorge Pavez por entonces militante del partido Comunista, sucedió en la presidencia al democratacristiano Osvaldo Verdugo y a éste le sucedió Gajardo.
En los directorios dirigidos por unos y otros, hubo militantes comunistas, radicales, socialistas y de derecha, siempre en minoría.
El año 2003 aparece en escena Fuerza Social y Democrática y tuvo la responsabilidad de conducir el gremio en dos períodos y hoy mantiene cuatro dirigentes en el directorio nacional.
Durante su historia los profesores han demostrado ser mayoritariamente progresistas, personas que producto de su formación humanista han desarrollado una sensibilidad que los ha puesto de lado de los procesos progresistas o revolucionarios que han emergido en el país como culminación a extensos procesos de movilización social.
Los profesores estuvieron mayoritariamente con el proceso de cambios que encabezó el Dr. Salvador Allende. La agudización de la lucha de clases en los años previos a la Unidad Popularla Centra Única de Trabajadores.
En el otro lado, la derecha azuzaba a los militares y pavimentaba el camino de la sedición que a la postre terminó con miles de muertos y desaparecidos, centenares de miles de presos torturados, y otros tantos en el exilio.
Luego, por diecisiete años, esa derecha sediciosa, se transformó en el sostén político de la más feroz dictadura de la que se tenga memoria en Chile. Hoy, por el arte del decaimiento de las otrora encendidas consignas de la Concertación , la derecha ha accedido democráticamente al gobierno después de cincuenta años.
Afirmada a las prebendas del poder, la derecha hace esfuerzos por blanquear una historia sucia y sangrienta. Intentando por medio de audaces campañas comunicacionales mostrar una cara democrática, ha logrado seducir a una mayoría de votantes incautos y ahora dirige el país.
Los estragos en educación son más que claros. Al avance sostenido de la privatización de la educación pública, al nulo interés por contar con las opiniones del gremio de los profesores, los sucesivos gobiernos de la Concertación , impusieron una política educacional diseñada durante la dictadura, que ahora, con la derecha en poder, terminará por culminar con el propósito de erradicar lo que alguna vez fue la educación pública, y de paso, eliminar cuanto derecho hayan ganado los profesores, dejando la profesión docente en condiciones de una precariedad pocas veces vistas en la historia.
El día de ayer la derecha y la Concertación acordaron la última ley llamada de Equidad y Calidad, pero que no es más que la consolidación de un sistema que privilegia la educación particular, borra de un plumazo lo que queda de la educación pública y aumenta la capacidad de los sostenedores de despedir profesores.
Todas aquellas iniciativas que la actual conducción del colegio ha impulsado para oponerse a lo que viene sucediendo, se ha estrellado en la muralla intransigente de algunos sectores de la Concertación , pero especialmente de la derecha.
En palabra simples, el principal enemigo de la educación pública y los derechos de los profesores, es la derecha. La derecha en el gobierno puede hoy jactarse que su proyecto de ley de Equidad y Calidad será ley. Esa misma que el presidente del Colegio de Profesores adjudica como contraria a la educación pública y a los profesores, fue redactada y aprobada por la derecha.
Sin embargo, los dos representantes de esa misma derecha en el Directorio Nacional del Colegio de Profesores, nada dicen al respecto. Más aún no son capaces de decir una palabra de censura a sus mentores ideológicos ante el descalabro que todo el resto del Directorio ha hecho saber de distintas maneras.
Sin ir más lejos, los dos representantes de la derecha en el Directorio Nacional, Carlos Bastías y Verónica Monsalve, mantienen un discurso que engaña. Por una parte declaran estar con la educación pública y por otra, no firman una carta enviada al presidente haciéndole saber nuestra preocupación por lo que está sucediendo, y solicitado la renuncia al ministro Lavín.
Peor aún, resulta inconcebible que la actual conducción considere aliadas a estas dos personas y las premie con prebendas a condición de apoyar su gestión. Es hasta risible que la consigna levantada por Jaime Gajardo en las últimas elecciones haya sido “Parar a la derecha” y hoy esa misma derecha sea su aliada.
La actual situación exige un mínimo de coherencia. La derecha es la responsable de muchas situaciones dolorosas en la historia del nuestro país. Y si bien al interior del Gremio tiene ganado un espacio legítimo, no resulta una conducta política consecuente de los militantes del Partido Comunista tenerla de aliada en el Colegio de Profesores, y de enemiga en La Moneda.
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