Chile: Capitalismo repugnante - Joven de 22 años calcinado en prisión por vender CDs en una feria

¿Por qué obedecen? Era una pregunta que se formulaba Antonio Gramsci. ¿Por qué obedecen en una sociedad capitalista con tantas injusticias? Un joven chileno Bastián Arriagada de 22 años purgaba 61 días de prisión por el “terrible” delito de vender CDs sin autorización en una feria libre de Santiago. Sin antecedentes penales, lo encarcelaron por trabajar. Eso, como lo lee, por trabajar.


Roberto Ávila
El Clarín.


Murió horriblemente calcinado junto a otros 80 presos en el incendio d la Cárcel de San Miguel que ha conmovido al país.

La clase política, es decir los que han hecho de la política una profesión lucrativa, nada han hecho desde el retorno a la democracia por que el sistema carcelario chileno respete los Derechos Humanos de los sometidos a prisión.

La Concertación y su ministro de Justicia José Antonio Gómez sólo iniciaron un proceso de privatización de cárceles que ha significado muchas muertes. En efecto, Gendarmería no puede separar preso en conflicto pues el penal de Santiago 1, por ser concesionado, sólo puede recibir un límite de presos, por ello al resto hay que mondarlos a Colina 1 o 2, lo que ha permitido riñas mortales.

José Antonio Gómez estudiante de derecho menos que mediocre y que escaló en la política como todos sabemos, sólo atinó a conjugar el verbo “privatizar” que tan rentable ha resultado a la clase política.

Del actual presidente Sebastián Piñera sólo es posible esperar la utilización mediática de la tragedia; ya ha enviado a sus ministros en busca de cámaras. Seguramente conjugará de manera más intensa el verbo “privatizar”, trabajo que la otra derecha ya le dejó adelantado.

Una sanción penal no priva de sus derechos a un condenado, simplemente le limita uno : la libertad.

Un preso relataba que ante el horror de las llamas un gendarme le habría dicho “muéranse perros cul…”. Veinte años de Concertación Democrática y no fueron capaces de educar a esos funcionarios en el sentido y alcance de los Derechos Humanos en una sociedad democrática. Qué decepción, qué indignación.

La propia Fiscal de la Corte Suprema, doña Mónica Maldonado, había dejado constancia en resoluciones judiciales de que el estado del sistema carcelario violaba los Derechos Humanos de los presos. Cárceles abarrotadas e insalubres por doquier y tenemos aviones F 16, fragatas misileras y parlamentarios con los mejores sueldos, fijados por sí y ante sí, del continente.

Pobre Bastián, muerte horrible por trabajar.

Me lo pregunto yo también, ¿por qué obedecemos? en una sociedad tan injusta y con una clase política corrupta.

ROBERTO AVILA TOLEDO