Lucha indígena - En defensa de la Madre Tierra y de su organización colectivista
Hugo Blanco *
Septiembre–Octubre de 2010
Transcripción por escrito de las charlas que di en mi calidad de director de "Lucha Indígena" en la gira por Gran Bretaña impulsada por los ecososcialistas de Resistencia Socialista y la Izquierda Verde. Se entiende que la exposición oral debía ser abreviada.
El calentamiento global
Cuando era joven luchaba por una sociedad justa, pensaba que si mi generación no la alcanzaba, lo harían las generaciones futuras.
Ahora veo que estaba equivocado: No habrá generaciones futuras si nosotros no alcanzamos a derribar el sistema depredador. Por lo tanto, si antes luchaba por una sociedad justa, ahora lucho fundamentalmente por la supervivencia de la humanidad.
El calentamiento global es indudable, la ONU ha tenido que inclinarse ante la evidencia científica, así como los gobiernos de los países que más calientan el planeta con la emisión de los denominados gases de invernadero, producidos por las grandes empresas capitalistas.
No es que un grupo de capitalistas malos ha decidido extinguir la humanidad. El objetivo de ellos no es éste, sino ganar dinero, si para hacerlo tienen que lanzar a la humanidad a su desaparición, mala suerte. Es posible que algunos de ellos suspiren por este subproducto del cumplimiento de su sagrado mandamiento: Ganar más dinero en el menor tiempo posible.
Richard Branson, empresario británico propietario de la línea aérea Virgin, ofreció un premio de 25 millones de dólares a quien idee un invento que elimine los gases de efecto invernadero de la atmósfera. La gente le dijo “Tú estás contribuyendo al calentamiento con tu línea aérea”. Él les dio una respuesta que me parece magnífica: “¿Qué quieren? Si saco mi empresa inmediatamente ocupa su lugar la British Airways”.
Si hay un capitalista que por amor a sus descendientes deja de poner una fábrica que emite gases de invernadero, viene otro capitalista y la pone. No depende del conocimiento y la moral de los capitalistas individuales, es la rueda imparable del sistema el que les lleva a acabar con la humanidad. No se trata de matar a algún capitalista, a quien debemos matar es al sistema que ordena que el destino de la humanidad esté en manos de la voracidad del gran capital.
Efectos
La gente del campo, aunque en general no conoce su origen, sufre los efectos del calentamiento más que la población urbana: Los arroyos están desapareciendo. Los ríos están adelgazándose, hay ríos que para cruzarlos se usaba puentes, los que cada vez son menos necesarios, el Amazonas está más delgado que nunca. Los nevados se derriten, esto es una desgracia, pues son fuentes de agua. Los glaciares de los polos también se derriten. Antes el polo norte era un gigantesco bloque de hielo, ahora en verano ya se puede navegar por él.
Los océanos aumentan su nivel: La isla conocida por los habitantes de India como Nueva Moore y por los de Bengala como Talpatti Sur ha sido devorada por el mar.
La isla Lohachara de 10,000 habitantes, en la región india de Sundanbans, donde los ríos Ganges y Brahmaputra desembocan en la bahía de Bengala, también fue devorada por el agua.
Una parte de Groenlandia se ha separado de ella, ha sido bautizada como Isla del Calentamiento Warming Island o Uunartoq Qeqertoq en Inuit.
La República de Kiribati, un conjunto de 33 islas del Pacífico Central, pidió ayuda internacional para organizar la evacuación de sus 97.000 habitantes. El aumento de las aguas saladas está devastando las tierras cultivables y contaminando los pozos de agua dulce.
El territorio de los indígenas Kuna de las islas de Panamá, está amenazado de desaparición, hemos escuchado que zonas del departamento peruano de Piura también están amenazadas.
La alteración del ambiente por el calentamiento produce diversos desastres climáticos: Los inviernos son más crudos que antes, como el último del hemisferio norte, o el que sufrió hace poco Puno, Perú, causando la muerte de muchos niños. Por otra parte se reportó de veranos excesivamente calurosos en Brasil y África.
El “friaje” es una ola de frío que afecta negativamente a la selva peruana, se anuncia que 11 de los 24 departamentos en que se divide el Perú, serán afectados por ese fenómeno.
En la pasada temporada de lluvias, en mi departamento, Cusco, la inundación hizo que de algunas poblaciones sólo se vieran los techos, mató centenares de hectáreas de cultivos, un río de lodo atravesó la población de Zurite durante semanas, sepultando entre otros un templo colonial, la posta médica y el principal centro de estudios.
Hace poco la inundación afecto la cuarta parte del territorio de Paquistán.
Algunas de las víctimas del huracán Katrina que azotó Nueva Orleans en EEUU, abrieron un proceso judicial contra las grandes empresas culpables del calentamiento y por lo tanto del huracán.
La gran prensa, en manos de los productores del calentamiento global, naturalmente no nos muestra estos desastres como efectos de él, sino como “desastres naturales”. Sabemos que de naturales no tienen nada, que son provocados por los grandes capitales a través de la emisión cada vez mayor de gases de efecto invernadero.
Las páginas centrales de nuestro periódico mensual “Lucha Indígena” (http://www.luchaindigena.com)
Manejo del problema
Los países más emisores de gases de efecto invernadero, situados en el norte del planeta, realizaron una reunión el año 1997 en Kioto, Japón, en la que se comprometieron a reducir por lo menos en un 5% la emisión de gases de invernadero. El acuerdo no fue ratificado, entre otros por los EEUU, que con una población del 4% del mundo, es responsable de la emisión del 25% de gases de invernadero. Se cumplió muy poco de lo acordado. En diciembre del 2009, en Copenhague, se realizó una nueva reunión sobre el tema, también impulsada por la ONU. En ella no hubo ningún acuerdo, los países africanos, cuya población tiene que caminar días en búsqueda de agua, exigían indemnización a los grandes contaminantes, de lo que éstos no querían ni oír hablar. Fuera del encuentro oficial, Obama reunió a algunos cómplices a quienes hizo firmar un papel que ahora llaman “el acuerdo de Copenhague” en el que no hay ningún compromiso a reducir las emisiones de gases de invernadero, sino solamente manifestación de buenas intenciones. Posteriormente, EEUU compró firmas de más países. Ecuador le respondió que si de dinero se trataba, lo recolectaría y pagaría a EEUU para que firme el protocolo de Kioto.
El aspecto positivo de la reunión de Copenhague, fue que hubo 100,000 personas en el exterior de la reunión oficial que gritaban “¡Cambiemos el Sistema, no el Clima!” y “¡Si el clima fuera un banco ya lo hubieran salvado!”.
Ante el fracaso de la reunión, el presidente boliviano Evo Morales convocó a la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra” que se realizó del 12 al 19 de abril en Cochabamba, Bolivia.
Fue una reunión exitosa en la medida en que reunió defensores de la naturaleza de diversas partes del mundo que se contactaron entre sí, desgraciadamente los humos del volcán de Islandia que impidieron los vuelos, frustraron la asistencia de ciudadanos europeos. Fue desafortunado que no se acordó la realización de acciones colectivas. Hubo una mesa en el exterior de la reunión en la que se hizo críticas a la política económica del gobierno que continuando el extractivismo de anteriores gobiernos, afecta la naturaleza.
El gran capital continúa haciendo lo posible por negar o minimizar los efectos del calentamiento. Hace algunos meses hubo una campaña de desprestigio a científicos encargados de estudiarlo, luego se comprobó que eran acusaciones falsas. Una asociación de grandes empresarios de EEUU reclutó periodistas y “científicos” que se encargaran del tema de acuerdo a la conveniencia de los emisores de gases de efecto invernadero. La gran prensa del mundo que está en sus manos, continúa llamando “desastres naturales” a los efectos del calentamiento. Tratan de convencer que desastres parecidos se han dado en varias épocas históricas, que son “naturales”. Dicen que los mayas predijeron el fin del mundo para el 2012, lo cual ha sido desmentido por especialistas en escritos mayas que declaran que los mayas hablaron de sucesos posteriores a esa fecha.
Todo esto hace el gran capital para que la gente se resigne y no luche por acabar con el sistema.
La ONU ha programado la próxima reunión oficial sobre el tema que se realizará en Cancún, México, del 29 de noviembre al 10 de diciembre de este año.
No se necesita ser adivino para afirmar que en dicha reunión tampoco se aprobará nada positivo, sólo serán palabras hermosas.
Desgraciadamente en el exterior de la reunión no podrán estar los 100,000 que estuvieron en Copenhague, porque los pasajes son muy elevados para que estén los europeos, porque los latinoamericanos no tenemos dinero para ir y porque la represión será más fuerte que en Copenhague.
En Viena, Austria, escuché una proposición excelente: “Hagamos cientos de Cancún en el mundo”. En las fechas de la reunión oficial organicemos reuniones en todas las ciudades posibles, para analizar qué significa el calentamiento global, quiénes lo producen, qué males trae, cómo combatirlo. Estas reuniones en su conjunto serán infinitamente más eficientes contra el calentamiento global que la reunión oficial en Cancún.
Resistencia indígena
He señalado que la gente del campo es la que más sufre los efectos del calentamiento global, sin embargo, en su gran mayoría no conoce sus origen, considera que son “desastres naturales”.
Lo que sí entiende perfectamente como tales, son los otros ataques del gran capital a la naturaleza, que en quechua llamamos Pacha Mama, (madre tierra o madre naturaleza).
Los indígenas son quienes menos disfrutan de los beneficios de la civilización y que conocen al “progreso” sólo por los ataques que de él son víctimas.
Todos vivimos de la naturaleza, pero en las ciudades los niños creen que es el supermercado quien nos alimenta y muchos mayores están cerca de eso pues no les interesa la depredación del campo.
En cambio la población indígena siente claramente que de la naturaleza depende su vida.
Por eso es en especial la población indígena la que reacciona contra los ataques a la Madre Tierra, señalemos algunos de esos ataques:
La minería.- Especialmente la de cielo abierto que es más nociva que la de socavones pues destruye montañas para extraer minerales. Roba agua de la agricultura y la envenena, matando personas, animales, vegetales y suelo.
La extracción de petróleo y gas.- Envenena los ríos amazónicos matando a los peces de los que se nutre la población, deja sin agua a la gente y animales.
La construcción de centrales hidroeléctricas.- Roba el agua de la agricultura de consumo humano para proveer de electricidad a la minería. (Caso de Salcapucara en Canchis, Cusco, Perú).
El proyecto de la represa de Inambari.- Intentan desalojar de territorios de 3 departamentos del Perú a miles de indígenas de sus viviendas y sus cultivos para construir una gran represa que proveería de electricidad a empresas multinacionales radicadas en Brasil.
La tala de la selva para la extracción de madera.- Como la capa de tierra fértil en la Amazonía es delgada, en pocos años de precipitación pluvial que en la zona es intensa, quedará tierra desierta.
La tala de la selva para criar ganado.- Los selváticos se alimentan de la caza, el ganado es para las ciudades. También convertirá en desierto lo que ahora es selva.
La gran agroindustria.- Aplica a la naturaleza la lógica de la fábrica: Cuanto más producto del mismo tipo se fabrique año tras año, mejor. Por eso produce la variedad más productiva de una especie año tras año. Eso se llama monocultivo y es dañino para el suelo. Usa agroquímicos: fertilizantes, insecticidas y herbicidas. Con todo esto matará el suelo en pocos años. No le importa, luego de matar el suelo en Perú, se irá a otro país de América, Asia, África, Oceanía para continuar matando el suelo.
En cambio el indígena, pensando que sus abuelos vivieron de esa tierra y sus nietos vivirán de ella, la cuida. Con 10,000 años de conocimientos agrícolas, sabe que tiene que practicar la rotación de cultivos, un año siembra leguminosas para que inspiren el nitrógeno del aire que será llevado a las raíces, al año siguiente siembra papas que aprovecharán ese nitrógeno. También practica los cultivos asociados, varias especies juntas, lo que es bueno para el suelo y malo para los parásitos. Además sabe que hay tierras que tienen que descansar, uno, dos, tres años, él que conoce su suelo sabe cuántos. A ese descanso en quechua lo llamamos “layme”; mientras ese terreno está descansando de la agricultura, lo usa como terreno de pastoreo. Usa abono orgánico.
El gobierno peruano pretende robar el agua de la pequeña agricultura de Espinar, que alimenta al Cusco, para irrigar la gran agroindustria que exportará a Estados Unidos, en esta lucha ya hay heridos, inclusive niños.
Alan García, presidente del Perú, llama “perro del hortelano” a los indígenas, opina que si ellos no tienen grandes capitales para trabajar, dejen que las poderosas compañías lo hagan, así progresará el Perú.
Usurpación de territorio indígena para el turismo.- Este tipo de ataque lo sufren indígenas de Columbia Británica en Canadá, indígenas de Chiapas, México, indígenas de África.
No sólo los indígenas luchan por la Madre Tierra
Lo hacen todos quienes se sienten afectados por la depredación capitalista, como los valerosos pobladores de Andalgalá, Catamarca, Argentina.
La población urbana del departamento de Moquegua, Perú, luchó valientemente en defensa del agua.
Todos los indígenas del mundo
He puesto ejemplos del Perú, pero no son sólo los indígenas peruanos quienes luchan en defensa de la madre tierra. Vemos que es el empuje indígena que puso a Evo Morales como presidente de Bolivia y que fue él quien convocó a la reunión internacional contra el cambio climático. La nueva constitución boliviana reconoce los derechos de la Madre Tierra.
Están luchando en defensa de la Madre Tierra los indígenas de Chile, Argentina, Guatemala, Panamá, Canadá, Estados Unidos, los Dongria Condh de la India, los bosquimanos de África, en Australia rechazan los residuos nucleares.
Esto muestra que la lucha indígena por la defensa de la Madre Tierra no es un tema étnico, sino cultural. Eduardo Galeano en su último libro, “Espejos”, dice:
¿Cómo pudimos?
Ser boca o ser bocado, cazador o cazado. Esa era la cuestión.
Merecíamos desprecio, o a lo sumo lástima. En la intemperie enemiga, nadie nos respetaba y nadie nos temía. La noche y la selva nos daban terror. Éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cachorros inútiles, adultos pocacosa, sin garras, ni grandes colmillos, ni patas veloces, ni olfato largo.
Nuestra historia primera se nos pierde en la neblina. Según parece, estábamos dedicados no más que a partir piedras y a repartir garrotazos.
Pero uno bien puede preguntarse: ¿No habremos sido capaces de sobrevivir, cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y compartir la comida? Esta humanidad de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un ratito en el mundo?
El gran amor a la Madre Tierra era una parte de esa ética general en los albores de la humanidad.
Pero no es la única homogeneidad, hay otras. Los indígenas del mundo son los más puros guardadores de esa ética.
Veamos los otros aspectos de la cultura humana primitiva que es común a los pueblos indígenas del mundo:
Colectivismo
Los problemas que afectan a la comunidad, los resuelve la comunidad, no el individuo ni un pequeño grupo.
Si esa fuera la lógica de la humanidad actual, no habría calentamiento global, pues no sería la empresa la que decida si monta o no una fábrica que emita gases de invernadero, sería la sociedad en su conjunto.
Donde hay indígenas, hay comunidad indígena, que es un pequeño organismo en el que el mandato es colectivo, es un pequeño poder político, muy limitado por el estado central, pero lo es; a veces está algo corrompido pues vive en un entorno corrupto, pero en general se mantiene como pequeño gobierno realmente democrático. Está reconocido por muchas constituciones, como la peruana.
A veces hay comunidad de comunidades, en algunos lugares de la selva peruana al parecer existen, en la sierra no, pues las federaciones distritales son instrumentos de lucha, pero no de gobierno.
Existen en el Cauca, Colombia, donde están reconocidas por la Constitución.
Tambien la comunidad de comunidades Cuna de las islas de Panamá, está reconocida por la Constitución, al parecer es una conquista que se logró con la revolución cuna de 1929.
Donde existe más clara es en un pequeño sector de Chiapas, México, ahí desde hace 16 años gobiernan los indígenas a través de las “Juntas de Buen Gobierno” que son cuerpos colectivos que de tiempo en tiempo son cambiados, sus miembros son revocables en cualquier momento. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional está encargado de resguardar la zona liberada de los ataques del “mal gobierno”, que es como denominan al gobierno de México, si uno de sus miembros quiere pertenecer a una junta, debe renunciar al ejército. Como en nuestras comunidades, los miembros de las juntas no ganan ni un centavo, pues saben y practican el principio indígena de que el puesto público no es para servirse sino para servir, completamente diferente a nuestros regímenes denominados “democráticos” en que todos se pelean por un cargo como perros por una presa de carne, pues saben que les servirá para ganar mucho dinero, para recibir sobornos y para dar colocación a parientes y amigos. Hace algún tiempo asistí a una elección comunal, cuando propusieron para presidente a un compañero, éste se paro y dijo que él ya había servido a la comunidad en varias oportunidades, que eligieran a alguien que todavía no lo había hecho.
El enemigo sabe muy bien que la organización comunal es la defensora del medio ambiente, por eso la ataca. En México y Perú, casi simultáneamente Salinas y Fujimori sacaron leyes intentando disolverla. En el torrente de decretos ley de Alan García no sólo hay muchos que impulsan la depredación del medio ambiente, sino también los hay que atacan a la comunidad.
La comunidad indígena es un núcleo inicial para la construcción de una sociedad horizontal, un paso más adelante significan las comunidades de comunidades que mencioné. La mayoría de los indígenas no son concientes de ello, pero eso no invalida dicha construcción.
Naturalmente que no aconsejamos a la población urbana seguir el mismo camino, ella sabrá qué pasos tomar en la construcción de una sociedad que no esté dividida entre los que mandan y los que obedecen, por ejemplo las fábricas administradas por los trabajadores en Argentina son un paso importante en este sentido.
Ecosocialismo
Estas dos características de los pueblos indígenas, el gran amor por la naturaleza y su forma de organización colectiva, son las que llamaron la atención de los compañeros europeos ecosocialistas, pues, precisamente estas dos características son su meta. Entienden que la única forma coherente de lograr que se respete la ecología es que el poder no sea ejercido por las empresas capitalistas, sino que la población se organice horizontalmente dirigiéndose a sí misma.
Fue por eso, por dirigir el periódico Lucha Indígena que publicita las luchas de los pueblos indígenas por la Madre Tierra y por la defensa de su organización colectivista, que me invitaron la Izquierda Verde y Resistencia Socialista para hacer una gira por la Gran Bretaña explicando las luchas indígenas. La recepción del auditorio fue muy positiva, en varios lugares me dijeron que mis palabras eran “inspiradoras”, en realidad no eran mis palabras las inspiradoras sino la realidad de la lucha indígena, desconocida en toda su significación en Gran Bretaña.
Buen vivir
Aunque en lenguaje indígena no existe ese término, pues para el indígena simplemente es vivir, me parece que es un aporte interesante de los intelectuales indigenistas para contraponerlo al concepto capitalista de que la felicidad consiste en acumular mucho dinero en el menor tiempo posible y con ese dinero comprar lo que la publicidad y la moda ordenan, para así producir la envidia y el respeto de nuestros congéneres.
El buen vivir entiende la felicidad como vivir satisfactoriamente.
Pongo algunos ejemplos para explicarlo.
Un indígena quechua, hablando en nuestro idioma me dijo que los amazónicos eran ociosos, para demostrarlo me relató lo siguiente: Un hacendado pidió a un indígena amazónico que talara cierta extensión de bosque para dedicarla al cultivo y le dijo que le pagaría con un machete. El amazónico hizo tan bien y tan rápido el trabajo, que el hacendado quedó impresionado, le dio el machete y le dijo: “Ahora te ofrezco un negocio redondo, talas la cuarta parte de lo que acabas de hacer y te doy otro machete”. El amazónico lo miró extrañado y respondió: “Tengo sólo una mano derecha ¿Para qué necesito dos machetes?” y se fue. No quería progresar, sólo quería vivir. Relato esto no sólo para mostrar el concepto del buen vivir de los amazónicos, sino también que los quechuas estamos más domesticados que ellos por la sociedad de consumo.
Sin embargo, hay ejemplos de Buen Vivir entre los quechuas: Cuando uno pregunta a un indígena qué produce su tierra, no habla de cantidades ni de precios, contesta “¡hunt’asqa!” que significa “¡completo!”, es decir que produce múltiples especies. Los jurados de ferias, docentes de la facultad de agronomía, ya han aprendido que no deben premiar a quien produce las papas más grandes ni mayor cantidad por hectárea, sino que el premio corresponde a quien tiene la mayor cantidad de variedades, pues eso es lo que constituye el orgullo indígena.
He encontrado un vendedor adulto o niño que está vendiendo en el suelo un producto en pequeña cantidad, pregunto el precio, me responde, le digo que le compro todo sin pedirle rebaja, se niega, pregunto por qué no, me responde: “Si todo te vendo a ti ¿Qué cosa ya vendería al resto?”. El vender no es sólo una acción comercial, es una forma de relación social.
Así como el amor a la naturaleza y la búsqueda de una sociedad horizontal no son exclusivamente indígenas y también piensan así los ecosocialistas, he encontrado el Buen Vivir en gente civilizada: En Estocolmo a un amigo sueco le gustaba visitar los grandes supermercados, cuando le pregunté por qué, me respondió: “No sabes el placer que siento viendo sin cuánta cosa puedo ser feliz”.
Amor a los antepasados y a los descendientes
Elinor Ostrom, premio Nóbel de Economía del 2009 dijo: “Estoy muy reconocida a los indígenas norteamericanos que me han enseñado que piensan en la sétima generación”.
De acuerdo a ello actúan, calculando que si lo que hoy hacen ha de perjudicar o beneficiar a la sétima generación.
Eso es completamente diferente al desdén de mucha gente educada por el capitalismo, a la que no le importa si sus nietos tendrán agua para beber.
Respeto a la diversidad
En el Perú decenas de pueblos amazónicos, hablando diferentes lenguas, se unieron en un solo puño para luchar en defensa de la selva.
Cada pueblo indígena se viste en forma diferente y todos se respetan entre sí.
En Chiapas un indígena me pregunto si yo era indígena, le respondí que era quechua. Me miró con desdén y me preguntó “¡Así se visten en tu pueblo!”, refiriéndose al uniforme occidental que yo llevaba.
Conclusión
He mostrado el pensamiento indígena en general, pero naturalmente no todos los indígenas piensan lo mismo. Por ejemplo en el Perú tuvimos un presidente de sangre indígena pero que tiene cerebro de Harward, apellida Toledo.
Reitero, los principios éticos acá expuestos no son de exclusividad de los indígenas, hay muchos en el mundo civilizado que piensan lo mismo.
Es notorio que los indígenas menos domesticados por el sistema, los denominados “salvajes”, son quienes mejor luchan, eso se ve en Perú y en Ecuador. Mirando el pasado, vemos lo mismo. Cuando vinieron los invasores europeos, encontraron dos civilizaciones avanzadas: La Azteca y la Inka, las dos fueron rápidamente derrotadas, mientras que los pueblos “salvajes” continuaron luchando: En Cuba tuvieron que exterminarlos. En Argentina, el presidente Sarmiento, “educador de las Américas” continuó luchando contra ellos, es interesante leer las frases racistas de este “educador”. En Estados Unidos dieron tema a las películas de “cowboy”.
Hay indígenas que actuando contra siglos de opresión, reaccionan en forma hostil contra los occidentales y lo occidental, es entendible. Afortunadamente son los menos, ninguna organización indígena de importancia piensa así.
Los indígenas de Chiapas, México dijeron: “Somos indígenas, estamos orgullosos de serlo, queremos que se nos respete como a indígenas. Somos hermanos de los pobres de México y de todos los pobres del mundo”. Estas no fueron sólo palabras, convocaron a la primera reunión “Contra el Neoliberalismo, por la Humanidad” que reunió a ciudadanos de 70 países, incluyendo Europa y Estados Unidos. Esto fue mucho antes de los Foros Sociales Mundiales.
Los gobiernos europeos, representantes del gran capital, pretenden descargar el peso de la crisis producida por ellos, sobre los hombros de la población, aumentando la edad de jubilación y recortando los gastos en beneficio de los sectores con necesidad de apoyo. En Grecia, Francia, España, Gran Bretaña, etc., el pueblo se levanta contra el atropello.
El enemigo de ellos y de nosotros es el mismo: El gran capital que depreda la naturaleza en nuestros países y descarga sobre las poblaciones del mundo el peso de la crisis provocada por él.
La depredación de la naturaleza en nuestros países no sólo nos perjudica a nosotros sino a toda la humanidad.
La experiencia ha mostrado que la solidaridad de compañeros de los países ricos con las luchas por la defensa de la naturaleza en el llamado tercer mundo, son fructíferas. Se detuvo la depredación del agrícolamente rico valle de Tanbogrande, en Piura, Perú, gracias a la valiente lucha de su pueblo y a la solidaridad nacional e internacional, los ecologistas canadienses denunciaron la depredación que preparaba una empresa minera canadiense. La manifestación de ciudadanos británicos ante la Junta General de Accionistas Anual de la empresa Vedanta Resources en Westminster, empresa británica, fue eficiente e hizo retroceder al gobierno servil de la India en el caso de la depredación minera que iban a sufrir los indígenas Dongria Condh.
Considero que la humanidad podrá sobrevivir sólo si recupera su ética original.
Continuar aceptando sin objeción que sean las grandes empresas quienes gobiernen y no la sociedad en su conjunto, nos llevará inexorablemente al fin de la especie.
Volver a la ética original no significa volver a la vida primitiva.
Cuando la ciencia y la técnica dejen de estar al servicio del gran capital y pasen a estar al servicio de la humanidad, ellas nos dirán de qué beneficios de la civilización podemos seguir disfrutando sin poner en peligro la supervivencia de la especie. Probablemente nos digan que usando la energía eólica y solar podremos continuar aprovechando muchos de los inventos de la civilización.
Conozcámonos más unos a otros, comprendamos las diversas formas de lucha de resistencia, no pretendamos uniformizarlas, colaboremos entre nosotros, respetemos la diversidad que es fructífera. Aprendamos unos de otros pero no copiemos.
Frente a la globalización de la economía mundial en provecho del gran capital y contra la humanidad, debemos globalizar la resistencia de la humanidad por su propia supervivencia.
Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza.
* Hugo Blanco (Cusco, 1934), dirigente histórico de la izquierda revolucionaria y del movimiento campesino del Perú. Autor del libro "Nosotros los Indios", editado por La Minga/Herramienta, Argentina, 2010. Es director del mensuario "Lucha Indígena": http://www.luchaindigena.com/
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