Estado Español - La tensa calma

Posted by Correo Semanal on viernes, noviembre 05, 2010




La situacion tras la huelga general del 29 de septiembre

Victorino Roux, Socialismo Revolucionario (CIT en el Estado Español)

Desde que el pasado 29 de Septiembre los trabajadores del Estado español salieran masivamente a la calle para oponerse a la reforma laboral decretada por el gobierno y la patronal, una tensa calma parece haberse instalado en todo el país. Desde el gobierno se repite una y otra vez que las vías del diálogo están abiertas. Al mismo tiempo Zapatero rechazó modificar el núcleo de la reforma al romper su silencio el 2 de Octubre. El acercamiento pretendido por el gobierno es más estético que real. Así, el nuevo Ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, que como miembro de la UGT participó en la manifestación del 29S, no tenía reparos en declarar tras su nombramiento que “nunca” ha estado en contra de la reforma y que no se sentirá incómodo defendiéndola. La tradicional hipocresía de la socialdemocracia es de sobra conocida. Sin embargo, nunca dejarán de sorprendernos los plazos cada vez más cortos en que los políticos de esta calaña nos venden como blanco lo que ayer les parecía negro.

Por otra parte, desde los grandes sindicatos se plantean nuevas movilizaciones para Diciembre (¡!) y una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que revierta en el Congreso la reforma laboral ya aprobada. Las nuevas movilizaciones previstas por los sindicatos se reducen por tanto a movilizar a los ciudadanos para que firmen un proyecto de nueva ley contraria a la reforma, una iniciativa que pondría de nuevo la pelota en el tejado de los diputados parlamentarios, que tendrían que aprobar o rechazar el nuevo texto. ¿Se imaginan al mismo Congreso que ha aprobado la reforma laboral más neoliberal de nuestra historia votando una nueva ley de signo contrario? Ni siquiera el sindicalista más inocente se atreve a soñarlo. Sin embargo, en ausencia de un plan de movilizaciones sostenidas y contundentes, los sindicatos parecen jugar a entretener a una clase trabajadora que ya ha despertado.

Que camino deben seguir ahora gobierno y sindicatos?

Socialismo Revolucionario (el grupo del CIT en el estado español) exigía a los sindicatos en el boletín con el que intervino en la huelga general un plan de lucha activo para seguir luchando después del 29-S, un plan que debería ser el primer paso hacia un movimiento masivo, democrático y sostenido para paralizar la agenda de recortes de los capitalistas. Hoy tenemos en Francia un vivo ejemplo de que la clase trabajadora, cuando se encuentra decidida a luchar con todo su poder, es capaz de paralizar la economía de un país e inspirar un miedo enorme a los capitalistas.

Por otra parte, si miramos a la izquierda política nos encontramos con un panorama similar. Izquierda Unida ha presentado un programa para salir de la crisis que va en la dirección adecuada, exigiendo la recuperación de la banca pública y subir los impuestos a los más privilegiados. Inmersa en un proceso de “refundación” interminable y en ocasiones demasiado abstracto, reducido a los sectores dirigentes del partido y a las estrategias electorales y lejano para los movimientos sociales y los activistas de base, IU parece olvidarse del ingrediente fundamental de cualquier refundación de la izquierda: el pulso de la calle. Del mismo modo, el último comunicado de Izquierda Anticapitalista (13 de Octubre) llama más bien a “rentabilizar” el éxito de la huelga en las urnas el próximo mes de Mayo que a un programa genuino de lucha a corto y medio plazo. ¡Sólo el CUT-BAI, un pequeño partido andaluz encabezado por el alcalde de Marinaleda, ha llamado a una nueva huelga general contra el gobierno de Zapatero y su gestión de la crisis!

Izquierda Unida debe erigirse ante esta situacion en un partido de masas que pueda canalizar la rabia y desconfianza que hay frente a los partidos capitalistas (los sondeos muestran que Zapatero no merece ninguna confianza para el 80% de la población –¡Rajoy, dirigente del PP, alcanza el 70%!). Para ello tiene que plantear junto a un programa de acción militante para frenar los recortes del gobierno y la patronal, un programa político que ofrezca una auténtica alternativa a la política capitalista y la dictadura de los mercados. La nacionalizacion de la banca y los sectores principales de la economia bajo el control de los trabajadores y un plan verdaderamente democratico para mejorar las condiciones de vida de la poblacion en su conjunto deben ser puntos irrenunciables de este programa. Su adopción por parte de la izquierda, orientada a recuperar la mejor versión de un partido de masas a partir de un programa socialista revolucionario: este es el objetivo del CIT en el Estado español.

Tras la huelga del 29, una jornada en la que 10 millones de trabajadores han paralizado la economía española, queda aún más claro que hay que seguir poniendo este inmenso poder sobre la mesa. ¡Queremos conocer ya el día en el que se convocará la próxima huelga general! ¡Y tenemos que estar dispuestos a intensificar la lucha mucho más allá! Una huelga general de 48 horas, que deje claro al capital que los trabajadores se encuentran tan decididos como los capitalistas mismos y sus agentes en el gobierno, debe ponerse sobre la mesa si el gobierno no se rectifica. Recientemente hemos asistido en Francia a acciones valientes por parte de la clase trabajadora que han aumentado cada día la presión sobre el gobierno y demostrado el poder que los trabajadores siguen teniendo. Los activistas del Estado español debemos “exportar” esta forma de lucha, recogiendo la semilla de la mejor tradición internacionalista.

El gobierno sigue en guerra contra los trabajadores

No van a faltar las ocasiones para movilizarnos: desde la Moncloa suenan ya los tambores de guerra para dar en Diciembre la próxima dentellada a los restos miserables del Estado social, aumentando la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. Además, los nuevos presupuestos generales para el próximo año recortan gasto público en todos los frentes, especialmente en infraestructuras (más del 40%), en sanidad (un 8’2% al que se suma el 5’2% de las ayudas a personas dependientes), en vivienda (un 19’3%), en educación (8’1%) y en investigación (17’5%). Se trata de un ataque generalizado contra el sector público y la calidad de vida de los ciudadan@s: menos empleo público, menos doctor@s y centros de salud, menos ayudas a la vivienda, menos profesor@s y escuelas. Cuando los capitalistas terminen de “reestructurar” a su gusto nuestro Estado apenas quedará un esqueleto irreconocible, una raspa compuesta tan sólo por espinas, y los cuerpos represivos que los patronos necesitan para mantenerse en el poder.

¿Qué más necesitamos para tomar las calles pacífica pero decididamente y vencer democráticamente las medidas antisociales que una tiranía neoliberal lucha por imponernos? ¿Qué más necesitan los sindicatos para colocarse, junto a los partidos de izquierda, al frente de estas movilizaciones y canalizar la voz de los trabajadores? La llama francesa, la de la lucha, debe extenderse por todo el país. La situación social es si cabe aún más explosiva: el desempleo duplica en España el de nuestro vecino francés. Sin embargo la paciencia de nuestros sindicatos es infinitamente mayor frente a un gobierno que, a diferencia del de Sarkozy, se llama a sí mismo de “centro-izquierda”. Esta especificidad del contexto español exige subrayar más que nunca la ruptura con cualquier ilusión reformista. La izquierda debe poner sobre la mesa un plan de transición hacia una sociedad socialista en el que los trabajadores español@s vean reflejadas sus ansias de acabar con la dictadura económica del capitalismo. Es con este programa con el que las fuerzas de izquierda han de presentarse en las calles y en las próximas elecciones municipales, transformándolas en un amplio referéndum no sólo sobre el futuro de Zapatero sino sobre la vigencia misma del sistema capitalista.