Chile - Arauco tiene un rugido

Posted by Correo Semanal on jueves, octubre 14, 2010

Homenaje a los pueblos originarios de América

Hace más de 500 años se inició la invasión española al continente americano, por error e ignorancia. Así se inicia uno de los más grandes genocidios y crímenes de la historia de la humanidad.

Era el territorio de los pueblos originarios que lo habitaban desde hacía unos 10.000, 25.000 años o más.

Un 12 de octubre de cualquier año pisaron tierra americana, los primeros emisarios del imperio español que venían en busca de oro y nuevas tierras, símbolo de poder y dominación.

No contaron para ellos, los cientos de culturas, cientos de lenguas, cientos de religiones. Ni los millones de personas que vivían en ese mundo. Con un salvajismo espantoso arrasaron y borraron de la faz de la tierra los músicos, médicos, astrónomos, arquitectos, pintores, jueces, historiadores, orfebres y filósofos indígenas que junto con sus culturas autóctonas fueron devastados, sometidos o aniquilados.

Además, arrasaron su hábitat, su mundo en el que vivían, para no permitir que se desarrollen de nuevo.

Fue un terrible choque de civilizaciones donde no es muy difícil observar quienes eran los salvajes y quienes las víctimas.

La conquista y colonización de América, fue la dominación y vasallaje de lo que ellos llamaron el indio.

Usaron el terror y la amenaza constante de asesinos y psicópatas, como estrategia, y en el hecho las violaciones sistemáticas y toda clase de vejaciones, robos y atropellos por los conquistadores, encomenderos y clérigos asesinos fue un hecho conocido y relatado por la historia.

La historia también ilustra que hubo españoles de bien que acabaron envenenados, encarcelados, postergados o perseguidos por defender la dignidad de los indios y oponerse al genocidio.

En Chile, la fiera resistencia indígena no permitió la invasión de su territorio, al sur del río Bio Bio. El imperio español no pudo vencer a los bravos araucanos, en una lucha que duró más de 300 años.

Fue el estado chileno el que continuó la invasión que culminó con la llamada “pacificación de la Araucanía” nombre que esconde otro enorme genocidio y crimen de lesa humanidad, que mantiene discriminados y marginados a los pueblos originarios hasta el día de hoy.

Allí se escribió “el copihue rojo”, que en su canto dice que la sangre araucana de dolor floreció.

Arauco tiene una pena que va pareciendo en rugido, que hace temblar el bosque, la montaña y la pradera.

La huelga de hambre mapuche, no fue otra cosa que la dignidad del puma prisionero, que prefiere morir antes que ser dominado, domado o domesticado.

Nada que celebrar el 12 de octubre, debiera ser día de duelo nacional.

Homenaje a Arauco indómito, y a todo hombre orgulloso de ser originario de América.