La crisis global está muy lejos de terminar.
Patricio Guzmán
La crisis global de la economía capitalista que comenzó en 2007 como un problema de morosidad de las carteras hipotecarias en Estados Unidos, se transformó luego en una crisis del sistema financiero, y más tarde en una recesión global. El rescate con recursos masivos de los estados para salvar el sistema financiero de la bancarrota, y estimular la economía, impidió, por cierto, una cadena de mega quiebras de incalculables consecuencias y posteriormente permitió un respiro con un relanzamiento de la economía, en la mayoría de los países que consiguieron salir de la recesión. Pero el centro de la crisis mutó hacia la deuda pública y el déficit fiscal, que crecieron exponencialmente como producto de estos salvavidas. El default de Grecia evitado a último minuto por la intervención reticente de las potencias europeas y el FMI, encendió todas las alarmas.
Perspectiva de muchos años de crecimiento lento y recesiones.
Contra lo que la propaganda económica interesada, ha repetido machaconamente por tres años, la crisis está muy lejos de terminar. No estamos en el desarrollo de una de las cerca de quince que se desarrollaron durante la era de crecimiento, y después de una caída importante de la actividad se cerraban con un relanzamiento importante del crecimiento. Se ha producido un punto de inflexión del sistema y lo más probable es que frente a nosotros tenemos la perspectiva de muchos años de crecimiento lento y recesiones.
Los gigantescos rescates de los gobiernos de Estados Unidos y Europa Occidental de los sistemas bancarios, con dinero de los contribuyentes, convirtieron las pérdidas privadas de los banqueros en deuda pública. Con esto el riesgo del sistema financiero no terminó, pero pasó de la banca a los gobiernos. Ahora bien, si los bancos pudieron usar su influencia y el pánico de un quiebre del sistema financiero que arrastraría al abismo a toda la economía capitalista, para que los gobiernos acudieran en su rescate con el dinero de los contribuyentes, no ocurre lo mismo con los gobiernos, ninguna institución internacional, sería capaz de rescatar del cese de pagos alguna de las economía de tamaño medio en Europa, menos aún si el problema estallara en alguno de los países más desarrollados. Simplemente no hay nada que asegure suficientemente los bonos soberanos, y la deuda de los estados.
La crisis del crédito y la deuda no ha sido superada, de otra manera ya estarían subiendo las tasas de los bancos centrales en todas partes para retirar las inyecciones de liquidez masivas a la economía mundial, asegurar mantener baja la inflación, y evitar la aparición de burbujas financieras, pero las autoridades económicas están muy divididas sobre ello. Los inversionistas de los mercados de deuda pública, parecen más preocupados por la perspectiva de deflación, crecimiento muy aletargado, nueva recesión y la posibilidad de impago de bonos soberanos (deuda de los estados). El desempeño económico en Estados Unidos, Japón, la mayor parte de los países europeos, hacen difícil a los bancos centrales subir las tasas de interés de referencia, sin agudizar las presiones recesivas. Incluso los efectos de la desaceleración de la economía china, necesaria para impedir una explosión de las ‘burbujas’ que inflaron los precios y crearon riqueza inmobiliaria artificial y especulativa, se salieran de control, ahora preocupan a los otros países, por el efecto negativo que tendrá sobre las posibilidades de crecimiento global.
Un reporte del 25 de agosto de Morgan Stanley advertía a los inversionistas que se pueden esperar no pagos de bonos de los gobiernos. “Un default soberano absoluto en las grandes economías avanzadas sigue siendo un resultado muy poco probable. (… ) Pero “los gobiernos impondrán una perdida en alguna de sus contrapartes”
Una nueva recesión global
La mayoría de los analistas globales ahora están en el sector ‘pesimista’ y temen una nueva recesión global, dentro de una crisis que nunca ha terminado en realidad. La temida recesión de doble inmersión. Las opiniones varias sobre que iniciará la nueva inmersión, o si ocurrirá el 2010, el 2011 o el 2012. La causa del nuevo estallido de la crisis podría ser un nuevo problema de deuda soberana que desestabilizara la Unión Europea, o las deudas y déficit estadounidenses, un colapso de grandes bancos cuyas deudas incobrables siguen ocultas contablemente, el estallido de burbujas en países emergentes, o un efecto recesivo más allá de lo esperado de las políticas de austeridad adelantadas en la Unión Europea.
Estados Unidos
La economía estadounidense muestra resultados que no son los que se esperaría de una economía que supuestamente lleva cerca de un año de recuperación. La economía estadounidense es la más importante del mundo, incluso después de un retroceso relativo importante a favor de las grandes economías emergentes asiáticas – en primer lugar de China – en medio de la crisis global, EE UU por si solo sigue concentrando un cuarto del producto mundial. Por tanto lo que ocurra en Norteamérica es determinante para el futuro de la situación económica global.
Antes de la crisis se estimaba que el 70% de la demanda que impulsaba el crecimiento de esta economía, era de los hogares. Se daba sin embargo una paradoja, desde los años 90, los ingresos por concepto de salarios disminuyeron, pero el gasto de los consumidores aumentó. Lo que explica la persistencia de esta paradoja fue la demanda alimentada por el crédito fácil. No olvidemos que la crisis global se inició en los Estados Unidos como consecuencia de la acumulación de deudas hipotecarias incobrables. Las hipotecas, que son el principal mecanismo para respaldar la deuda de las familias en Norteamérica, provocaron a su vez una burbuja de precios inmobiliarios, de allí la importancia que asignan los economistas al monitoreo de la evolución del mercado inmobiliario, para estimar las posibilidades de recuperación, o de recaída en la recesión.
De acreedores a deudores
El reemplazo de la organización Fordista del trabajo por modelos post Fordistas globalizados e internacionalizados en red, permitió un aumento de la productividad del trabajo, y la reducción de los costos de mano de obra, asociados con la deslocalización, y la desindustrialización relativa en las viejas potencias industriales, que traspasaron la producción intensiva en mano de obra a países en los que la fuerza de trabajo es mucho más barata. Lo que de pasó le sirvió de chantaje contra las condiciones de trabajo y de vida de su propia clase trabajadora, esto además se vio facilitado por las mercaderías baratas importadas desde los países de mano de obra barata. A la par que en pocos años, el comercio exterior se transformó en deficitario estructuralmente, es decir las importaciones superan a las exportaciones. Paralelamente el déficit fiscal aumentó, lo que dio origen al llamado ‘déficit gemelo’ de los Estados Unidos. Un tercer elemento equilibraba la balanza, la inversión extranjera en deuda norteamericana. Dicho de otro modo, funcionaba un ‘circulo virtuoso’ con su primer acreedor. Estados Unidos adquiría productos producidos en China (de empresas que mayoritariamente son de capitalistas norteamericanos y europeos) y recibía crédito del país asiático, bajo la forma de compra de bonos de deuda pública. Así en un par de décadas Estados Unidos pasó de ser el primer acreedor mundial, al primer deudor mundial.
En los Estados Unidos, los estímulos del gobierno, y la creación de empleos temporales por la realización del censo, no ha sido reemplazado completamente por la empresa privada después de retirarse las ayudas. “Las ventas de casas nuevas se desplomaron 12% en julio a un ritmo anual de 276.000, el nivel más bajo desde que el Departamento de Comercio comenzó a recopilar las cifras en 1964, y el precio medio de US$ 204.000 es el más barato desde fines de 2003. Los pedido de bienes durables subieron 0,3% en comparación con la ganancia de 3% pronosticada por los economistas”.[1]
Ahora muchos se preguntan porqué las billonarias traspasos de los estados para paquetes de rescate y de estímulo, en los países desarrollados, no han tenido el efecto esperado de reactivación de la economía y creación de empleo. Una parte sustancial de la respuesta parece estar en los mismos mecanismos que estimularon a la vez el consumo y la concentración de la riqueza en el periodo de auge, cuando el gasto era estimulado por el crédito; una parte sustantiva del dinero inyectado a la economía es destinado, por los bancos a aumentar la solidez de su liquidez frente a nuevas oleadas de riesgos, y por empresas y particulares, a pagar deuda financiera. De esta manera el dinero se queda parcialmente inmovilizado, no entra en un ciclo de gasto y consumo, y no tiene el efecto multiplicador productivo esperado.
El acceso al crédito es más difícil, muchos hogares norteamericanos luchan por no engrosar la lista de los rematados, y lo que parece ahorro en las estadísticas ahora es más bien pago de deudas no renovadas. Aún así el endeudamiento sigue alto, un 360% como proporción del PIB, la misma en el primer semestre de 2010, que en el segundo de 2008. Se habla de epidemia del ahorro, que conspiraría contra el relanzamiento del consumo, pero aunque la deuda toxica disminuyó en US$600 mil millones, pero para volver a los niveles pre-crisis los consumidores necesitarían disminuir las hipotecas, tarjetas de crédito y otros créditos en US$ 6 billones (millones de millones)[2]
El desempleo superior al 9% y el sobreendeudamiento frenan el gasto de las personas, la precaución de las empresas contiene el empleo y la inversión, y se refuerzan entre ellas como un círculo vicioso.
“Si bien el informe de empleo agosto sorprendió con cifras sobre lo esperado, las revisiones de datos anteriores mostraron que la evolución del mercado laboral en julio fueron significativamente mejores a lo estimado. Esto implica que las condiciones del mercado de trabajo empeoraron en agosto. La ganancia de 60.000 empleos, excluidos los contratados para el Censo, fue inferior a la ganancia de 89.000 en julio, y la caída fue provocada por una reducción de las nominas privadas, incluyendo la primera caída de las nominas de fabricación en 2010. El ritmo de creación de empleo se mantiene muy por debajo de los niveles necesarios para evitar el aumento de la tasa de desempleo. Mientras tanto, una mejora en los salarios por hora y una disminución de la duración del desempleo se destacan como una evolución positiva.”[3]
La economía mexicana – especialmente su sector exportador y turístico – por su cercanía, mano de obra barata y el tratado de libre comercio, depende de los ritmos de la estadounidense, por tanto lo que suceda en EE UU se va reflejar en ella.
Europa
Grecia, cuyo gobierno, aceptó imponer una política de austeridad brutal contra su población trabajadora, como condición para recibir ayuda de la Unión Europea y el FMI, y evitar así el cese de pagos de su deuda, ya ha visto seis huelgas generales en lo que va del año. Aún así, si antes de los recortes de gasto social y salarios, y alargamiento de edad para jubilarse, el déficit fiscal y la deuda pública lo habían hecho merecedor de la categoría conocida como ‘basura’ por las calificadoras de riesgo, las medidas de austeridad, con su efecto recesivo, han puesto una loza sobre las posibiliades de crecimiento. Por lo mismo, sigue siendo un paria en los mercados de inversión en deuda soberana.
Entre los países con más desarrollo capitalista, es el gobierno de Gran Bretaña, el que intenta imponer con más fuerza una política de recorte de gastos, para reducir la deuda soberana británica el objetivo es evitar perder la calificación de crédito AAA. El resto de los gobiernos capitalistas observan si Gran Bretaña consigue reducir la deuda sin impedir la recuperación. Esto no consiste simplemente en la difícil operación, en estos tiempos, de retirar inversión y demanda proveniente desde el estado y lograr al mismo tiempo un mayor dinamismo del sector privado. Mucho dependerá de la resistencia creciente de la clase trabajadora británica a pagar finalmente los platos rotos de los banqueros y el estado que permitió años de crecimiento basados en la especulación financiera y el recurso al crédito.
De acuerdo con Olli Relm, economista de la Unión Europea, la desaceleración de las economías asiáticas, tendría un “serio impacto negativo” en la región.
En una entrevista radial trasmitida el 24 de agosto, el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, señaló que “el recorte de inversiones de alto retorno solo para hacer que la imagen del déficit se vea mejor es realmente tonto”, y agregó polemizando contra los partidarios de profundizar las medidas de austeridad: “Lo que estamos haciendo es crear las condiciones para una enfermedad japonesa de largo plazo, con un crecimiento económico débil durante un periodo de tiempo prolongado.”[4]
Durante largo tiempo, los trabajadores podían creer que como decía la propaganda oficial y la pasada experiencia, a la brusca caída en la recesión seguiría un periodo de recuperación igualmente rápido. Algunos países como España estarán en recesión durante el 2010. Pero los meses pasan y lo que ha habido en el mejor de los casos es una recuperación sin creación sustantiva de empleo. Las políticas de austeridad para que los trabajadores paguen los costos de la crisis de la deuda, están aumentando la rabia y la frustración, y su propia presión sobre los sindicatos. La Confederación Europea de Sindicatos ha llamado a una acción de los trabajadores en toda Europa para el 29 de septiembre. Hoy día UGT y CC OO en España han convocado a la Huelga General contra el gobierno de Zapatero, y sus planes de austeridad y liberalización económica a favor de los empresarios.
La clase trabajadora Europea está entrando en un periodo de agitación y movilización no visto desde los años 70.
Japón
El crecimiento de Japón permanece estancado, el crecimiento en el primer trimestre supero el 4%, pero cayó al 0,4% el segundo trimestre. El Yen se ha revalorizado de manera persistente respecto al dólar perjudicando las exportaciones, y las remesas de utilidades de las empresas japonesas establecidas en el extranjero. Las autoridades han fracasado en hacer frente a la deflación, hasta julio los precios sumaban 17 meses de caídas seguidas. Japón se encuentra en una ‘trampa de deflación’, cuando los consumidores suponen que los precios se reducirán en el futuro, prefieren ahorrar y posponer todas las compras que sea posible, lo que agrava el problema de falta de demanda. Además, China, acaba de superar a Japón como la segunda economía del mundo.
Entre junio y agosto, la popularidad del gobierno, cayó de 59% a 37%, se ha abierto una crisis política en las alturas del gobernante partido liberal demócrata, se espera la caída del primer ministro, y en el entretanto eso disminuye la capacidad de maniobra del gobierno, para enfrentar concertadamente con el Banco Central la situación.
China
Los resultados del producto del gigante asiático, durante el primer semestre de 2010, lo han colocado como la segunda economía mundial, detrás de Estados Unidos, superando por primera vez a Japón. Estamos ante un cambio geopolítico significativo.
El año 2009 el gobierno chino estimulo la economía con US$ 580.000 millones de dólares, y los bancos estatales dieron préstamos record por US$ 1,4 billones, con esto sacó a la economía de la recesión, y logró impulsar el crecimiento hasta cerca del 11%. Un resultado espectacular para el estado de la economía mundial. Pero el crédito barato y fácil hizo que los precios de las propiedades inmobiliarias aumentaran 68% en el primer semestre de este año, en comparación con igual periodo de 2009. Los precios inmobiliarios de China fueron los que más aumentaron en el mundo, la inversión en propiedades y sectores afines constituye un 20% del PIB del país, de manera que si hay una burbuja inmobiliaria, también una parte del PIB está inflado. Pero lo que más temen los analistas es que si caen las propiedades, esto se trasladará al conjunto de la economía, y en ese caso el crecimiento del PIB podría bajar a un 5% en el tercer trimestre del 2010, después de haber alcanzado un 10,3% en el segundo trimestre.
Una disminución significativa del crecimiento de la economía China tendría consecuencias en toda Asia, en América Latina (Brasil, Perú y Chile se verían muy afectados), en Australia, en general países que venden a China grandes cantidades de hierro, cobre, y otros minerales, así como productos agrícolas; soja, trigo.
Incluso en Europa, los economistas, se muestran preocupados por las consecuencias de la caída del crecimiento chino, pero lo que más temen las autoridades económicas chinas, es a la explosión de la burbuja inmobiliaria, por ello ya tomaron medidas para conseguir una disminución más suave de precios, y enfriar el nivel de actividad. Impusieron restricciones estrictas al crédito para disminuir la especulación, aumentaron requisitos, y subieron las tasas de interés.
La disminución del crédito ya ha tenido efectos en la caída de la actividad, pero también en el mercado inmobiliario. Se ha reportado que en el distrito de negocios del centro de Beijing, el 37,5% de espacios de oficinas está vacío.
Paralelamente a las subidas de precios, el año 2010 ha visto una ola de huelgas de la clase trabajadora, cansada de las pésimas condiciones laborales y los malos salarios, en medio de una sociedad que se polariza socialmente a medida que avanza el proceso de restauración y acumulación capitalista, y junto a la pobreza de los campesinos y la clase obrera, destacan los grandes millonarios. Hay que subrayar que en china no hay sindicatos libres, los organismos que llevan este nombre son instituciones vinculados a las gerencias de las empresas, y legalmente su primera obligación es estimular la producción, las autoridades han reaccionado de manera distinta ante los movimientos de huelgas y manifestaciones, según las zonas del país. En algunos lugares han concedido reivindicaciones y aumentos salariales, en otros se ha limitado a reprimir, pero el movimiento no ha sido derrotado, y se ha producido un cambio en el equilibrio de fuerzas sociales en el país.
La crisis global de la economía capitalista que comenzó en 2007 como un problema de morosidad de las carteras hipotecarias en Estados Unidos, se transformó luego en una crisis del sistema financiero, y más tarde en una recesión global. El rescate con recursos masivos de los estados para salvar el sistema financiero de la bancarrota, y estimular la economía, impidió, por cierto, una cadena de mega quiebras de incalculables consecuencias y posteriormente permitió un respiro con un relanzamiento de la economía, en la mayoría de los países que consiguieron salir de la recesión. Pero el centro de la crisis mutó hacia la deuda pública y el déficit fiscal, que crecieron exponencialmente como producto de estos salvavidas. El default de Grecia evitado a último minuto por la intervención reticente de las potencias europeas y el FMI, encendió todas las alarmas.
Perspectiva de muchos años de crecimiento lento y recesiones.
Contra lo que la propaganda económica interesada, ha repetido machaconamente por tres años, la crisis está muy lejos de terminar. No estamos en el desarrollo de una de las cerca de quince que se desarrollaron durante la era de crecimiento, y después de una caída importante de la actividad se cerraban con un relanzamiento importante del crecimiento. Se ha producido un punto de inflexión del sistema y lo más probable es que frente a nosotros tenemos la perspectiva de muchos años de crecimiento lento y recesiones.
Los gigantescos rescates de los gobiernos de Estados Unidos y Europa Occidental de los sistemas bancarios, con dinero de los contribuyentes, convirtieron las pérdidas privadas de los banqueros en deuda pública. Con esto el riesgo del sistema financiero no terminó, pero pasó de la banca a los gobiernos. Ahora bien, si los bancos pudieron usar su influencia y el pánico de un quiebre del sistema financiero que arrastraría al abismo a toda la economía capitalista, para que los gobiernos acudieran en su rescate con el dinero de los contribuyentes, no ocurre lo mismo con los gobiernos, ninguna institución internacional, sería capaz de rescatar del cese de pagos alguna de las economía de tamaño medio en Europa, menos aún si el problema estallara en alguno de los países más desarrollados. Simplemente no hay nada que asegure suficientemente los bonos soberanos, y la deuda de los estados.
La crisis del crédito y la deuda no ha sido superada, de otra manera ya estarían subiendo las tasas de los bancos centrales en todas partes para retirar las inyecciones de liquidez masivas a la economía mundial, asegurar mantener baja la inflación, y evitar la aparición de burbujas financieras, pero las autoridades económicas están muy divididas sobre ello. Los inversionistas de los mercados de deuda pública, parecen más preocupados por la perspectiva de deflación, crecimiento muy aletargado, nueva recesión y la posibilidad de impago de bonos soberanos (deuda de los estados). El desempeño económico en Estados Unidos, Japón, la mayor parte de los países europeos, hacen difícil a los bancos centrales subir las tasas de interés de referencia, sin agudizar las presiones recesivas. Incluso los efectos de la desaceleración de la economía china, necesaria para impedir una explosión de las ‘burbujas’ que inflaron los precios y crearon riqueza inmobiliaria artificial y especulativa, se salieran de control, ahora preocupan a los otros países, por el efecto negativo que tendrá sobre las posibilidades de crecimiento global.
Un reporte del 25 de agosto de Morgan Stanley advertía a los inversionistas que se pueden esperar no pagos de bonos de los gobiernos. “Un default soberano absoluto en las grandes economías avanzadas sigue siendo un resultado muy poco probable. (… ) Pero “los gobiernos impondrán una perdida en alguna de sus contrapartes”
Una nueva recesión global
La mayoría de los analistas globales ahora están en el sector ‘pesimista’ y temen una nueva recesión global, dentro de una crisis que nunca ha terminado en realidad. La temida recesión de doble inmersión. Las opiniones varias sobre que iniciará la nueva inmersión, o si ocurrirá el 2010, el 2011 o el 2012. La causa del nuevo estallido de la crisis podría ser un nuevo problema de deuda soberana que desestabilizara la Unión Europea, o las deudas y déficit estadounidenses, un colapso de grandes bancos cuyas deudas incobrables siguen ocultas contablemente, el estallido de burbujas en países emergentes, o un efecto recesivo más allá de lo esperado de las políticas de austeridad adelantadas en la Unión Europea.
Estados Unidos
La economía estadounidense muestra resultados que no son los que se esperaría de una economía que supuestamente lleva cerca de un año de recuperación. La economía estadounidense es la más importante del mundo, incluso después de un retroceso relativo importante a favor de las grandes economías emergentes asiáticas – en primer lugar de China – en medio de la crisis global, EE UU por si solo sigue concentrando un cuarto del producto mundial. Por tanto lo que ocurra en Norteamérica es determinante para el futuro de la situación económica global.
Antes de la crisis se estimaba que el 70% de la demanda que impulsaba el crecimiento de esta economía, era de los hogares. Se daba sin embargo una paradoja, desde los años 90, los ingresos por concepto de salarios disminuyeron, pero el gasto de los consumidores aumentó. Lo que explica la persistencia de esta paradoja fue la demanda alimentada por el crédito fácil. No olvidemos que la crisis global se inició en los Estados Unidos como consecuencia de la acumulación de deudas hipotecarias incobrables. Las hipotecas, que son el principal mecanismo para respaldar la deuda de las familias en Norteamérica, provocaron a su vez una burbuja de precios inmobiliarios, de allí la importancia que asignan los economistas al monitoreo de la evolución del mercado inmobiliario, para estimar las posibilidades de recuperación, o de recaída en la recesión.
De acreedores a deudores
El reemplazo de la organización Fordista del trabajo por modelos post Fordistas globalizados e internacionalizados en red, permitió un aumento de la productividad del trabajo, y la reducción de los costos de mano de obra, asociados con la deslocalización, y la desindustrialización relativa en las viejas potencias industriales, que traspasaron la producción intensiva en mano de obra a países en los que la fuerza de trabajo es mucho más barata. Lo que de pasó le sirvió de chantaje contra las condiciones de trabajo y de vida de su propia clase trabajadora, esto además se vio facilitado por las mercaderías baratas importadas desde los países de mano de obra barata. A la par que en pocos años, el comercio exterior se transformó en deficitario estructuralmente, es decir las importaciones superan a las exportaciones. Paralelamente el déficit fiscal aumentó, lo que dio origen al llamado ‘déficit gemelo’ de los Estados Unidos. Un tercer elemento equilibraba la balanza, la inversión extranjera en deuda norteamericana. Dicho de otro modo, funcionaba un ‘circulo virtuoso’ con su primer acreedor. Estados Unidos adquiría productos producidos en China (de empresas que mayoritariamente son de capitalistas norteamericanos y europeos) y recibía crédito del país asiático, bajo la forma de compra de bonos de deuda pública. Así en un par de décadas Estados Unidos pasó de ser el primer acreedor mundial, al primer deudor mundial.
En los Estados Unidos, los estímulos del gobierno, y la creación de empleos temporales por la realización del censo, no ha sido reemplazado completamente por la empresa privada después de retirarse las ayudas. “Las ventas de casas nuevas se desplomaron 12% en julio a un ritmo anual de 276.000, el nivel más bajo desde que el Departamento de Comercio comenzó a recopilar las cifras en 1964, y el precio medio de US$ 204.000 es el más barato desde fines de 2003. Los pedido de bienes durables subieron 0,3% en comparación con la ganancia de 3% pronosticada por los economistas”.[1]
Ahora muchos se preguntan porqué las billonarias traspasos de los estados para paquetes de rescate y de estímulo, en los países desarrollados, no han tenido el efecto esperado de reactivación de la economía y creación de empleo. Una parte sustancial de la respuesta parece estar en los mismos mecanismos que estimularon a la vez el consumo y la concentración de la riqueza en el periodo de auge, cuando el gasto era estimulado por el crédito; una parte sustantiva del dinero inyectado a la economía es destinado, por los bancos a aumentar la solidez de su liquidez frente a nuevas oleadas de riesgos, y por empresas y particulares, a pagar deuda financiera. De esta manera el dinero se queda parcialmente inmovilizado, no entra en un ciclo de gasto y consumo, y no tiene el efecto multiplicador productivo esperado.
El acceso al crédito es más difícil, muchos hogares norteamericanos luchan por no engrosar la lista de los rematados, y lo que parece ahorro en las estadísticas ahora es más bien pago de deudas no renovadas. Aún así el endeudamiento sigue alto, un 360% como proporción del PIB, la misma en el primer semestre de 2010, que en el segundo de 2008. Se habla de epidemia del ahorro, que conspiraría contra el relanzamiento del consumo, pero aunque la deuda toxica disminuyó en US$600 mil millones, pero para volver a los niveles pre-crisis los consumidores necesitarían disminuir las hipotecas, tarjetas de crédito y otros créditos en US$ 6 billones (millones de millones)[2]
El desempleo superior al 9% y el sobreendeudamiento frenan el gasto de las personas, la precaución de las empresas contiene el empleo y la inversión, y se refuerzan entre ellas como un círculo vicioso.
“Si bien el informe de empleo agosto sorprendió con cifras sobre lo esperado, las revisiones de datos anteriores mostraron que la evolución del mercado laboral en julio fueron significativamente mejores a lo estimado. Esto implica que las condiciones del mercado de trabajo empeoraron en agosto. La ganancia de 60.000 empleos, excluidos los contratados para el Censo, fue inferior a la ganancia de 89.000 en julio, y la caída fue provocada por una reducción de las nominas privadas, incluyendo la primera caída de las nominas de fabricación en 2010. El ritmo de creación de empleo se mantiene muy por debajo de los niveles necesarios para evitar el aumento de la tasa de desempleo. Mientras tanto, una mejora en los salarios por hora y una disminución de la duración del desempleo se destacan como una evolución positiva.”[3]
La economía mexicana – especialmente su sector exportador y turístico – por su cercanía, mano de obra barata y el tratado de libre comercio, depende de los ritmos de la estadounidense, por tanto lo que suceda en EE UU se va reflejar en ella.
Europa
Grecia, cuyo gobierno, aceptó imponer una política de austeridad brutal contra su población trabajadora, como condición para recibir ayuda de la Unión Europea y el FMI, y evitar así el cese de pagos de su deuda, ya ha visto seis huelgas generales en lo que va del año. Aún así, si antes de los recortes de gasto social y salarios, y alargamiento de edad para jubilarse, el déficit fiscal y la deuda pública lo habían hecho merecedor de la categoría conocida como ‘basura’ por las calificadoras de riesgo, las medidas de austeridad, con su efecto recesivo, han puesto una loza sobre las posibiliades de crecimiento. Por lo mismo, sigue siendo un paria en los mercados de inversión en deuda soberana.
Entre los países con más desarrollo capitalista, es el gobierno de Gran Bretaña, el que intenta imponer con más fuerza una política de recorte de gastos, para reducir la deuda soberana británica el objetivo es evitar perder la calificación de crédito AAA. El resto de los gobiernos capitalistas observan si Gran Bretaña consigue reducir la deuda sin impedir la recuperación. Esto no consiste simplemente en la difícil operación, en estos tiempos, de retirar inversión y demanda proveniente desde el estado y lograr al mismo tiempo un mayor dinamismo del sector privado. Mucho dependerá de la resistencia creciente de la clase trabajadora británica a pagar finalmente los platos rotos de los banqueros y el estado que permitió años de crecimiento basados en la especulación financiera y el recurso al crédito.
De acuerdo con Olli Relm, economista de la Unión Europea, la desaceleración de las economías asiáticas, tendría un “serio impacto negativo” en la región.
En una entrevista radial trasmitida el 24 de agosto, el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, señaló que “el recorte de inversiones de alto retorno solo para hacer que la imagen del déficit se vea mejor es realmente tonto”, y agregó polemizando contra los partidarios de profundizar las medidas de austeridad: “Lo que estamos haciendo es crear las condiciones para una enfermedad japonesa de largo plazo, con un crecimiento económico débil durante un periodo de tiempo prolongado.”[4]
Durante largo tiempo, los trabajadores podían creer que como decía la propaganda oficial y la pasada experiencia, a la brusca caída en la recesión seguiría un periodo de recuperación igualmente rápido. Algunos países como España estarán en recesión durante el 2010. Pero los meses pasan y lo que ha habido en el mejor de los casos es una recuperación sin creación sustantiva de empleo. Las políticas de austeridad para que los trabajadores paguen los costos de la crisis de la deuda, están aumentando la rabia y la frustración, y su propia presión sobre los sindicatos. La Confederación Europea de Sindicatos ha llamado a una acción de los trabajadores en toda Europa para el 29 de septiembre. Hoy día UGT y CC OO en España han convocado a la Huelga General contra el gobierno de Zapatero, y sus planes de austeridad y liberalización económica a favor de los empresarios.
La clase trabajadora Europea está entrando en un periodo de agitación y movilización no visto desde los años 70.
Japón
El crecimiento de Japón permanece estancado, el crecimiento en el primer trimestre supero el 4%, pero cayó al 0,4% el segundo trimestre. El Yen se ha revalorizado de manera persistente respecto al dólar perjudicando las exportaciones, y las remesas de utilidades de las empresas japonesas establecidas en el extranjero. Las autoridades han fracasado en hacer frente a la deflación, hasta julio los precios sumaban 17 meses de caídas seguidas. Japón se encuentra en una ‘trampa de deflación’, cuando los consumidores suponen que los precios se reducirán en el futuro, prefieren ahorrar y posponer todas las compras que sea posible, lo que agrava el problema de falta de demanda. Además, China, acaba de superar a Japón como la segunda economía del mundo.
Entre junio y agosto, la popularidad del gobierno, cayó de 59% a 37%, se ha abierto una crisis política en las alturas del gobernante partido liberal demócrata, se espera la caída del primer ministro, y en el entretanto eso disminuye la capacidad de maniobra del gobierno, para enfrentar concertadamente con el Banco Central la situación.
China
Los resultados del producto del gigante asiático, durante el primer semestre de 2010, lo han colocado como la segunda economía mundial, detrás de Estados Unidos, superando por primera vez a Japón. Estamos ante un cambio geopolítico significativo.
El año 2009 el gobierno chino estimulo la economía con US$ 580.000 millones de dólares, y los bancos estatales dieron préstamos record por US$ 1,4 billones, con esto sacó a la economía de la recesión, y logró impulsar el crecimiento hasta cerca del 11%. Un resultado espectacular para el estado de la economía mundial. Pero el crédito barato y fácil hizo que los precios de las propiedades inmobiliarias aumentaran 68% en el primer semestre de este año, en comparación con igual periodo de 2009. Los precios inmobiliarios de China fueron los que más aumentaron en el mundo, la inversión en propiedades y sectores afines constituye un 20% del PIB del país, de manera que si hay una burbuja inmobiliaria, también una parte del PIB está inflado. Pero lo que más temen los analistas es que si caen las propiedades, esto se trasladará al conjunto de la economía, y en ese caso el crecimiento del PIB podría bajar a un 5% en el tercer trimestre del 2010, después de haber alcanzado un 10,3% en el segundo trimestre.
Una disminución significativa del crecimiento de la economía China tendría consecuencias en toda Asia, en América Latina (Brasil, Perú y Chile se verían muy afectados), en Australia, en general países que venden a China grandes cantidades de hierro, cobre, y otros minerales, así como productos agrícolas; soja, trigo.
Incluso en Europa, los economistas, se muestran preocupados por las consecuencias de la caída del crecimiento chino, pero lo que más temen las autoridades económicas chinas, es a la explosión de la burbuja inmobiliaria, por ello ya tomaron medidas para conseguir una disminución más suave de precios, y enfriar el nivel de actividad. Impusieron restricciones estrictas al crédito para disminuir la especulación, aumentaron requisitos, y subieron las tasas de interés.
La disminución del crédito ya ha tenido efectos en la caída de la actividad, pero también en el mercado inmobiliario. Se ha reportado que en el distrito de negocios del centro de Beijing, el 37,5% de espacios de oficinas está vacío.
Paralelamente a las subidas de precios, el año 2010 ha visto una ola de huelgas de la clase trabajadora, cansada de las pésimas condiciones laborales y los malos salarios, en medio de una sociedad que se polariza socialmente a medida que avanza el proceso de restauración y acumulación capitalista, y junto a la pobreza de los campesinos y la clase obrera, destacan los grandes millonarios. Hay que subrayar que en china no hay sindicatos libres, los organismos que llevan este nombre son instituciones vinculados a las gerencias de las empresas, y legalmente su primera obligación es estimular la producción, las autoridades han reaccionado de manera distinta ante los movimientos de huelgas y manifestaciones, según las zonas del país. En algunos lugares han concedido reivindicaciones y aumentos salariales, en otros se ha limitado a reprimir, pero el movimiento no ha sido derrotado, y se ha producido un cambio en el equilibrio de fuerzas sociales en el país.
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Notas
[1] Blommberg Businessweek. Mark Gilbert. La Solución del Cero Por Ciento. Diario Financiero, 30 de agosto de 2010.
[2] Financial Times. Francesco Guerrera. La Epidemia del Ahorro Perjudica los Intentos por Reavivar el Crecimiento. Diario Financiero, 30 de agosto de 2010.
[3]Christian Menegatti and Prajakta Bhide. U.S. Employment Report: Better or Worse? It's All About Perspectiva. RGE Análisis. 6 de Septiembre de 2010.
[4] Blommberg Businessweek. Mark Gilbert. La Solución del Cero Por Ciento. Diario Financiero, 30 de agosto de 2010.
[1] Blommberg Businessweek. Mark Gilbert. La Solución del Cero Por Ciento. Diario Financiero, 30 de agosto de 2010.
[2] Financial Times. Francesco Guerrera. La Epidemia del Ahorro Perjudica los Intentos por Reavivar el Crecimiento. Diario Financiero, 30 de agosto de 2010.
[3]Christian Menegatti and Prajakta Bhide. U.S. Employment Report: Better or Worse? It's All About Perspectiva. RGE Análisis. 6 de Septiembre de 2010.
[4] Blommberg Businessweek. Mark Gilbert. La Solución del Cero Por Ciento. Diario Financiero, 30 de agosto de 2010.
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