Chile - Nada ni nadie está olvidado! en la caminata de la Unidad de los anticapitalistas
“¿Y por qué Fantasía está desapareciendo? - preguntaba el atribulado infante al siempre feroz lobo.
Porque los Hombres han dejado de soñar”
Podríamos decir que la cosa empezó por los inicios de los ’90, cuando se desata la borrachera de la amnesia, del olvido, que viene a ser algo así como el perdón. Un perdonazo ante tanta bestialidad, ante tanto hijo de puta suelto, ante tanto criminal caminando libre por las calles, con sus manos ensangrentadas y sus conciencias atrapadas por los delirios de la lucha en contra del comunismo criollo e internacional.
Podríamos decir que la cosa se perfeccionó con una cuota creciente de traiciones. Algunos pasan directamente a colaborar con los nuevos perros guardianes del Estado y otros, muchos, se fueron para la casa, un eufemismo para denominar una traición personal y colectiva.
Agregar, el nuevo formato, que en cada acto político se perfiló en esa década maldita, o perdida como se ha definido la del ’90, en donde los locutores con una voz engolada anunciaban que “se estaba viviendo una fiesta, una fiesta de la recuperación de la democracia”. Sabemos como ha terminado esa supuesta recuperación de la democracia.
No olvidemos el trabajo de lujo realizado por la Oficina, que ocupando la delación compensada, la colaboración de los “arrepentiti” y otros métodos más ortodoxos como el asesinato puro y simple, culminaron desarticulando a los tres principales destacamentos de la izquierda revolucionaria chilena, que en todo caso venían soportando sus propias contradicciones.
El transfondo económico cooperó con el proceso. Las ilusiones de millones de chilenos se podían pagar en módicas cuotas mensuales. Qué podía importar que se cerraran fábricas, industrias y empresas, si ahora estaban los mall, los megasupermercados, las gigantescas cadenas de ferreterías, las autopistas. Que carajo podía importar estudiar en Universidades estatales, si ahorita teníamos una Pléyade de universidades del nombre que quisiéramos. Cundió el exitismo, el arribismo, se implantó lo aspiracional, el egoísmo como motivo de vida, se rompió la solidaridad, el afecto.
Como ingrediente infaltable, se trastocó el elemento cultural. La TV, comenzó a entregar parámetros sagrados para la juventud, la farándula y el fútbol se encargó de los adultos y las teleseries, de cualquier país del mundo, son el plato cotidiano de la mayoría de las mujeres.
Pero, lo anterior, como cualquier proceso histórico, no nació de creación espontánea. Eran los elementos fundamentales de la refundación capitalista en Chile. Son los factores esenciales de una estrategia que aspira a domesticar al Movimiento Popular, a dosificarlo, que incluso le entrega canales para apaciguar su conciencia entregando el peso en el supermercado o su colaboración en una obra de caridad mayor, un día al año.
Desde el ’90 hasta hoy, pequeñas organizaciones de izquierda anticapitalista, con distintas denominaciones y tendencias político-filosóficas e ideológicas, han operado como paraguas ante el vendaval señalado. De a poco, están confluyendo en un proceso unitario, que primero que nada, o primero que todo, deben romper la inercia a la que nos sometieron y someten. Es un trabajo titánico y de largo aliento. Todos y todas, sabemos que no será una labor fácil. Jamás ha sido así.
Cuando nace el MPT, el 4 y 5 de abril de 2009, una nueva esperanza recorre el difícil camino de los sectores anticapitalistas. En los hechos, el MPT es un gran Colectivo, que agrupa a un centenar de Compañeros y Compañeras, los cuales tienen sobre sí la tarea de extender su influencia y convertirse en un referente que sume y extienda el anticapitalismo, no sólo en la Capital. Sin embargo, debe partir de sus propias fuerzas, no forjarse ilusiones. Debe establecer puntos de coordinación que pueda cumplir y dar los pasos necesarios en pos de su crecimiento molecular o ligar a otras organizaciones hermanas comprometidas en el anticapitalismo, antiimperialismo, latinoamericanismo e internacionalismo.
Hoy, en la marcha del 11 de septiembre, se pudo apreciar el peso real del MPT, es decir, su cantidad numérica, en la Región Metropolitana. Sea ese guarismo la fuerza material de despegue, con la cual se debe trabajar en instancias específicas, es decir, comenzar a realizar el trabajo largo, incesante de agitación y propaganda necesaria para posesionar al MPT, en el escenario de la lucha política. Hoy, se vio cierto proceso de cristalización de la caminata que ya lleva más de un año. Nos estamos reconociendo y eso nos debe permitir establecer políticas más ajustadas a nuestras fuerzas, saber lo que podemos y lo que no podemos.
Hoy, el MPT cumplió el acuerdo de llegar hasta el Patio 29 y hacer un acto breve, pero contundente. Fuimos capaces de pararnos ante otras organizaciones hermanas que ven en el MPT un referente que va ganando terreno en lo que denominamos “la izquierda chica”.
La marcha del 11 de septiembre, se inscribe en nuestro compromiso de fuego de no olvidar. Se inscribe en nuestro compromiso militante. Algunos dirán que es una romería llorona, una caminata religiosa o comparsa del reformismo. Cada quien tiene derecho a expresar su opinión, para eso luchamos. Llegará el minuto en que podamos expresarnos de otra forma, de otro modo, pero eso será el resultado de nuestro trabajo.
Nada ni nadie se detiene el 11 de septiembre. El martes 14 y miércoles 15 de septiembre tenemos un foro sobre el Bicentenario en la Casa Bolívar, a partir de las 19 horas. Luego, el miércoles 22 de septiembre, se ha de realizar una ponencia sobre seguridad laboral en el citado local. El jueves 23 de septiembre, hemos de realizar la segunda jornada de recolección de firmas por seguridad laboral en el frontis de la Estación Mapocho, a partir de las 18 horas. Ronda la idea de realizar una actividad en Octubre en torno al internacionalista Ernesto Ché Guevara.
No hemos de caer en un falso exitismo. Sabemos que los pasos que hemos dado no son, de ninguna manera, todo lo portentoso que puedan sonar. Es simplemente una invitación a profundizar el proceso iniciado, que se puede simbolizar en la caminata de hoy, en donde se pudo escuchar el grito unitario en torno a la sigla MPT. Asimismo, llamar la atención a la falta de una imagen MPT, que se podría expresar en la confección de banderas y lienzos de la Federación, que nos permitan entregar un gesto unitario y convocante.
Nada ni nadie se detiene el 11 de septiembre. La lucha continúa en forma cotidiana. De nuestros pequeños esfuerzos unitarios depende que seamos parte de la reconstrucción del Movimiento Popular y que de una buena vez abramos las grandes alamedas.
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA.
SEPTIEMBRE 11 DE 2010.
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