Europa se prepara para la acción de la clase obrera a nivel europeo

Posted by Correo Semanal on viernes, agosto 27, 2010


29 de Septiembre
El día internacional de acción de los trabajadores, convocada por la Confederación Europea de Sindicatos, puede convertirse en un evento de gran importancia para el movimiento obrero y el CIT. En el mismo día se darán protestas y huelgas generales, y tiene el potencial de sacudir el continente. Los gobiernos capitalistas de Europa tienen la intención de continuar su brutal guerra de austeridad y ataques contra la clase trabajadora a petición de sus amos: los mercados internacionales. Esta fecha puede tener un rol decisivo en afianzar el poder de la clase obrera internacional y frenar el avance de estas brutales agresiones. El CIT está trabajando entusiásticamente para movilizar a los trabajadores y jóvenes para las acciones de este día, bajo la propuesta de la lucha y solidaridad internacional, contra los gobiernos europeos de los recortes salvajes y contra la dictadura de los mercados capitalistas.

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Europa se prepara para la acción de la clase obrera a nivel europeo
¡Hacia una huelga general en toda Europa!

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Declaración del Comité por una Internacional de Trabajadores - CIT

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Ofensiva de “austeridad” internacional
Mientras continúa la mayor crisis económica desde los años 1930s, los últimos meses han visto a los gobiernos europeos e internacionales, después de arrojar billones de euros a los bancos y al sector financiero para evitar que su sistema caiga, pasarse decididamente a imponer la carga de estos rescates, y la crisis en general, en los hombros de la mayoría de la población. Éstos han impuesto una serie de recortes presupuestarios brutales. La crisis de deuda pública tiene su base en las políticas y actuaciones de las administraciones neo-liberales sobre un largo periodo. Ésta fue enormemente agravada por los rescates a los bancos y los programas de estímulos implementados en todos los países para llenar los bolsillos de los banqueros. Esta posición ya se ha convertido en una parte definitoria del mantra capitalista, “justificar” grandes programas de austeridad que significan hacer jirones el gasto social y ataques a los salarios y condiciones de los trabajadores.
Como analizó el CIT, esta crisis es la consecuencia inevitable de la naturaleza de un sistema capitalista acosado por las crisis, cuyo carácter anárquico y cíclico conduce sin remedio a las crisis y la destrucción económica masiva que estamos viendo en la actualidad. El CIT ha explicado repetidamente que a pesar de que la clase dirigente capitalista habla de “recuperación” en algunos países como Alemania, los problemas fundamentales de demanda e inversión siguen sin resolverse. Éstos han empeorado debido a las políticas de austeridad de los gobiernos capitalistas y el continuo crecimiento del desempleo, con la consecuente caída del poder adquisitivo de la clase trabajadora. Cualquier recuperación en la economía europea y mundial será como mucho débil, temporal y excepcional, y con una amenaza siempre presente de una segunda caída en la recesión.
Al proceso de austeridad le añadió ímpetu la crisis de la deuda griega. El contagio resultante provocó que los gobiernos de España, Portugal y otros países pelearan desesperadamente para escapar de la furia de las agencias de calificación de crédito y otras instituciones de los buitres especulativos, que habían empujado a sus homólogos griegos a una bancarrota nacional. Con esto el papel depredador y siniestro de los mercados internacionales es cada vez más visible para todos. Han asumido un rol dominante en el discurso de la patronal y los gobiernos, las demandas de recortes y ataques más duros, más rápidos y más profundos, para evitar estar en el punto de mira de los especuladores de bonos y deudas. El deseo de “contentar” o “calmar” a estos depredadores se ha convertido, aparentemente, en la principal preocupación de los gobernantes de derechas (incluyendo a los ex social demócratas) de Grecia, España, Francia y Gran Bretaña.


Los recortes que se han implementado a través del continente representan en la mayoría de los casos los programas de austeridad más brutales que se recuerdan. Las despiadadas políticas de “tierra quemada” del gobierno griego del PASOK, “a cambio” del rescate recibido de las arcas del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), han significado ataques drástico sobre la ya empobrecida clase obrera griega. Los recortes de 30-50% en las pensiones públicas y de los salarios del sector público de 25-30% han sido imitados en España y Portugal. El programa de austeridad del gobierno español de Zapatero verá recortes en los salarios de los funcionarios y en las pensiones, al igual que un programa de recortes en gasto público de 55.000 millones de euros. En Portugal, donde los trabajadores reciben uno de los salarios más bajos de Europa (con un salario mínimo de solamente 475 euros al mes), los trabajadores del sector público han sido golpeados por un congelamiento salarial de 4 años y una subida de la edad de jubilación a 67 años.
Sin embargo, en los últimos meses se ha demostrado que esta agresión no se ha limitado a los países llamados “PIGS” (“cerdos” en inglés, y siglas también en inglés de Portugal, Irlanda, Grecia y España). En Gran Bretaña, el nuevo gobierno de coalición entre conservadores y liberales demócratas ha anunciado un paquete de medidas que incluye ataques a prestaciones sociales y recortes salvajes de hasta el 25% en cada área de gasto público. El gobierno en coalición de Angela Merkel en Alemania realizará un recorte de 80.000 millones de euros en los próximos 4 años.
Las cifras anteriores dan un pequeño atisbo de la situación que se está desarrollando en Europa mientras se acerca el 29 de septiembre, aunque a diferentes velocidades y con diferentes características en cada país: una situación caracterizada por agresiones sin precedentes desde arriba, y una creciente resistencia desde abajo.

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La batalla se está fraguando - ¡por una estrategia combativa!
Grecia se ha convertido recientemente en el epicentro de estos acontecimientos en Europa. Sin embargo, al igual que el derrumbe de sus finanzas públicas, ha sido la creciente ola de lucha – con seis huelgas generales en 2010 – la que la ha puesto en el centro de estos procesos. Esto ha despertado los instintos de lucha de los trabajadores alrededor del continente. La situación en Gracia representa una anticipación de los acontecimientos que vendrán en un número de países, mientras la agitada ira ante los efectos de la crisis y los recortes se aproxima al punto de ebullición. Ha habido huelgas y manifestaciones masivas en Francia, donde 2 millones de personas tomaron las calles en defensa de las pensiones. Italia, donde hubo una huelga general contra el gobierno en el mes de julio, se prepara para una manifestación nacional importante para el 16 de octubre organizada por FIOM – sindicato de trabajadores del metal – que ha mostrado el camino a seguir para una estrategia militante en la lucha contra los ataques a los salarios y condiciones.


En España, 2 millones participaron en la huelga general del sector público en junio, después de las manifestaciones de masas de febrero que obligaron al gobierno a retirar sus planes para subir la edad de jubilación. La situación está a punto de cambiar ya que las voces desde abajo para que los líderes sindicales tomen acciones decididas y militantes se han vuelto atronadoras. El 29 de septiembre, España será sacudida por su primera huelga general completa en respuesta a la devastadora crisis que ha dejado más de 4 millones de trabajadores desempleados y ha llevado a una reacción contra los obreros por parte del gobierno.
Sin embargo, en la mayoría de los países, el rol cobarde de gran parte de los “líderes” sindicales y su negación a organizar una lucha efectiva, están actuando como un freno en el desarrollo de una respuesta decisiva por parte de la clase obrera a la ofensiva de austeridad del capitalismo. En Gran Bretaña, los líderes del TUC (“Trades Union Congress”, central sindical de Inglaterra y Gales), enfrentados con los más despiadados ataques, vergonzosamente, han rechazado incluso la convocatoria de una manifestación nacional este año que dé expresión a la abrumadora oposición de los trabajadores a los ataques del nuevo gobierno. Sin embargo, al igual que en Alemania, las cúpulas sindicales se vieron forzados a convocar manifestaciones regionales, que deben ser utilizadas ahora para construir y preparar una respuesta generalizada y nacional. Es posible que en algunos países – como en Alemania, Irlanda y Gran Bretaña – el rol y el carácter de estos “líderes” sindicales haga que las acciones del 29 de septiembre sean limitadas y simbólicas.
Las fuerzas del Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) en estos países luchan obstinadamente contra la estrategia inefectiva de la oficialidad conservadora y de derechas de los sindicatos, para dar respuesta a los ataques a los que se enfrentan los trabajadores y los jóvenes. Intentan construir una oposición a estos líderes que pueda presentar como alternativa un programa de acción militante. En Gran Bretaña, los miembros del CIT en la cúpula del PCS (sindicato de servicios públicos y comerciales) trabajan para forzar a los líderes del TUC para que tomen acciones significativas. Sin embargo, ya que los líderes del TUC no están dispuestos a liderar una batalla seria, los miembros del CIT están ayudando a construir un movimiento desde abajo, que pueda movilizar a los trabajadores y a los activistas sindicales y supere la barrera de las cúpulas sindicales.
Mientras que, indudablemente, en algunos países la situación no plantea aún una huelga general inmediata, se necesitan otros pasos y preparaciones preliminares. El movimiento obrero debe prepararse para grandes manifestaciones (que, obviamente, en algunos países pueden organizarse en fines de semana consecutivos para maximizar su tamaño e impacto). Esto puede dar un atisbo del poder de la acción de masas, como un primer paso hacia otras acciones militantes, incluyendo huelgas del sector público y huelgas generales.


¡La solidaridad de la clase obrera debe reflejarse en nuevas acciones! ¡Por un plan de acción internacional hacia una huelga general europea de 24 horas!
En una serie de países, los militantes obreros ya han demostrado claramente su deseo de escalar la lucha con huelgas generales. En Portugal, una ola de huelgas y grandes manifestaciones, incluyendo una de más de 300.000 personas el 29 de mayo, han demostrado la madurez de la situación para una huelga general que aleje al gobierno de Sócrates de su ofensiva de austeridad de grandes recortes y privatizaciones. Una convocatoria entusiasta para que los trabajadores portugueses se unan a sus hermanos y hermanas españoles en una poderosa huelga general en toda la Península Ibérica, sin duda tendría una respuesta masiva, y representaría un paso adelante crucial, al unir a los trabajadores sin límite de fronteras en acciones militantes. Los activistas obreros de Grecia, incluyendo los compañeros en Xekinima (CIT en Grecia), también reclaman que los sindicatos anuncien su unión con los trabajadores españoles el 29 de septiembre. Un ambiente parecido existe en Francia; después de dos “jornadas de acción” organizadas por los sindicatos este año, un día de masivas manifestaciones y protestas tendrá lugar el 7 de septiembre. Una huelga general de los sectores públicos y privado representa el siguiente paso en la lucha contra el gobierno de Sarkozy y sus reformas contra la clase trabajadora.

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El CIT está orgulloso de su trayectoria en su lucha por la solidaridad y la lucha internacional. La coyuntura actual, con el carácter internacional tanto de la crisis como de los ataques, al igual que los buitres anónimos de los mercados financieros y los especuladores que han demandado el empobrecimiento de millones de personas alrededor del mundo para pagar por la crisis de sus sistema, demuestran la necesidad imperiosa de una resistencia internacional. La situación pone sobre la mesa la cuestión de una alternativa internacional. Joe Higgings, miembro del Parlamento Europeo por el Partido Socialista (CIT en Irlanda), planteó la iniciativa de una semana internacional de acción entre el 21 y el 26 de junio. Ésta fue apoyada por el grupo del Parlamento Europeo GUE (Izquierda Unitaria Europea) y jugó un papel fundamental para poner sobre la mesa el tema de la acción internacional coordinada en el movimiento obrero y la izquierda.

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Nacionalismo
La necesidad acuciante de un internacionalismo de la clase obrera ha sido también expuesta por los intentos del capitalismo de avivar el nacionalismo y los sentimientos de división. Esto es un intento de distraer la atención sobre los brutales ataques. Recientemente, hemos visto los intentos del gobierno de Sarkozy de divertir los movimientos que se están desarrollando a raíz de estas agresiones a través de una campaña racista contra los inmigrantes, especialmente contra la comunidad gitana. En este sentido, el hecho de que Sarkozy haya decidido imponer un nuevo paquete de reformas anti-inmigrantes a través del parlamento el 7 de septiembre, en la misma fecha que la próxima jornada de acción por parte de los sindicatos en contra de los ataques del gobierno, no es ninguna coincidencia. Los políticos capitalistas en España, de una manera similar, han intentado estigmatizar a la población musulmana. Varias localidades de Cataluña – por “razones de seguridad” – han prohibido el burka, una prenda usada comparativamente por un puñado de personas, en un vano intento de frenar una futura respuesta explosiva de la clase obrera española.
Los efectos de la crisis de la deuda griega, que mostró los límites de la integración europea capitalista, también provocaron una campaña nacionalista feroz del capitalismo alemán contra el pueblo griego. Esto se ha combinado con los intentos de las elites del sur de Europa, por ejemplo de Grecia y España, de culpar a los “especuladores extranjeros” y tratar de evitar su responsabilidad por su dispuesto servilismo y ejecutar los dictados del IMF y los mercados. Los trabajadores y jóvenes de Europa, bajo el hacha de sus gobiernos capitalistas nacionales y también de los mercados e instituciones internacionales, tienen infinitamente más en común con la clase trabajadora de otros países, en lucha contra las mismas agresiones, que con las camarillas de sus “compatriotas” capitalistas, cuya irresponsable especulación y explotación destruyó las economías europeas.

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Construir la resistencia
El 29 de septiembre puede dar una indicación importante sobre la fuerza de la clase obrera y su lucha más allá de las fronteras nacionales, y debe ser un primer paso en el desarrollo en un plan internacional de acción. La ETUC (Confederación Europea de Sindicatos) se ha visto obligada a convocar un día de acción debido a la presión de los sindicalistas de base por una acción solidaria internacional. Sin embargo, algunos líderes sindicales también verán el día como una oportunidad, una vez más, de “dejar salir presión”, organizando acciones simbólicas e ineficaces. Los militantes obreros deben luchar para asegurar que el 29 de septiembre no sea relegado a un día de desfile en Bruselas, sino que sea un día de lucha activa. Las manifestaciones, allí donde sean convocadas, deben tener un carácter activo, para contribuir a la construcción de un genuino movimiento de masas.
El CIT hace un llamamiento para la organización de asambleas en los centros de trabajo, universidades, escuelas y comunidades para discutir sobre la lucha y preparar los siguientes pasos. En el País Vasco, que vio una huelga general exitosa el día 29 de junio, este tipo de asambleas tuvieron lugar en pueblos y ciudades para preparar la movilización de trabajadores y jóvenes en huelga. Con el desarrollo del movimiento en cada país, estos ejemplos deben intensificarse y convertirse en organizaciones democráticas y comités de lucha.
Las huelgas y protestas del 29 de septiembre deben abordarse con la perspectiva de un posterior desarrollo de estas acciones, y con el objetivo de avanzar hacia una huelga general de 24 horas en toda Europa. Una huelga como ésta sacudiría los cimientos del capitalismo europeo y fortalecerían inconmensurablemente la confianza y la determinación de los trabajadores y los jóvenes en su lucha contra la ofensiva de austeridad, planteando concretamente la alternativa de solidaridad internacional y de lucha contra el sufrimiento que ofrece la crisis del capitalismo europeo.

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•¡No a los recortes y a los planes de austeridad!¡Defendamos los servicios públicos y las pensiones! ¡Qué los patrones paguen por la crisis que crearon!
•¡Por huelgas y manifestaciones masivas el día 29 de septiembre y alrededor de esta fecha! ¡Por un plan de acción hacia una huelga general de 24 horas en toda Europa!
•¡Por un movimiento obrero combativo! ¡Por unos sindicatos militantes y democráticos, y partidos políticos obreros combativos!
•¡No a la dictadura de los mercados! ¡Abajo con las agencias de calificación de crédito y el FMI! ¡No al pago de la deuda extranjera de los capitalistas! ¡Tomemos la riqueza de las manos de los banqueros y los grandes especuladores! ¡Por la nacionalización de los bancos y el sector financiero bajo el control y la gestión democrática de los trabajadores!
•¡No al desempleo! ¡Por una semana laboral más corta, para compartir el trabajo, y sin pérdida de salario! ¡Por un gran programa de obras públicas para proporcionar millones de puestos de trabajo que sean socialmente útiles!
•¡No a la Unión Europea de la patronal y los mercados! ¡Por una Europa democrática y socialista!
Apoyamos la construcción de un movimiento internacional contra el sistema de la patronal, que ha llevado a la sociedad europea y mundial, al sufrimiento y la ruina con la entrada en crisis de una economía capitalista basada en las ganancias de unos pocos. Nos oponemos a la imposición del coste de la crisis en las espaldas de la clase trabajadora y los jóvenes, y demandamos que no se pague la deuda generada por el capitalismo, en nombre del sufrimiento incalculable impuesto a la mayoría de la población, en Grecia y otros lugares para el siguiente periodo. La nacionalización de los bancos y el sector financiero bajo el control democrático de la clase obrera, rompiendo el poder de los buitres del mercado bursátil, vinculado con el desarrollo de un plan socialista y democrático de producción, basado en la nacionalización de las empresas más importantes y para proporcionar una vida digna para todos, representa el único camino viable en la actual pesadilla del sistema capitalistas y sus agresiones.

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Nos oponemos a la Unión Europea capitalista, cuyas limitaciones se han puesto en claro. Apoyamos una Europa democrática y socialista – una federación libre e igualitaria entre naciones – para planear e integrar de manera genuina y democrática las economías europeas, llevar a la sociedad hacia adelante y eliminar los problemas fundamentales de la humanidad, como parte del establecimiento de un mundo socialista.