Chile: Nuevas medidas del gobierno profundizan la privatización de la educación

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Como era de esperar, la política pro privatización y mercantilización sostenida durante los gobiernos de la concertación está siendo profundizada por el actual gobierno de derecha. Tres iniciativas en esta línea se están desarrollando, a veces de manera pública y las más, de manera encubierta, las que avizoran un panorama incierto para la educación pública.

La primera de estas medidas consiste en el traspaso masivo de recursos estatales a sostenedores privados, que pueden lucrar con ellos, a través del aumento parejo de la subvención escolar (propuesta del programa de Piñera), y el más reciente anuncio de Lavín de la entrega de 10 mil millones de pesos para la reconstrucción de escuelas privadas1. El proyecto ideológico tras la privatización de las escuelas se refuerza nuevamente vía recursos fiscales, financiando un solapado control de los privados sobre la educación de los sectores populares2.

La segunda iniciativa es el cierre sistemático de colegios municipales a nivel nacional, aprovechando la excusa de los daños en su infraestructura. La política de gobierno parece ser que cuando se caen tres escuelas, se reconstruye sólo una3.
A cambio, el traspaso a fundaciones privadas y la aglomeración de estudiantes populares en escuelas y liceos a maltraer será la tónica de la administración Lavín.

Finalmente, la tercera es la propuesta planteada por el jefe de Educación Superior (UDI) del Mineduc de eliminar el aporte fiscal directo a las universidades estatales y hacerlas competir en igualdad de condiciones con las privadas. El anuncio fue luego tímidamente desmentido por Piñera al ser interpelado por el rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez4.

Tan sólo la semana pasada, Martín Carnoy, uno de los mas importantes investigadores en políticas educativas (Universidad de Stanford, Washington), de visita en Chile, advertía sobre las políticas privatizadoras en educación, calificándolas de “locura”. Parte de estas locuras fueron analizadas en profundidad por Jesús Redondo, director de OPECH, en entrevista con el portal de la Universidad de Chile5. A primera vista, estos argumentos parecen ser suficientes para ratificar que las iniciativas privatizadoras del gobierno no apuntan a mejorar la calidad ni alcanzar la equidad en el sistema educativo chileno. Siendo así, no cabría extrañar el pronto rechazo de los movimientos sociales y sus próximas manifestaciones de resistencia a la privatización, claro está, mucho más allá del actual oportunismo “oposicionista” de la concertación.