Chile - Carta abierta a Ximena Ossandón
Carta abierta a Ximena Ossandón
Vicepresidenta de
DE: María José Viera Gallo
Soy madre de un niño de 2 años y 10 meses que asiste diariamente a un jardín infantil privado acreditado por
Mi hijo va diariamente a su jardín hasta las 3 de la tarde. Durante la mañana yo trabajo como periodista free-lance, escribo ficción (lo cual lamentablemente no es considerado un trabajo propiamente tal) y cuido a mi bebé de 5 meses.
Quiero comentar un par de cosas sobre tu idea de acortar (o flexibilizar) los horarios de atención de los jardines de
Como madre de 9 hijos, deberías saber querida Ximena, lo que es la crianza. Además tal como declaraste en una radio, sólo cuentas con “una nana y media” o “medio pollo” (no sabía que ahora las asesoras del hogar venían por mitades), y no 4 como se dijo, lo que me hace pensar que tu rutina maternal no dista demasiado de la película
No sé si estás al tanto, pero la mayoría de las mujeres en Chile no viven en un capítulo de Sex and The City. Trabajan a diario, en horarios más que sobrehumanos, mantienen a su núcleo familiar, y no siempre cuentan con alguien que las ayude a criar a sus hijos. Muchas son madres solteras. Batallan con padres fantasmas. Y no pueden darse el lujo de tener una nana que reemplace el jardín. Es más, muchas de esas mamás son nanas.
De acuerdo a las necesidades de cada apoderado, en mi jardín los padres tienen la opción de elegir uno de los tres horarios, y según eso, pagan una determinada plata. Es la ley de la oferta y la demanda, que tanto patrocina el conglomerado político al que perteneces. Y está bien. Los privados pueden hacer lo que quieran. Pero los jardines públicos simplemente tienen que hacer lo que deben. Es decir, asistir de la mejor manera posible a esos niños de bajos recursos que
Michelle Bachelet logró extender la jornada de los jardines hasta las 6 pm (opcional), multiplicar sus establecimientos y garantizar almuerzo gratis. ¿Te hace eco su alta popularidad entre las mujeres? La mayoría de los jardines que tú presides son asistenciales, es decir ayudan a sacar al niño de su estado de pobreza. Tu idea de acortar el horario no sólo es un retroceso; demuestra que vives en otro mundo. ¿Qué madre va a querer ir a buscar a su hijo a mediodía “para estar con él” porque no le toca ir a la feria sabiendo que en el jardín tiene un almuerzo decente y de buena calidad? Acá no estamos hablando de happy hour con las amigas, sino de sobrevivencia y expectativas de una vida mejor.
Me pregunto si tu intención no será la de cortar el presupuesto de las raciones alimenticias que nuestro Estado garantiza. Si es así, serías tú y no los padres, quien evaluaría según cada realidad familiar, qué niño merece o no su almuerzo. Es triste admitirlo, pero muchos de esos niños que tú atiendes, están mejor en el jardín que en sus casas; fuera de alimentarse bien, se los educa y entrega cariño, algo que, desafortunadamente no ocurre en todos los hogares. ¿Y sabes por qué los padres no pueden cumplir con estas funciones básicas? No porque estén tomando pisco souer, Ximena, sino porque la vida es dura allá afuera, se suda trabajando cada peso y se llega a la casa hecho polvo. Por último, y tú deberías saberlo como educadora, establecer un horario libre es malo para la formación del niño. No sé si has escuchado hablar de
Durante un año envié a mi hijo a un jardín infantil público de Brooklyn, donde vivía. El horario era uno sólo y punto: de
Como devota de
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María José Viera Gallo •
María José nació en Santiago en 1971 y tras el golpe militar, vivió en Italia hasta los 13 años. A los 22 años publicó sus primeros cuentos en
“En un país bien gobernado, debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado, debe inspirar vergüenza la riqueza”. (Confucio)
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