España - ¿UN PACTO PARA SALIR DE LA CRISIS?
De pronto todo el mundo aparece como partidario de la necesidad de un pacto de estado para salir de la crisis. Lo propone CiU, el PSOE dice que va a hablar con los grupos parlamentarios, la patronal despierta de su letargo y también se apunta al carro, la Monarquía se presenta por encima de todas las instituciones y anuncia su intención de reunir a todas las fuerzas sociales, los dirigentes sindicales de CCOO y UGT son citados en La Zarzuela, el PP, para no quedarse al margen, también quiere un pacto, aunque matiza que debe ser sobre la base de sus propuestas. En sí mismo no hay que rechazar un pacto, que lo importante es el contenido de lo que se pacta y la orientación o medidas que propone. Pero también es verdad que conociendo la orientación política e ideológica de la mayoría de las fuerzas que lo proponen es como para echarse a temblar. Empecemos por Convergencia i Unió, el partido representante de la burguesía catalana. Hace pocos días su dirigente Artur Mas presentó su propuesta estrella: el abaratamiento del despido (¡qué original!)
No se le conocen otras medidas más originales pero su larga tradición de poder en Catalunya se resume en políticas de privatización de los servicios públicos, en una activa defensa de los intereses de la clase social que representa, los burgueses catalanes, y una particular relación para chupar dinero del Estado a cambio de apoyo político a los gobiernos de Madrid, sean del PP o del PSOE. En cuanto al PSOE, son muy actuales son propuestas de aumentar la edad de jubilación y sus amenazas de aumentar el tiempo para el cálculo de la jubilación, o sea la reducción de las pensiones. ¡Qué decir del PP! Neoliberalismo rancio y aunque está muy callado para que no se le vea el plumero cuando sus dirigentes abren la boca es más de lo mismo: abaratar el despido, privatización de los servicios, traspaso de rentas públicas a manos privadas, reducción de impuestos (sobre todo para los ricos) Si este es el marco de un pacto, habrá que ponerse los guantes para defenderse y luchar porque será un pacto para salir de la crisis a costa de los ya debilitados derechos y conquistas de la clase trabajadora.
Un poco de memoria
Las clases dirigentes de este país y también la mayoría de los dirigentes políticos suelen recordar las supuestas virtudes de los Pactos de la Moncloa firmados en 1977 como un ejemplo a seguir ante la gravedad de la crisis actual.Dichos pactos fueron firmados tras la muerte en 1975 del dictador Franco y en una situación de crisis económica y política profunda. La población trabajadora, que se había movilizado durante los últimos años del franquismo, quería conquistar las libertades y derechos democráticos plenos y mejorar su situación económica en declive, tanto por la crisis en el país como la internacional que se prolongaba desde la llamada crisis del petróleo en 1973.Las exigencias y movilizaciones obreras eran amplias y se extendían por todo el país amenazando los planes de las clases dirigentes para organizar un recambio del franquismo controlado y limitado. Los Pactos de la Moncloa fueron el instrumento para lograrlo. A cambio de promesas que prácticamente se incumplieron todas, los dirigentes de la izquierda y los sindicales aceptaron la implantación de topes salariales (en 1977 la inflación rondaba el 40%) el despido libre para un porcentaje de la plantilla. El resultado fue que los únicos beneficiados de los Pactos fueron los empresarios que recuperaron sus beneficios mientras que la clase trabajadora perdía poder adquisitivo y ni siquiera logró reducir el paro.
Fue el inicio de lo que se llamó el desencanto con la transición. La desorganización y desmoralización de la clase obrera fue tremenda. Los partidos de izquierda y los sindicatos perdieron miles de militantes y afiliados y, de hecho, ese el punto de partida que explica las dificultades posteriores y aún actuales de la izquierda política y sindical.Propuestas para un pactoEn sí mismo no hay que rechazar la idea de un pacto. Pero veamos con qué contenidos sería posible. Hemos dicho anteriormente qué propuestas han puesto encima de la mesa la patronal y la mayoría de los partidos, excepto Izquierda Unida. Y todas ellas van en la misma dirección: abaratamiento del despido, recortes en las pensiones, rebaja de impuestos, con la excusa de que tales medidas generarán puestos de trabajo, pero que en realidad pretenden es ayudar a que los capitalistas recuperen su nivel de beneficios a costa de más sufrimiento para la clase trabajadora.
A nosotros se nos ocurren otras medidas para pactar una salida a la crisis. En primer lugar cambiar las políticas fiscales para que pague más quien más tenga. Por ejemplo, impuestos especiales para combatir la crisis a los bancos y las grandes empresas y por los dividendos que cobran los accionistas; obligación de reinversión de los beneficios en la economía productiva, recuperación de los impuestos de sucesiones, aumento del IRPF a partir altos niveles de renta…
Para combatir el paro, se necesitaría un pacto que redujera las horas de trabajo sin reducir los salarios; que los expedientes de regulación de empleo necesitaran la aprobación de la representación de los trabajadores; que el despido no sea libre y que si un juez decide que el despido es improcedente sea el trabajador quien decida; establecer la causalidad del empleo para reducir la precariedad.
Establecer planes de obras públicas para generar empleo mediante la construcción de infraestructuras, mejoras en pueblos y ciudades, en levantar escuelas y hospitales…Tomar decisiones para que los bancos y las grandes inmobiliarias pongan en alquiler a precios asequibles las miles de viviendas vacías.
Quizás al PP y CiU no les parezcan adecuadas estas medidas, quizás tampoco a la Monarquía, y seguramente el gobierno tampoco las verá con buenos ojos… pero, estas o parecidas medidas, podrían representar una manera distinta de afrontar y salir de la crisis. Sería favorable a la clase trabajadora, a la gente que sufre duramente las consecuencias del beneficio privado de los capitalistas, los verdaderos responsables de la situación.La MonarquíaLa Corona quiere presentarse como la inductora de un pacto contra la crisis. Para dar ejemplo podría empezar devolviendo los 9 millones de euros que los Presupuestos del Estado le dan generosamente.
La familia real dispone de los suficientes recursos para sostenerse por ella misma y esos 9 millones serían de mucha ayuda para las familias que no disponen de ninguna entrada regular. Y ya que hablamos de ahorro lo mejor para el país sería liquidar todos los gastos superfluos, como es todo lo relacionado con el mantenimiento de la Monarquía.
Fuente: La Aurora, POR.
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