EEUU - Obama, de la esperanza a lo de siempre
Enviado por mlamas el 3/9/2008, UIT-CI
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www.obrerosocialista.org
EDITORIAL
De la esperanza a lo de siempre
agosto-septiembre de 2008
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LUEGO DE haber agitado la esperanza en sus partidarios durante las elecciones primarias, Barack Obama está comenzando a sonar muy similar a los políticos de siempre.
Con la nominación del partido Demócrata a la candidatura presidencial en su bolsillo, Barack Obama se ha movido tanto y tan rápidamente hacia la derecha que incluso el conservador Wall Street Journal aprobaba, publicando una editorial con el título de "El tercer mandato de Bush".
"Estamos comenzando a comprender por qué Barack Obama protesta tan energéticamente contra la posibilidad de un 'tercer mandato de Bush'", el editorial dijo. "Quizás esté preocupado de que alguien note que él es el candidato que lo busca".
"La mayoría de los candidatos a la presidencia adaptan su postura después de ganar la nominación de su partido, sin embargo el Sr. Obama no se está simplemente 'moviéndose al centro'. Él está huyendo tan rápida y marcadamente de muchas de sus posiciones durante las elecciones primarias que está terminando por abrazar sustancialmente las políticas del presidente Bush.
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¿Quién hubiera creído de que un Demócrata renovaría la impopular agenda de Bush?
"Obama hizo gestos amigables a los conservadores casi a diario: apoyando el proyecto de ley otorgando inmunidad a la industria telefónica por su colaboración ilegal en el programa de espionaje doméstico de Bush; uniéndose a la minoría de la Corte Suprema queriendo imponer la pena de muerte por crímenes sin resultado de muerte; apoyando la expansión de "iniciativas basadas en la fe" de Bush para programas de asistencia social; retirándose del financiamiento público de campañas electorales para escapar de los límites de recolección de fondos; y rechazando la idea de que el estrés mental de una mujer deba ser una excepción a la prohibición de los abortos de tercer trimestre. Ésta es una lista parcial.
La próxima parada: Irak. El viaje de Obama, él dijo, ayudaría a precisar su postura, es decir, comenzar a recular de sus posiciones anteriores a favor de un calendario definitivo para el retiro de tropas de combate estadounidenses de Irak.Los asesores de Obama justifican su giro a la derecha como un ejemplo del "realismo" de su campaña presidencial. Pero muchos liberales no están contentos.
"El senador Obama no está solamente coqueteando con el centro", comentó Bob Herbert, columnista del New York Times, "Le abre sus brazos a la derecha cuando le sirve y zigzaguea con el tipo de imprudencia que garantiza una decepción".
Miles de simpatizantes de Obama se organizaron para presionar al senador que votara contra el proyecto de ley que legalizaría el espionaje doméstico, y columnistas y comentaristas liberales atacaron sus nuevas posiciones.
Hasta la mesa editorial del New York Times, normalmente una fuente de comentarios acerca de la importancia del centro político, protestó contra el viraje de Obama:
"No nos sorprende cuando un candidato se posicione al centro para las elecciones generales", opinó un editorial del periódico. "Pero los cambios del señor Obama son notables porque él era el candidato que proponía a cambiar el rostro de política, el hombre de convicciones apasionadas que no hacía el juego político de siempre".
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ESTO ES diferente al 2004, cuando los liberales y la mayoría de la izquierda respaldaron al senador John Kerry sin ningún reparo. Por cierto que la mayoría de los que critican a Obama aseguran que en noviembre votarán por él. Pero es obvio que hay más descontento durante este año.La razón es bastante obvia. Desde el 2004, el proyecto republicano se ha desplomado. Las guerras en Irak y Afganistán están en un punto muerto, sostenidas por un ejército agotado. La economía empeora reduciendo los estándares de vida de cientos de miles de trabajadores. La gente está harta de un gobierno corrupto e incompetente que combina las violaciones de libertades civiles con la crueldad y la incompetencia social.
Esta situación debería producir una victoria abrumadora para los Demócratas en los comicios generales de noviembre. Obama tiene el espacio político para presentar propuestas audaces para estimular la economía, poner un fin a la guerra y mucho más.
Sin embargo, Obama ha preferido repetir la misma estrategia que usó Bill Clinton -fintear a la derecha para captar las posturas de sus adversarios y asumir que la izquierda, a falta de alternativa, lo seguirá. Después de haber alzado las expectativas de sus partidarios durante las elecciones primarias en enormes y entusiasmados mítines, ahora Barack Obama las está conscientemente bajando.
Particularmente relevador es su apoyo a la política de Bush que repartir fondos gubernamentales a organizaciones religiosas para iniciativas de ayuda social. "Lo que nos queda por enfrentar hoy --desde salvar el planeta hasta terminar con la pobreza-- es muy grande para que el gobierno lo pueda solucionar por sí mismo", le dijo a la prensa en Zanesville, Ohio. "Necesitamos la ayuda de todos".
Las palabras de Obama están siendo presentadas como complacientes a la derecha religiosa, mayoritariamente cristiana. Esto es parcialmente cierto, pero seriamente ¿Cree alguien en el equipo de Obama que ella, el diente de la racista máquina republicana, va a votar por Obama por sus gestos?Otro propósito de esta postura es señalar al establecimiento político y económico que la administración de Obama no planea lanzar ningún programa que altere décadas de políticas conservadoras, neoliberales, por más necesitado que sea. Por el contrario, a Obama le gustaría canalizar los fondos a una red de organizaciones sin fines de lucro, muchas de ellas corridas por iglesias poderosas, para repartir parche curitas.Tales programas pueden ayudar a construir la máquina política de los Demócratas, pero su meta principal es evitar la creación los programas populares de asistencia social, como el Medicare, Medicaid y Seguro Social, a los que los políticos han tenido grandes dificultades en recortar sus fondos por la presión electoral.
En esencia, Obama ha aceptado lo que Clinton dijo al Congreso después de la abrumadora victoria de los Republicanos en los comicios de 1994: "La era del gobierno grande ha terminado".
Pero, con el inédito número de gente expresando descontento con la dirección en que la sociedad estadounidense se encuentra, con una economía empeorando, hay necesidad urgente --y apoyo muy amplio-- por un gobierno más "grande."
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¿El precio de la gasolina anda por el techo?
Un programa de inversión acelerada para construir --o reconstruir-- redes de transporte público es enormemente necesitado para aliviar la presión sobre la economía de la clase obrera. Además, se crearía millones de puestos para trabajadores de la construcción, quiénes se han quedado sin trabajo debido a la crisis hipotecaria.
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¿Remates de casas?
Talvez pudiéramos revivir la Corporación de Préstamos del Dueño de Casa del tiempo de la crisis económica de los años treinta para refinanciar las hipotecas y evitar que alguien pierda su casa, debido a la tasa de interés que sube mientras el valor de la vivienda baja.
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¿Qué hay acerca de los más de 47 millones de personas sin seguro médico en EEUU? ¡Qué Medicare sea expandido para incluir a la población entera! Creando un sistema que garantice a todos el derecho a la asistencia médica, a cuenta del gobierno, y eliminando las excesivas ganancias de las compañías de seguro.
Con una recesión que va a causar mucho sufrimiento, el gasto social del gobierno será clave para cualquier recuperación que se desarrolle. Como señaló el economista y autor Robert Kuttner, "Esta recesión llega después tres décadas en que el estándar de vida ha estado estancado o en declive para dos tercios de los norteamericanos, con una creciente inseguridad laboral, de salud y jubilación, y con los incrementados costos de mantener la vivienda y pagar por la educación y la energía. Por eso en lugar de un estímulo modesto para fomentar una recuperación, necesitamos un programa substancial".
Durante su campaña durante las primarias, Obama causaba la impresión de que su administración enfrentaría esos desafíos; evocaba imágenes de los movimientos sociales y prometía cambios profundos. Ahora en cambio, retorna a la norma de la política estadounidense. Proponiendo aumentar el gasto social por medio de organizaciones religiosas no es más que un camuflaje para ocultar sus intenciones verdaderas, o mejor dicho, su falta de intención.
Al menos Bill Clinton esperó hasta después de su elección en noviembre de 1992 para romper con sus promesas de campaña. Parece que Obama está cancelando la luna de miel antes de la boda.
Si ha de haber un "cambio" después de enero de 2009, deberá surgir no del candidato hecho presidente, sino de la demanda de la gente organizada y en pie de lucha.
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Traducido por Lance Selfa
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