Chile - Respecto al “Concurso” grandes chilenos
por Vicente Painel Seguel
Ha finalizado el concurso de TVN denominado “Grandes Chilenos”. A partir de su inicio se ha cuestionado, desde la validez de hacer competir a personajes históricos, hasta las poco prolijas biografías expuestas por TV. En efecto la inexactitud de las biografías llama la atención desbordantemente en algunos casos, solo mencionar algunas afirmaciones polémicas, como asociar a Manuel Rodríguez con lo democrático y popular por abogar por el Cabildo, cuando el Cabildo se trataba de una institución eminentemente oligárquica y elitista; dejar a Lautaro como chileno cuando evidentemente no lo es (e incluso se puede interpretar su épica precisamente como el empeño para evitar que los mapuche alguna vez fueran sometidos a una nacionalidad distinta a la mapuche), hasta decir que Salvador Allende fue el primer socialista de la historia universal en ganar una elección de primer mandatario, habiendo algunos ejemplos de socialistas que ganaron anteriormente: Olof Palme (1969-1976) Suecia y León Blum (1936-1937) en Francia, por citar dos famosos botones de muestra (quizás se trata del primer marxista revolucionario en ganar una elección, en todo caso.)
Y es que en un documental histórico cada palabra concentra una intención, se posee el tiempo suficiente para tejer una obra arquitectónica que intente aproximarse con calibración a las causalidades y no quedarse en la mera opinión, los documentales de “Grandes Chilenos” en general no poseen esa virtud.
No obstante estos justos cuestionamientos y muchos más no mencionados; el hecho es que el concurso se realizó, contó con la participación de una inmensa cantidad de colegios y con la emisión de millones de votos viajando por el cíberespacio. Es menester entonces debatir, aunque sea sucintamente, pues el fenómeno no deja de tener, lamentablemente, una manifiesta relevancia.
Es interesante señalar, a mi juicio para la reflexión, aquello de que algunos panelistas en la ronda final subrayaran la polarización que habría generado la votación entre Salvador Allende y Arturo Prat. A juicio de ellos, esta situación representaría el sistema binominal. Mas allá de la indignante rabia con que apreciaban el virtual divisionismo de los chilenos, no se puede plantear como interpretación valida la asociación con el sistema binominal, eso es quedarse solo en la apariencia del fenómeno y no querer abordarlo en su profundidad. Es incompatible señalar por un lado que la votación es mayoritariamente joven y al mismo tiempo decir que el fenómeno es una muestra del sistema binominal, ya que al ser cientos de miles cibernautas los votantes jóvenes, se debe reconocer públicamente que la aplastante mayoría de los jóvenes en Chile no pertenecen al padrón electoral del SERVEL. El fenómeno digno de análisis es que muchos jóvenes prefieren votar varias veces en Internet y hasta organizar campañas electorales por la Web, que inscribirse en los registros electorales y votar por políticos que gozan de uno de los salarios más altos de América…
Un marino obediente y disciplinado, que en una contingencia como el Golpe de Estado de 1973 habría tenido altas posibilidades de terminar como los marinos que dijeron no a la insurrección golpista o como Carlos Prats destrozado por una bomba terrorista de Estado por la misma razón de ser disciplinado con el mandato constitucional… Y un político de esos que ya no hay, un revolucionario que combinó la caballerosidad racional con la tonalidad verde olivo que recorría el continente, fueron protagonistas de este concurso al poco andar. El primero fue “apoyado” por El Mercurio, el segundo y quizás por la misma razón (que al primero lo haya “apoyado” El Mercurio), terminó concentrando el voto “anti-derecha” (si se puede denominar así). Pero se requiere, si es objeto llevar acabo una analítica, no quedarse con las denominaciones “izquierda y derecha” no por temor a la politización televisada, la gran mayoría de las veces falsa o superficial, si no porque si es por eso la “izquierda” tenía ganada la partida desde el inicio ya que la mayoría de los personajes son de izquierda y sobre todo ninguno de los personajes resulta asociable fácilmente con el imaginario de derecha.
A mi juicio, lo más destacable, es la extrema debilidad del padrón electoral chileno en medio de una crisis económica galopante, precisamente por excluirse a los protagonistas de este “concurso”: Los Jóvenes.
TVN sugirió sin quererlo, que probablemente si votaran los jóvenes, los resultados electorales serían distintos a los que ya sabemos que sucederán en las elecciones municipales y parlamentaria-presidenciales.
.Ha finalizado el concurso de TVN denominado “Grandes Chilenos”. A partir de su inicio se ha cuestionado, desde la validez de hacer competir a personajes históricos, hasta las poco prolijas biografías expuestas por TV. En efecto la inexactitud de las biografías llama la atención desbordantemente en algunos casos, solo mencionar algunas afirmaciones polémicas, como asociar a Manuel Rodríguez con lo democrático y popular por abogar por el Cabildo, cuando el Cabildo se trataba de una institución eminentemente oligárquica y elitista; dejar a Lautaro como chileno cuando evidentemente no lo es (e incluso se puede interpretar su épica precisamente como el empeño para evitar que los mapuche alguna vez fueran sometidos a una nacionalidad distinta a la mapuche), hasta decir que Salvador Allende fue el primer socialista de la historia universal en ganar una elección de primer mandatario, habiendo algunos ejemplos de socialistas que ganaron anteriormente: Olof Palme (1969-1976) Suecia y León Blum (1936-1937) en Francia, por citar dos famosos botones de muestra (quizás se trata del primer marxista revolucionario en ganar una elección, en todo caso.)
Y es que en un documental histórico cada palabra concentra una intención, se posee el tiempo suficiente para tejer una obra arquitectónica que intente aproximarse con calibración a las causalidades y no quedarse en la mera opinión, los documentales de “Grandes Chilenos” en general no poseen esa virtud.
No obstante estos justos cuestionamientos y muchos más no mencionados; el hecho es que el concurso se realizó, contó con la participación de una inmensa cantidad de colegios y con la emisión de millones de votos viajando por el cíberespacio. Es menester entonces debatir, aunque sea sucintamente, pues el fenómeno no deja de tener, lamentablemente, una manifiesta relevancia.
Es interesante señalar, a mi juicio para la reflexión, aquello de que algunos panelistas en la ronda final subrayaran la polarización que habría generado la votación entre Salvador Allende y Arturo Prat. A juicio de ellos, esta situación representaría el sistema binominal. Mas allá de la indignante rabia con que apreciaban el virtual divisionismo de los chilenos, no se puede plantear como interpretación valida la asociación con el sistema binominal, eso es quedarse solo en la apariencia del fenómeno y no querer abordarlo en su profundidad. Es incompatible señalar por un lado que la votación es mayoritariamente joven y al mismo tiempo decir que el fenómeno es una muestra del sistema binominal, ya que al ser cientos de miles cibernautas los votantes jóvenes, se debe reconocer públicamente que la aplastante mayoría de los jóvenes en Chile no pertenecen al padrón electoral del SERVEL. El fenómeno digno de análisis es que muchos jóvenes prefieren votar varias veces en Internet y hasta organizar campañas electorales por la Web, que inscribirse en los registros electorales y votar por políticos que gozan de uno de los salarios más altos de América…
Un marino obediente y disciplinado, que en una contingencia como el Golpe de Estado de 1973 habría tenido altas posibilidades de terminar como los marinos que dijeron no a la insurrección golpista o como Carlos Prats destrozado por una bomba terrorista de Estado por la misma razón de ser disciplinado con el mandato constitucional… Y un político de esos que ya no hay, un revolucionario que combinó la caballerosidad racional con la tonalidad verde olivo que recorría el continente, fueron protagonistas de este concurso al poco andar. El primero fue “apoyado” por El Mercurio, el segundo y quizás por la misma razón (que al primero lo haya “apoyado” El Mercurio), terminó concentrando el voto “anti-derecha” (si se puede denominar así). Pero se requiere, si es objeto llevar acabo una analítica, no quedarse con las denominaciones “izquierda y derecha” no por temor a la politización televisada, la gran mayoría de las veces falsa o superficial, si no porque si es por eso la “izquierda” tenía ganada la partida desde el inicio ya que la mayoría de los personajes son de izquierda y sobre todo ninguno de los personajes resulta asociable fácilmente con el imaginario de derecha.
A mi juicio, lo más destacable, es la extrema debilidad del padrón electoral chileno en medio de una crisis económica galopante, precisamente por excluirse a los protagonistas de este “concurso”: Los Jóvenes.
TVN sugirió sin quererlo, que probablemente si votaran los jóvenes, los resultados electorales serían distintos a los que ya sabemos que sucederán en las elecciones municipales y parlamentaria-presidenciales.
http://www.liberacion.cl/opinion_210908.htm
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