Brasil: el impacto de la crisis financiera ya afecta al sistema bancario
El Banco Central inyectó 7.200 millones de dólares en el mercado financiero
El impacto de la crisis ya afecta al sistema bancario de Brasil
Eleonora Gosman Clarín, Buenos Aires, 26-9-08
El impacto de la crisis ya afecta al sistema bancario de Brasil
Eleonora Gosman Clarín, Buenos Aires, 26-9-08
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La crisis mundial llevó al Banco Central de Brasil a inyectar 7.200 millones de dólares, para frenar el impacto de las turbulencias norteamericanas sobre el sistema financiero local.
Esos recursos están destinados a bancos con dificultades para acceder al crédito interbancario: hay 23 entidades de mediano y pequeño tamaño con problemas, según admitieron las autoridades.
La decisión también libera fondos para que las grandes entidades rescaten deudas en el exterior con vencimientos hasta fin de año. Los expertos señalan que la tormenta financiera internacional hizo que su renovación fuera imposible.
Para los economistas, las turbulencias del Primer Mundo ya desembarcaron en el Atlántico Sur y creen que éste será el primer test económico serio de manejo para el presidente Lula da Silva. Por ahora, afirman, no es más que una señal; pero ésta indica que ya no brilla un cielo azul impecable sobre la economía brasileña.
Tal como señaló la prensa local, la medida se adopta una semana después que el presidente del BC, Henrique Meirelles, jurara que no había problemas de liquidez en las instituciones bancarias brasileñas. "La liquidez en reales continúa normal gracias a las condiciones de buen funcionamiento de la economía", había dicho Meirelles en un seminario en Nueva York con funcionarios de la Reserva Federal. Fueron palabras de corto aliento.
En esencia, la medida del Banco Central consistió en reducir los depósitos (encajes) que los bancos son obligados a realizar en la entidad rectora. Es una decisión que aumenta la cantidad de dinero en el mercado y permite que las instituciones se presten entre sí.
El singular aumento de los intereses en esos préstamos interbancarios llevó, a partir de la crisis mundial, a que únicamente los grandes bancos pudieran acceder a esos recursos.
De este modo, dejaban a las entidades menores prácticamente desprovistas de toda posibilidad de captar dinero.
Una de las señales que hizo encender la luz amarilla fue justamente que el costo del crédito a las instituciones más pequeñas aumentó 10% de un día para otro.
Para el gobierno brasileño, que el BC haya salido en socorro del sistema bancario no implica que esté al borde de quiebras generalizadas. Afirman que se trata de una medida tan sólo preventiva.
Economistas brasileños de primera línea, como Luiz Gonzaga Belluzzo, profesor de la Universidad de Campinas y consejero del presidente Lula, consideró que a pesar de la ayuda multimillonaria al sistema financiero decidida por el gobierno de Estados Unidos "habrá muchas instituciones norteamericanas que irán a la quiebra, ya que el plan de rescate no conseguirá cubrir a todas".
El académico previó que como consecuencia habrá crecientes dificultades para acceder a recursos financieros en el mundo y Brasil "sufrirá una probable reducción de crédito".
Desde un ángulo diferente, el economista Paulo Nogueira Batista, director ejecutivo en el FMI para Brasil y otros 8 países, concordó que "los mercados financieros brasileños ya acusan el golpe (de la crisis mundial). El problema es saber si la turbulencia contaminará la economía real", subrayó.
De acuerdo con este especialista, "la respuesta depende de las consecuencias de la crisis".
Se interrogó si el plan de rescate de 700 mil millones de dólares será finalmente aprobado por el Congreso de Estados Unidos, y en caso de serlo, si esta masa de dinero "podrá evitar el colapso del sistema financiero".
La crisis mundial llevó al Banco Central de Brasil a inyectar 7.200 millones de dólares, para frenar el impacto de las turbulencias norteamericanas sobre el sistema financiero local.
Esos recursos están destinados a bancos con dificultades para acceder al crédito interbancario: hay 23 entidades de mediano y pequeño tamaño con problemas, según admitieron las autoridades.
La decisión también libera fondos para que las grandes entidades rescaten deudas en el exterior con vencimientos hasta fin de año. Los expertos señalan que la tormenta financiera internacional hizo que su renovación fuera imposible.
Para los economistas, las turbulencias del Primer Mundo ya desembarcaron en el Atlántico Sur y creen que éste será el primer test económico serio de manejo para el presidente Lula da Silva. Por ahora, afirman, no es más que una señal; pero ésta indica que ya no brilla un cielo azul impecable sobre la economía brasileña.
Tal como señaló la prensa local, la medida se adopta una semana después que el presidente del BC, Henrique Meirelles, jurara que no había problemas de liquidez en las instituciones bancarias brasileñas. "La liquidez en reales continúa normal gracias a las condiciones de buen funcionamiento de la economía", había dicho Meirelles en un seminario en Nueva York con funcionarios de la Reserva Federal. Fueron palabras de corto aliento.
En esencia, la medida del Banco Central consistió en reducir los depósitos (encajes) que los bancos son obligados a realizar en la entidad rectora. Es una decisión que aumenta la cantidad de dinero en el mercado y permite que las instituciones se presten entre sí.
El singular aumento de los intereses en esos préstamos interbancarios llevó, a partir de la crisis mundial, a que únicamente los grandes bancos pudieran acceder a esos recursos.
De este modo, dejaban a las entidades menores prácticamente desprovistas de toda posibilidad de captar dinero.
Una de las señales que hizo encender la luz amarilla fue justamente que el costo del crédito a las instituciones más pequeñas aumentó 10% de un día para otro.
Para el gobierno brasileño, que el BC haya salido en socorro del sistema bancario no implica que esté al borde de quiebras generalizadas. Afirman que se trata de una medida tan sólo preventiva.
Economistas brasileños de primera línea, como Luiz Gonzaga Belluzzo, profesor de la Universidad de Campinas y consejero del presidente Lula, consideró que a pesar de la ayuda multimillonaria al sistema financiero decidida por el gobierno de Estados Unidos "habrá muchas instituciones norteamericanas que irán a la quiebra, ya que el plan de rescate no conseguirá cubrir a todas".
El académico previó que como consecuencia habrá crecientes dificultades para acceder a recursos financieros en el mundo y Brasil "sufrirá una probable reducción de crédito".
Desde un ángulo diferente, el economista Paulo Nogueira Batista, director ejecutivo en el FMI para Brasil y otros 8 países, concordó que "los mercados financieros brasileños ya acusan el golpe (de la crisis mundial). El problema es saber si la turbulencia contaminará la economía real", subrayó.
De acuerdo con este especialista, "la respuesta depende de las consecuencias de la crisis".
Se interrogó si el plan de rescate de 700 mil millones de dólares será finalmente aprobado por el Congreso de Estados Unidos, y en caso de serlo, si esta masa de dinero "podrá evitar el colapso del sistema financiero".
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Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín Solidario
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