Imperialismo: las guerras de Afganistán e Irak, un espantoso balance
Un espantoso balance de alcance mundial
Jules Dufour
Mondialisation.ca
http://www.mondialisation.ca/
Traducido para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Prosiguen las guerras de ocupación de Afganistán e Iraq con sus cortejos de muertos y sus lotes de destrucción y de desolación. Continúan y se desarrollan ante la cada vez mayor indiferencia general. Día tras día los despachos procedentes de Kabul, de Kandahar o de Bagdad dejan constancia de atentados suicidas, de atentados con coches trampa, de sangrientos enfrentamientos y de bombardeos sobre ciudades y pueblos.
Mondialisation.ca
http://www.mondialisation.ca/
Traducido para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Prosiguen las guerras de ocupación de Afganistán e Iraq con sus cortejos de muertos y sus lotes de destrucción y de desolación. Continúan y se desarrollan ante la cada vez mayor indiferencia general. Día tras día los despachos procedentes de Kabul, de Kandahar o de Bagdad dejan constancia de atentados suicidas, de atentados con coches trampa, de sangrientos enfrentamientos y de bombardeos sobre ciudades y pueblos.
Siete años de guerra en Afganistán. Cinco años de guerra en Iraq. Los balaces presentados apenas dejan constancia de los daños a las infraestructuras y establecen una contabilidad imprecisa de las víctimas. ¡Qué caos! ¡Qué masacre! ¿Cuántos temores, miedos y sufrimientos habrán padecido sus millones de habitantes? No se manifiesta ninguna voluntad real de ponerles fin. Y, sin embargo, son guerras que afectan al mundo entero.
En este 13 de julio de 2008 llega otro despacho procedente de Kabul que nos informa de la muerte de varias personas. Alguien se ha tomado la molestia de clasificarlas en cinco categorías: soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (FIAS o ISAF) de la OTAN, soldados del ejército afgano, soldados de la coalición internacional bajo mando estadounidense, insurgentes y población civil. Parece que las víctimas de las tres primeras categorías están contabilizadas y para las demás se utiliza la fórmula habitual: «Aunque no se haya podido establecer ningún balance final, probablemente los isurgentes han sufrido graves pérdidas» ( cyberpresse ). No es de extrañar que en estas condiciones sea poco conocido el balance de los muertos, heridos, víctimas y desplazados causados desde su inicio por estas guerras de invasión ni que se informe poco de ello. Se informa cada vez menos para ocultar al público las trágicas consecuencias para los pueblos que son víctimas de estas guerras. Durante la Guerra de Golfo se comprendió rápidamente que la tasa de aceptación de las guerras es proporcional a la de la ignorancia sobre ellas. Y desde entonces éste es el enfoque dominante.
El palmarés de víctimas anónimas
Hasta ahora con la noticia se informaba de la nacionalidad de los soldados muertos o heridos. Ahora forman parte de una estadística más global que tras su muerte les priva de su nacionalidad. Según una decisión tomada por el ISAF, en adelante ya no serán más que cifras y al país de origen del soldado le corresponderá transmitir esa información: «El ISAF, que cuenta con soldados de 40 naciones, no ha revelado ni la identidad ni la nacionalidad de las víctimas, y sistematicamente deja al cuidado de las autoridades de origen el hacerlo» ( cyberpresse ); así, se podrá retardar la divulgación, lo que permitirá minimizar la importancia de cada episodio y el todo se perderá en las columnas estadísticas, lo que tendrá por efecto el contruibuir a la banalización de la guerra y, de este modo, a una mayor aceptación por parte del público.
En resumen, el balance global de las víctimas de estas guerras no es objeto de una gran difusión. Con el tiempo parece convertirse en un tema como cualquier otro de un informe. Tampoco aparece la indignación, ni siquiera la consternación o la tristeza. Más bien está presente un sentimiento de indiferencia que deja sitio a las cuestiones de estrategias sobre el terreno y a las relativas a las condiciones que permitirán «ganar» la guerra antes de efectuar una retirada llamada progresiva. ¿Qué balance se puede establecer en julio de 2008?
Muchos organismos se ocupan de este aspecto de los conflictos armados y, sobre todo, organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Human Rights for Change, Afghanistan Justice Project, War Victims Monitor e International Center for Transitional Justice... ¿Cuál es el recuento? ¿Cuál es la cantidad de displazados dentro de los países que son escenario de estas gueras y hacia el exterior? ¿Cuál es la amplitud de los daños y de los costes financierons de estas dos «operaciones»?
Presentamos aquí un balance de estas guerras para poder calibrarlas y comprender mejor el sentido de las decisiones políticas y militares tomadas por las fuerzas de ocupación. Los datos presentados deben ser considerados como apoximaciones en las que poco importa la fuente de la que proceden. Dejaremos constancia de los balances oficiales, pero prestaremos mucha atención a los informes procedentes de organismos reconocidos como indenpendientes. Presentamos un balance sucinto de las víctimas y de los costes globales de estas guerras.
Balances independientes
Según Unknown News, a fecha de 16 de julio de 2007 la situación global era la siguiente: al menos han muerto 832.962 personas y 1.590.895 han resultado heridas en Afganistán e Iraq ( Unknown news ).
En Afganistán
Según el informe sobre las víctimas civiles elaborado por Marc W. Herold de la Universidad de New Hampshire, los bombardeos estadounidenses han matado a entre 3.485 y 4.034 civiles entre octubre de 2001 y junio de 2004 (http://pubpages.unh.edu/~mwherold/)
Según datos aportados por Matrix Masters, se calcula que en 2005 han muerto en este país un total de 1.500 personas ( matrixmasters.com ). Unos 600 policías murieron entre la elección de Hamid Karzai en diciembre de 2004 y mediados de mayo de 2005 ( Wikipedia ).
Según un informe de Human Rights Watch, en 2006 murieron 4.400 afganos, de los cuales 1.000 eran civiles. Además murió un total de 2.077 insurgentes en las operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de la coalición entre el 1 de septiembre y el 13 de diciembre de 2006. Para el mismo periodo los datos aportados por Associated Press basados en los informes del gobierno afgano, de la OTAN y de representantes de la coalición dejan constancia de un total inferior a 4.000 muertos, de los cuales la mayoría eran insurgentes. Durante los ocho primeros meses del año murieron más de 1.900 personas ( Wikipedia ).
En 2007 se calcula que murieron 7.100 personas, inlcuidos 926 policías afganos, 4.478 insurgentes, 1 500 civiles y 232 soldados extranjeros ( Wikipedia ).
En marzo de 2008, tras más de seis años de combate, según datos del Aghanistan Conflict Monitor que se refieren a un artículo de M. Weaver de The Guardian, el total de las personas muertas en esta guerra supera las 8.000 personas en 2007 (M. Weaver, The Guardian, 11 de marzo 2008). El autor se basa en los datos de un informe de Naciones Unidas: «Naciones Unidas ha esbozado una sombría evaluación del conflicto en Afganistán dejando constancia de que la violencia se ha intensificado considerablemente en el curso del último año, lo que ha supuesto la muerte de más de 8.000 personas, incluidos al menos 1.500 civils» (M. Weaver, 2008) ( Afghan conflict monitor ).
Durante los seis primeros meses de 2008 murieron más de 2.100 personas, incluidos 698 civiles, 502 insurgentes (hasta el 14 de marzo). Sólo en junio murieron 613 personas en actos de violencia causados por los insurgentes, incluidos 473 insurgentes, 34 civiles y 44 miembros de las fuerzas de seguridad afganas. Durante el mes de abril murieron 72 policías afganos ( Wikipedia ).
En junio de 2006 Naciones Unidas informó de que desde el inicio del año habían muerto cerca de 700 civiles afganos debido a ataques perpetrados por los insurgentes y 255 en operaciones militares ( Wikipedia ).
Según estos datos aproximativos se puede percibir la magnitud de la cantidad de personas muertas en esta guerra, pero no pueden traducir la importancia de la población afectada porque no se trata de una simple ocupación militar, sino de una guerra total. Por lo tanto, podríamos calcular entre 20.000 y 25.000 el número de personas muertas en Afganistán entre octubre de 2001 y junio de 2008.
En Iraq
Según Adlène Meddi del diario independiente El Watan, a fecha de 25 de marzo de 2008, «si el balace operativo oficial del ejército estadounidense llegó al umbral simbólico de 4.000 muertos con los ataques recientes, no se puede precisar el número de civiles iraquíes muertos en esta guerra que dura desde hace cinco sangrientos años» ( El Watan ).
Según este autor, «investigadores estadounidenses de la Universidad John Hopkins (Baltimore) e iraquíes, de la Universidad Al Mustansiriya (Bagdad) calculado la sobremortalidad desde la invasión de Iraq, desde marzo de 2003 hasta julio de 2006».
«Calculan en 655.000 el número de muertes suplementarias de iraquíes (esto es, el 2,5% de la población) en relación al periodo anterior a la invasión estadounidense. La tasa de mortalidad era de 5,5 por mil antes de marzo de 2003 frente al 13,3 por mil actual...».
«Estos estudios, publicados en la revista médica The Lancet, no tuvieron en cuenta los cuerpos que había en la morgue para calcular la mortalidad. Hicieron un estudio entre 47 conjuntos repartidos por todo el territorio y que contenían cada uno de ellos 40 hogares. Censaron el número de nacimientos y de muertos por hogar entre 2001 y 2006, y a continuación extrapolaron los resultados al conjunto de la población iraquí...».
«Estas cifras están muy lejos de las cifras oficiales publicadas en iraqbodycount.org, una página web que se supone lleva un recuento de los civiles muertos en el curso de las intervenciones militares en Iraq (que habían sido contabilizadas hasta aquel momento) de "sólo" de 45 a 50.000 víctimas...». Según los datos proporcionados por este proyecto, en julio de 2008 el número total de meurtos se sitúa entre 86. 017 y 93.936 (http://www.iraqbodycount.org/). Unos costes astronómicos
¿Cuánto han costado hasta el momento estas guerras? ¿Qué alcance tienen los daños causados a las infraestructuras? ¿Cuáles serían los costes globales de su reconstrucción?
Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos actualizado el 23 de junio de 2008, hasta el 26 de diciembre de 2007 el Congreso aprobó la suma total de 700.000 millones de dólares para las operaciones militares, la seguridad, la reconstrucción, la ayuda internacional, los gastos de las embajadas y los gastos de seguros y de sanidad de los excombatientes para las tres operaciones inciadas desde los ataques del 11 de septiembre.
Según la misma fuente, a fecha de 19 de junio de 2008 la Cámara aprobó una nueva versión del Informe a la Cámara 2642, un suplemento para el año fiscal 2008 que el Senado debería examinar la semana siguente. Este proyecto de ley comprende una suma de 163.000 millones de dólares para los años fiscales 2008 y 2009... Si se aprueba, el Sevicio de Investigación del Congreso calcula que la financiación de las guerras contra el terrorismo llegará a un total de 857.000 millones de dólares, esto es, un total de 656.000 millones de dólares para la guerra en Iraq, 173.000 millones de dólares para la de Afganistán y de 29.000 millones de dólares para reforzar la seguridad (Belasco, A., 2008).
Según W. T. Wheeler, el departamento de Defensa declaró ante el Congreso el 31 de julio de 2007 que la guerra en Afganistán había costado la suma de 78.100 millones de dólares (http://www.counterpunch.org/wheeler08292007.html).
Según EuropUSA.com, en el primer año de la guerra en Afghanistan, «sin hablar de las vidas humanas perdidas debido a la guerra que, desde luego, no se pueden contabilizar, el coste financiero de la guerra en Afganistán se eleva a mil millones de doláres al mes. Con el espectacular avance de la Alianza del Norte y la toma de Kabul, es de imaginar que este coste astronómico se va a reducir muy pronto… Estados Unidos ya ha arrojado 6000 misiles y bombas sobre el suelo afgano. El coste de los misiles asciende a un millón de dólares por pieza. ¡Cuidado con errar el objetivo!. Los 50.000 militares estadounidenses desplazados en Asia cobran un incentivo de 150 dólares al mes…además de la gloria, por supuesto. Otra cifra «sorprendente»: el coste por hora de los aviones de combate. Por ejemplo, los F14 cuestan 5.000 dólares la hora. Nadie gana haciendo la guerra, excepto, quizá, la industria militar…»(http://www.europusa.com/?ID=FRa25b394e83f0494e9&nosniff=1)
Según los datos del National Priorities Project, si el Congreso aprueba todas las demandas adicionales el coste de la guerra en Iraq alcanzará a finales del año fiscal 2008 la cifra total de 611.000 millones de dólares del presupuesto estadounidense (http://www.nationalpriorities.org/publications/more_war_funding_requested).
Para ver el presupuesto autorizado para la guerra en Iraq (en miles de millones de dólares): http://zfacts.com/p/446.htlm
Según otras fuentes de información, los costes reales podrían llegar a los 3.000.000 millones de dólares para el presupuesto nacional de Estados Unidos. Según Joseph Stiglitz y Linda Bilmes de diario The Times, teniendo en cuenta las propias operaciones y los impactos directos de estas guerras en el conjunto de la economía, los costes de los conflictos en Iraq y Afganistán han adquirido unas proporciones fulgurantes y se calculan en un total de 3.000.000 millones de dólares. Y concluyen de este modo: «Por medio de la malsana mezcla de los fondos de urgencia, de una serie de libros contables y de constantes cálculos subestimados de los recursos necesarios para proseguir la guerra hemos intentado identificar cuánto nos hemos gastado y cuánto deberemos gastar probablemente hasta el final. La cifra a la que llegamos es de 3.000.000 millones de dólares. Nuestros cálculos se basan en hipótesis conservadoras. Estos cálculos son simples en sí mismos, aunque se quiera que sean complicados en el plano técnico. La cifra de 3.000.000 millones de dólares como coste total nos parece justa y probablemente más baja que la realidad. Inútil decir que este total sólo representa el coste asumido por Estados Unidos. No refleja el enorme coste asumido por el resto del mundo e Iraq» ( Times online ).
Los costes estimados de la reconstrucción
En los preparativos del proyecto de reconstrucción de Iraq en 2003 de la conferencia de donantes de Madrid se calculó un total de 35.820 millones de dólares para el periodo 2004-2007; el total había sido preparado por un comité conjunto formado por representantes de Naciones Unidas y del Banco Mundial.
Este total de 36.000 millones de dólares procedentes de Estados Unidos se consagrarían a los siguientes 14 sectores de intervención: instituciones gubernamentales, educación, sandidad, creación de empleo, transporte y telecomunicaciones, aprovisionamiento y saneamiento de las las aguas y disposición de las materias residuales, electricidad, planificación urbana, alojamiento y revalorización del territorio, agricultura y recursos acuíferos, empresas estatales, sector financiero, inversión en la lucha contra el cambio climático y acción contra las minas. Las autoridades provisionales de la Coalición calcularon que harían falta otros 20.000 millones de dólares, incluyendo 5.000 millones para la seguridad y la policía, y 18.000 para las infraestructuras de la industria petrolífera ( Wikipedia ).
Los desplazados y los refugiados
Segúna el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (UNCHR), sólo la guerra de Iraq ha provocado 4.400.000 refugiados y desplazados internos (http://fr.globalvoicesonline.org/2007/06/21/175/).
«La situación en Iraq sigue empeorando, con más de dos millones de iraquíes que se calcula que son desplazados internos y 2.200.000 que han buscado refugio en países vecinos», afirma el informe de UNCHR.
«Según cifras gubernamentales, aproximadamente 1.400.000 iraquíes se encuentran actualmente en Siria, hasta 750.000 en Jordania, 80.000 en Egipto y unos 200.000 en la región del Golfo. Sólo Siria acoge un mínimo de 30.000 iraquíes al mes» (http://fr.globalvoicesonline.org/2007/06/21/175/). Conclusión
Como se puede constatar, desde el inicio del siglo estas guerras ejercen un impacto fundamental en la economía mundial porque movilizan considerables recursos materiales y humanos para matar y destruir, recursos procedentes del conjunto del planeta. Crean un clima de inseguridad global y por ese mismo hecho crean un poderoso efecto de arrastre sobre el rearme de muchos países que en adelante destinan sumas colosales a procesos de militarización de continentes enteros como es el caso de Europa oriental y de Oriente Próximo.
Esto se ha podido constatar analizando la tasa de crecimiento de los gastos militares mundiales. Ha sido constante desde 1998 y resulta ser el reflejo neto del impacto de estas guerras y el del proceso de rearme global del planeta. Según el Instituto Internacional de Investigación para la paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés), el total de estos gastos ha pasado de 735.000 millones de dólares a 1.339.000 millones entre 1998 y 2007, es decir, un aumento del45% en relación a 1998 (para ver la tabla de gastos militares: http://www.sipri.org/contents/milap/milex/mex_world_graph.html). Este total corresponde al 2.5% del producto mundial bruto (PMB) y a la suma de 202.00 dólares por persona (SIPRI, 2008).
¿Acaso una nueva administración en la Casa Blanca podría detener este proceso? Es dudoso porque los dividendos de esta guerras benefician enormemente a las grandes industrias del armamento y sabemos que éstas ejercen una fuerte influencia en las orientaciones políticas y estratégicas de las grandes potencias.
George Miller, miembro del Congreso del distrito de California y presidente del comité de educación y de trabajo, transmitió un mensaje claro. Este mensaje traduce bien las preocupaciones de muchos estadounidenses en relación a la gerra de Iraq: “Nuestra economía y nuestra sociedad no pueden seguir soportando el coste de esta guerra, ni tampoco los soldados y sus familias que han consentido enormes sacrificios por nuestro país». Miller añadió: «Deberíamos reconstruir Estados Unidos y no Iraq, y deberíamos reestablecer la enorme fuerza para hacer el bien que Estados Unidos debe cumplir cara a la comunidad internacional en vez de seguir poniendo en peligro la estabilidad regional y de empañar nuestra reputación en el extranjero al proseguir con esta guerra trágica e inútil. Urgo al Presidente dar su apoyo al programa de retirada de nuestras tropas de Iraq» (http://georgemiller.house.gov/news/2008/05/rep_miller_and_house_reject_fu.html).
Según Albert Legault, investigador del Centro de Estudios de Políticas Extranejras y de Seguridad (CEPES) de Montreal, estas guerras están lejos de haber terminado: «Las guerras de Afganistán e Iraq son un desastre militar, político, económico, humanitario y financiero. En Iraq la situación no es más estable que antes, aunque haya disminuido el número de incidentes violentos (lo que no incluye los violentos combates en Basora en marzo de 2008 y en Sadr City en abril), y según los propios militares estadounidenses, Afganistán no podrá ocuparse sólo de su seguridad entes de 2013» (http://www.er.uqam.ca/nobel/ieim/article-cepes.php3?id_article=4232).
____________________________________________________En este 13 de julio de 2008 llega otro despacho procedente de Kabul que nos informa de la muerte de varias personas. Alguien se ha tomado la molestia de clasificarlas en cinco categorías: soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (FIAS o ISAF) de la OTAN, soldados del ejército afgano, soldados de la coalición internacional bajo mando estadounidense, insurgentes y población civil. Parece que las víctimas de las tres primeras categorías están contabilizadas y para las demás se utiliza la fórmula habitual: «Aunque no se haya podido establecer ningún balance final, probablemente los isurgentes han sufrido graves pérdidas» ( cyberpresse ). No es de extrañar que en estas condiciones sea poco conocido el balance de los muertos, heridos, víctimas y desplazados causados desde su inicio por estas guerras de invasión ni que se informe poco de ello. Se informa cada vez menos para ocultar al público las trágicas consecuencias para los pueblos que son víctimas de estas guerras. Durante la Guerra de Golfo se comprendió rápidamente que la tasa de aceptación de las guerras es proporcional a la de la ignorancia sobre ellas. Y desde entonces éste es el enfoque dominante.
El palmarés de víctimas anónimas
Hasta ahora con la noticia se informaba de la nacionalidad de los soldados muertos o heridos. Ahora forman parte de una estadística más global que tras su muerte les priva de su nacionalidad. Según una decisión tomada por el ISAF, en adelante ya no serán más que cifras y al país de origen del soldado le corresponderá transmitir esa información: «El ISAF, que cuenta con soldados de 40 naciones, no ha revelado ni la identidad ni la nacionalidad de las víctimas, y sistematicamente deja al cuidado de las autoridades de origen el hacerlo» ( cyberpresse ); así, se podrá retardar la divulgación, lo que permitirá minimizar la importancia de cada episodio y el todo se perderá en las columnas estadísticas, lo que tendrá por efecto el contruibuir a la banalización de la guerra y, de este modo, a una mayor aceptación por parte del público.
En resumen, el balance global de las víctimas de estas guerras no es objeto de una gran difusión. Con el tiempo parece convertirse en un tema como cualquier otro de un informe. Tampoco aparece la indignación, ni siquiera la consternación o la tristeza. Más bien está presente un sentimiento de indiferencia que deja sitio a las cuestiones de estrategias sobre el terreno y a las relativas a las condiciones que permitirán «ganar» la guerra antes de efectuar una retirada llamada progresiva. ¿Qué balance se puede establecer en julio de 2008?
Muchos organismos se ocupan de este aspecto de los conflictos armados y, sobre todo, organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Human Rights for Change, Afghanistan Justice Project, War Victims Monitor e International Center for Transitional Justice... ¿Cuál es el recuento? ¿Cuál es la cantidad de displazados dentro de los países que son escenario de estas gueras y hacia el exterior? ¿Cuál es la amplitud de los daños y de los costes financierons de estas dos «operaciones»?
Presentamos aquí un balance de estas guerras para poder calibrarlas y comprender mejor el sentido de las decisiones políticas y militares tomadas por las fuerzas de ocupación. Los datos presentados deben ser considerados como apoximaciones en las que poco importa la fuente de la que proceden. Dejaremos constancia de los balances oficiales, pero prestaremos mucha atención a los informes procedentes de organismos reconocidos como indenpendientes. Presentamos un balance sucinto de las víctimas y de los costes globales de estas guerras.
Balances independientes
Según Unknown News, a fecha de 16 de julio de 2007 la situación global era la siguiente: al menos han muerto 832.962 personas y 1.590.895 han resultado heridas en Afganistán e Iraq ( Unknown news ).
En Afganistán
Según el informe sobre las víctimas civiles elaborado por Marc W. Herold de la Universidad de New Hampshire, los bombardeos estadounidenses han matado a entre 3.485 y 4.034 civiles entre octubre de 2001 y junio de 2004 (http://pubpages.unh.edu/~mwherold/)
Según datos aportados por Matrix Masters, se calcula que en 2005 han muerto en este país un total de 1.500 personas ( matrixmasters.com ). Unos 600 policías murieron entre la elección de Hamid Karzai en diciembre de 2004 y mediados de mayo de 2005 ( Wikipedia ).
Según un informe de Human Rights Watch, en 2006 murieron 4.400 afganos, de los cuales 1.000 eran civiles. Además murió un total de 2.077 insurgentes en las operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de la coalición entre el 1 de septiembre y el 13 de diciembre de 2006. Para el mismo periodo los datos aportados por Associated Press basados en los informes del gobierno afgano, de la OTAN y de representantes de la coalición dejan constancia de un total inferior a 4.000 muertos, de los cuales la mayoría eran insurgentes. Durante los ocho primeros meses del año murieron más de 1.900 personas ( Wikipedia ).
En 2007 se calcula que murieron 7.100 personas, inlcuidos 926 policías afganos, 4.478 insurgentes, 1 500 civiles y 232 soldados extranjeros ( Wikipedia ).
En marzo de 2008, tras más de seis años de combate, según datos del Aghanistan Conflict Monitor que se refieren a un artículo de M. Weaver de The Guardian, el total de las personas muertas en esta guerra supera las 8.000 personas en 2007 (M. Weaver, The Guardian, 11 de marzo 2008). El autor se basa en los datos de un informe de Naciones Unidas: «Naciones Unidas ha esbozado una sombría evaluación del conflicto en Afganistán dejando constancia de que la violencia se ha intensificado considerablemente en el curso del último año, lo que ha supuesto la muerte de más de 8.000 personas, incluidos al menos 1.500 civils» (M. Weaver, 2008) ( Afghan conflict monitor ).
Durante los seis primeros meses de 2008 murieron más de 2.100 personas, incluidos 698 civiles, 502 insurgentes (hasta el 14 de marzo). Sólo en junio murieron 613 personas en actos de violencia causados por los insurgentes, incluidos 473 insurgentes, 34 civiles y 44 miembros de las fuerzas de seguridad afganas. Durante el mes de abril murieron 72 policías afganos ( Wikipedia ).
En junio de 2006 Naciones Unidas informó de que desde el inicio del año habían muerto cerca de 700 civiles afganos debido a ataques perpetrados por los insurgentes y 255 en operaciones militares ( Wikipedia ).
Según estos datos aproximativos se puede percibir la magnitud de la cantidad de personas muertas en esta guerra, pero no pueden traducir la importancia de la población afectada porque no se trata de una simple ocupación militar, sino de una guerra total. Por lo tanto, podríamos calcular entre 20.000 y 25.000 el número de personas muertas en Afganistán entre octubre de 2001 y junio de 2008.
En Iraq
Según Adlène Meddi del diario independiente El Watan, a fecha de 25 de marzo de 2008, «si el balace operativo oficial del ejército estadounidense llegó al umbral simbólico de 4.000 muertos con los ataques recientes, no se puede precisar el número de civiles iraquíes muertos en esta guerra que dura desde hace cinco sangrientos años» ( El Watan ).
Según este autor, «investigadores estadounidenses de la Universidad John Hopkins (Baltimore) e iraquíes, de la Universidad Al Mustansiriya (Bagdad) calculado la sobremortalidad desde la invasión de Iraq, desde marzo de 2003 hasta julio de 2006».
«Calculan en 655.000 el número de muertes suplementarias de iraquíes (esto es, el 2,5% de la población) en relación al periodo anterior a la invasión estadounidense. La tasa de mortalidad era de 5,5 por mil antes de marzo de 2003 frente al 13,3 por mil actual...».
«Estos estudios, publicados en la revista médica The Lancet, no tuvieron en cuenta los cuerpos que había en la morgue para calcular la mortalidad. Hicieron un estudio entre 47 conjuntos repartidos por todo el territorio y que contenían cada uno de ellos 40 hogares. Censaron el número de nacimientos y de muertos por hogar entre 2001 y 2006, y a continuación extrapolaron los resultados al conjunto de la población iraquí...».
«Estas cifras están muy lejos de las cifras oficiales publicadas en iraqbodycount.org, una página web que se supone lleva un recuento de los civiles muertos en el curso de las intervenciones militares en Iraq (que habían sido contabilizadas hasta aquel momento) de "sólo" de 45 a 50.000 víctimas...». Según los datos proporcionados por este proyecto, en julio de 2008 el número total de meurtos se sitúa entre 86. 017 y 93.936 (http://www.iraqbodycount.org/). Unos costes astronómicos
¿Cuánto han costado hasta el momento estas guerras? ¿Qué alcance tienen los daños causados a las infraestructuras? ¿Cuáles serían los costes globales de su reconstrucción?
Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos actualizado el 23 de junio de 2008, hasta el 26 de diciembre de 2007 el Congreso aprobó la suma total de 700.000 millones de dólares para las operaciones militares, la seguridad, la reconstrucción, la ayuda internacional, los gastos de las embajadas y los gastos de seguros y de sanidad de los excombatientes para las tres operaciones inciadas desde los ataques del 11 de septiembre.
Según la misma fuente, a fecha de 19 de junio de 2008 la Cámara aprobó una nueva versión del Informe a la Cámara 2642, un suplemento para el año fiscal 2008 que el Senado debería examinar la semana siguente. Este proyecto de ley comprende una suma de 163.000 millones de dólares para los años fiscales 2008 y 2009... Si se aprueba, el Sevicio de Investigación del Congreso calcula que la financiación de las guerras contra el terrorismo llegará a un total de 857.000 millones de dólares, esto es, un total de 656.000 millones de dólares para la guerra en Iraq, 173.000 millones de dólares para la de Afganistán y de 29.000 millones de dólares para reforzar la seguridad (Belasco, A., 2008).
Según W. T. Wheeler, el departamento de Defensa declaró ante el Congreso el 31 de julio de 2007 que la guerra en Afganistán había costado la suma de 78.100 millones de dólares (http://www.counterpunch.org/wheeler08292007.html).
Según EuropUSA.com, en el primer año de la guerra en Afghanistan, «sin hablar de las vidas humanas perdidas debido a la guerra que, desde luego, no se pueden contabilizar, el coste financiero de la guerra en Afganistán se eleva a mil millones de doláres al mes. Con el espectacular avance de la Alianza del Norte y la toma de Kabul, es de imaginar que este coste astronómico se va a reducir muy pronto… Estados Unidos ya ha arrojado 6000 misiles y bombas sobre el suelo afgano. El coste de los misiles asciende a un millón de dólares por pieza. ¡Cuidado con errar el objetivo!. Los 50.000 militares estadounidenses desplazados en Asia cobran un incentivo de 150 dólares al mes…además de la gloria, por supuesto. Otra cifra «sorprendente»: el coste por hora de los aviones de combate. Por ejemplo, los F14 cuestan 5.000 dólares la hora. Nadie gana haciendo la guerra, excepto, quizá, la industria militar…»(http://www.europusa.com/?ID=FRa25b394e83f0494e9&nosniff=1)
Según los datos del National Priorities Project, si el Congreso aprueba todas las demandas adicionales el coste de la guerra en Iraq alcanzará a finales del año fiscal 2008 la cifra total de 611.000 millones de dólares del presupuesto estadounidense (http://www.nationalpriorities.org/publications/more_war_funding_requested).
Para ver el presupuesto autorizado para la guerra en Iraq (en miles de millones de dólares): http://zfacts.com/p/446.htlm
Según otras fuentes de información, los costes reales podrían llegar a los 3.000.000 millones de dólares para el presupuesto nacional de Estados Unidos. Según Joseph Stiglitz y Linda Bilmes de diario The Times, teniendo en cuenta las propias operaciones y los impactos directos de estas guerras en el conjunto de la economía, los costes de los conflictos en Iraq y Afganistán han adquirido unas proporciones fulgurantes y se calculan en un total de 3.000.000 millones de dólares. Y concluyen de este modo: «Por medio de la malsana mezcla de los fondos de urgencia, de una serie de libros contables y de constantes cálculos subestimados de los recursos necesarios para proseguir la guerra hemos intentado identificar cuánto nos hemos gastado y cuánto deberemos gastar probablemente hasta el final. La cifra a la que llegamos es de 3.000.000 millones de dólares. Nuestros cálculos se basan en hipótesis conservadoras. Estos cálculos son simples en sí mismos, aunque se quiera que sean complicados en el plano técnico. La cifra de 3.000.000 millones de dólares como coste total nos parece justa y probablemente más baja que la realidad. Inútil decir que este total sólo representa el coste asumido por Estados Unidos. No refleja el enorme coste asumido por el resto del mundo e Iraq» ( Times online ).
Los costes estimados de la reconstrucción
En los preparativos del proyecto de reconstrucción de Iraq en 2003 de la conferencia de donantes de Madrid se calculó un total de 35.820 millones de dólares para el periodo 2004-2007; el total había sido preparado por un comité conjunto formado por representantes de Naciones Unidas y del Banco Mundial.
Este total de 36.000 millones de dólares procedentes de Estados Unidos se consagrarían a los siguientes 14 sectores de intervención: instituciones gubernamentales, educación, sandidad, creación de empleo, transporte y telecomunicaciones, aprovisionamiento y saneamiento de las las aguas y disposición de las materias residuales, electricidad, planificación urbana, alojamiento y revalorización del territorio, agricultura y recursos acuíferos, empresas estatales, sector financiero, inversión en la lucha contra el cambio climático y acción contra las minas. Las autoridades provisionales de la Coalición calcularon que harían falta otros 20.000 millones de dólares, incluyendo 5.000 millones para la seguridad y la policía, y 18.000 para las infraestructuras de la industria petrolífera ( Wikipedia ).
Los desplazados y los refugiados
Segúna el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (UNCHR), sólo la guerra de Iraq ha provocado 4.400.000 refugiados y desplazados internos (http://fr.globalvoicesonline.org/2007/06/21/175/).
«La situación en Iraq sigue empeorando, con más de dos millones de iraquíes que se calcula que son desplazados internos y 2.200.000 que han buscado refugio en países vecinos», afirma el informe de UNCHR.
«Según cifras gubernamentales, aproximadamente 1.400.000 iraquíes se encuentran actualmente en Siria, hasta 750.000 en Jordania, 80.000 en Egipto y unos 200.000 en la región del Golfo. Sólo Siria acoge un mínimo de 30.000 iraquíes al mes» (http://fr.globalvoicesonline.org/2007/06/21/175/). Conclusión
Como se puede constatar, desde el inicio del siglo estas guerras ejercen un impacto fundamental en la economía mundial porque movilizan considerables recursos materiales y humanos para matar y destruir, recursos procedentes del conjunto del planeta. Crean un clima de inseguridad global y por ese mismo hecho crean un poderoso efecto de arrastre sobre el rearme de muchos países que en adelante destinan sumas colosales a procesos de militarización de continentes enteros como es el caso de Europa oriental y de Oriente Próximo.
Esto se ha podido constatar analizando la tasa de crecimiento de los gastos militares mundiales. Ha sido constante desde 1998 y resulta ser el reflejo neto del impacto de estas guerras y el del proceso de rearme global del planeta. Según el Instituto Internacional de Investigación para la paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés), el total de estos gastos ha pasado de 735.000 millones de dólares a 1.339.000 millones entre 1998 y 2007, es decir, un aumento del45% en relación a 1998 (para ver la tabla de gastos militares: http://www.sipri.org/contents/milap/milex/mex_world_graph.html). Este total corresponde al 2.5% del producto mundial bruto (PMB) y a la suma de 202.00 dólares por persona (SIPRI, 2008).
¿Acaso una nueva administración en la Casa Blanca podría detener este proceso? Es dudoso porque los dividendos de esta guerras benefician enormemente a las grandes industrias del armamento y sabemos que éstas ejercen una fuerte influencia en las orientaciones políticas y estratégicas de las grandes potencias.
George Miller, miembro del Congreso del distrito de California y presidente del comité de educación y de trabajo, transmitió un mensaje claro. Este mensaje traduce bien las preocupaciones de muchos estadounidenses en relación a la gerra de Iraq: “Nuestra economía y nuestra sociedad no pueden seguir soportando el coste de esta guerra, ni tampoco los soldados y sus familias que han consentido enormes sacrificios por nuestro país». Miller añadió: «Deberíamos reconstruir Estados Unidos y no Iraq, y deberíamos reestablecer la enorme fuerza para hacer el bien que Estados Unidos debe cumplir cara a la comunidad internacional en vez de seguir poniendo en peligro la estabilidad regional y de empañar nuestra reputación en el extranjero al proseguir con esta guerra trágica e inútil. Urgo al Presidente dar su apoyo al programa de retirada de nuestras tropas de Iraq» (http://georgemiller.house.gov/news/2008/05/rep_miller_and_house_reject_fu.html).
Según Albert Legault, investigador del Centro de Estudios de Políticas Extranejras y de Seguridad (CEPES) de Montreal, estas guerras están lejos de haber terminado: «Las guerras de Afganistán e Iraq son un desastre militar, político, económico, humanitario y financiero. En Iraq la situación no es más estable que antes, aunque haya disminuido el número de incidentes violentos (lo que no incluye los violentos combates en Basora en marzo de 2008 y en Sadr City en abril), y según los propios militares estadounidenses, Afganistán no podrá ocuparse sólo de su seguridad entes de 2013» (http://www.er.uqam.ca/nobel/ieim/article-cepes.php3?id_article=4232).
Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín Solidario
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