Chile, el alumno ejemplar del neo-liberalismo en América Latina, es un barco a la deriva que hace aguas.

Posted by Correo Semanal on jueves, julio 10, 2008

A pesar que la principal exportación del país, el cobre, sigue con precios excepcionalmente altos en el mercado mundial, los índices económicos y sociales van de mal en peor.
Chile está entrando en una recesión económica acompañada de inflación, la temida ‘estanflación’, y ello junto al retorno del gran fantasma de la burguesía en todos estos años; la movilización social de masas.


El crecimiento económico ha caído fuertemente, apenas un 2.10% según la encuesta de actividad económica mensual de mayo pasado, lo que señala una tendencia de disminución con un crecimiento acumulado en un año de 3.80%.
Inflación en alza. La inflación se ha disparado, las cifras oficiales informan una inflación anual a junio de 2008 de 9,50%, pero como el alza de precios de los alimentos y otros productos y servicios de primera necesidad es superior a la media, lo que impacta más fuerte en el consumo de los más pobres, las cifras oficiales de inflación para el 20% con menos ingresos de la población se sitúa alrededor del 11%.
Las tasas de interés suben. Además la caída en el crecimiento ha ocurrido incluso antes que el Banco Central anuncie la esperada subida de las tasas de interés, con la que pretende controlar la inflación que amenaza seguir aumentando.
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Crisis de la deuda .
Como consecuencia, el acceso al crédito se ha hecho más difícil y más caro. Lo que no es menor con una población, y medianas y pequeñas empresas, con altísimo endeudamiento, y que provocará crisis de falta de solvencia, incapacidad de pagar deudas, quiebras y embargos.
Aumenta el desempleo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) del Estado, el desempleo para el período marzo – mayo fue de 7.96, con grandes ciudades como Valparaíso superando el 10%. Las cifras entregadas por la U. De Chile para el Gran Santiago son superiores a las informadas por el INE.

Una sociedad enferma.
Los años de crecimiento económico además han dejado profundas huellas en la sociedad. No se puede negar que la población ha tenido mejor acceso al consumo mediante un endeudamiento generalizado, y acceso a importaciones de consumo muy baratas, y a pesar de las estadísticas trucadas una disminución de la pobreza dura. Sin embargo esto ha ido acompañado de una creciente desigualdad social, mientras el 10%, a lo más el 20% de la población, se ha enriquecido, nos enfrentamos ante la persistencia de la pobreza y las dificultades económicas para el grueso de la población. La ideología propagada de individualismo consumista, en ausencia de verdadera capacidad de consumo para el grueso de los chilenos, ha provocado la extensión de males sociales como la delincuencia, la industria y el consumo de drogas. Chile ahora es el país con más presos per capita en las cárceles en Sudamérica, lo que no impide que la delincuencia crezca. Además tenemos cifras record de maltrato infantil y de asesinatos de mujeres por sus parejas.

Dirigentes se congratulan de alza de salario mínimo inferior a la inflación.
Recientemente el parlamento aprobó un alza del salario mínimo propuesto por el gobierno, con el acuerdo de Arturo Martínez, el presidente de la CUT y dirigente del PS en el gobierno. El salario fue reajustado en 10.4%, con lo que ahora es de 159.000 pesos chilenos. El salario mínimo afecta al sector más pobre de la población, y como ya decíamos que ‘la inflación de los pobres’ está cerca del 11%, significa que el salario mínimo se reajustó menos que la inflación. A pesar de lo cual los voceros del empresariado rasgaron vestiduras y anunciaron las mayores calamidades económicos por el reajuste. Increíblemente, no sólo Arturo Martínez se felicitó de este ‘éxito’ de haber conseguido un reajuste inferior a la inflación, si no también el Partido Comunista, que se esfuerza por llegar a un pacto político con la Concertación en el gobierno, tituló en su semanario que el nuevo salario mínimo era un paso hacia el ‘salario ético’. El año pasado la iglesia católica había pedido un salario ético de $250.000 pesos, calculado como lo mínimo necesario para una familia promedio.

Ante esta situación de deterioro económico, que golpea fuertemente a las familias trabajadoras, sectores crecientes de la población han respondido con movilizaciones y huelgas. Hace dos años fueron los estudiantes secundarios los que conmovieron al país y pusieron en jaque al gobierno, el año pasado se multiplicaron los movimientos de huelga de los ‘trabajadores subcontratistas’ partiendo en un sector clave para la economía como CODELCO, la principal empresa productora de cobre, y extendiéndose a todos los sectores productivos.
Este año, además del nuevo movimiento de estudiantes y profesores contra la educación mercantilizada y el lucro, hay que contar huelgas y reorganización en múltiples sectores de la producción y servicios, desde los camioneros a los trabajadores de la banca. No es exagerado decir que estamos viviendo desde hace tres meses una ola de protesta social.
Además, la corrupción y los negociados que han estallado, afectando tanto a funcionarios de partidos en el gobierno como de la derecha en los municipios controlados por ella, resultan ahora mucho más difíciles de ignorar o esconder.
Casi todos los partidos capitalistas han sido golpeados por la situación del país, han surgido disidencias, se han agudizado las luchas personales entre caudillos, algunos partido ya han sufrido rupturas de importancia nacional, como el PDC y el PPD, ambos del conglomerado de gobierno. Y se han multiplicado las denuncias y acusaciones cruzadas, muchas de las cuales han terminado con la intervención de la Contraloría y en la justicia.

El gobierno aparece descolocado ante esta situación, insiste en que toda la responsabilidad de la situación económica deteriorada es de la crisis mundial y que poco o nada se puede hacer. Y eso cuando su Ministro de Hacienda ha venido insistiendo que el superávit fiscal y los ahorros de divisas depositados en el extranjero, tienen blindado al país ante la crisis. Recién los últimos días el gobierno ha debido aceptar públicamente que la situación es ‘complicada’ y hay que ‘apretar los dientes’. Lo que obviamente no es ninguna propuesta económica o social ante la recesión en la que está entrando Chile.

Como ni la Concertación ni la derecha ofrecen alternativa, a pesar de la ausencia de una fuerza distinta con influencia de masas, las encuestas muestran que la Concertación cae sistemáticamente en las encuestas, pero también retrocede la derecha.

El gobierno ante el descontento social.
La respuesta del gobierno a las protestas ha sido restringir los derechos de manifestación, y aumentar enormemente la represión en las calles, reeditando además formas que no se veían desde el fin de la dictadura como secuestros de dirigentes estudiantiles y detenciones arbitrarias de familiares, llegando a verdaderos montajes de cargos. Este es el gobierno de la Concertación que ha tenido el primer trabajador en huelga muerto por carabineros. Pero toda su prepotencia a quedado en muy poco finalmente, cuando finalmente han debido ceder a las exigencias de los sectores en lucha cuando los costos políticos y económicos ya son demasiado altos.

La falta de dirección política.
Si algo negativo ha quedado en claro en toda la ola de movilizaciones que estamos viviendo de tres meses a esta parte, es el carácter atomizado, la falta de organización sólida y de direccionalidad política. La ausencia en suma de una representación y dirección de la clase trabajadora en estas circunstancias en que es tan necesaria. Pero al mismo tiempo la movilización y la frustración por abajo, junto con la crisis de las maquinarias políticas por arriba, están facilitando el espacio necesario para avanzar en la construcción de un nuevo partido de masas de la clase trabajadora y la juventud.

La necesidad de una nueva fuerza política.
Ahora es necesario plantear la construcción de un partido de masas de trabajadores y jóvenes con un programa socialista. Un partido de gente honesta y comprometida contra el capitalismo, decidida a no pactar con sus representantes ya sea en la Concertación o en la derecha. Sabemos que esta tarea no es fácil, pero es una necesidad para salir del marasmo en que estamos. En esta tarea estamos comprometidos.


Patricio Guzmán
Iniciativa por un Partido de los Trabajadores.