Argentina - La rebelión agraria dividió a las fuerzas kirchneristas
Enviado por alejandro benedetti
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El Parlamento no votó a favor de los chacareros:
Para lograrlo hay que derrotar el plan de hambre y saqueo K, uniendo la lucha de los pequeños productores con los trabajadores
La lucha chacarera golpeó tan fuerte al gobierno que lo obligó a enviar el proyecto de las retenciones al Congreso e incorporarle algunas concesiones para los pequeños productores.
La rebelión agraria dividió a las fuerzas kirchneristas, quitándole la mayoría propia en la Cámara de Diputados, obligándolos a tejer acuerdos con otros bloques para poder ganar.
Esto dejó mal parado al gobierno, que a pesar del “triunfo” parlamentario, quedó muy débil frente a las luchas que se avecinan; generando condiciones para que los luchadores obreros salgan a impulsar los conflictos reivindicativos.
Sin embargo, a pesar del retroceso kirchnerista, el parlamento no resolvió el problema de los chacareros, ya que ninguno de sus miembros está dispuesto a afectar los intereses de los dueños de los agro negocios y los oligarcas, como Grobocopatel, Dreyffus, Urquía, Monsanto, Cargill y demás monopolios.
Si hubieran querido resolver algo, los diputados tendrían que haber votado, entre otras medidas, la aplicación de impuestos progresivos a los dueños de los agro negocios y la creación de una Junta Nacional de Granos para impedir los negociados de los exportadores.
La única manera de resolver los reclamos de los chacareros es derrotando el plan de entrega y saqueo de los recursos del gobierno, uniendo para ello a la lucha de los pequeños productores con la resistencia de los trabajadores y el pueblo.
Hay que transformar al país en una gran asamblea que haga lo que no quieren hacer en el parlamento, un gran debate de cara al pueblo en donde se discuta qué hacer con el campo, pero también con el resto de los problemas que afectan al país, como la inflación, la falta de trabajo, los salarios que no alcanzan, la crisis habitacional, hospitalaria y educacional, etc.
Los obreros, oficinistas, campesinos, pequeños productores, vecinos y estudiantes deben decidir si continúan gobernando los representantes de los monopolios u optan por un gobierno obrero y popular que expropie y nacionalice los bancos, el comercio exterior, las fábricas, las empresas de transporte y de servicio, para ponerlos a funcionar bajo el control de sus trabajadores.
Esa instancia es la Asamblea Nacional Constituyente, en la cual los socialistas propondríamos algunas medidas de fondo para superar la crisis entre ellas:
Suspensión del decreto 125 hasta que se resuelva una alternativa favorable a los chacareros. Que le aumenten las retenciones a los oligarcas y se las rebajen a los pequeños productores
Reapertura de las paritarias y aumento de salarios para los trabajadores del campo y de la ciudad, acorde a la canasta familiar
Que la plata de las retenciones y demás impuestos a los latifundios sea coparticipable y se destine a poner en marcha un plan de obras públicas en las ciudades y en los pueblos, que brinde trabajo para los millones de desocupados
Que este plan de obras y servicios sea controlado por los trabajadores, los chacareros y el pueblo, para garantizar su cumplimiento Nacionalización del sistema bancario y el comercio exterior
Creación de una Junta Nacional de Granos y aplicación de una Reforma Agraria que termine con el poder de los terratenientes y de los dueños de los agro negocios, otorgándole la tierra a los millones de chacareros dispuestos a trabajarla.
La lucha chacarera golpeó tan fuerte al gobierno que lo obligó a enviar el proyecto de las retenciones al Congreso e incorporarle algunas concesiones para los pequeños productores.
La rebelión agraria dividió a las fuerzas kirchneristas, quitándole la mayoría propia en la Cámara de Diputados, obligándolos a tejer acuerdos con otros bloques para poder ganar.
Esto dejó mal parado al gobierno, que a pesar del “triunfo” parlamentario, quedó muy débil frente a las luchas que se avecinan; generando condiciones para que los luchadores obreros salgan a impulsar los conflictos reivindicativos.
Sin embargo, a pesar del retroceso kirchnerista, el parlamento no resolvió el problema de los chacareros, ya que ninguno de sus miembros está dispuesto a afectar los intereses de los dueños de los agro negocios y los oligarcas, como Grobocopatel, Dreyffus, Urquía, Monsanto, Cargill y demás monopolios.
Si hubieran querido resolver algo, los diputados tendrían que haber votado, entre otras medidas, la aplicación de impuestos progresivos a los dueños de los agro negocios y la creación de una Junta Nacional de Granos para impedir los negociados de los exportadores.
La única manera de resolver los reclamos de los chacareros es derrotando el plan de entrega y saqueo de los recursos del gobierno, uniendo para ello a la lucha de los pequeños productores con la resistencia de los trabajadores y el pueblo.
Hay que transformar al país en una gran asamblea que haga lo que no quieren hacer en el parlamento, un gran debate de cara al pueblo en donde se discuta qué hacer con el campo, pero también con el resto de los problemas que afectan al país, como la inflación, la falta de trabajo, los salarios que no alcanzan, la crisis habitacional, hospitalaria y educacional, etc.
Los obreros, oficinistas, campesinos, pequeños productores, vecinos y estudiantes deben decidir si continúan gobernando los representantes de los monopolios u optan por un gobierno obrero y popular que expropie y nacionalice los bancos, el comercio exterior, las fábricas, las empresas de transporte y de servicio, para ponerlos a funcionar bajo el control de sus trabajadores.
Esa instancia es la Asamblea Nacional Constituyente, en la cual los socialistas propondríamos algunas medidas de fondo para superar la crisis entre ellas:
Suspensión del decreto 125 hasta que se resuelva una alternativa favorable a los chacareros. Que le aumenten las retenciones a los oligarcas y se las rebajen a los pequeños productores
Reapertura de las paritarias y aumento de salarios para los trabajadores del campo y de la ciudad, acorde a la canasta familiar
Que la plata de las retenciones y demás impuestos a los latifundios sea coparticipable y se destine a poner en marcha un plan de obras públicas en las ciudades y en los pueblos, que brinde trabajo para los millones de desocupados
Que este plan de obras y servicios sea controlado por los trabajadores, los chacareros y el pueblo, para garantizar su cumplimiento Nacionalización del sistema bancario y el comercio exterior
Creación de una Junta Nacional de Granos y aplicación de una Reforma Agraria que termine con el poder de los terratenientes y de los dueños de los agro negocios, otorgándole la tierra a los millones de chacareros dispuestos a trabajarla.
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