Chile - Entrevista al Senador Navarro

Desde que a Adolfo lo echaron de la DC, Navarro pasó a ser el último de los rebeldes de la Concertación en el Senado. Su lucha, dice, es contra el Partido Transversal que gobierna la Concertación. Acaba de perder en el Congreso Ideológico del PS, luego que los delegados decidieran hacer una convención para definir candidaturas presidenciales y no una primaria abierta como él quería. La derrota no lo trauma. Siempre ha sido minoría, explica, pero este año quiere terminarlo como candidato presidencial.



No le fue muy bien en Panimávida parece.
-No. Estamos contentos con la constitución del Movimiento Acción Socialista, pero preocupados por las resoluciones sobre los mecanismos de elección del candidato presidencial.
Pero más de 500 delegados del PS decidieron hacer una convención.
-Hablemos francamente. El PS tiene 110 mil militantes y en esa votación participó apenas el 5% de ellos. Éste fue un congreso muy poco participativo y uno de los errores de la convención, aparte de este esfuerzo hegemónico de Camilo, es haber dejado a todos estos delegados electos con una escasa representatividad de ocuparse de la convención para el candidato. Ellos no fueron elegidos para tomar esas decisiones y no reflejan a la base militante, sino que al aparato público movilizado por la Nueva Izquierda.

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¿Cree que no tiene legitimidad?
-El Congreso la tuvo, lo que no tiene legitimidad es que este cuerpo electoral que ha tenido una escasa participación sea designado para elegir el candidato presidencial. Y que en definitiva se intente reemplazar a la votación militante. Eso me parece grave. Es una decisión termal, tomada con un cuerpo electoral claramente favorable al camilismo, que impuso una aplanadora.

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¿Y a quién beneficia esa aplanadora?
-Va a favorecer a la llamada Nueva Izquierda, que de nueva tiene poco y de izquierda casi nada. Favorecerá al sector que lidera Camilo Escalona y que tiene como candidato a Insulza.

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¿Qué le parecieron las cartas de Lagos y de Insulza al congreso?
-Con Arrate comentábamos que no debiéramos haber ido al Congreso y haber mandado una combativa y extensa carta, y con eso nos hubiéramos instalado en el debate. Esa fue una táctica comunicacional exitosa, pero con Arrate optamos por estar en el debate y no relacionarnos a través de cartas que dejan a los militantes sin poder emplazar a los candidatos ni hacerles preguntas.

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¿Y las palabras de Michelle Bachelet qué le parecieron?
-Creo que hay un celo excesivo en rechazar la crítica. La crítica constructiva es necesaria y no puede descalificarse de díscolo a todo el mundo. Se requiere una redefinición de las relaciones entre el PS y el gobierno y también con la presidenta. Somos leales, pero no vamos a renunciar jamás a la capacidad de autocrítica.

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Pero es la presidenta la que dice no me critiquen ahora.
-Con la Presidenta esperamos conversar para tener la posibilidad de no informarle por la prensa, sino que decírselo todo directamente. Pero tampoco ese espacio existe, la han blindado. Su equipo asesor le ha construido una torre y no tenemos acceso a ella.

CANDIDATOS
¿No te gusta Insulza?
-Lo conozco desde el año 90 y lo recuerdo en el Comité Central en mangas de camisa con un discurso inteligente, de gran racionalidad. Su capacidad negociadora, su capacidad política están fuera de debate. El punto es si lo que requiere Chile es capacidad política y capacidad negociadora, o un líder que impulse cambios profundos en la institucionalidad y eso por cierto le lleva capacidad negociadora y racionalidad.

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¿Para usted Insulza es más de lo mismo?
-Está más cerca del pasado, de lo que queremos dejar atrás de los 20 años de Concertación agotada. No me lo imagino recorriendo los cerros de Talcahuano, ni Pudahuel, ni Cerro Navia, diciendo que en esta cuarta ocasión hicimos lo que pudimos y ahora sí queremos hacer todo esto y para esto les presentamos a Insulza, a Frei o a Alvear. No cuadra el discurso. La Concertación va a completar 20 años en un ciclo que se va a terminar. Su desgaste es irreversible.

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¿Bachelet puede ser la última presidenta de la Concertación?
-No, creo que lo que va a haber es un quinto gobierno de una coalición más amplia que la Concertación, que de cuenta de la integración del Partido Comunista y de una agresiva política de inscripción electoral hacia los tres millones de jóvenes y adultos que no se inscriben ni votan.

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¿Y cómo evalúa a Bachelet en este segundo tiempo?
-Bachelet es una mujer de izquierda que intentó hacer un gobierno de amplia participación ciudadana y chocó con la muralla de la Constitución de Pinochet con la firma de Lagos. Las expectativas de cambio eran con Bachelet. No eran ni con Lavín ni con Piñera. La gente apostó al cambio y ese era su plus, pero eso no está logrado. Creo que hemos estado bajo las expectativas.

Pero más allá de la Constitución han cometido errores en el gobierno
-La Presidenta no es infalible. Todos los gobiernos cometen errores. Lo importante es corregirlos oportunamente o tal vez cometerlos, pero con responsabilidad colectiva. Acá ha faltado participación y en esto ha influido el Partido Transversal de la Concertación, que ha morigerado a la Presidenta y que opera para tener una quinta Concertación ajustada a sus intereses. Quieren una coalición resignada frente a los poderosos, que entregue el lucro, que entregue la privatización del Transantiago y el Banco Central a Pepe de Gregorio, postergando a Ffrench-Davis. Una Concertación que se resigna frente al modelo neoliberal.

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La Presidenta tuvo que recurrir a un hombre de Eduardo Frei, como Edmundo Pérez Yoma.
-Hoy lo más de izquierda que hay en La Moneda es la propia Presidenta, porque ni Pérez Yoma ni Viera-Gallo, ni Vidal representan el progresismo, lo que nos ha llevado a tener una presidenta de convicciones de izquierda con un equipo político más cargado a la centroderecha. Un equipo con Viera-Gallo a la cabeza, que señaliza a la izquierda pero vira siempre a la derecha.

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¿A qué llegó Pérez Yoma? ¿A poner orden?
-Llegó a sujetar el timón para arribar a puerto el 2009. En este gobierno ya no hay mayores sorpresas.

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¿Se acabó el gobierno? ¿Quién está gobernando hoy?
-Creo que la Presidenta ejerce un liderazgo sobre una propuesta que todos compartimos pero cuya velocidad ha disminuido a velocidad urbana, cuando lo que se requiere es velocidad de carretera. La influencia política y la capacidad política de Pérez Yoma en el equipo político es fuerte, porque compromete también a la DC. Mis dudas son cómo van a responder los partidos a un equipo que sólo tiene como misión terminar de buena forma el gobierno. No me queda claro que ni a Pérez Yoma, ni a Viera-Gallo -y exceptúo a Vidal-, se les frunza el ceño si llega la derecha a La Moneda. Más bien podrían ser ministros de Piñera.
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¿Qué rol ha tenido el PS en todo esto?
-Conservador. Su rol en la Concertación era marcar la propuesta de izquierda pero eso el partido dejó de cumplirlo a los pocos meses del gobierno. El PS requiere cambios urgentes, profundos, y el liderazgo de Camilo Escalona ha sido muy negativo. De incondicionalidad, y la incondicionalidad siempre es mala cuando se trata de intereses colectivos. El trauma de Camilo es haber vivido el abandono para Allende del PS en los setenta. Ese es un trauma que no tiene por qué arrastrar el PS.

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¿Y qué autocrítica se hace como díscolo?
-Las críticas a los díscolos son como las que se le hacen a los bomberos en los incendios. Podrán llegar tarde, puta, dejar mal estacionadas las bombas, podrán fallar las mangueras. Pero nadie va a dudar de su buena fe cuando van a apagar un incendio. Lo que no voy a aceptar es que los bacheletistas de última hora, los que trabajaron por la Soledad Alvear dentro del mismo PS, cuestionen nuestro compromiso con la Presidenta. Los díscolos hemos intentado ser el cable a tierra de la Concertación y sólo te puedo reconocer que hemos fracasado en eso.

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Adolfo partió de díscolo y ahora qué es.
-El flamante presidente del Senado. Si esto es lo paradojal. Era la oveja negra de la DC.

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Con votos de la derecha.
-Por cierto. Cuando empecé en el Senado dije que se requería debate porque prefiero perder peleando que entregar el lucro en la educación. Y eso no lo hemos hecho. La paradoja de Zaldívar es que se le expulsa de la DC por negociar con la derecha y Viera-Gallo y Pérez Yoma negocian todos los días con la derecha. Acá hay un doble estándar. Porque la política de acuerdos que ha impulsado La Moneda con Viera-Gallo le dio el contralor a la derecha y ya ves lo que se está produciendo. Por eso fue injusta la salida de Paulina Veloso, que tenía como misión poner un contralor que diera garantías a todos y no había acuerdo con la derecha, y lo hubo cuando existió un contralor del gusto de la derecha. Bueno, ahora que aguanten el chaparrón. Zaldívar no es más ni menos de derecha que Viera-Gallo. Y prefiero a Zaldívar que dice las cosas de frente, ante un Viera Gallo que hace los acuerdos con la derecha en el living de su casa.

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¿Qué le pareció el discurso de Frei el martes cuando dejó la presidencia?
-Mira, coincido en que a la Concertación le dio vértigo de mayoría. Este es el síndrome de Peter Pan. De repente creció y maduró y era mayoría y no se atrevió a administrarla. En esto hay una gran responsabilidad de la directiva DC, que ha supeditado objetivos internos, legítimos, pero que han terminado por hacerle un grave daño a la Concertación. Si no hubieran expulsado a Zaldívar, seríamos aún mayoría en el Senado.

NAVARRO PRESIDENTE
¿Usted es candidato?
-Nosotros hemos dicho que le vamos a competir a Insulza.

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Dicen que usted es candidato chavista.
-Me cargan esos candidatos que se pasan el día diciendo que no lo son y al final sí. Yo he dicho soy candidato, voy a competir y he puesto mis cartas sobre la mesa. Lo del chavismo no me ofende. Pero mi padrino no es Chávez. Me ha costado la autonomía política porque he debido tener autonomía financiera. Y en todas mis campañas he tenido que endeudarme.

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Usted podría ser candidato. ¿De qué?
-El próximo candidato de la Concertación lo debe definir la ciudadanía, el pueblo allendista, los concertacionistas. El desgaste de la Concertación la inhabilita moral, ética y soberanamente para tomar una decisión por sí misma, porque están en juego los intereses del Partido Transversal. En el gobierno de Aylwin tuvimos que darle la mano a la derecha, negociar, hacer la transición de los derechos humanos. Lo hicimos con la nariz respingada y con continencia verbal. Con el gobierno de Frei ya nos conocíamos, nos tolerábamos, teníamos a los cabros chicos en los mismos colegios, nos veíamos y nos saludábamos más amablemente. En el gobierno de Lagos la verdad es que ya si te habían echado del gobierno eras parte de los directorios, tenías cupo. Y con el gobierno de Bachelet, algunos ya son socios, no amigos, socios en lo económico. Por eso es que la Concertación se ha desperfilado y la gente no logra percibir quién es Concertación y quién derecha.

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¿Qué opina de la caricatuta que hay de Ud.? ¿Que el loco Navarro, que esas cosas?
-Lo mismo decían cuando le competí a Viera Gallo. Algunos me llamaron para ofrecerme beca en el extranjero, para decirme que me iban a financiar la campaña de diputado, que ahí iba a ser un gran parlamentario porque jamás le íbamos a ganar a Viera Gallo. Le ganamos y doblamos. Mi respuesta a la caricatura es: pregúntale a mis electores.

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Su partido está esperando que Lagos se defina.
-Te doy mi tesis. Creo que Insulza es el pánzer de Lagos. Él le va a abrir el camino. Va a avanzar, va a recibir la descarga de artillería, va a combatir y luego va a quedar trancado porque va a enfrentar a la DC y va a tener un desgaste fuerte. Y cuando en esa batalla estén las bajas de ambos lados, va a aparecer Lagos. Pero Lagos va a tener que competir.

-¿Cuál Concertación? La Concertación es más que sus partidos. Vamos a correr la carrera que los ciudadanos decidan. Si Insulza gana la primaria abierta ciudadana, todos a trabajar por él. Pero ellos tienen que someterse también porque hay vientos de cambios y Chile requiere cambios revolucionarios aunque algunos se asusten. La otra vez estuvimos tres horas en el partido discutiendo esa palabra en el Consejo General: si en educación se requerían cambios profundos o revolucionarios. Dos horas y media y al final ganó el cambio revolucionario pero tres semanas después el PS votó a favor del lucro con recursos públicos en la educación. Esa es parte de la esquizofrenia que queremos terminar.