Haití: rechazan el salario mínimo criminal que propone el gobierno

El gobierno propone aumentar el salario mínimo a 2 (dos) dólares diarios Batay Ouvriye


La Haine
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Denunciamos el complot que la burguesía y su Estado, junto con las falsas centrales obreras, están tramitando contra nosotros para tratar de hacernos tragar un ajuste del salario mínimo que no sobrepase el 10 por ciento.
Lo que ajustaría nuestro salario de los 70 gourdes actuales (1.85 US $) a nada más que 77 gourdes (2.00 US $) a lo sumo. Hemos también señalado el alto grado de menosprecio y hasta odio hacia el pueblo haitiano que lleva ésta bofetada.
Al distribuir ésta intervención en medio obrero y en los barrios populares generalmente y quedarnos discutiendo allí, fue unánime el sentimiento: todos recibimos muy fuertemente este golpe! De allí que fueron todos quienes decidieron movilizarse para hacerle frente a esta tan grave amenaza.
Ahora, por encima de este salario mínimo criminal que quieren dejarnos, es sin tregua que nos persigue el alto costo de la vida: ya no se puede pagar la escuela de los niños, soportar enfermedad alguna, cumplir con la renta de casa... algunos ni llegan a comer y tienen, para no sucumbir, que conformarse con ¡comer panes hechos con arcilla!!! Total, nos damos cuenta que estos sanguinarios nos quieren matar a todos, por medio de la explotación sin límite que piensan sacar de nuestro trabajo.
Peor aún, El Estado no puede ni acercarse a resolver el desempleo, no emprende nada de la reforma agraria necesaria, tampoco se empeña en lo más mínimo en mejorarnos la vida en nuestros barrios, en el transporte, ni darnos la salud o la educación gratuita como claramente lo prescribe la constitución.
Este presidente para quien nos movilizamos, junto con el gobierno, No hacen nada en beneficio de nosotros los trabajadores, en beneficio de las masas populares en general. Alegan no poder “hacer milagros” pero de “milagros” sí hacen, en beneficio de los burgueses, sus amos, en beneficio propio de los comelones, que son, en beneficio de los imperialistas, verdaderos dirigentes de esta cruel farsa. Y mientras nos están recomendando la paciencia, siguen sacándole el jugo, tanto a nuestro trabajo, como al Estado.
Camaradas, compañeros, lo que ellos mismos nos están claramente demostrando, es que: ¡Ya no hay secreto! Todo está limpiamente claro. Pues, según lo que nos dejan comprender: “ ¡lo van a coger todo, sin dejarnos nada! ” Pues, con la mismísima lógica, la solución nos aparece tan clara: ¡Solamente una movilización general y fuerte nos puede ayudar a resolver esta situación!

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Salario mínimo
La comisión tripartita dejó saber públicamente que no está dispuesta a ajustar el salario mínimo de más de ¡7 gourdes (0.186 US$)! Alega que los burgueses no disponen de más de 5 a 10 por ciento de ajuste. ¡Nada más! Lo que pondría nuestro salario de los 70 gourdes por día actuales (1.85 US $ / día) a 73.5 (1.96 US$) o, a lo sumo, 77 gourdes (2.00 US$).
Cuando sabemos que el diputado Benoît acaba de proponer 200 gourdes (5.33 US$) como mínimo, según sus cálculos para un obrero sobrevivir. Cuando sabemos que los obreros de SOML-BO (Sindicato Obrero Marnier Lapostolle – Batay Ouvriye), en el Norte del país, llegaron, por sus luchas, a cobrar 345 gourdes al día (9.2 US$/día) y que la compañía está todavía aquí, sacando beneficios.

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Cuando nos acordamos que nosotros en Batay Ouvriye, al haberse fijado los 70 gourdes en aquel 2003, habíamos claramente demostrado que un obrero no podía vivir con menos de 350 gourdes al día (9.33 US$/día), ¡en aquella época ya! Nos estamos dando cuenta que, verdaderamente, es una bofetada que nos quieren administrar, que nos están escupiendo en la cara, que nos mandan simplemente ¡“pa l carajo”!
Al darnos cuenta que este gobierno está totalmente al servicio de la burguesía; al darnos cuenta que éstas centrales, que supuestamente representan los intereses de nuestra clase obrera, son en realidad falsas y podridas: ¡traidores de alto nivel!; al vivir cada día cómo el burgués haitiano es uno sanguinario y completamente vil… estamos ya claros sobre qué nos espera si llegan a imponer su plan mortal.

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Camaradas! No hay otra solución: ¡solamente la movilización! Para dar a todo este equipo de sanguinarios la respuesta que merecen. Vamos a sentarnos todos. A discutir. En nuestros lugares de trabajo, en nuestros barrios, donde quiera que nos encontremos… ¡A juntarnos TODOS! Para, juntos, calcular, entre nosotros, la respuesta adecuada.