Violencia en Colombia, Guatemala...

Posted by Correo Semanal on martes, febrero 19, 2008

¿Y nosotros cuándo?
Marvin David Del Cid
Periodista

Vamos a seguir como una masa inerte sin movernos, sin defender nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Vamos a seguir esperando que los asesinos sigan burlándose de nosotros. En Colombia nos dieron una clara muestra de la unidad y esos pasos debemos seguir de manera inmediata.

El rechazo de los colombianos a la violencia implantada por la Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), principalmente por los cientos de secuestrados, es una muestra de que la gente esta cansada.

No fueron miles sino de millones de colombianos en todo el mundo. En lugares tan remotos como el Sahara y tan cercanos como Guatemala también se observó a colombianos pedir un cese a la barbarie en su nación. Y que decir de Bogota.

El secuestro es uno de los crímenes más sanguinarios que puede existir en una sociedad, pues priva a los seres humanos de uno de sus derechos más elementales: la libertad.Un abrazo de solidaridad para Colombia y ojalá en un futuro no muy lejano la FARC regresen a sus hogares a los detenidos (la liberación de Clara Rojas y Consuelo González fue una muestra de buena voluntad). Por supuesto, también es un llamado a los grupos paramilitares que son unos asesinos y que paren sus actividades.

La marcha multitudinaria en ese país suramericano nos debe llamar a la reflexión a todos, para salir a las calles y exigir no sólo a las autoridades que nos den seguridad sino también decirle a los asesinos que estamos cansados.Es cierto, la marcha convocada en Colombia es para exigir la libertad de los secuestrados, pero también para que se detenga la violencia.La realidad guatemalteca y la colombiana no son tan distantes. Los dos países son de los más violentos de América Latina y no hay un solo día en que alguien sea ametrallado a plena luz del día.

Es por ello, que hago un llamado para que nos unamos y salgamos a tomarnos las calles. Es cuestión de organizarnos, y recordemos que debemos denunciar y no callar.