EEUU - Brutalidad Policial en NY
Enviado por Rosario Campos < lbronx88@hotmail.com
Prometida de Bell llora en inicio de juicioLOCALES - 02/26/2008Gloria Medina/EDLP
Nueva York — En una corte de Queens, fuertemente custodiada por la policía, comenzó ayer el juicio contra tres de los detectives que dispararon los 50 tiros que acabaron con la vida de Sean Bell e hirieron a dos de sus amigos el día de su boda.
Mientras que afuera de la corte decenas de manifestantes exigían justicia a gritos, en una sala de la misma, Nicole Paultre-Bell, la prometida y madre de las dos hijas de Bell, de 5 y 1 años, recordó desde la silla de los testigos la forma en que en la madrugada de su boda vio el cuerpo inerte de su prometido.
Bell y sus amigos fueron tiroteados por la policía el 25 de noviembre del 2006 cuando salían de celebrar su despedida de soltero en un club de Queens.
“¿A dónde y cómo lo vio (a Bell) esa mañana del sábado 25 de noviembre?, preguntó el asistente del fiscal de Queens Charles Testagrossa. Con la mirada baja y sin poder contener las lágrimas, la prometida dijo pausadamente: “en la morgue”.
El llanto de Paultre-Bell fue seguido por sollozos de los familiares y simpatizantes de Bell que se hallaban a un lado de la sala. Al otro lado, se encontraban decenas de detectives en apoyo de los oficiales que dispararon a Bell.
Paultre-Bell fue la primera testigo llamada a testificar por parte de la fiscalía, después que los abogados defensores de los detectives Gescard Isnora, Michael Oliver y Marc Cooper pronunciaran sus argumentos de apertura.
Los detectives Isnora y Oliver enfrentan cargos de homicidio involuntario y el detective Cooper está acusado de conducta negligente.
En los argumentos de apertura, el asistente del fiscal Testagrossa indicó que la balacera no puede ser calificada como “un simple accidente o error”. Además, insistió en que el agente Isnora, quien disparó 11 de los tiros durante la balacera, no mostró su placa de policía ni esperó los refuerzos antes de confrontar a los tres hombres, además de que le dio órdenes contradictorias a Bell y sus amigos Joseph Guzmán y Trent Benefield.
Por su parte, los abogados de la defensa sostuvieron que los detectives creían que Bell y sus amigos tenían un arma, aunque no se encontró ninguna, y no obedecieron las órdenes de detenerse y levantar las manos.
El abogado de Isnora, Anthony Ricco, dijo que existen pruebas de que Bell estaba borracho y “fuera de control” cuando dejó el club. Ricco dijo que testigos escucharon a Bell intercambiarse insultos con otro cliente y que oyeron a Guzmán decirle a alguien, “ve y toma mi pistola”. Ricco afirmó también que Bell, a pedido de Guzmán, trató de atropellar a Isnora con su carro.
“Esto fue claramente una tragedia, pero no se cometió un crimen”, dijo James Culleton, abogado de Oliver. “Fue necesario usar fuerza física violenta, porque fuerza física violenta fue usada contra ellos”.
Paul Martin, defensor del detective Cooper, insistió durante su discurso de apertura que su cliente “no pertenece en esta corte por esta situación”, porque la evidencia que va a presentar muestra que actuó dentro del reglamento de la policía.
La fiscalía dijo que Cooper disparó a la loca, y que uno de los cuatros disparos que hizo hizo blanco en un estación de tren elevado de Queens. El abogado Martin dijo que Cooper, al igual que los otros agentes, nunca habían disparado su arma antes del incidente con Bell.
Nueva York — En una corte de Queens, fuertemente custodiada por la policía, comenzó ayer el juicio contra tres de los detectives que dispararon los 50 tiros que acabaron con la vida de Sean Bell e hirieron a dos de sus amigos el día de su boda.
Mientras que afuera de la corte decenas de manifestantes exigían justicia a gritos, en una sala de la misma, Nicole Paultre-Bell, la prometida y madre de las dos hijas de Bell, de 5 y 1 años, recordó desde la silla de los testigos la forma en que en la madrugada de su boda vio el cuerpo inerte de su prometido.
Bell y sus amigos fueron tiroteados por la policía el 25 de noviembre del 2006 cuando salían de celebrar su despedida de soltero en un club de Queens.
“¿A dónde y cómo lo vio (a Bell) esa mañana del sábado 25 de noviembre?, preguntó el asistente del fiscal de Queens Charles Testagrossa. Con la mirada baja y sin poder contener las lágrimas, la prometida dijo pausadamente: “en la morgue”.
El llanto de Paultre-Bell fue seguido por sollozos de los familiares y simpatizantes de Bell que se hallaban a un lado de la sala. Al otro lado, se encontraban decenas de detectives en apoyo de los oficiales que dispararon a Bell.
Paultre-Bell fue la primera testigo llamada a testificar por parte de la fiscalía, después que los abogados defensores de los detectives Gescard Isnora, Michael Oliver y Marc Cooper pronunciaran sus argumentos de apertura.
Los detectives Isnora y Oliver enfrentan cargos de homicidio involuntario y el detective Cooper está acusado de conducta negligente.
En los argumentos de apertura, el asistente del fiscal Testagrossa indicó que la balacera no puede ser calificada como “un simple accidente o error”. Además, insistió en que el agente Isnora, quien disparó 11 de los tiros durante la balacera, no mostró su placa de policía ni esperó los refuerzos antes de confrontar a los tres hombres, además de que le dio órdenes contradictorias a Bell y sus amigos Joseph Guzmán y Trent Benefield.
Por su parte, los abogados de la defensa sostuvieron que los detectives creían que Bell y sus amigos tenían un arma, aunque no se encontró ninguna, y no obedecieron las órdenes de detenerse y levantar las manos.
El abogado de Isnora, Anthony Ricco, dijo que existen pruebas de que Bell estaba borracho y “fuera de control” cuando dejó el club. Ricco dijo que testigos escucharon a Bell intercambiarse insultos con otro cliente y que oyeron a Guzmán decirle a alguien, “ve y toma mi pistola”. Ricco afirmó también que Bell, a pedido de Guzmán, trató de atropellar a Isnora con su carro.
“Esto fue claramente una tragedia, pero no se cometió un crimen”, dijo James Culleton, abogado de Oliver. “Fue necesario usar fuerza física violenta, porque fuerza física violenta fue usada contra ellos”.
Paul Martin, defensor del detective Cooper, insistió durante su discurso de apertura que su cliente “no pertenece en esta corte por esta situación”, porque la evidencia que va a presentar muestra que actuó dentro del reglamento de la policía.
La fiscalía dijo que Cooper disparó a la loca, y que uno de los cuatros disparos que hizo hizo blanco en un estación de tren elevado de Queens. El abogado Martin dijo que Cooper, al igual que los otros agentes, nunca habían disparado su arma antes del incidente con Bell.
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