Chile - RESISTIRE (MOS)

Posted by Correo Semanal on jueves, enero 10, 2008

“Nunca luce un futuro
Nunca se abre el amor
Vaya, vaya con esta crisis
Tan vacilante, tan impresentable”

Mario Benedetti

Por Juan Varela Reyes
El comienzo de esta entelequia que hemos llamado “nuevo año” ha aparecido signado por ciertos elementos de una supuesta crisis de gobernabilidad, de credibilidad de los sectores dominantes y gobernantes de nuestra sufrida realidad chilena. Pero también da cuenta de una situación hasta cierto punto insólita y que dice relación con una apelación a la resistencia que manifestaron algunos personajes de la clase gobernante. Es por ello que, en esta oportunidad, queremos intentar unir esos dos conceptos presentes antes y después de ese cambio de año; dos palabras que han acompañado el que hacer: resistencia y crisis, las queremos relevar, porque reflejan algunos malestares que nos cruzan y nos provocan.

En el primer caso, a propósito de resistencia, se ubica un hecho hasta cierto punto paradójico: la principal figura administrativa de este laboratorio neoliberal apareció entonando – patética y cínicamente – las estrofas de una canción que invita a resistir y la verdad que lo que queda claro es su auto – invitación a resistir, a tanta mediocridad y corrupción acumuladas, como resultado de sus propias convicciones y acciones.

En el segundo caso, han aparecido ciertos signos que darían cuenta de una supuesta crisis de gobernabilidad y que, según nuestra mirada, es una muestra clara y evidente de una crisis de credibilidad, de una falta de capacidad para frenar la corrupción y las injusticias desatadas, falta de credibilidad en ellos mismos de que las supuestas promesas neoliberales pudieran servir para resolver esos males que, desde ya varias décadas, se han instalado como la condición necesaria para la mantención y reproducción de un modelo que ellos han administrado muy bien.

Hay una crisis también en las apuestas que desde el otro lado deben pensarse y levantarse: crisis de propuesta del reformismo, que sólo sigue buscando formas de unirse – a cualquier precio – al pregón neoliberal, con la ilusión de que con ello es posible enfrentar y tratar de resolver en un solo acto ambas crisis, olvidando, ingenuamente, un dato no menor de esta realidad y es que vivimos en una sociedad capitalista, vivimos, como señala el Manifiesto Comunista “la época de la burguesía”.

Crisis, también, en la izquierda revolucionaria, que le ha costado dar el paso desde la resistencia a las políticas neoliberales y pasar al nivel de las propuestas alternativas; de resistir y construir en un solo acto; de pensar en la necesidad de actuar en todos los niveles y ámbitos de la realidad, pero sabiendo y asumiendo que en alguno de ellos el accionar tiene que ver con la táctica y en otros la acción está relacionada a la estrategia. De pensar que la dimensión temporal juega un papel importante, es decir, por ejemplo, que los tiempos orgánicos y políticos son distintos a los tiempos sociales y cotidianos y que se deben combinar dialécticamente ambos; no va uno primero y el otro después; van juntos, unidos, y esa es la unidad primera que hay que potenciar.

Es por ello que las resistencias de que hablamos son distintas, cualitativamente distintas; una es caricaturesca, frívola y ambigua. La otra resistencia se refiere a la acción que permite, primeramente, reconocer nuestros límites y nuestras posibilidad en nuestra acción política colectiva y seguidamente ponernos en camino.

Para nosotros, la resistencia debe trascender, ya que encierra la idea de que algo debe surgir, algo que está relacionado con el afuera, las fronteras externas que determinan las relaciones de dominación. Pero, indudablemente, se trata de un afuera que no es independiente del adentro, de nuestras propias fronteras internas y que dialécticamente abren lo que aparece como cerrado y clausurado: el conflicto no resuelto, el antagonismo, la lucha de clases, madre de todas las batallas.

Para ellos la resistencia está determinada por el pensamiento único, por lo dado y por tanto carece de movilidad y más bien se acerca a la reacción. Porque la pregunta acá es: ¿a qué se está resistiendo?

Para nosotros la resistencia encierra la necesidad de abrir lo que está cerrado, de instalar, sin permiso y arriba de la mesa, las realidades contradictorias de nuestra sociedad y hacer que ellas se muevan.

Enero 09 de 2008