China: Escándalo por trabajo esclavo en la China del siglo XXI.

Posted by Correo Semanal on martes, agosto 07, 2007

Artículo disponible en chino en http://www.chinaworker.info/

Productos de hornos de ladrillos y fabricas “negras” del sistema de “mercado”.
Vincent Kolo, Beijing

Noticias de esclavitud, tortura, tráfico humano y niños encarcelados en condiciones “peores que perreras” han explotado como una bomba en China. El asunto ha dominado la discusión pública y los foros de internet y ha causado un serio daño a la credibilidad del gobernante partido “comunista”.

Desde que salieron al aire los primeros, limitados, reportajes a fines de mayo, el escándalo de esclavitud en las provincias de Shanxi y Henan se ha transformado en una crisis política de importancia para el régimen chino. Para el viernes 22 de junio, 591 trabajadores esclavos, incluyendo 51 niños, habían sido liberados como resultado de una de las mayores operaciones policiales jamás vistas. Los medios de comunicaciones dicen que se estima que otros mil niños pueden haber sido esclavizados.

Cientos de millones han visto las filmaciones televisivas chocantes, desgarradoras de esclavos atontados, maltratados, medio muertos de hambre mientras salían de su cautiverio. El más joven tenía ocho años de edad. Algunos todavía usaban el uniforme escolar del día en que fueron secuestrados. Los traficantes cobraban 500 yuanes (más o menos €52) por cada esclavo.

Protesta Popular
Pero esta movilización de recursos policiales – se informo de 45.000 policías en las dos provincias – solo se produjo debido a las protestas populares y de los medios de comunicación que empezó cuando los padres de los niños desaparecidos se organizaron ellos mismos en un grupo de campaña y luego hicieron pública su apremiante situación en internet (ver el artículo en el sitio web de chinaworker: Who can save our children?). Uno de los grupos de padres junto su dinero para comprar un automóvil para recorrer las fábricas de ladrillos de Shanxi buscando a sus niños. Con sus propios esfuerzos consiguieron liberar cerca de cien niños. Pero también aprendieron que la policía y los funcionarios locales no tenían voluntad de ayudar y en muchos casos eran cómplices de los dueños de esclavos.

“Aprendimos a no depender de los recursos de la policía sino a recorrer los hornos uno por uno nosotros mismos”, confesó Chai Wei, un padre de Henan. De acuerdo con informes del canal de televisión Metro TV de Nenan, a los padres se les dijo que más que un asunto policial “este es un conflicto entre trabajo y capital”. En una discusión transmitida por televisión nacional, funcionarios “comunistas” locales dijeron a los padres, “¡Ustedes deberían haber cuidado mejor a sus niños!”. Otro padre contó como había localizado a su hijo y a otro niño que él reconoció trabajando en una fabrica de ladrillos en Shanxi, pero la policía solamente le permitió tomar a su propio hijo. Le dijeron “Usted solamente encuentre a su hijo pero no se meta en los asuntos de otras personas”. Dos inspectores del trabajo que se hicieron cargo de un muchacho trabajador liberado de una fábrica de ladrillos lo vendieron a otra en lugar de devolverlo a sus padres.

La lucha de los padres para localizar y liberar sus niños ha despertado enorme simpatía pública. Pero en la misma medida, las acciones del gobierno han levantado protestas. Como explixó un reportero de televisión a Reuters: “En nuestro reportaje, el mayor obstáculo ha sido la falta de cooperación de algunas autoridades en Shanxi. Algunas siguen poniendo toda clase de problemas para obstruir que los padres rescaten a sus niños.”

¿Qué armonía?
La existencia de lo que aparece como esclavitud organizada, convierte en un sinsentido la voluntad manifestada por el presidente Hu Jintao de construir una “sociedad armoniosa”. Los funcionarios locales ya están comprometidos ante los ojos del público; nadie está realmente choqueado al saber que los esclavistas y los traficantes eran protegidos al nivel local. Pero esta vez la credibilidad del gobierno central también está en cuestión. Se están formulando abiertamente preguntas en los foros de internet y en la prensa de porqué el gobierno central en Beijing se ha demorado tanto en actuar. Como señala el Oriental Daily News, las noticias de la esclavitud en Shanxi aparecieron dos semanas antes que el gobierno central hiciera cualquier declaración sobre el asunto.

Inicialmente solamente funcionarios de bajo rango fueron puestos a cargo de la investigación, un paso que muchos dicen que dio tiempo a las fábricas para cubrir sus crímenes. Muchos temen que los esclavos restantes serán mucho más difíciles de encontrar. Algunos padres de niños extraviados ya han recibido exigencias de rescate lo que significa que los algunos anteriores patrones de esclavos han tomado el siguiente paso lógico como completos secuestradores. Otros mantenidos como esclavos sin duda han sufrido un destino aún peor.

No hay que menospreciar el serio efecto de la crisis en el alto liderazgo de Hu y el Primer Ministro Wen Jinao. El Consejo de Estado (Gabinete Chino) sostuvo una reunión extraordinaria sobre el escándalo el miércoles 20 de junio. Wen anunció una inspección nacional de las condiciones de trabajo e instó a los funcionarios a “aprender las lecciones” de Shianxi. Pero, ¿Cuáles son las lecciones de Shanxi?

El episodio destaca que sobre las bases del “mercado” capitalista tales prácticas son imposibles de erradicar. En Shianxi y en otras provincias pobres interiores hay decenas de miles de hornos, fundiciones y minas no registrados. ¿Cómo escapan continuamente a los controles legales? La respuesta, por supuesto, es protección política: los propietarios de los hornos son advertido con anticipación de las inspecciones periódicas, los policías y los inspectores del trabajo son sobornados, muchas aldeas son gobernadas por los inescrupulosos y sus parientes.

¿Y que diferencia harán nuevas leyes aprobadas por el gobierno central? Como señalaba un comentario publicado por Xinhua la semana pasada, China ya tiene leyes prohibiendo el trabajo infantil y otros abusos, pero estas leyes simplemente son ignoradas. ¡La única ley que parece que nunca es desobedecida hoy día en China es la ley de la ganancia! La inspección de dos meses de fabricas, minas y talleres de ladrillos, ordenada por el gobierno, no resolverán el problema. Sus efectos serán de corto plazo, los inescrupulosos cerrarán temporalmente, se trasladarán, o amenazarán a sus trabajadores para que den declaraciones falsas cuando lleguen los inspectores. Hoy día incluso hay compañías cuyo negocio es aconsejar a otras compañías como evadir las inspecciones.

Negocios y burocracia.
El vínculo entre políticos locales y patrones privados semi-criminales es simbolizado por Wang Bingbing, propietario de la fabrica de ladrillos en la localidad de Hongtong en Shianxi en el epicentro del escándalo. Él ahora está bajo custodia policial. El padre de Wang era el patrón del partido “comunista” en la aldea, sin cuya protección todo el arreglo no habría sido posible. Ahora ha sido destituído y expulsado del partido, un pequeño precio a pagar por tales crímenes!
Los políticos locales de Shianxi están siendo condenados no solamente por el testimonio de los esclavos liberados sino también por los propios secuestradores. La esposa de uno de los arrestados, propietario de un horno de ladrillos, dijo a Reuters que: “los funcionarios que éramos ilegales así que vinieron a pedir dinero, pero no hicieron nada más que eso -¡querían el dinero!”
El escándalo ha dado lugar a un flujo sin precedente en los medios de comunicación controlados por el estado. El Diario de la Juventud China llamó al asunto “una desgracia chocante”. El principal portavoz del partido, el Diario del Pueblo, llamó en una editorial a una concienzuda reflexión”. Advirtiendo: “De otra manera, no tendremos manera de estar a la altura de la palabra “armonía”. Los periodicos regionales han probado los limites de la censura mucho más allá.

“Este asunto es sobre mucho más que prácticas de trabajo ilegales”, comentó el Diario de Guangzhou. “En relación con esto encotramos más crímenes sangrientos, como secuestros, raptos, folpizas, abusos, o incluso asesinatos. Detrás de todos estos crímenes, está la mala conducta de los funcionarios locales”, dicen, tratando de encontrar una salida a un aprieto.
Las medidas anunciadas por el gobierno central son para limitar el daño – impidiendo que la condena pública reescape de las manos. Se han dado ordenes a los medios de comunicación locales de detener los reportajes sobre el tema. Se han hecho algunos arrestos y el régimen sacrificará algunos funcionarios locales, pero esperar mantener esto al mínimo. Con un estilo característico, Wen y otros lideres quieren aparecer haciendo algo, esperando que el público general quede satisfecho y que l asunto desaparezca de la preocupación pública. En lugar de acciones verdaderas lo que se está ofreciendo son más promesas vacías.

El gobierno central no puede pretender que no sabía nada. En 2003, exigió fuerte castigo para el caso de un adolescente engañado para esclavizarlo en la localidad de Yongji, Shanxi – una región que también aparece en el actual escándalo. En los cuatro años que han pasado, el problema simplemente se ha agravado.

Vacío de poder rural
El escándalo realza la perdida de control del gobierno central sobre sus órganos regionales y locales. La mayor parte de China que sigue siendo zona rural pobre ha sido transformada en una tierra “de nadie” política bajo el control de patrones locales, gangsters y líderes de clanes en condiciones que recuerdan el pasado feudal de China. “El control del estado sobre el campo y los granjeros se ha debilitado”, señaló el diario de Guangzhou. “En algunas ciudades y aldeas ha emergido un vacío de poder y bandas criminales han aprovechado la oportunidad de florecer y dominar”. Esto fue confirmado gráficamente por uno de los esclavos liberados, Chen Chenggong, de 16 años, quien declaró a Associated Press que vio a menudo oficiales de policía visitando la fabrica de ladrillos en la zona Hongtong en Shianxi. “Ellos eran pagados por el dueño. Toda la aldea era de él”.

Varios informes confirman que el horno de ladrillos y sus macabras prácticas eran bien conocidas entre la población local. Pero, dado el nivel de protección oficial y el poder del esclavista, pocos se atrevían a protestar. Los aldeanos describieron las condiciones locales en Hongtong como, “una mezcla de de pobreza, oportunismo y extendida indiferencia.” Algunos aldeanos también dijeron a Reuters que, “los mismos funcionarios que ahora se presentan a si mismos como héroes por rescatar trabajadores” previamente estaban coludidos con los propietarios de la fábrica de ladrillos.

Pueden rodar cabezas
Las tácticas habituales de manejo de crisis de Beijing – más promesas vacías sumadas a unos pocos arrestos simbólicos y despidos - ¿Podrán tener éxito en prevenir una crisis política nacional seria? Esto todavía está por verse. Mientras escribimos, el escándalo no muestra señales de apaciguarse. El viernes 22 de junio, el gobernador de Shianxi, Yu Youjun, emitió una disculpa pública: “Me siento.. afligido de corazón por el escándalo. En nombre del gobierno provincial, pido disculpas a las víctimas y a sus familias, así como al pueblo en Shianxi.”
Esta autocrítica ritual, sin embargo, podría no salvar a Yu y a otros patrones provinciales del creciente clamor por su renuncia e incluso castigo. Desde cualquier criterio, la provincia de Shianxi es un desastre administrativo. No solamente se ha transformado en el centro del nuevo tráfico de esclavos. Es la zona con tres de las diez ciudades chinas más contaminadas, y como consecuencia ha visto un aumento alarmante de casos de cáncer relacionado con contaminación. También está cerca de la cima de la lista de accidentes fatales de la industria del carbón.

Existe una amplia rabia por los intentos de Yu y su gobierno de imponer una censura de prensa sobre el asunto de la esclavitud en Shianxi. Si hubiera tenido éxito, ni un solo esclavo hubiera sido liberado. Afortunadamente, medios de comunicación de otras provincias ayudaron a saltarse las regulaciones. Este hecho deja al descubierto la completa hipocresía de las tardías “disculpas” de Yu.

Yu es un arquetipo de los “modernizadores” capitalistas en los círculos dirigentes del Partido Comunista Chino. Fue transferido al gobierno de Shianxi después de servir cinco años como el alcalde de la ciudad más rica de China, Shenzhen. En el momento de su nombramiento declaró a la revista China International Business: “Copiaré las medidas y modos de pensar que se mostraron efectivos en Guangdong, Shenzhen y Hunan, cambiaré los estilos de gobierno de los funcionarios gubernamentales locales e impulsaré a Shianxi hacia una ambiente de más libre mercado”. (China International Business, Septiembre 1, 2006)

Que la esclavitud y el tráfico humano pudieran explotar ante la opinión pública frente a Yu es muy embarazoso no solamente para él sino también para Wen y Hu que estuvieron detrás de su nombramiento. Potencialmente será aún más embarazoso si el secretario del partido en Shianxi, Zhang Baoshun, cae como resultado del escándalo. Este puesto siempre es el más importante de dos posiciones provinciales cumbres.

Zhang es cercano a Hu, al igual que él proviene de la Liga Juvenil Comunista – la principal base de apoyo del presidente dentro del aparato del partido. Él trabajó con Hu en la década de los 80. Es, o era, uno de los candidatos favoritos para ser elevado a miembro del gobernante politburo en las próxima remodelación en el 17° Congreso del Partido en octubre.

Si Yu y Zhang, dos “estrellas ascendentes” de la jerarquía del partido, cayeran en desgracia como resultado del escándalo de la esclavitud, sería difícil prevenir que la caída política alcanzara a Beijing y al dúo central de Hu y Wen. Cualquiera sea el resultado, es difícil ver a la dirección central emerger sin daño de este asunto, el terminos de perdida de prestigio y daño a su imagen de funcionarios “honestos” y “compasivos” cuidadosamente cultivada de acuerdo con el modelo confuciano, en fuerte contraste con la mayoría de los funcionarios locales.

Repercusiones
“En muchos países, un escándalo como este sería suficiente para encender una crisis política de proporciones y una crisis de confianza. Pero aquí en China hasta la fecha, no hay ni siquiera una señal de renuncias, “ exclama el Diario de la Metrópolis del Sur, otro tabloide dirigido por el estado. Pero un escenario así no está excluido ni siquiera en China. Los escándalos políticos han provocado movimientos de masa en algunos países de Asia en años recientes. El ejemplo de Filipinas, donde la presidente Gloria Macapagal Arroyo, obtuvo fraudulentamente su elección en 2004 pero luego enfrentó la protesta de masas viene a la mente. Cientos de miles también salieron a las calles después que el Primer Ministro Thaksin Shinawatra concluyera un sospechoso acuerdo de telecomunicaciones, un movimiento que provocó seis meses más tarde un golpe militar.

Incluso en un estado autoritario como China, un movimiento popular podría desarrollarse a partir de un escándalo como este, rompiendo lasa barreras del tradicional control del estado. Los 400 padres cuyo llamado en la internet dejó a la luz el escándalo han surgido como un foco potencial para la indignación pública masiva que existe. Si los padres y los esclavos liberados llaman a un día nacional de acciones y marchas de solidaridad, para mantener la presión sobre el gobierno, no sería fácil para el gobierno bloquearlas.

Un giro hacia la represión abierta y el retiro de fuerzas policiales de la búsqueda de esclavos para dirigirlas a la cacería de manifestantes anti-esclavitud, difícilmente es el tipo de imagen “compasiva” que el gobierno quiere mostrar en este momento. Si ahora se lanzara la idea – en la internet y otros foros – de una manifestación de masas “anti-esclavitud”, por ejemplo, en Zhengzhou, el principal centro de transporte en el que los jóvenes han sido secuestrados o engañados con falsos “trabajos”, podría atraer apoyo de toda China. Esto pondría una enorme presión sobre el gobierno, haciéndole mucho más difícil, repetir simplemente “campañas de limpieza” cosméticas.

¿Qué es lo que hay que hacer?
Después de la reunión del Consejo de Estado de la semana pasada, Wen anunció, “Quebrantadores de la ley que emplean ilegalmente niños, obligan a la gente a trabajar o hieren trabajadores alevosamente serán seriamente castigados”. Esta declaración no contiene nada nuevo. Los esclavistas de Shianxi, sabían que estaban actuando ilegalmente, pero descubrieron un negocio lucrativo quebrando la ley. Lo que falta en toda las declaraciones es alguna indicación de la manera y con que medios puede evitarse una repetición de este escándalo. Los reportajes noticiosos dejan claro que el problema de ninguna manera está limitado a Shianxi y Henan. La revista del partido, Ley y Democracia, informó que chicas adolescentes estaban siendo usadas para prostitución en una fabrica de ladrillos en la provincia de Hebei. El Diario de China ha informado casos de esclavitud tan al sur como en Guangdong, la provincia más rica de China.

En lugares del sur y sureste de Asia, existen formas de explotación similares a las descubiertas en China. Más aún, aunque las practicas en las fabricas de ladrillos en Shianxi era chocantes, las condiciones que enfrentan decenas de millones de trabajadores en la industria manufacturera solo son marginalmente mejores. Las maquilas del Delta del Rio Perla y otros centros costeros de exportación también recuerdan campos de concentración con su disciplina militar, multas, no pago de salarios, horas de trabajo insoportables y condiciones de trabajo peligrosas. Los esclavistas de Shianxi simplemente llevaron esta explotación al “nivel siguiente”.

En el mejor de los casos las medidas policiales tendrán un efecto temporal. Las fábricas y minas que son cerradas hoy pueden ser reabiertas luego. Esto ocurre rutinariamente en la industria del carbón, de propiedad privada, que ha desarrollado un elaborado sistema para evadir los controles oficiales. La lección es simple, donde hay un mercado, y se pueden hacer beneficios, habrá aprovechadores listos para lanzarse sobre ellos.

Asimismo, donde hay pobreza generalizada, no habrá falta de víctimas. Más de la mitad de la población de Chinaes sistemáticamente discriminada y perjudicada. El sistema “hukuo” clasifica a los ciudadanos en “urbanos” y “rurales” y niega a estos últimos el derecho de residencia permanente en ciudades y también la mayoría de las formas de proyección legal.

Quizás la historia más conmovedora que apareció en toda la exposición de los medios de comunicación es la de trabajadores esclavos liberados que no querían abandonar las que habían sido sus prisiones un tiempo, argumentando que al menos allí recibían algo de comida y refugio.
Millones de adolescentes y jóvenes empobrecidos son obligados a abandonar sus hogares rurales cada año, sin saber nunca donde irán a parar y que clase de trabajo encontrarán. Sin un programa de emergencia del estado para expandir la educación, abolir los aranceles de colegios y universidades, crear programas de empleos decentes para jóvenes y desarrollar infraestructura esencial en zonas rurales. Es imposible terminar con las condiciones que permitieron el aumento de la esclavitud y el tráfico humano.

Asimismo, la ausencia de sindicatos y organizaciones de trabajadores independientes significan que los trabajadores y las comunidades de clase trabajadora son impotentes para resistir la quiebra flagrante de la ley por los patrones y los políticos locales. Los intentos de los falsos sindicatos dirigidos por el gobiernos de capitalizar este asunto, en el mejor de los casos consiste en frases vacías, y en el peor lleva a la decepción conciente. ¿Cómo pueden, así llamados, sindicatos que permiten que patrones y gerentes ser nombrados para sus puestos dirigentes, jugar cualquier algún papel independiente de parte de los trabajadores o hacer sonar la alarma por los abusos? Más que nunca antes, la necesidad de sindicatos genuinos, controlados democráticamente es el asunto central en China hoy en día.

Control estatal - ¿Porque no?
Lo más destacado de las deliberaciones del gobierno de las dos últimas semanas es que ningún sector del gobernante partido “comunista” – cuyo nombre en chino significa “el partido de la propiedad pública” – ha levantado la idea de reimponer el control estatal sobre las industrias “esclavas” como las minas de carbón, trabajos en metal y materiales de construcción. El gobierno provincial de Shianxi ha anunciado que dejará de comprar ladrillos baratos del tipo fabricado por esclavos. Pero eso no va a detener esa forma de producción primitiva, no regulada. Simplemente obligara a los patrones a buscar nuevos mercados o cambiar sus métodos. A pesar de sus palabras “duras”, el gobierno “comunista” en Shianxi se reduce a si mismo a los métodos de un grupo de presión de consumidores.

La solución obvia incluiría el reestablecimiento del monopolio estatal sobre la industria de los materiales de construcción. Llevar al conjunto de la industria de la construcción y a sus proveedores a la propiedad estatal, haría imposible que los hornos de ladrillos “negros” sobrevivieran. El hecho se que ni los gobiernos central o provinciales mencionaran la “palabra n” (nacionalización) es un comentario elocuente de las realidades políticas en China hoy día. Como ha mostrado la industria del carbón, el régimen ha animado la mayor rapidez de las privatizaciones mientras lamenta ruidosamente las muertes en las minas.

El partido “comunista" chino está tan determinado como cualquier gobierno capitalista, si no más determinado, a resistir las medidas que puedan suponer una marcha atrás de su programa de “reformas y apertura” neoliberal. Temen que medidas que renueven el control estatal, incluso implementado burocrática y antidemocráticamente como previamente bajo el maoísmo, fortalecería la posición de los trabajadores, y podría desencadenar demandas en favor de más y más decididas medidas contra los aprovechadores.

El escándalo de la esclavitud bien podría ser un momento de definición para la dirección de Hu – Wen, asestando un golpe a las ilusiones entre un sector considerable que este sea un gobierno capaz de dar mejoras a los pobres. El cambio real, no vendrá del partido “comunista” o de alguna constelación de sus líderes o fracciones. El cambio real requiere la construcción de una alternativa socialista democrática de masas. Un primer paso sería el establecimiento de genuinos sindicatos preparados para enfrentar a los patrones y su política.

Trabajador Chino [China Worker] plantea:
¡Abolir la esclavitud y el tráfico humano! ¡Por un movimiento de masas para barrer a los comerciantes de esclavos y confiscar sus activos mal habidos!

¡Mantener la presión – no dejar al gobierno librarse de esta situación. Los padres y los esclavos liberados deberían llamar a un día nacional de marchas y protestas de solidaridad contra el trabajo esclavo!

Por sindicatos independientes y completamente democráticos para hacer cumplir salarios decentes, jornada de trabajo de ocho horas, y condiciones laborales seguras y humanas!

Nacionalizar las industrias de la construcción, el metal y el carbón bajo control y gestión democrática de los trabajadores. Por un plan central democráticamente controlado de todo el sector de materiales y terrenos.

Confiscar la propiedad de los empleadores y compañías que violan las leyes de trabajo y medioambientales. Usar esos recursos para crear trabajos reales con pago decente y condiciones bajo control sindical democrático.

El trabajo esclavo y la explotación de clases son parte del capitalismo – ¡únete a la lucha por una alternativa socialista democrática!