¿Chile Solidario o Vulgata Neoliberal Chilensis?
Por Alejandro Díaz
CORINTO O DONDE SE PIERDE LA ESPERANZA.
Corinto es un poblado rural de la VII Región. No tiene alcantarillado y el fiado en sus almacenes es la corrupción local, Aceptada por todos, un kilo de azúcar puede, en una semana de crédito, aumentar su precio al doble. En uno de sus callejones que desembocan en el campo, se observan casetas sanitarias inconclusas Son los mudos testigos de la desidia de algún subcontratista del SERVIU Regional. El aire, que debía ser limpio y puro en el ambiente campestre, exhibe una fuerte pestilencia por ausencia de alcantarillado y pozos negros colapsados. Corinto fue uno de los pueblos que nacieron por obra de las vía férreas que cruzaban horizontalmente nuestro país.
Después vino el desmantelamiento de ferrocarriles y el tren de Talca a Constitución se perdió en el olvido. Paralelamente la contrarreforma agraria devolvía las tierras a los terratenientes.
Corinto se iba convirtiendo en un poblado rural, territorio de las nuevas pobrezas del campo y lugar de asilo de los expulsados campesinos. Corrían los anos 74 y 75.
Simultáneamente la represión política se enseñoreaba en los pueblos y campos de lo que fuera alguna vez una de las zonas más bullentes de participación social campesina. Luego la noche oscura de la Dictadura. Luego el triunfo del plebiscito y la esperanza para todos. También para Corinto. Desde la Municipalidad de Pencahue, municipio del cual depende el poblado de Corinto, se sigue aplicando la ficha Cas para los eternos subsidios. Mas tarde, algo nuevo conceptualmente, la definición de los grupos vulnerables para ordenar las nuevas políticas sociales, luego el Programa de Mujeres Jefas de hogar, mas tarde el Entre Todos del Fosis auguraba esperanza de cambio para dejar atrás el simple conteo de pobres en el poblado de Corinto y construir organización social. Toda la década del 90 transcurrió entre ensayos de nuevas aplicaciones de programas sociales para Corinto y para todos los Corintos de Chile. El 11 de septiembre recién pasado un promotor de la Municipalidad recorre algunas mediaguas del pueblo. Lleva en sus axilas un cartón doblado que parece tablero chino, solo que este es de buen cartón, con cubierta brillante y tiene dibujado un gran puente con colores chillones. Es él ultimo programa social: el programa puente, para que transiten por él los últimos pobres de Chile. En Corinto, un anciano de terno gris y camisa blanca, deambula por su única calle sin pavimentar, pide a todo vehículo que lo saque de Corinto. Es su rutina, día tras día. Cuando alguien accede a llevarlo, sus familiares lo rescatan de sus viajes perennes, aduciendo locura incurable. El hace anos que decidió abandonar Corinto. El promotor del Puente Solidario golpea a una casa con piso de tierra...
Sin lugar a dudas que la adopción del neoliberalismo por parte la dictadura chilena significó la imposición de un modelo que habiendo sido trabajado durante muchos años por diferentes cofradías en el mundo, entre las cuales, las más relevantes son indudablemente las de Mont Pelerin y las de Chicago, termina por realizarse en los espacios de un Estado totalitario, con historial de centralismo y autoritarismo. Los componentes de la propuesta neoliberal, ya profusamente analizados, han dejado sin embargo, núcleos de pensamiento en una relativa impunidad para la crítica y para el análisis. Entre ellos, se encuentra el sustantivo componente de diseño o recomposición de las políticas sociales, para acompañar el funcionamiento global del sistema. La total impunidad de las nuevas políticas sociales, construidas en el núcleo duro de la propuesta neoliberal, han sido de tal magnitud, que sobreviven y ordenan el pensamiento social de los ámbitos académicos y de gestión gubernamental en el Chile post Pinochet . Todo ello sin contrapeso alguno.
Desde que comienza a ser incorporado, el núcleo sistémico de pensamiento de las nuevas políticas sociales, las NPS, se articula en una estructura conceptual de simplicidad extrema y brutal: en el nuevo sistema, el supremo asignador de bienes y servicios será el mercado y para acceder a él se requerirá de una capacidad de demanda. Será este mercado y su dependencia con los mercados externos, el eje al cual se deberá disciplinar toda la sociedad. El Estado es reconvertido entonces, en un organismo mínimo de carácter ordenador del sistema político, con la expresa misión de ser un nuevo arreglo político institucional que asegure la recomposición del capital y asegure también las condiciones de mejor desarrollo para la inversión de los capitales financieros. Y todos aquellos que no pueden acceder al todo poderoso mercado, podrán, si así lo solicitan, recurrir a la subsidiariedad de una forma de política social, según la cual el Estado sólo debe preocuparse de atender asistencialmente a aquellos pobres y extremadamente pobres. Para ello, el Estado que se haga cargo de esta manera de concebir sus políticas sociales, deberá rediseñar sus enfoques universalistas y sus planteos conceptuales respecto de los derechos sociales, para integrar un refinado sistema de contabilización de los pobres, lo cual le podrá permitir el desarrollo de una productividad contra-pobreza, regulada por indicadores, a cargo también de una sofisticada normatividad operativa, que se extenderá por todos los tentáculos ramificados de un Estado en proceso de desconcentración. Su expresión primigenia se presentará en la novísima conceptualización que aparece en el Chile dictatorial de los años 76 y 77: se llamará nueva red social y sus ropajes tecnocráticos encantaran a las domesticadas camadas de profesionales de la gestión social, que han permanecido en el aparato del Estado después del golpe de Estado o que están siendo formadas en las universidades intervenidas en el nuevo pensamiento social neoliberal.(1)
Recordemos que las Universidades Chilenas fueron intervenidas por personajes tan siniestramente pintorescos como, generales y coroneles. Uno de ellos, coronel de un regimiento de paracaidistas, efectuaba lanzamientos sobre su Universidad, la Universidad de Chile y otro, capitán de navío en retiro, “ascendía” en los días del golpe militar, de encargado del Economato a la Rectoría de la Universidad de Concepción.
Quien estará cargo de esta primera etapa de refundación conceptual y procedimental de las políticas sociales será el principal organismo de planificación existente, es decir el Odeplan, con Miguel Kast y su secretaria,. Desde este lugar se comienza a adoctrinar respecto del rol social de la institución predilecta por la dictadura para controlar a los pobres: las municipalidades.
El Promotor de Chile Solidario extiende su cartón en la mesa de una cocina de tierra. La Sra. Carmen, es la permanente interlocutora del hogar. Ella, su marido y sus dos hijos. El nunca ha asistido ninguna sesión de juego por parecerle indigno. Ella pide disculpas y se afana en complacer al caballero de la municipalidad. Le ofrece asiento y trata de recordar con la mirada perdida en el tablero, en que parte del juego se quedo la sesión pasada. Con su mano aprieta fuertemente un dado y lo restriega nerviosamente contra su falda...Ella sabe que tiene que cumplirle al caballero de la muni”, es posible a lo mejor...la esperanza no se debe perder...
De esta manera se comienza caracterizar un tipo de núcleo conceptual para entender las políticas sociales que comienzan también a invadir los estamentos universitarios y en particular se convertirá en doctrina de no pocas escuelas de sociología o de trabajo social, y con ello se comienza a formar un nuevo tipo de Profesional, abocado a la gestión de esta nueva comprensión de las políticas sociales. Simultáneamente, los procesos de ajuste del tamaño y función del Estado harán viable la designación de un nuevo lugar institucional para la realización de las nuevas políticas sociales: las municipalidades.
Se establece, entonces, un pensamiento totalitario respecto del “desarrollo social”, que unido a las concepciones de seguridad nacional y neoliberalismo se convertirá en un triángulo teórico conceptual, que marcará un estilo de dominación en la gestión de las políticas sociales y que sustentado en la fuerza política represiva de la dictadura, se expandirá por todo los intersticios del espacio nacional, contribuyendo a modular las relaciones sociales de ciudades pueblos y localidades, en función de un tratamiento individual y de emergencia de la población, en especial de aquella más carenciada y que es obligada a insertarse en la nueva nomenclatura de la matriz asistencial del neoliberalismo.
En lo sustantivo, la Vulgata Social comienza abrirse paso, sin detractores y sin oposición. Como toda Vulgata, es focalizada, simple y su esquema mecánico se acopla perfectamente, a la estructura burocrática de la administración pública y se constituye en el núcleo fundamental de las nacientes municipalidades autoritarias y populistas de la dictadura de Pinochet. El esquema simple de tratamiento de lo social, reducido al tema de la pobres y a la extrema pobreza, se convierte en un objeto fácilmente manipulable para los nuevos operadores de la Vulgata social: red social de los municipios, fichas de estatificación, puntaje individuales, acceso a subsidios y en definitiva el comienzo de una atención focalizada, hacia una población reprimida, atemorizada y controlaba por los regimientos de militares, base aéreas bases navales, retenes y comisarías de carabineros. Todos ellos con su cuerpo de seguridad, articulados a la Dina y a los cuerpos represivos civiles, en particular de aquellos vinculados a Patria y libertad.
La nueva vulgata social de tratamiento individualizado de la pobreza, será un capítulo importante del consenso de Washington. Es de suponer que los técnicos de Odeplan ya están concurriendo en forma reiterada a Estados Unidos, a Chicago, al Banco Mundial y al FMI. El momento es particularmente compatible para estructurar un núcleo de pensamiento que justifique la nueva Vulgata social. En esta primera y larga primera etapa del neoliberalismo económico como factor de recomposición del capital y de rediseño del aparato del Estado, el procedimiento para tratar lo social, será extremadamente simple: reducido y acotado a los pobres, extremos pobres, eficaces y eficientes en su procedimiento de contabilidad y de producción de resultados. Número total de pobres atendido con subsidios en aquellos territorios internos de las comunas y de las regiones. Uno de estos subsidios será un intensivo programa de trabajo precario para neutralizar los efectos más dramáticos del paro y la desocupación: el PEM y el POJH.
Esté núcleo de argumentos ideologizados y encubridores, se convertirá en la nueva vulgata social, que con sus efectos desvastadores, devendrá en pensamiento social neoliberal. A partir de esté núcleo fundamental, se organizarán las nuevas políticas sociales y progresivamente, se le sumarán construcciones conceptuales provenientes de las vertiente alternativas de pensamiento social, sobre todo de aquel más progresista, pero que serán refuncionalizados e internalizados, para un mejor funcionamiento del basamento fundamental social neoliberal. Este se constituye en el núcleo que ordena el pensamiento neoliberal en el plano social y como tal se traspasa impoluto a la naciente democracia transiciónal de los gobiernos de la concertación.
La ¿ingenuidad? teórica y conceptual de la Concertación.
La asunción de la concertación en Chile, se produce en lo mismo momento en que el Banco Mundial y el FMI, comienzan a desarrollar una segunda generación de mecanismos de políticas sociales, que permitan morigerar los efectos desastrosos del ajuste neoliberal del Estado y de sus políticas en la década de 70 y el 80. No son políticas sociales distintas las que el Banco Mundial comienza a proponer, sino que son modos supletorios de avanzar en la sanación de los daños más ostensibles del ajuste neoliberal barbárico. Ya el camino del ajuste del tamaño el Estado con su políticas de desconcentración y descentralización, han posibilitado que éste comience a desarrollar sus nuevas funcionalidades con mayor expertiz. Y ello se produce en un contexto mundial de recomposición del capital y de revolución científico tecnológica, que muestra una nueva faceta del capitalismo. Los títulos son diversos parar nombrar estos fenómenos: postfordismo, postmodernismo, etcétera. Todos estos elementos no hacían otra cosa que contribuir a enturbiar la comprensión nacional respecto de lo que nos estaba aconteciendo en la formulación de las políticas sociales. En los años 90, en las Universidades norteamericana y en los centros de pensamiento de Norteamérica, se descubren los temas de la etnia, el género, el multiculturalismo y el capital social. Todos ellos nos vienen a proponer una nueva postura del Estado ausente y controlador del neoliberalismo. Vienen a señalar desde posturas ideológicas coincidentes, que el problema de fondo de las políticas sociales, no es el de una sociedad dividida en clases ni de una apropiación privada del excedente social ni de una desigual distribución del ingreso, sino que el problema social es básicamente cultural. En donde la acepción a lo cultural, estará referida a la incapacidad que tendrían los sectores pobres para acceder a los bienes y servicios del mercado, ya sea por una deficiente capacidad de capital humano o por disminución reiterada de capital social. Es decir, en este último caso, los pobres reproducen su pobreza por la incapacidad de construir redes sociales, que lo proveyesen de instituciones, usos y costumbres para acceder al todo poderoso mercado.
Los portales de los sitios WEB del Banco Mundial y de los estanques de pensamiento neo conservador del mundo, mostrarán una extraña profusión de conceptos alternativos de desarrollo social, refuncionalizados a la matriz dura del pensamiento original neoliberal en materia social, en donde en última instancia el problema de la pobreza es un problema de incapacidad de capital humano...es decir incapacidad de los pobres.
En este escenario, de neblinas y marasmo explicativos, no será extraño que en el patio trasero de Estados Unidos, intelectuales universidades y organismos técnicos regionales como la Cepal, propongan que una explicación para la emergencia de este nuevo tipo de postura sea nada más y nada menos que la generación de un nuevo paradigma social, y en no pocos casos se señalará, que esto es obra de un nuevo diseño político, que en el caso nacional de Chile se atribuirá a la preclara visión de los diseñadores sociales de la concertación. Unos y otros, tratarán de recubrir la procedencia última del pensamiento neoliberal social con tinglados de variado tipo. Incluso tratando de hacer aparecer al Fósis, por ejemplo, como una especie de cierta creación nacional, sintomática de una reforma profunda de las políticas sociales por parte de la concertación. No es mencionado muy a menudo el hecho de que existe una cierta Internacional de Fosis Latinoamericanos, financiados por el Banco Mundial con reuniones habituales para competir por los “pobres reducidos” en cada país. En este sentido, la lógica de este organismo financiero internacional, se ha mantenido incólume: focalización, subsidiariedad del Estado, formación en capital humano, costo beneficio-productos, subsidios a la demanda, rediseños organizativos imitativos de la empresa privada, fondos concursables, gerencia social, etcétera. Políticas sociales que se aparten de esta lógica, no sólo serán ignoradas por el Banco Mundial, sino que colocarán en peligro la estructura sistémica complementaria entre el esquema macroeconómico y las conductas que el Estado debe promover mediante sus políticas públicas. No será extraño entonces, que en América Latina exista una extraña y patética similitud de programas proyectos y políticas sociales.
Corinto... dos años mas tarde...a la señora Carmen le extrajeron los dientes para el Programa Sonrisa Mujer y nunca la volvieron a llamar para colocarle la prótesis. Concurrió varias veces al consultorio y los recursos se habían acabado. En la mesa, el tablero de juegos del Chile solidario esta amarillento y manchado de grasa. De repente se le usa para atizar el brasero. El promotor llegó hasta la sesión 7 del juego “lúdico” y nunca más volvió. El televisor esta encendido y ya se ha hecho otra teletón…: La pobreza es compleja declara la Asistente Social del Mideplan...Una mosca se para en el Puente del tablero. Es la misma mosca que dice Adios Sr. Presidente y que señala que la calidad de un Gobierno es proporcional a los proyectos que elige. El anciano de terno gris todavía quiere escapar de Corinto
Epílogos en el 2007.
Y finalmente la tragedia se hace pública. Las pantallas de televisión mostraron lo que veníamos analizando en las aulas universitarias. No bastaron las señales de las Universidades y de profesionales de diseño y de terreno de las políticas sociales. Debió transcurrir un tiempo de desesperanza para matar lentamente aquello mas preciado del capital social: la confianza en que la institucionalidad del Estado acudirá a desarrollar la solidaridad y la capacidad de fortalecimiento espiritual de los excluidos y de los ancestralmente explotados.
¿Que es lo nuevo que presenta el programa puente? Una palpable explotación de los nuevos asalariados profesionales, con los cuales las políticas sociales maximizan su tasa de ganancia de contención social. Profesionales asistentes sociales, con sueldos de 200.000 evidencian la precarización de los profesionales encargados de gestionar las políticas del Banco Mundial y del FMI. Es de esperar que el Colegio de Asistentes Sociales, se pronuncie respecto de aberrante situación ¿es distinta esta situación, cuando muchos de los profesionales de lo social, tenían que barre calles en tiempos del PEM y POJH? ¿Quien aparece estigmatizado? El programa de TV muestra a los apoyos sociales y alas ONG como culpables o cómplices de un delito. Sin embargo el problema es de quien implementa estas Política y es responsable de la cadena. Los cuasi mercado de asistencialidad tambien son un mecanismo del neoliberalismo rampante de éste Gobierno. Esa es la esencia del problema de los más pobres en Chile.
En el camino de esta desesperanza no solo los puentes físicos se han caído sino que los puentes espirituales también se han cortado definitivamente ¿Alguien podrá lamentar el día de mañana la violencia de un estallido popular?
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