EL TRABAJADOR SALMONERO MUERTO DE ESTE MES ES...

Posted by Correo Semanal on jueves, junio 29, 2006

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Una repetida y trágica situación.

Ahora es otro buzo muerto, el número siete en un año, pero el 17 de los trabajadores fallecidos en la industria salmonera, desde febrero de 2005. Aysén, Ancud. 20 de junio de 2006.

(Ecoceanos News)— Desde el año 2000 a la fecha en la industria salmonera noruega han muerto dos trabajadores. Desde 2005 a la fecha en la salmonicultura chilena han sido 17. Las cifras de producción son equivalentes, cerca de 600 mil toneladas en cada país. El último fallecimiento ocurrió este domingo en centros de crianza de salmón de la compañía Frío Sur. Allí, el buzo mariscador José Diego Barría Reyes, de 37 años, falleció luego de quedar atrapado en las redes antilobos marinos.

Friosur es parte de la del Acuerdo de Producción Limpia y del SIGES, ambas herramientas para justificar buenas prácticas sociales y ambientales, las que no son tales. La víctima fue rescatada sin vida por sus compañeros. La Fiscalía Regional informó que primero bajó un improvisado rescatista, pero a los 10 metros no había señas de Barría Reyes. En un segundo intento, a los 15 metros, se divisó el cuerpo. Se le había desprendido el cinturón y la manguera de aire, y enredado una aleta de propulsión en las mallas loberas. Los buzos mariscadores no usan equipo autónomo, se les suministra airea través de una manguera conectada a un compresor. Así trabajan estos buzos provenientes de las actividades de la pesca artesanal los cuales tienen precarias condiciones de seguridad.

¿Quién se hace responsable de esta muerte?
El Reglamento de Buceo para Buzos Profesionales le adjudica la responsabilidad directa al buzo respecto del estado del material que usen. Incluye esto, equipos e indumentaria especial. “Debe poseer honradez profesional para no efectuar inmersiones si se detecta síntomas de alguna enfermedad incompatible con el buceo”, añade el texto.

De hecho, las sanciones cursadas por la autoridad marítima por incumplimiento a la nueva normativa han recaído mayoritariamente en los buzos. El supervisor de Buceo está expuesto a mayores sanciones que la propia empresa contratista, mientras que la mandante, en este caso la compañía Salmones Friosur, está exenta de responsabilidades. Los empresarios salmoneros deberían contratar a los buzos y las empresas subcontratistas que cumplan el Reglamento. Son las compañías salmoneras las que deciden a quién contratar. Pero contar con buzos especializados, con equipamiento e indumentaria adecuada, es más costoso. Esta es otra de las externalidades que realiza la industria salmonera para producir salmón a un precio más barato en las regiones sur australes de Chile. Y a la Armada le preocupa. “La industria salmonera ha hecho mucha contratación de servicio y no solamente en la actividad de buceo, sino que todas las empresas de servicio cómo el transporte, a las que hace competir al más bajo costo. Eso finalmente ha repercutido, en un principio, a que los niveles de seguridad han sido afectados ligeramente”, señaló en entrevista con Ecocéanos News el Jefe del Departamento de Deportes Náuticos y Buceo Profesional de la Directemar, Comandante Alejandro Ross.

El trabajador muerto de este mes, José Barría Reyes, laboraba en las instalaciones que la compañía FrioSur mantiene en la zona de isla Elena, comuna de Puerto Cisne, en la Región de Aysén. Al momento del accidente instalaba redes loberas. El Ministerio Público, encargado de investigar, aún no cuenta con toda la información. No es fácil llegar a Isla Elena. Solo se llega por barco. Los fiscalizadores de la Inspección del Trabajo aún no concurren al lugar y solo lo harán cuando la Armada disponga de una embarcación. Es en la instalación de redes loberas donde más se han producido accidentes de buceo graves y con consecuencia de muerte en la salmonicultura chilena. Faenas riesgosas siempre en manos de subcontratistas que no cuentan con los requerimientos que exige el Reglamento de Buceo, ni la legislación laboral.

Los buzos salmoneros, además, en su mayoría provenientes de la pesca artesanal, no cuentan con la capacitación necesaria para tales labores. Pero hay más otros elementos que han contribuido a que se produzcan más muertes en la industria productora de salmón. Han aumentado el tamaño de sus redes loberas y peceras, por lo que la actividad demanda que el buceo se haga a más profundidad. Por tal razón la Armada, a través del Reglamento de Buceo, exige equipos de mayor seguridad. Sin embargo, a más de un año de la promulgación de la norma, ninguna de las empresas del rubro ha invertido en ese ítem. ¿Quién será el próximo trabajador muerto en la industria salmonera chilena? Esta es una pregunta válida y lamentablemente en un mes más podría tener respuesta.