BOLIVIA, SE ABRE UNA NUEVA FASE EN LA LUCHA DE CLASES

Posted by Correo Semanal on jueves, marzo 30, 2006

Pedro Albornoz, Socialismo Revolucionario, CIT Chile.

La visita de Evo Morales recientemente a Chile, ha causado gran revuelo en los medios de comunicación y, fundamentalmente, en importantes sectores de la población. Miles de personas, jóvenes en su mayoría, fueron a escucharlo al Estadio Nacional, con consignas como “América sin fronteras, mar para Bolivia”, “Por la revolución latinoamericana”; reflejando el creciente interés y simpatía por el proceso boliviano.
Es de sumo interés para todos quienes luchamos por transformar la sociedad, sacar lecciones de la enorme historia de luchas del pueblo boliviano, para aplicarlas hoy en nuestro empeño por reconstruir nuestras organizaciones de clase y levantar una alternativa al sistema capitalista.

La elección de Morales, otro golpe al neoliberalismo

Evo Morales, líder de los campesinos cocaleros y dirigente del MAS (Movimiento al Socialismo), fue electo presidente en Diciembre del 2005 con más del 53 % de los votos, el mayor apoyo que un presidente ha tenido en los últimos 30 años. Su elección representa, sin duda, una nueva etapa en la lucha de masas en Bolivia y tendrá importantes repercusiones internacionalmente. La llegada de Morales es consecuencia de un masivo movimiento revolucionario de mineros, campesinos, trabajadores del sector público y otros contra el anterior gobierno de Carlos Mesa. Durante este movimiento, que presentó características insurreccionales, decenas de miles de personas se tomaron las calles demandando la nacionalización de las reservas de gas. Estos sucesos en Bolivia han sido parte de un gran movimiento continental contra las privatizaciones y políticas neoliberales aplicadas en América Latina el último período.
En Bolivia, uno de los países más pobres de América Latina, la cuestión indígena es un aspecto central del movimiento. Sobre el 60 % de la población es de origen indígena, principalmente Quechua y Aymará; Morales proviene de esa mayoría. Sin embargo, la mayoría indígena ha sido históricamente oprimida, discriminada y virtualmente excluida de las ciudades por una elite dominante de ascendencia europea. En El Alto, pueblo que ha estado a la cabeza de las recientes luchas, un 75 % de la población sobrevive con menos de mil pesos al día. Evidenciando una de las mayores desigualdades en la distribución de la riqueza de Latinoamérica, en que el 20 % más rico de la población tiene un ingreso 41 veces mayor que el 20 % más pobre.
El pueblo boliviano esta harto de que sus recursos de gas y petróleo sean depredados por gigantes transnacionales como: Exxon (EE.UU.), Repsol (España), British Gas (Gran Bretaña) y Petrobras (Brasil); en vez de usarse para el beneficio de la mayoría de la población.

Morales en el poder: ¿Reforma o Revolución?

En este convulsionado contexto social, Evo Morales llega al poder bajo muchas presiones, por una parte debe responder a las enormes esperanzas del pueblo boliviano, de que por fin se gobierne en favor de los más desposeídos, nacionalizando recursos energéticos claves de la economía; pero esto chocaría frontalmente con los intereses capitalistas nacionales y extranjeros que han tenido sus garras en Bolivia y el resto de América por tanto tiempo.
A través de sus primeras acciones políticas Morales se ha mostrado vacilante, entre las demandas de la calle y las del gran capital. Al mismo tiempo que anunció un recorte del 50 % del ingreso presidencial y ministerial, ha apoyado la inversión de capitales extranjero en la minería del hierro. En una entrevista dada al Financial Times a fines del 2005 ya señalaba “No quiero lastimar a nadie, no quiero expropiar o confiscar ningún bien, quiero aprender de los negociantes”. Esto es una advertencia para los trabajadores, no se pueden resolver la crisis social y pobreza masiva sobre bases capitalistas.
Las dudas acerca de la real determinación de Morales de enfrentar al capitalismo existen debido al rol que éste tuvo en los movimientos de masas que estallaron entre el 2003 y 2005. En el 2003, durante la llamada “guerra del gas” Morales estaba en Europa y no jugó rol alguno hasta su regreso. Después que Sánchez de Lozada fue derrocado por un movimiento de masas, Morales apoyó la propuesta a futuro del presidente Mesa de una Asamblea Constituyente para modificar la constitución como un medio para decidir finalmente sobre quien era realmente el dueño de las reservas de gas del país. Esto permitió a Mesa y a la burguesía ganar tiempo y extinguir la naturaleza revolucionaria del levantamiento, para en último término, defender los intereses de las multinacionales.
En el 2004, cuando fue convocado el referendum , las preguntas que éste planteaba eran fraudulentas y engañosas sobre el tema de la propiedad de la industria del petróleo; como respuesta las organizaciones de masas llamaron al boicot, mientras Evo Morales y la dirección del MAS apoyaron el referendum. Como consecuencia de esta política Evo fue expulsado de la COB (Central Obrera Boliviana), la más importante organización de trabajadores de Bolivia.
A mediados del 2005 un amplio movimiento de masas, durante el cual la clase trabajadora de El Alto durante un tiempo, tomó efectivamente el control y dirigió la ciudad; este logro fue extraordinario. Si esta situación se hubiera extendido por el país podría haber sentado las bases para una lucha general que podría haber conseguido la nacionalización de los hidrocarburos. Con una dirección correcta esto podría haber marcado el comienzo de la ruptura de las cadenas de la dominación imperialista en Bolivia. Mientras el movimiento de masas luchaba por la nacionalización de los hidrocarburos, Morales y la dirigencia del MAS vaciló y terminó apoyando un 50 % de impuestos sobre la ganancia de las compañías privadas.
¿ Tomará Evo Morales medidas decisivas para romper con el capitalismo o tratará de alcanzar acuerdos con la clase capitalista e imperialismo... para desarrollar un “capitalismo más humano”?.
En una entrevista reciente a una revista de negocios boliviana, Alvaro García Linera, actual vicepresidente, habló claramente del programa del MAS y el nuevo gobierno. Cuando se le preguntó si el MAS implementaría un gobierno socialista, el replicó: “No, de ninguna manera, porque eso no es viable. No es viable porque el socialismo puede construirse sólo sobre la base de una fuerte presencia proletaria...no se puede construir el socialismo en base a una economía familiar; se construye sobre las bases de la industria, que no hay en Bolivia”.
Estas ideas no son nuevas, son una aplicación moderna de la “teoría de dos etapas” defendida en el pasado por los estalinistas y partidos comunistas internacionalmente y en Rusia por los mencheviques antes de la Revolución de Octubre de 1917. Estas ideas representan sólo excusas para no abordar seriamente el problema de la toma del poder por la clase trabajadora, postergando para un futuro incierto la construcción del socialismo, si es que se plantea. Esta es, lamentablemente, la posición política predominante en muchos partidos llamados de izquierda como el MAS en Bolivia, el PT en Brasil o el PS y PC en Chile. Ante estas ideas reformistas carentes de confianza en las masas, respondemos con las brillantes conclusiones de la federación de mineros en 1946 planteadas en las Tesis de Pulacayo: “Bolivia es país capitalista atrasado. Dentro de la amalgama de los más diversos estadios de evolución económica, predomina cualitativamente la explotación capitalista, y las otras formaciones económico-sociales constituyen herencia de nuestro pasado histórico. De esta evidencia arranca el predominio del proletariado en la política nacional”... “El proletariado se caracteriza por tener la suficiente fuerza para realizar sus propios objetivos e incluso los ajenos. Su enorme peso específico en la política está determinado por el lugar que ocupa en el proceso de la producción y no por su escaso número”.

Las tradiciones de lucha de la clase trabajadora boliviana

Bolivia, es el típico ejemplo de un país encadenado y explotado por el capitalismo e imperialismo. Es rico en recursos naturales que están en manos de multinacionales extranjeras mientras la mayoría vive en la miseria. La enorme desigualdad está subrayada por el hecho que es el pueblo indígena el mayoritario en la población, siendo el más fuertemente golpeado por la pobreza. Esta situación histórica de opresión y dominio ha templado el carácter combativo de los trabajadores; las masas al calor de las luchas por su subsistencia han forjado sus organizaciones de clase, sacando lecciones dolorosas y valiosas para avanzar hacia la transformación revolucionaria de la sociedad. A diferencia de otros países latinoamericanos, Bolivia no tiene tradición de fuertes movimientos guerrilleros, sino de movimientos basados en los sindicatos y la clase trabajadora, en quienes las ideas socialistas están muy enraizadas.
La experiencia revolucionaria de la clase obrera y, especialmente de los mineros, es quizás la más grande de cualquier otro país de Latinoamérica. La historia reciente esta colmada de movimientos de masas: la revolución de 1952 en que se crearon milicias armadas (de casi 100.000 hombres) dirigidas por los sindicatos y la COB; levantamientos en 1971; la insurrección revolucionaria de 1982-1985, la victoriosa insurrección de Cochabamba en Abril del 2000 contra la privatización del agua; y por cierto, los movimientos de masas a partir del 2003 que han llevado al estado capitalista al borde del colapso, han derribado dos presidentes y pavimentado el camino al poder de Evo Morales y el MAS.
La clase obrera y campesina boliviana han demostrado gran valor y extraordinaria capacidad de lucha, que duda cabe. Han hecho tambalear al estado burgués, han derrocado al presidente, pero después el poder se les ha escapado de las manos, por que?

La necesidad de un partido revolucionario de masas por el socialismo

La prensa boliviana informaba a fines de Octubre del 2003, “después de activar y protagonizar una gran eclosión social, que tuvo el trágico saldo de cerca de 70 muertos a bala y más de 500 heridos, los trabajadores del país, en el último Ampliado de la Central Obrera Boliviana (COB), sacaron una conclusión principal: los obreros, campesinos, naciones oprimidas y clases medias empobrecidas no le arrebataron el poder a la clase dominante porque no cuentan aún con un partido revolucionario”
En efecto, esta es la cuestión principal !!. No basta con la lucha heroica de los trabajadores y campesinos, o que la burguesía y su sistema este en crisis; aunque todas las condiciones objetivas sean favorables para la transformación socialista de la sociedad, todo proceso revolucionario inevitablemente fracasará sin un partido revolucionario de masas. Cuantas veces hemos presenciado esto a lo largo de la historia. No basta con la unidad y acción de los oprimidos, hace falta una perspectiva clara para tomar el poder, además de un programa y tácticas acordes a esta perspectiva... eso es el partido.
El partido no “hace” la revolución, eso es siempre tarea de las masas. Sin participación de las masas es imposible hacer la revolución. El papel del partido es ser la “memoria” de la clase trabajadora, incorporando las lecciones históricas del movimiento obrero en un programa...porque “quien no aprende de la historia está condenado a repetirla”.

La lucha internacional por el socialismo

Sólo la clase trabajadora junto a los campesinos pobres podrán desarrollar una economía atrasada como la de Bolivia, completando las tareas pendientes de la revolución democrática burguesa. Pero esto no concluirá ahí, la aspiración de los trabajadores de liberarse de la dominación extranjera y lograr el control de su destino, pasará inevitablemente por expropiar a la oligarquía. Mas, esto llevará al pueblo boliviano a un conflicto con los intereses del imperialismo estadounidense, que sin duda ocupará todos los medios económicos y militares para aplastar a las masas bolivianas. Los trabajadores y campesinos bolivianos deberán necesariamente asumir las tareas de la revolución socialista y derrocar el capitalismo. Entonces, el destino de la revolución boliviana estará determinado por el apoyo de los trabajadores y campesinos de Venezuela, Brasil, Perú, Argentina, Chile, etc. Sólo la revolución socialista triunfante a nivel internacional podrá salvar el proceso revolucionario en Bolivia o en cualquier otra parte.