!Patético!
Guillo Pistonesi
Guillo Pistonesi
La Verdad Obrera Nº 281Buenos Aires, 12-6-08
.
Según el diccionario de la Real Academia Española "patético" es un adjetivo que significa "Que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía".
.
Estela
El lunes 9 de junio, cuando Cristina Fernández utilizó la cadena nacional para afirmar que alrededor del 2% de la recaudación estatal de un año y medio podría estar destinada para la construcción de hospitales, escuelas y caminos rurales, una de las cámaras que tomaba la escena fijó la imagen en varias oportunidades en la figura de Estela de Carlotto, la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Estaba sonriente, sentada en la primera fila de aquél llenísimo Salón Blanco de la Casa Rosada.
A su derecha, también sonriente, estaba sentado Cristiano Rattazzi, el Presidente de Fiat Argentina.
Rattazzi es miembro de la familia Agnelli por parte de su madre. Giovanni, su bisabuelo, el fundador de la Fiat en Turín, fue un declarado fascista italiano que no dudó en portar la camisa negra en su mocedad y financiar el reinado del Duce Benito Mussoloni, mientras que miles de obreros y militantes comunistas como Antonio Gramsci yacían en las mazmorras del régimen[1]. El abuelo de Cristiano, Giovanni II, luego de participar en la Guerra para el Eje en el frente ruso, se reubicó en la posguerra con el imperialismo vencedor y hasta fue amigo personal de Henry Kissinger, aquel notable Secretario de Estado que en la Casa Blanca asesoraba sobre las matanzas en masa como en Vietnam o preparaba en forma personal el golpe de Pinochet en Chile, en 1973.
Durante la dictadura genocida argentina, desaparecieron al menos catorce obreros de esta emblemática empresa, entregados a las fuerzas estatales por los gerentes de las plantas que poseía la Fiat en El Palomar y Córdoba. Había que acabar con la "guerrilla fabril" como los burgueses denominaban por aquel entonces a los obreros que cuestionaban sus ganancias y se comenzaban a organizar en forma independiente de las burocracias cómplices –muchos de sus representantes, como Hugo Curto de la UOM Caseros, hoy intendente de Tres de Febrero, también estaban aplaudiendo en aquél Salón Blanco el lunes 9–. El clan Agnelli y su prole, fieles a su larga historia, fueron partícipes de un plan sistemático que significó el secuestro y la desaparición de miles de obreros en la Argentina.
Cristiano Rattazzi está más que orgulloso de sus antepasados y de su empresa. Desde 2004 todos los años, con el auspicio de la UIA y la Fundación Noble –la de la señora Ernestina[2]–, entrega el "Premio Giovanni Agnelli al periodismo" que consiste en un auto para quien sea elegido su acreedor (¿será por esto que tan pocos colegas escriben sobre el derrotero de la Fiat desde sus orígenes?).
"Lo que seguramente no puede haber son aumentos disparatados de los salarios. Eso es más inflación seguro", afirmó don Cristiano después de bajarse de su avión personal que lo traía de Punta del Este, su destino favorito en el verano (Clarín, 26/01/06). Hace unos días se publicó que el grupo Fiat obtuvo 700 millones de dólares de ganancia sólo en el primer trimestre de 2008. ¿Disparatado?
El titular de Fiat Argentina, fiel descendiente de los Agnelli, siempre suele elogiar a Néstor Kirchner por el manejo que hizo de las cuentas públicas y se jacta de tener una buena relación con la Presidenta. No se pierde un solo acto en la Rosada.
Estela de Carlotto sentada junto a Cristiano Rattazzi-Agnelli, sonrientes ambos, aplaudiendo ambos a un gobierno que defiende los mismos intereses de los que hace 32 años promovían y eran parte del golpe genocida. Patético.
Estela
El lunes 9 de junio, cuando Cristina Fernández utilizó la cadena nacional para afirmar que alrededor del 2% de la recaudación estatal de un año y medio podría estar destinada para la construcción de hospitales, escuelas y caminos rurales, una de las cámaras que tomaba la escena fijó la imagen en varias oportunidades en la figura de Estela de Carlotto, la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Estaba sonriente, sentada en la primera fila de aquél llenísimo Salón Blanco de la Casa Rosada.
A su derecha, también sonriente, estaba sentado Cristiano Rattazzi, el Presidente de Fiat Argentina.
Rattazzi es miembro de la familia Agnelli por parte de su madre. Giovanni, su bisabuelo, el fundador de la Fiat en Turín, fue un declarado fascista italiano que no dudó en portar la camisa negra en su mocedad y financiar el reinado del Duce Benito Mussoloni, mientras que miles de obreros y militantes comunistas como Antonio Gramsci yacían en las mazmorras del régimen[1]. El abuelo de Cristiano, Giovanni II, luego de participar en la Guerra para el Eje en el frente ruso, se reubicó en la posguerra con el imperialismo vencedor y hasta fue amigo personal de Henry Kissinger, aquel notable Secretario de Estado que en la Casa Blanca asesoraba sobre las matanzas en masa como en Vietnam o preparaba en forma personal el golpe de Pinochet en Chile, en 1973.
Durante la dictadura genocida argentina, desaparecieron al menos catorce obreros de esta emblemática empresa, entregados a las fuerzas estatales por los gerentes de las plantas que poseía la Fiat en El Palomar y Córdoba. Había que acabar con la "guerrilla fabril" como los burgueses denominaban por aquel entonces a los obreros que cuestionaban sus ganancias y se comenzaban a organizar en forma independiente de las burocracias cómplices –muchos de sus representantes, como Hugo Curto de la UOM Caseros, hoy intendente de Tres de Febrero, también estaban aplaudiendo en aquél Salón Blanco el lunes 9–. El clan Agnelli y su prole, fieles a su larga historia, fueron partícipes de un plan sistemático que significó el secuestro y la desaparición de miles de obreros en la Argentina.
Cristiano Rattazzi está más que orgulloso de sus antepasados y de su empresa. Desde 2004 todos los años, con el auspicio de la UIA y la Fundación Noble –la de la señora Ernestina[2]–, entrega el "Premio Giovanni Agnelli al periodismo" que consiste en un auto para quien sea elegido su acreedor (¿será por esto que tan pocos colegas escriben sobre el derrotero de la Fiat desde sus orígenes?).
"Lo que seguramente no puede haber son aumentos disparatados de los salarios. Eso es más inflación seguro", afirmó don Cristiano después de bajarse de su avión personal que lo traía de Punta del Este, su destino favorito en el verano (Clarín, 26/01/06). Hace unos días se publicó que el grupo Fiat obtuvo 700 millones de dólares de ganancia sólo en el primer trimestre de 2008. ¿Disparatado?
El titular de Fiat Argentina, fiel descendiente de los Agnelli, siempre suele elogiar a Néstor Kirchner por el manejo que hizo de las cuentas públicas y se jacta de tener una buena relación con la Presidenta. No se pierde un solo acto en la Rosada.
Estela de Carlotto sentada junto a Cristiano Rattazzi-Agnelli, sonrientes ambos, aplaudiendo ambos a un gobierno que defiende los mismos intereses de los que hace 32 años promovían y eran parte del golpe genocida. Patético.
.
Hebe
Ya no es ninguna novedad que Hebe de Bonafini no sólo comulga sino que se dice parte del gobierno de los Kirchner. En este marco, y como no podía ser de otra manera, en la pelea con los patrones del campo se ubicó del campo gubernamental.
La novedad es que en el día de la fecha, 10 de junio, un cable afirma que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo solicitó la detención de los dirigentes de las entidades agropecuarias que protagonizaron el lockout patronal.
Si algo quedó nuevamente en evidencia en la crisis con "el campo" es que las distintas fracciones de la clase dominante utilizan cualquier método, legal o ilegal, para conseguir sus objetivos. Se puso de manifiesto, una vez más, que a la hora de defender sus privilegios o intereses, aquellos que hace un tiempo decían por lo bajo que había que matar a los piqueteros y públicamente afirmaban que toda la fuerza pública debía utilizarse para reprimir a los trabajadores ocupados y desocupados que salían a las calles o rutas, ahora utilizaban ese método en defensa de su "rentabilidad". En el otro campo, hasta el gobierno, en boca del ministro del Interior Randazzo, hizo un guiño justificativo al lockout y corte de rutas de los propietarios de los camiones con el objetivo de quebrar a los ruralistas cercados por el fantasma del "caos" y de desabastecimiento. En determinado momento desde la Rosada se ensayó la utilización de las fuerzas estatales, con la detención de ocho ruralistas en San Pedro.
Lock out, represión, cortes, desabastecimiento, detenciones, todo vale. Como valió hace 32 años cuando la clase dominante pisoteó sus propias leyes y Constitución para acabar con una generación de luchadores.
(Qué magnífico sería si la clase trabajadora tuviera ese instinto y voluntad para luchar por sus históricos derechos, a favor de la mayoría obrera y popular…).
Hebe de Bonafini le solicita hoy a un poder judicial infestado de funcionarios designados por la dictadura –como ella denunció en infinitas ocasiones– que utilice a las fuerzas de seguridad genocidas para detener a los jefes de las entidades patronales campestres (¿Qué fuerza debería intervenir? ¿La Prefectura de Febrés o la Bonaerense de Camps y Etchecolatz, hoy con 9.000 efectivos que revistieron durante el genocidio?). Responsabiliza a los miembros de la "Comisión de Enlace" por "asociación ilícita". Pero ahí no termina. Los argumentos que utiliza parecen salidos de un manual castrense. Según Bonafini, el "modus operandi" de las organizaciones denunciadas, a las que califica como "grupos inmorales", consiste en operar "articuladas celularmente" y "no desdeñan la diatriba y la extorsión lisa y llana", utilizando "perversos métodos terroristas". La denunciante sostiene que las entidades que representan los imputados se "han alzado para impedir la ejecución de normas constitucionales" y para ello "incitan a actos de violencia", por lo que solicita "la detención de los denunciados y sus cómplices".
Hebe de Bonafini no hace más que apelar a imputaciones que fueron diseñadas por la burguesía para reprimir a los explotados y sus organizaciones, como la de la "asociación ilícita". El origen de esta ley data de 1921, cuando el gobierno de don Hipólito Yrigoyen instaura la figura de "asociación ilícita" en el Código Penal para reprimir las huelgas de los obreros agrícolas en Santa Cruz, como cuenta Osvaldo Bayer. Hasta la utilizó la dictadura genocida –contra la que heroicamente lucharon Hebe y las Madres– con algunos de los jóvenes de la noche de los lápices sobrevivientes, blanqueándolos bajo esta figura.
La suma de todas las imputaciones que Hebe y compañía le hacen a los ruralistas pueden encuadrarse en los artículos de la llamada "Ley Antiterrorista". Durante el 2007, los Kirchner hicieron aprobar esta Ley, exigida por el gobierno de Bush. Esta Ley es una peligrosa herramienta del Estado para reprimir al pueblo y sus organizaciones, como bien denunció la misma Hebe de Bonafini hace unos meses en una entrevista con Cristina Fernández, consecuentemente con lo que había afirmado un tiempo atrás: "Estamos retrocediendo 30 años con esta ley, es el terrorismo desde el Estado", señaló la titular de las Madres, la misma Hebe de Bonafini.[3]
Hebe
Ya no es ninguna novedad que Hebe de Bonafini no sólo comulga sino que se dice parte del gobierno de los Kirchner. En este marco, y como no podía ser de otra manera, en la pelea con los patrones del campo se ubicó del campo gubernamental.
La novedad es que en el día de la fecha, 10 de junio, un cable afirma que la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo solicitó la detención de los dirigentes de las entidades agropecuarias que protagonizaron el lockout patronal.
Si algo quedó nuevamente en evidencia en la crisis con "el campo" es que las distintas fracciones de la clase dominante utilizan cualquier método, legal o ilegal, para conseguir sus objetivos. Se puso de manifiesto, una vez más, que a la hora de defender sus privilegios o intereses, aquellos que hace un tiempo decían por lo bajo que había que matar a los piqueteros y públicamente afirmaban que toda la fuerza pública debía utilizarse para reprimir a los trabajadores ocupados y desocupados que salían a las calles o rutas, ahora utilizaban ese método en defensa de su "rentabilidad". En el otro campo, hasta el gobierno, en boca del ministro del Interior Randazzo, hizo un guiño justificativo al lockout y corte de rutas de los propietarios de los camiones con el objetivo de quebrar a los ruralistas cercados por el fantasma del "caos" y de desabastecimiento. En determinado momento desde la Rosada se ensayó la utilización de las fuerzas estatales, con la detención de ocho ruralistas en San Pedro.
Lock out, represión, cortes, desabastecimiento, detenciones, todo vale. Como valió hace 32 años cuando la clase dominante pisoteó sus propias leyes y Constitución para acabar con una generación de luchadores.
(Qué magnífico sería si la clase trabajadora tuviera ese instinto y voluntad para luchar por sus históricos derechos, a favor de la mayoría obrera y popular…).
Hebe de Bonafini le solicita hoy a un poder judicial infestado de funcionarios designados por la dictadura –como ella denunció en infinitas ocasiones– que utilice a las fuerzas de seguridad genocidas para detener a los jefes de las entidades patronales campestres (¿Qué fuerza debería intervenir? ¿La Prefectura de Febrés o la Bonaerense de Camps y Etchecolatz, hoy con 9.000 efectivos que revistieron durante el genocidio?). Responsabiliza a los miembros de la "Comisión de Enlace" por "asociación ilícita". Pero ahí no termina. Los argumentos que utiliza parecen salidos de un manual castrense. Según Bonafini, el "modus operandi" de las organizaciones denunciadas, a las que califica como "grupos inmorales", consiste en operar "articuladas celularmente" y "no desdeñan la diatriba y la extorsión lisa y llana", utilizando "perversos métodos terroristas". La denunciante sostiene que las entidades que representan los imputados se "han alzado para impedir la ejecución de normas constitucionales" y para ello "incitan a actos de violencia", por lo que solicita "la detención de los denunciados y sus cómplices".
Hebe de Bonafini no hace más que apelar a imputaciones que fueron diseñadas por la burguesía para reprimir a los explotados y sus organizaciones, como la de la "asociación ilícita". El origen de esta ley data de 1921, cuando el gobierno de don Hipólito Yrigoyen instaura la figura de "asociación ilícita" en el Código Penal para reprimir las huelgas de los obreros agrícolas en Santa Cruz, como cuenta Osvaldo Bayer. Hasta la utilizó la dictadura genocida –contra la que heroicamente lucharon Hebe y las Madres– con algunos de los jóvenes de la noche de los lápices sobrevivientes, blanqueándolos bajo esta figura.
La suma de todas las imputaciones que Hebe y compañía le hacen a los ruralistas pueden encuadrarse en los artículos de la llamada "Ley Antiterrorista". Durante el 2007, los Kirchner hicieron aprobar esta Ley, exigida por el gobierno de Bush. Esta Ley es una peligrosa herramienta del Estado para reprimir al pueblo y sus organizaciones, como bien denunció la misma Hebe de Bonafini hace unos meses en una entrevista con Cristina Fernández, consecuentemente con lo que había afirmado un tiempo atrás: "Estamos retrocediendo 30 años con esta ley, es el terrorismo desde el Estado", señaló la titular de las Madres, la misma Hebe de Bonafini.[3]
Hoy pide su aplicación, el poder punitivo del Estado contra un grupo de empresarios ruralistas. Debería saber Hebe que mañana esas leyes y esa violencia estatal será utilizada con todo rigor contra los explotados y oprimidos que salen a luchar. Los más de 5.000 procesados que hay hoy en la Argentina por luchar –con gravísimas imputaciones como la "coacción agravada" (Mafissa) o "tentativa de homicidio" (Casino Flotante)– frente a los menos de 400 genocidas imputados, es todo un número incontrastable de este gobierno "nacional y popular".
Hebe de Bonafini apelando a las fuerzas que hicieron desaparecer a 30 mil desaparecidos y a leyes diseñadas para reprimir a los que luchan. Patético.
Una nueva generación de organismos, nucleados en Justicia Ya!, en la Multisectorial de La Plata y en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia –como el CeProDH y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos–, ya retomaron el camino de lucha independiente del Estado contra los genocidas y sus cómplices. Una lucha que otras y otros ya abandonaron.
Hebe de Bonafini apelando a las fuerzas que hicieron desaparecer a 30 mil desaparecidos y a leyes diseñadas para reprimir a los que luchan. Patético.
Una nueva generación de organismos, nucleados en Justicia Ya!, en la Multisectorial de La Plata y en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia –como el CeProDH y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos–, ya retomaron el camino de lucha independiente del Estado contra los genocidas y sus cómplices. Una lucha que otras y otros ya abandonaron.
.
Notas
[1] Ver cómo Giovanni Agnelli presentaba a Benito Mussolini en un discurso realizado en 1932: http://www.youtube.com/watch?v=t97ttuUnGtc&eurl=http://www.claseshistoria.com/fascismos/vc-mussoliniagnelli.htm
[1] Ver cómo Giovanni Agnelli presentaba a Benito Mussolini en un discurso realizado en 1932: http://www.youtube.com/watch?v=t97ttuUnGtc&eurl=http://www.claseshistoria.com/fascismos/vc-mussoliniagnelli.htm
[2] Se presume que Marcela y Felipe Noble son hijos de desaparecidos. La investigación del caso le costó el puesto al juez menemista Marquevich. Notoriamente no se habló públicamente más del tema hasta que empezaron a haber fricciones entre el grupo Clarín y el gobierno de los Kirchner.
_________________________________________________________________Correspondencia de Prensa - Agenda Radical - Boletín Solidario
0 Responses to " "
Publicar un comentario